Actualmente se puede encontrar en cualquier página web de Banco o Caja de Ahorros un apartado destinado a estudiantes donde se anuncian, entre otras cosas, préstamos universitarios. En relación a la entrada anterior del blog sobre los préstamos bancarios para estudios de máster y el nuevo encadenamiento que ha resultado de la concepción de estos como buenas noticias  (http://ponss.blogs.uv.es/2014/07/06/poder-estudiar-una-buena-noticia/), nos planteamos adentrarnos en el discurso que los bancos y cajas de ahorro españoles han implantado sobre el campo de la educación, en particular de todo aquel significado lingüístico que implique la necesidad de recurrir a una entidad bancaria para realizar unos estudios.  En estas dos entradas del blog analizaremos cuatro anuncios de Banco Santander, La Caixa y Caja rural.

 

En primer lugar, tenemos la aparición de la siguiente campaña publicitaria de Banco Santander:

Imagen 1

 

La campaña publicitaria muestra un enunciado en el cual la fórmula más que un banco a tu lado se constituye como  condición indispensable –necesitas- para realizar unos estudios. Ahora bien ¿qué es más que un banco? Si atendemos al hecho de que conocemos el significado de la palabra banco pero desconocemos completamente qué puede ser más que un banco, el lenguaje empleado en esta publicidad presenta el siguiente eje:

Imagen 2

 

 

 

 

 

 

Esta construcción que se presenta en un principio como ambigua, en el contexto del enunciado se resuelve, es decir, el patrón de la página web muestra inmediatamente después de tal afirmación,  Descuentos-Formación-Becas. Si lo que se publicita en el anuncio son Becas o Descuentos – y también préstamos, pues esta es la información que se presenta si lees un poco más abajo: Banco Santander pone a tu disposición una amplia gama de préstamos -, encontramos que aquello que encierra más que un banco, está constituido precisamente por esta serie de Descuentos y Becas. Este hecho lingüístico no es aislado, lo encontramos también en sus correlatos del lenguaje corriente del tipo ser más que un amigo, donde habitualmente se produce un rodeo para evitar usar otro tipo de expresiones que indican una relación superior del estilo  novio o amante como en el siguiente ejemplo del CREA: No lo sintió con Sergio cuando decidió convertirlo en algo más que un amigo, en una especie de segunda piel. A partir de lo que implica este tipo de expresiones en el significado lingüístico, nos aventuramos a buscar más que un banco en CREA. Encontramos cuatro ejemplos de esta fórmula, tres de los cuatro son pertenecientes a discursos periodísticos y publicitarios. Por ejemplo: siempre va a estar ahí para darle una mano, más que un banco es un amigo. De esta forma, podemos afirmar que la expresión más que un banco se utiliza como rodeo de una información lingüística que se proporciona inmediatamente después: un amigo  en el caso de CREA, Descuentos Formación Becas en el de Banco Santander.

Quizás sea un poco aventurado afirmar tal aseveración, sobre todo tratándose de un discurso, como es el educativo, donde no es frecuente el enunciado descuento (ningún resultado en CREA). El enunciado beca en cambio, no es inusual en este tipo de discursos (beca de estudios tiene 10 entradas en CREA). Por lo tanto, cabría preguntarse ¿desde cuándo hablamos de descuentos en la educación? Buscamos en bases de datos de periódicos de gran tirada, El Mundo y El País, y no encontramos ninguna publicación que haga referencia a esta asociación en tiempos anteriores a la crisis, en cambio sí encontramos artículos que explícitamente hablan de descuentos en educación posteriores al surgimiento de la crisis, como es el caso de este artículo de El País en 2012, que habla de la subida de las tasas universitarias en Cataluña y la existencia de unas becas que proporcionan un descuento en la matrícula: Las Becas Equidad, que suponen un descuento del 50% de la matrícula;  o por ejemplo este otro de El Mundo en 2015, en el que se citan los descuentos que tienen las familias numerosas, incluyéndose la educación: trata de descuentos en automóviles, alimentación, educación. Efectivamente, hablamos de descuento en relación a los estudios desde hace bien poco. Este encadenamiento aparece como una forma de nueva creación propiciada por la coyuntura económica.

Por otro lado, también debemos destacar también valor final de para tus estudios. Este enunciado crea un espacio que está cubierto por la palabra estudios, un sustantivo que puede referir a múltiples realidades pero que el contexto lingüístico no especifica –podría referirse a llegar a la universidad, a tener éxitos y buenos resultados en lo que se estudia, a estudiar con comodidad etc.- y por tanto no podemos describirlo en estos términos. Ahora bien, este lugar se enuncia con valor de finalidad, como una meta u objetivo a la cual se ha de llegar, desde un lugar de origen que no se enuncia en este caso, y que se realiza a través de un medio. Este medio sí estaría descrito por más que un banco a tu lado¸ que como ya hemos enunciado entraña a descuentos y becas. Los estudios se plantean de este modo como una finalidad para la que hay un medio: más que un banco a tu lado.


Imagen 3

 

 

 

 

 

 

En la publicidad que acabamos de analizar se produce un encadenamiento encerrado en una fórmula final que implícita la necesidad de tener más que un banco a tu lado para realizar estudios que no eran especificados. En el siguiente ejemplo de  La Caixa: (https://portal.lacaixa.es/prestamoshipotecas/prestamoerasmus_es.html)  se especifica un término dentro del verbo estudias: un máster en otro país europeo pero no encontramos la fórmula final en el encadenamiento que se produce:

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En este caso, el anuncio describe las condiciones y requisitos de préstamo para realizar estudios de Máster en el extranjero: el Préstamo Máster Erasmus +. La frase publicitaria contiene como primer elemento si no estudias un máster en otro país europeo que posee una causa, el segundo elemento: es porque no quieres. El tipo de cláusula porque no quieres se trata de una expresión pragmáticamente marcada dentro del lenguaje ordinario para indicar una circunstancia en la que hay un único obstáculo para cumplir la voluntad de un individuo, y este obstáculo se plantea por parte del emisor  de forma que no supone un auténtico problema para el receptor

En la publicidad analizada se dice, pues,  que no hay ningún problema para realizar la acción del primer elemento, que si realmente se desea estudiar un máster en otro país europeo no hay ningún impedimento para ello. Se omite así cualquier tipo de información lingüística relativa a los amplios costes de vivienda, transporte o matrícula. Al igual que en el caso de Banco Santander,  si exploramos el link que hemos proporcionando más arriba, el contexto lingüístico de la página web  se habla en exclusiva del Préstamo Máster Erasmus +.De esta forma en el segundo elemento del enunciado se encierra un significado implícito porque no quieres contratar un préstamo bancario, pero expuesto mediante una fórmula lingüística que induce al receptor a asumir que contratar un préstamo bancario es equivalente a no tener ningún tipo de impedimento. El encadenamiento se realiza de forma que si hay préstamo, no hay ningún problema (~ problema) y si no hay problema, la acción no se realiza porque no quieres.Encontramos ejemplos de este tipo de fórmula en CREA como si no te curas es porque no quieres o No puedes porque no quieres.

 

Otro tipo de encadenamientos se producirán en los casos de la siguiente entrada, donde vamos a trabajaremos con dos publicidades provenientes de La Caixa y Caja Rural.

 

Juan Martínez Gil

En el este post nos proponemos comprobar si existe realmente un posible significado nuevo en el uso del término refugiados dependiendo del entorno en que se encuentre. El uso de dicha palabra ha aumentado considerablemente en estos últimos años debido, fundamentalmente, a la llegada masiva de los mismos al continente europeo. La importancia que adquieren para nosotros se relaciona constantemente con los efectos producidos por la crisis, como el aumento de paro o la reintegración de las personas con menos recursos en la sociedad. Ambos hechos se aplicarían directamente a los refugiados y, si a ellos sumamos los ciudadanos que se encuentran en esta situación, el resultado es un aumento de las tensiones tanto política como socialmente, hecho que se refleja lingüísticamente.

Para empezar, el Diccionario de la Real Academia Española define este término con una sola acepción: “Persona que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas se ve obligada a buscar refugio fuera de su país”. El diccionario CLAVE tampoco varía mucho su definición: “Persona que busca refugio fuera de su país de origen, generalmente porque huye de una guerra, de una catástrofe o de una persecución política”; aunque en este caso, remarca que se trata de un sustantivo diferente al de exiliado (“expulsado de su país de origen, generalmente por motivos políticos”).

En cuanto a la metodología, hemos realizado un trabajo de investigación partiendo de la hipótesis de que sí ha habido un cambio en la connotación de la palabra. Dicho trabajo ha consistido en analizar un 10% del total de los casos relacionados con la palabra refugiados a los que nos ha remitido el buscador del periódico El Mundo entre los años 2013 y 2015 y, dentro de estos, un 10% de cada año indicado, lo que nos dio un total de 289 casos. Para facilitar el manejo de la información, hemos dividido los casos en semestres. Una vez establecidos los parámetros de la investigación, se han establecido las dos posibles connotaciones que podía adquirir la palabra dependiendo del contexto en el que hallaba:

 

  • Visión solidaria: la palabra aparece unida a un vocabulario relacionado con los sentimientos de lástima, cuidado o protección hacia los refugiados.  Por ejemplo: “Muchos de ellos no han podido desayunar esta mañana porque sus padres no han podido permitírselo: son los refugiados que la guerra civil siria ha abandonado en la cuneta”. [http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/18/internacional/1361177335.html].

En este apartado se han incluido, además, los casos en los que el significado era neutro, es decir, en los que se relacionaba con una cifra o un dato estadístico. Por ejemplo: “La resolución se someterá a votación en las próximas horas y será la primera sobre Siria desde el inicio de una guerra civil que se ha cobrado más de 100.000 muertos y ha generado unos cinco millones de refugiados en la región”. [http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/27/internacional/1380238965.html].

 

  • Visión problemática o negativa: la palabra aparece emparejada al sentido de “problema político, económico y social” o, simplemente, se equipara a los refugiados con un obstáculo o inconveniente. Por ejemplo: “El número creciente de desplazados internos y de refugiados en el exterior está creando una mayor demanda de necesidades en todos los sectores, y está presionando las capacidades de los países vecinos, con consecuencias de dimensión regional”.  [http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/26/52bc568b268e3ed85a8b457a.html].

En el primer caso predomina una connotación de amparo o lástima hacia los refugiados; mientras que en el último, prevalece la importancia que tendrán las consecuencias de aceptar a un gran número de refugiados, dicho de otra forma, se le da mayor relevancia a los problemas económicos y sociales que ocasionarán en vez de a sus bajas condiciones de vida.

Después de analizar el corpus y centrarnos básicamente en los casos donde la visión era problemática, los resultados cuantitativos fueron los siguientes:

 

Evolución nº refugiados 2013-2015

 

 

 

 

 

 

 

 

Por una parte, en la primera gráfica, encontramos los casos relacionados con la palabra refugiados a los que nos remite el buscador de El Mundo. Como podemos ver, hasta el primer semestre de 2015 el aumento de casos en los que aparece es relativamente lineal, mientras que en el último semestre se produce un pico en el número de casos en los que aparece la palabra. Este aumento se corresponde con los meses inmediatamente posteriores a la tragedia de Lampedusa y con la posterior presión de los refugiados, por lo que se convirtió en un problema muy analizado en la prensa y la televisión.

Total de casos negativos

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otra parte, en la segunda gráfica, se observa el número de casos en los que aparece la visión problemática (casos negativos en la gráfica). Como podemos comprobar, hay un aumento en el número de casos con dicha visión: frente a los 7 casos de 22 (31’8%) que tenemos en el primer semestre, en el último obtuvimos 38 de 85, un 44’7 %; es decir, vemos en tan solo dos años un incremento de casi el 15% de casos cuya visión de la palabra refugiados adquiere el significado de ‘algo problemático’ en contraposición con la definición del DRAE propuesta al principio del post.

Igualmente, cabe decir que el sentido negativo solo se da en el caso de que la palabra aparezca en concordancia en plural y, más concretamente, en su valor colectivo. Si la palabra refugiado se presenta en singular o haciendo referencia a un caso en particular, nunca poseerá el significado relacionado con “problema”. Por ejemplo, en:

con aspecto abatido y confiando todo su entendimiento a su traductor, Ossamah Abdul Mohsen, el refugiado sirio acogido en España después de sufrir una agresión de una periodista en la frontera entre Serbia y Hungría, ha denunciado hoy las “trabas imposibles” que el Gobierno español le pone para reagrupar a su familia y el incumplimiento de la promesa gubernamental de la concesión de su estatus de asilado con protección internacional tras lograr huir de la guerra en Siria. [http://www.elmundo.es/sociedad/2015/12/18/5673da69268e3e586d8b4646.html].

resultaría muy complicado (o al menos extraño) que en este caso el significado de “refugiado sirio acogido en España” adquiriera un sentido de problema social y económico.  Y, lo mismo sucede si hablamos de los casos en los que el sustantivo concuerda en femenino (género marcado) o en los que estamos tratando un caso en particular: “Unos 30 refugiados de la guerra de Siria, entre ellos 15 menores, han llegado hoy al puerto de Málaga procedentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, saturado tras los últimos saltos de la valla”.[http://www.elmundo.es/andalucia/2014/04/04/533e8c5722601d7b1b8b4575.html].  Estos casos, resultan más llamativos aún si los comparamos con el significado de refugiados con valor de presión política y social: “La crisis generada por la masiva llegada de refugiados a Alemania ha provocado la reacción del gobierno alemán en todos los ámbitos”. [http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/23/562a6696268e3e35438b45ca.html].

Por último, es preciso señalar que en la mayoría de ocasiones el artículo analizado ha hecho referencia a los refugiados procedentes de Siria. Es más, hemos podido comprobar que cuanto más se acercaban estos a los países europeos, más aumentaban los casos cuyo significado tenía una connotación negativa. De hecho, en la gráfica 1 vemos como en los dos primeros semestres la subida es muy ligera, lo que se relaciona con el hecho de que en 2013 la mayoría de refugiados se encontraban en los países del este. En 2014 estos comienzan a presionar las fronteras con Europa ya sea por tierra o por mar, por lo que hallamos un aumento más fuerte en el número de artículos que tratan este tema. Y, por último, en 2015, la presión que ejercen se convierte en un problema para Europa, al que hay que sumar las tragedias como la de Lampedusa. Esto nos indica que, posiblemente, en los últimos tiempos se está dando más importancia al problema que ocasiona la llegada masiva de refugiados, sobre todo desde el punto de vista europeo, que a la situación crítica en la que estos se encuentran.

En conclusión, después de haber realizado esta investigación podemos decir que todo parece apuntar a que hay una nueva connotación para el término refugiados, que está apareciendo en unos entornos en los que antes no se daba. No siempre usamos y entendemos esta palabra tal y como aparece definida en el diccionario, le atribuimos un significado diferente en relación al entorno en el que aparece. Sin embargo, en este trabajo hemos dejado de lado un factor determinante en el uso de esta palabra: el hablante. Esto último es lo que trataremos en otro post, al que podemos llegar pinchando aquí.

 

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Quiteria Martínez Olcina

Como se veía en una entrada anterior , Endesa y El Corte Inglés ofrecían al consumidor un premio por el esfuerzo que había realizado, recompensa que se transformaba en rebajas por parte de El Corte Inglés y en energía por Endesa. Estos diálogos eran propios de un contexto de supuesta recuperación de crisis económica. La pregunta que se lanzaba en esa primera entrada era que qué habría pasado con estas narrativas publicitarias en tiempo de crisis. Con esta segunda, se pretende hacer un análisis contrastivo, remontándose justo al principio de la crisis económica, esto es, el periodo 2008-2009, para ver qué es lo que ha cambiado.

Se han escogido estas empresas porque demuestran una dialéctica que propicia un estudio sobre el antes y el después de una crisis que en un primer momento solo fue financiera. Resulta realmente llamativo que, como se apreciará más adelante, los anuncios de 2009 de Endesa y El Corte Inglés fuesen la antesala a sus spots de 2015. Lo que se planteaba como reto, mejora y desafío en un primer momento, en 2015 cristalizará como recuperación y recompensa por un esfuerzo.

El anuncio de 2009 de Endesa lleva por lema Hacia una nueva conciencia: para los hijos de tus hijos. Resulta sugerente que la narración del spot la sostengan niños argumentando que hay que cambiar las cosas:

“Es tiempo de que nos sentemos a hablar del mundo que queremos para ellos.

Sin exagerar que todo tiempo pasado fue mejor, ¡No me lo creo!”

[…]

“Vamos a tener que reinventarlo todo:

[…]

Y, sobre todo, la energía que mueva todo esto.

Volver a transformar las chisteras en conejos.

Y las empresas en desafíos.

No va a ser fácil, pero,  ¿acaso hay algo más impresionante que cambiar el mundo?”

            En este spot se muestran una serie de cosas que lo caracterizan:

Se expone de manera rotunda que se ha exagerado la realidad, puesto que no es cierto que “todo tiempo pasado fue mejor”. Lo exagerado implica que se dice que la situación que se está proyectando es hiperbólica y, por tanto, no resulta tan mala, porque no es así. No habría que argumentar que se está dentro de una crisis, sino que se vive igual de bien que en tiempos pasados (donde no la había). No obstante, no deja de haber implícito que exagerar la realidad:

a)     Suele decirse cuando se cree estar viviendo un momento complicado,

b)    y las circunstancias en las que se vive puede que sean peores que las del pasado.

 

En segundo lugar, dentro de esa realidad se especifica una primera persona del plural en la que quedan hermanados la empresa y los clientes: se necesita ese nosotros-juntos. Por tanto, el mensaje que lanza la compañía es realmente positivo. Quiere hacer grupo con todo el mundo para reinventarlo todo. Reinventar significa que hay que buscar nuevas formas de replantearse las cosas, reconstruir algo que no ha funcionado del todo.

Sin embargo, como se aprecia, hay que cambiar “las empresas por desafíos”. Las palabras empresa y desafiar tienen acepciones en el DRAE comunes:

Empresa: 1. f. Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo.

Desafiar: 4. tr. Enfrentarse a las dificultades con decisión.

Se puede llegar a pensar en el juego que se hace desde la palabra empresa. En este caso, no parece que el lema se refiera a la compañía (esto es, empresa como entidad), sino que más bien se utiliza la primera acepción del DRAE para remarcar la relación con la palabra desafiar y de esa manera conseguir un mensaje distinto: Hay que enfrentarse a una dificultad con decisión, tomando un hipotético problema como un reto . Esa retórica hace que el desafío se tome como un estímulo positivo para mejorar las cosas, en este caso, cambiarlas.

Sin olvidar que la empresa es una eléctrica y, en relación con lo anterior, la palabra energía se carga de una serie de sentidos que en el DRAE se definen como:

1. f. Eficacia, poder, virtud para obrar.

2. f. Fís. Capacidad para realizar un trabajo. Se mide en julios. (Símb. E).

Cuando argumenta que hay que reinventar la energía, no se refiere a la que se mide en julios. Se está utilizando la primera de las acepciones para remarcar, nuevamente, que hay que cambiar las cosas. En concreto, “cambiar el mundo”.

Conclusión, la situación no era tan mala, no hay que exagerarla y lo que hay que hacer es equipo para reinventarla y enfrentarse a ella haciendo un esfuerzo: tomando todo esto como un reto.

En una entrada anterior se veía esta misma empresa con su spot  en 2015, “para recompensar tu esfuerzo”, en esa campaña se muestra que se ha hecho un esfuerzo y hay que recompensarlo. Ese puede ser el esfuerzo que había que hacer en 2009 (“hay que reinventarlo todo”). La dificultad que entraña cambiar las cosas en un contexto de crisis grave se ve recompensada en 2015, puesto que se había anunciado que ya había acabado esta crisis.

Al contrario de lo que se decía en 2015, donde se veía que la energía era propiedad de la empresa, aquí en 2009 no se habla de que esta la da la empresa, aquí se muestra una energía mucho más abstracta que no se da, sino que se tiene. Es esa energía la que da la fuerza para cambiar las cosas. “No va a ser fácil”.

Por su parte, el anuncio de El Corte Inglés del año 2009 lanzaba una campaña muy interesante: por fin. Aparentemente, es un anuncio simple y sucinto, pero nada más lejos de la realidad. Patricia Conde realiza una enumeración extraña:

“Quiero lanzar un mensaje a los analistas de bolsa,

a los brokers

y a los expertos en economía.

A mi familia,

a mis amigas,

al índice Nikkei.

A mis vecinas,

a los que no os conozco

y a ti”

[…]

“por fin”.

            El escalonamiento de términos relacionados entre sí mediante campos semánticos llega a ser realmente irónico, teniendo en cuenta la situación de aquel momento. No obstante, no deja de llamar la atención la profunda vinculación que tiene El Corte Inglés con el receptor, es como si toda la enumeración se dirigiera de manera personalizada “a ti”, “por fin”.

Parece que se proponen 3 campos semánticos:

Finanzas

Analistas de bolsa

Brókers

Expertos en economía

Índice Nikkei

Allegados

Familia

Amigas

Vecinas

No allegados

Desconocidos

Receptor (a ti)

 

 

 

 

 

 

 

 

Se involucra al receptor del anuncio de manera directa habiendo realizado una enumeración de términos relacionados con lo bursátil, es decir, se marca la existencia de un contexto financiero poco estable, que tal vez era un impedimento para las rebajas.

Toda la enumeración se cancelaba, dando lugar a una oportunidad para afrontar el reto que planteaba el sistema financiero:

 “Mira qué zapatos me he comprado por 39 euros”

            Resulta realmente irónica la enumeración de sujetos como economistas, brokers o analistas de bolsa en un anuncio que busca que el receptor acuda a las rebajas, porque de esa manera puede ahorrar. La ironía acaba por conformarse en el momento en el que se cancela todo eso con el precio de unos zapatos, es como si se dijera que ciertos factores de la enumeración no importan tanto como los zapatos que el receptor, “a ti”, puede comprarse. Esta dialéctica remarca que, después de todo, las cosas no están tan mal y que por qué se debe pensar en toda esa enumeración anterior si alguien se puede permitir esos zapatos

Junto a esta cancelación, el marcador discursivo por fin (referencia cruzada) del final del anuncio marca que antes no se ha podido hacer algo y ahora sí que se puede. Ese esfuerzo es el estímulo para desafiar al contexto económico, convirtiendo la campaña de rebajas en reto y solución.

Respecto al spot de 2015: “te mereces unas rebajas como estas, y lo sabes” cabe destacar que en 2009 se sigue involucrando al receptor de manera directa. Lo que se merece el cliente en 2015 son unas rebajas, ya que había hecho un esfuerzo arduo para llegar hasta donde está. Por tanto, en 2015 “te lo mereces” entraña que alguien se ha ganado unas rebajas sin un contexto económico poco favorable, es decir, se ha desacreditado a brókers, analistas o a expertos en economía.

Para acabar, la relación que vincula los anuncios de ambas empresas en 2009 es el intento de solucionar sin exagerar un problema. Se articulan discursos con el único objetivo de afrontar una reinvención implícita. Se toman las dos el problema como un reto que cabe afrontar: Endesa remite con mucho lirismo que hay que mejorar una situación, porque juntos se va a poder. El Corte Inglés, por su parte, mediante la ironía afirma que nada de lo que pasa importa si hay una buena oferta. Por lo tanto, se articulan narrativas que expresan que, al fin y al cabo, la situación no es tan mala.

             El esfuerzo de mejorar las cosas y el triunfo aparente de haberlo conseguido es lo que subyace mediante el juego lingüístico que se propone en la publicidad de estas dos entidades en 2015. Afrontar una dificultad como un reto en 2009 es algo muy positivo que cristaliza en una supuesta victoria por parte de los receptores de los anuncios futuros.

Realmente, decir que se ha superado algo es complicado. Actualmente, no se tiene un anuncio Endesa 2016, pero sí el de las rebajas de El Corte Inglés y la retórica sigue siendo la de la superación de algo que se ha recuperado, “Por fin, ya me tocaba a mí”. Lo que sigue sucediendo es que cada vez más se apuesta por la dominación de las situaciones mediante el lenguaje, sin ir más lejos estas campañas de lo positivo fundamentan que todo ya está hecho, se ha superado y la tormenta ya ha pasado. ¿Qué sucede cuando el lenguaje dice algo y la situación no lo acompaña? Ya se verá, pero el poder del lenguaje para cambiar realidades es indiscutible.

 

Foto Amparo

Amparo Alemany Martínez

El mal o el buen uso del lenguaje será la clave del éxito o del fracaso de la propia comunicación. Es por eso por lo que Mark Twain ya apuntaba que: La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta, es la misma que entre el rayo y la luciérnaga. Partiendo de esta base y siguiendo con la temática de este blog: las palabras esconden o añaden sentidos que se han desarrollado a partir de esta crisis económica. Vivimos rodeados de estímulos que nos hacen estar hiperestesiados, la televisión, entre otros, ha abanderado la transmisión de lenguaje por medio de la publicidad. ¿Qué sucede con el lenguaje publicitario en tiempos de crisis? ¿Y cuando ya ha pasado esta?

La finalidad de esta entrada será la de establecer un estudio comparativo entre distintos spots publicitarios que basen su temática en la supuesta superación de la crisis económica, esto es, en el periodo 2014-2015: [

Mariano Rajoy en un encuentro empresarial, 11-12-14, minuto 1] “En muchos aspectos la crisis ya es historia del pasado”.

[José Luis Malo de Molina entonces director general del Banco de España, 24-11-14, minuto 0:14] “Es obvio que la economía española dejó atrás  hace varios trimestres la recesión y la economía está creciendo”.

Para  Rajoy y Malo de Molina es una realidad obvia. Nadie duda de la positividad del mensaje que defendían. En sus discursos de 2014 se apreciaba el principio del fin de la crisis.

Pero, ¿cómo se comprueba que se ha terminado? Dejando de lado estos discursos, la crisis ha supuesto un aumento de nuevas narrativas por parte de las grandes empresas. Por eso sus mensajes publicitarios arrojan luz acerca del momento que se está viviendo. Estudiarlos va a reflejar, en primer lugar, la situación contemporánea a dichas campañas y, en segundo lugar, mostrará hasta qué punto es cierto que se ha salido de la crisis. Por ello, se analizarán los mensajes publicitarios de  Endesa  y de El corte inglés.

Si se empieza con la compañía eléctrica, se debería recordar que entre 2013 y 2014 se lidiaba con la pobreza energética. A causa de ello, grandes compañías como Endesa, Iberdrola o Gas natural- Fenosa cortaron la luz a más de un millón de personas entre 2013 y 2014. Una de las campañas publicitarias que suscitó ciertas sensibilidades por esta situación fue la de Endesa en 2015. El año anterior ya había utilizado el mismo lema: Creemos en la energía de este país, sin embargo, no de la misma forma. El anuncio de 2015  tuvo muchas críticas y llegó a ser el peor anuncio del año. ¿Por qué? Esto se puede ver desde dos puntos de vista complementarios:

En primer lugar, el tema Creemos en la energía de este país es muy llamativo, tanto por el uso del verbo creer como por el de la palabra energía. Las acepciones que da el DRAE para energía son dos:

1. f. Eficacia, poder, virtud para obrar.

2. f. Fís. Capacidad para realizar un trabajo. Se mide en julios. (Símb. E).

Lo interesante de estos anuncios es que escogen la primera acepción y no la segunda, que sería la más propia, tratándose de una compañía eléctrica. Es un mensaje positivo: “creen” en este país. Respecto a los verbos, en 2014 se utilizó un discurso en el que la primera persona del plural englobaba tanto a la empresa como a los clientes: creemos, nadamos, caminamos, somos, etc. Lo cual lleva pensar que se habla de energía de todos y para todos:

Empresa + clientes = Nosotros

> nuestra energía.

Por el contrario, el spot de 2015 no utiliza la primera persona del plural de la misma manera. Si se sigue por entero la dinámica de este segundo anuncio, se comprueba que la empresa, cuando habla de ese nosotros, se dirige a ella misma excluyendo a los clientes. Con esta separación, la entidad se sitúa por encima de ellos, al ser quien da la energía que se necesita; esto es, ya no hay identificación empresa-clientes:

Empresa

Cliente

Creemos

x

Nos

x

Nuestra

x

Somos

x

tu (esfuerzo)

x

 

En segundo lugar y de manera complementaria, todavía resulta igual o más sugerente que lo que se esté diciendo en 2015 es que hay que recompensar el esfuerzo que el receptor del spot ha hecho.

“Si algo nos caracteriza es nuestra energía, energía para recompensar tu esfuerzo”.

Hay que entender receptor como:

a)     Cliente actual

b)    Posible cliente

Es decir, una entidad tiene el poder de recompensar a un sujeto, en este caso, el receptor del anuncio. Para este verbo (recompensar) el DRAE da 3 acepciones:

  1. tr. Compensar el daño hecho.
  2. tr. Retribuir o remunerar un servicio.
  3. tr. Premiar un beneficio, favor, virtud o mérito.

Por tanto, se puede concluir que, para recompensar, han de suceder una serie de acontecimientos:

a)     El sujeto que es recompensado ha hecho algo atrás en el tiempo para merecerlo; en este caso, no se dice lo que ha hecho.

b)    El sujeto que se ha esforzado tiene un motivo para ello.

c)     Hace falta algo que sirva como recompensa, la energía.

O lo que es lo mismo, Endesa plantea una serie de encadenamientos argumentativos:

< +esfuerzo +recompensa >,

< +recompensa +energía >, luego

< +esfuerzo +energía >

Esta retórica de la compensación no es exclusiva de Endesa. Dejando a un lado de momento a la empresa eléctrica, en época de crisis la gente busca gastar menos, ajustarse el cinturón. En esto, las rebajas son un gran aliado. En el anuncio de El corte inglés de ese mismo año, se lanza un mensaje que aparentemente guarda mucha relación con el que hace la compañía eléctrica. El slogan de esta empresa fue: “te mereces unas rebajas como estas, y lo sabes”.

El DRAE define merecer del siguiente modo:

  1. tr. Dicho de una persona: Hacerse digna de premio o de castigo. U. t. c. prnl. Te mereces un premio.
  2.  tr. Dicho de una cosa: Tener cierto grado o estimación. Eso no merece tanto dinero.
  3. tr. desus. Conseguir o alcanzar algo que se intenta o desea, lograr.
  4.  intr. Hacer méritos, buenas obras, ser digno de premio.

Al igual que el spot de Endesa, una acción como merecer implica una valoración positiva del sujeto al que se premia. La compensación viene dada de la mano de algo que se ha hecho antes. Lo que este sujeto merece son “unas rebajas como estas”. No sé sabe por qué lo merece, pero sí que El corte inglés puede recompensar porque está por encima del cliente y porque el receptor ha hecho una serie de méritos.

De la misma manera que en el anuncio de Endesa queda muy clara la separación entre cliente-empresa, en el de El corte inglés no. No se puede apreciar en esta campaña que se haga acopio de verbos para referirse a la empresa, ni tampoco elide la figura del receptor, más bien todo lo contrario. El spot se dirige al sujeto que se merece la recompensa en segunda persona, esto es: lo sabes, mereces, deja de verlo detrás del cristal, etc. El anuncio parece loar a un sujeto que merece un premio, en este caso las rebajas.

Si se comparan ambas propuestas, se puede ver que se vuelve otra vez al hecho de que una gran empresa argumenta que el receptor del mensaje se merece una recompensa por un esfuerzo, que no se sabe cuál ha sido ni por qué se ha hecho:

Recompensa

De manera aparente son unas campañas en las que aparece una empresa activa, que es la que da algo, y un receptor pasivo, que es el que recibe un reconocimiento. Entre ambas media una relación asimétrica marcada por los verbos recompensar y merecer. El gran protagonista de los anuncios es lo que se ofrece, esto es, el beneficio que puede proporcionar el esfuerzo. Se ha dicho que “la crisis es historia del pasado”, sin embargo se hacen campañas como estas en las cuales empresas con un gran potencial retribuyen cosas a sus clientes.

Que una entidad diga te lo mereces o que va a recompensar tu esfuerzo no significa que algo haya acabado del todo. Una de las cosas que se infiere es que estas empresas no han podido dar lo que proponen en los spots, algo se lo ha impedido. Es evidente que estas entidades buscan tener clientes que les aporten beneficios por medio de campañas que tal vez solo realcen la imagen de los receptores: “Te lo mereces, y lo sabes”. Lo cual lleva a plantearse hasta qué punto se ha superado algo, independientemente de lo que haya dicho o no el gobierno o el BE.

Las empresas analizadas en esta entrada continuamente recuerdan el esfuerzo que los consumidores han hecho estos últimos años; sin embargo, en ningún momento se menciona qué es lo que han hecho ellas. Es el momento de recompensar a las personas, sin saber cómo estas entidades tienen el poder de hacerlo. Realmente, ¿los clientes merecen un premio? En cualquier caso, una empresa no está en disposición de insinuar, sin contar con el consentimiento de sus clientes, que la crisis se ha acabado. Los clientes son en realidad los que más han sufrido esta situación económica. Para afirmar algo así, se tendrá que esperar un tiempo y ver cómo evoluciona todo: las empresas, la economía y los clientes.

Foto AmparoAmparo Alemany Martínez

  1.    Introducción

A nadie se le escapa que desde las pasadas elecciones, en vista del histórico resultado electoral, el discurso político de nuestros representantes ha variado ligeramente con respecto a hace cuatro años.  No dejamos de escuchar a todos los líderes pedir diálogo a los que hacía pocos meses consideraban rivales intratables. Ahora la pregunta es ¿Su uso es el mismo que, por ejemplo, en las pasadas elecciones de 2011?

Ese es el propósito de esta entrada: averiguar si se ha modificado su uso en el discurso político y su función en su argumentación. Para ello, se ha empleado la teoría de Ascombre y Ducrot sobre la argumentación y se partirá de estos dos ejemplos tanto en vídeo como en texto: por un lado, el discurso de investidura de Mariano Rajoy de 2011 (texto) y, por otro, el de Pedro Sánchez en 2016 (texto). Además, se ha empleado el programa Antconc para buscar las distintas concordancias que pueda haber en sus intervenciones.

Antes que nada, nos interesa saber qué se entiende, en general, cuando se pronuncia la palabra diálogo. Si seguimos la definición de la RAE nos encontramos con 2 acepciones que pueden resultar interesantes para aquello que se pretende estudiar en la entrada: (s.v.1) “Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”; (s.v.2) “Obra literaria, en prosa o en verso, en que finge una plática o controversia entre dos o más personajes”. A continuación, se procederá a realizar un análisis de ambos discursos en orden cronológico en relación a la palabra que nos interesa.

  1. 2.     El diálogo de Mariano Rajoy

La intervención de Mariano Rajoy tuvo lugar el 20 de diciembre de 2011. Los resultados electorales le habían dado la mayoría suficiente para gobernar al candidato popular (44,62% con un total de 186 escaños) y su discurso de investidura cuenta hasta en 9 ocasiones con la palabra diálogo: 5 en los primeros 10 minutos de su intervención y el resto a partir del minuto 44; mientras que en el centro de su discurso (en el que explica las medidas que se procederán a tomar) parece dejarla fuera. En ambos casos, lo que se puede observar, a priori, es un ofrecimiento del mismo a las distintas fuerzas políticas y a los ciudadanos con carácter de llegar a objetivos comunes, tanto en la primera parte de su discurso como en la recta final del mismo:

a)      “Esto es lo que propongo: gobernar desde el diálogo y la transparencia al servicio de unos objetivos comunes” (9’52”)

Por tanto, a pesar de esa mayoría que les permitía llevar a cabo su programa de gobierno sin necesidad de la aprobación del resto de la cámara, Mariano Rajoy abría paso a un diálogo no solo con las distintas fuerzas políticas de la cámara, sino también con aquellos que le habían votado y los que no (1h 14’40”). Así que la argumentación que se propone, en principio, es la siguiente: si la mayoría da más poder, dar oportunidad de diálogo abre la posibilidad de repartir ese poder y llegar a acuerdos que no sean unilaterales.

<+ Mayoría,  +poder>

 pero 

< +diálogo, +acuerdo  >

            De este modo, lo que se encuentra es una atenuación de la carga que conlleva haber obtenido en las elecciones más de la mitad de escaños en el congreso. Sin embargo, también se aprecian ejemplos como:

b)    “Los resultados electorales constituyen, sin duda, la mejor garantía de que las decisiones se van a tomar y podrán aplicarse al ritmo que sea necesario. Podremos gobernar con eficacia.” (7’50”).

Es decir:

<  +Mayoría, + garantía de decisiones >

Si se tiene en cuenta que fue su partido el que ganó las elecciones con una amplia mayoría, el seguro de que se tomen las decisiones son sus escaños y, de este modo, tienen la capacidad de garantizar aquello que consideren que debe hacerse y de vetar aquello que no; lo que lleva a la conclusión de que el poder, en realidad, lo detentan ellos. Sin embargo, esta nueva línea entra en conflicto con la argumentación anterior vinculada a la palabra diálogo que parecía estar destinada a facilitar el acuerdo con el resto de la cámara.

  1. 3.     El diálogo de Pedro Sánchez

¿Sigue siendo usada la palabra “diálogo” del mismo modo? El actual candidato a la presidencia, Pedro Sánchez menciona la palabra en su discurso del 1 de marzo de 2016 un total de treinta y una veces durante toda su intervención y en un contexto claramente diferente al que tuvo Mariano Rajoy: con la irrupción de dos nuevas fuerzas políticas (Ciudadanos y Podemos), no había ningún partido que detentase la mayoría de escaños y que pudiese conformar gobierno (los 4 rondaban entre el 28,72% y el 13,93%).

En esta situación parece ser claro que no hay nada decidido y que todos los grupos parlamentarios deben hablar entre ellos para tratar de obtener los suficientes apoyos con tal de gobernar. Siendo así, la palabra diálogo crece en su importancia y se convierte casi en algo distintivo de nuestro panorama actual político, como se observa en las propias palabras de Sánchez:

c)     “Es tiempo de cambio, de diálogo y, ojalá, también de acuerdo” (26’60”)

Así pues, parece que se ha pasado del mero ofrecimiento a la oposición sin poder que planteaba Mariano Rajoy a algo casi imperioso para lograr un gobierno estable. El aspirante a presidente recalca que:

d)    “¿Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no? Si es que sí, el diálogo y la colaboración dejan de ser una recomendación para ser una imprescindible obligación.” (38’45”)

En esta situación, no parece extraño que el número de veces en las que aparece la palabra haya crecido, como se decía, y que, asimismo, vaya acompañada hasta en 15 ocasiones por el término acuerdo y otras 7 por cambio; además de contraponerse 3 veces a imposición. De este modo, empleando la propia metáfora de Sánchez (minuto 32:00), se observa la siguiente argumentación: Se necesita un vehículo que es el acuerdo que, por medio del combustible del diálogo, les haría llegar a la meta que es el cambio:

<+ Diálogo, +  acuerdo >

<+ acuerdo, +cambio> 

            No obstante, parece que ese diálogo se restringe y no está abierto a todos. En diversas ocasiones se excluye al Partido Popular de dicha posibilidad al acusarles, incluso, de haber prescindido de él durante su mandato. Únicamente se les da la oportunidad en los pactos de estado, ya que uno de sus motivos para privarles de este, precisamente, es que el PP habría dejado de lado el diálogo durante su mandato:

e)     “Durante 4 años en esta cámara se ha prescindido del diálogo y del acuerdo con las diferentes fuerzas políticas” (30’20”)

Este hecho les sitúa, por tanto, en el centro del tablero para cualquier pacto político, es decir, para dialogar con todo el mundo porque son necesarios para cualquier acuerdo que se pretenda llevar a cabo.

f)     “Pero, por nuestra posición ideológica, somos la piedra angular de nuestro actual sistema político. Cualquier solución de Gobierno pasa inevitablemente por nuestra participación directa.” (45’00”)

Por eso, ante su rival directo que podría quitarle la presidencia en un posible pacto entre ambos (el PP y el PSOE), asumen el mandato que las urnas les han encomendado (31’50”) y que, junto con la responsabilidad encomendada por el jefe de estado (28’00”), están capacitados para excluir al partido del gobierno en funciones. Por lo tanto, al ser ellos el partido con mayor número de votos con capacidad de dialogar, son también, en cierta medida, el partido que más poder tiene frente a las negociaciones que puedan llevarse a cabo y los que, en principio, se quedarían con el gobierno de la nación durante los próximos 4 años. Así que ese diálogo parece ser también una medida para conseguir el poder:

< +Diálogo, + cambio >

<+cambio, -Partido Popular> –> 

<+cambio, + gobierno del PSOE >

            En conclusión, ya decía Escandell Vidal (2014: 97) que “los mismos argumentos que aparecerían en x pueden presentarse de manera natural para apoyar una conclusión diferente”. Y, si atendemos a los casos analizados, se puede observar que la palabra que nos ocupa se ha empleado en ambos casos como argumento para apoyar, sin embargo, fines distintos: Mariano Rajoy parecía utilizarla para mitigar la carga que comportaba tener la mayoría, mientras que Pedro Sánchez la ha empleado para tratar de conseguirla. En definitiva, esto demuestra que, a pesar de que haya un significado de base que se mantiene y es necesario para comprender lo que se dice, las circunstancias de cada situación hacen que el mismo pueda cargarse de otras connotaciones.

fotoSara Badía

 

Imputado o investigado, esa es la cuestión. Con la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) ni Chaves, ni Griñán, ni Ana Mato, ni Jordi Pujol serán nunca más imputados. Pero que no cunda el pánico, han dejado de ser imputados para pasar a ser investigados, aunque su estatus procesal no se ha visto alterado lo más mínimo. Así pues, con la nueva LECrim se daba paso a la actualización de una de las leyes más antiguas de nuestra legislación y que aparecía a finales del siglo XIX, en 1881 concretamente. Veamos cómo explicaba el ministro de Justicia, Rafael Catalá, el porqué de esta modificación:

El concepto de imputado […] se ha identificado con una especie de preculpabilidad y estamos asistiendo a debates incluso sobre la conveniencia de que los imputados tengan o no tengan funciones representativas […]. Hemos trabajado la posibilidad de modificar este término de imputado […] por investigado, que parece bastante más coherente con la función que es llevar a cabo una investigación. (http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/Portal/es/gabinete-comunicacion/noticias-ministerio/gobierno-modifica-lecrim-para, 13/03/2015)

Ahora bien, ¿son realmente sinónimos?, ¿es lo mismo decir que se va a imputar a alguien que decir que se le va a investigar? Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), imputar es “atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable” e investigar es “indagar para descubrir algo” o, como dice su segunda acepción, “indagar para aclarar la conducta de ciertas personas sospechosas de actuar ilegalmente”. Aparentemente, y teniendo en cuenta las definiciones proporcionadas por el DRAE, podríamos decir que ambos términos pueden emplearse de manera indistinta. Sin embargo, si buceamos en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), nos encontramos con que, al buscar imputado, un 80.70% de los casos aparece en textos de índole política o económica, frente al 44.17% de investigado. Así pues, vemos que la voz investigado es también muy recurrente en otros ámbitos como el de la salud (12.02%) o el de la ciencia y la tecnología (7.59%).

Sin embargo, fuera del ámbito jurídico, la distinción entre imputado y acusado parece no estar tan clara: ya que se observan usos en los que se utilizan indistintamente y esto se justifica en el hecho de que se trata de un lenguaje que no está especializado.  A continuación, pueden verse algunos casos en los que sucedo esto:

Hoy nos dicen que prefieren que no usemos la palabra “imputado” y nos lanzan una más del gusto de los seres australes, “investigado”, para referirnos a lo que en las llanuras del pueblo sigue llamándose “chorizo”. (http://blogs.elconfidencial.com/sociedad/espana-is-not-spain/2015-03-13/no-me-digas-imputado-dime-chorizo_727905/, El Confidencial, 13/03/2015)

Detienen a Rodrigo Rato acusado de los delitos de fraude, blanqueo y alzamiento de bienes (http://www.diariodeferrol.com/articulo/espana/detienen-rodrigo-rato-acusado-delitos-blanqueo-alzamiento-y-fraude/20150417012216120894.html, Diario de Ferrol, 17/04/2015)

Mario Conde, detenido y acusado de blanquear dinero procedente del ‘saqueo’ en el caso Banesto (http://www.20minutos.es/noticia/2718460/0/mario/conde/detenido/#xtor=AD-15&xts=467263, 20minutos, 11/04/2016)

En los casos anteriores puede verse, además, cómo se habla de acusado en los casos en los, en Derecho penal, se preferiría imputado. En Derecho, pues, la diferencia entre estos términos es que el primero es el paso previo al condenado, en tanto que una vez ha terminado la fase de instrucción, se pasa a acusar a los imputados por los supuestos delitos que puedan haber cometido; mientras que el segundo es aquel sobre el que se ven indicios de una posible participación en un hecho constitutivo de delito. Como resultado, en un uso no especializado, imputado se convierte en una palabra tabú, al verse contaminada por acusado, con la que se identifica en algunos casos. Quizás, la reforma de la LECrim apuesta por un término que no adquiera estas connotaciones y que no esté tan estigmatizado como el de imputado: se trata de investigado. Se estaría ofreciendo, así, una opción que resultaría más general y vaga, y que velaría por la presunción de inocencia. Investigado serviría de eufemismo, en la medida en que dispone de una intensión menor y una extensión mayor.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la nueva LECrim se topó pronto con una serie de críticas de los que consideraban que, con el cambio de imputado a investigado, se pretendía confundir a los españoles. Para ello, resulta pertinente analizar si los diferentes medios de comunicación, según su línea editorial, están empleando más o menos el término investigado. Por ello, se ha observado la incidencia, desde marzo de 2015 hasta marzo de 2016, de investigado frente a imputado en dos medios de prensa escrita con una línea editorial contraria: La Razón -conservador- y El País -progresista. Así, se han consultado las ediciones digitales de ambos periódicos y se han seleccionado manualmente los casos que servían para nuestro análisis. Veamos gráficamente los resultados de este análisis:

IMAGEN 5

Tabla 1. imputado frente a investigado en la prensa (2015-2016)

Los resultados obtenidos son significativos, dado que, al aplicar la prueba χ², p < 0.05. Esto nos permite comprobar que, aunque el uso de investigado todavía no ha alcanzado al de imputado, es notable que hay una diferencia en la frecuencia con la que esta voz se utiliza, en función de que el medio de comunicación que la utilice sea más o menos conservador. Teniendo esto en cuenta, habría que esperar unos años para ver si investigado termina sustituyendo al viejo imputado en los medios de comunicación o si, por el contrario, hay una resistencia férrea a ello.

Los medios de comunicación pueden tener repercusiones enormes no solo sobre los ciudadanos como creadores de corrientes de opinión, sino también como hablantes. Por ello, el uso que les damos a las palabras no es casual, como tampoco lo son los valores que estas pueden alcanzar en la sociedad en la que nos movemos. Las palabras pueden cambiar leyes, pero habría que ver si también consiguen corregir actitudes. La corrupción es un personaje más en nuestra vida: está presente en comidas, reuniones e incluso en bodas. Así que, por mucho que cambie el nombre que le damos, ya hablemos de imputado o investigado, la corrupción continuará teniendo una carga negativa y seguirá siendo vista como algo repulsivo.

 

Alicia SalinasAlicia Salinas

 

En un post anterior señalábamos que la presente crisis se podía considerar, desde una estilización retórica, como un problema entre unos proponentes y unos oponentes, e indicábamos que, hasta el momento, solo se habían actualizado dos discursos de las cuatro posibilidades lógicas que se planteaban: el proponente le habla al oponente mediante un discurso de la culpa (Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, las deudas se pagan…) y el proponente se dirige a otro proponente mediante un discurso del optimismo (Las crisis son oportunidades, cuéntame historias de éxito…). En esta tesitura, el oponente no dispone de un discurso alternativo y sus respuestas, casi todas ellas una negación de la fórmula del proponente (¡Sí se puede!, por ejemplo, evoca un No se puede previo), no hacen más que fortalecer el discurso dominante, el del proponente.

Las cosas han cambiado con la irrupción de Podemos en la vida pública española ya que, cuestiones políticas aparte, cuenta como uno de sus méritos el haber articulado un contradiscurso que cubre los dos huecos que hace año y medio estaban ausentes de la vida pública: el discurso  del oponente al oponente y el del oponente al proponente.

Vayamos por partes: no es que el oponente no hubiera creado contradiscursos; el 15M se caracterizó precisamente por la eclosión de eslóganes y de discursos, que han sido analizados en repetidas ocasiones (por ejemplo aquí y aquí); el problema consistía en su falta de unidad, frente al discurso monolítico y bien planteado del proponente. Podemos ha sintetizado todas esas contribuciones en un discurso que el oponente puede contarse a sí mismo y a los demás oponentes; comenzando por el propio nombre del partido, que remite tanto al ¡Sí se puede! del 15M como al Yes, we can de Obama y crea un neologismo inesperado (el uso intransitivo del verbo poder, según el DRAE, no se ajusta a este patrón: *yo puedo, *tu puedes, *él puede…). Este es un discurso positivo y voluntarista, una cualidad un escalón por encima de la indignación del 15M. Y es que los antiguos indignados parecen haberse empoderado no sólo de los espacios políticos, sino también del espacio lingüístico con un genérico podemos que puede completarse con cualquier continuación que implique una acción (podemos cambiar las cosas/ hacer otra política/ derrotar el pesimismo…). En esta construcción lingüística, el oponente es el sujeto, no el objeto. Es más, es un sujeto agente prototípico; es decir, que quiere actuar y que posee control sobre la situación (aunque no lo parezca, estas son características lingüísticas).

Y ese sujeto agente, ese oponente que se dice a sí mismo que él es posible, se dirige al proponente y lo denomina casta. Esta palabra tiene la virtud referirse por primera vez al proponente como tal, en conjunto, en bloque. Tal es la función de los sustantivos: seleccionar, de entre los objetos del mundo, aquellos a los que se refiere:  casas frente a  no-casas, certezas frente a no-certezas; castas frente a no-castas.  Esta operación es de una gran importancia, puesto que una vez que el proponente tiene un nombre, se puede operar sobre él: así, se puede hablar de la actual casta frente a las pasadas; de la nuestra frente a la de otros países; de la casta financiera frente a la política, y así sucesivamente. Esos agentes sin rostro de los que se hablaba en uno de nuestros primeros posts, en virtud de la capacidad denotativa del sustantivo, quedan identificados. De este modo, el descontento del oponente, que en el 15M se dispersaba en indignaciones diversas, posee ya un blanco fijo: la casta.

Se completa así el cuadro con las cuatro posibilidades lógicas que nos ofrecía la estilización retórica. En la crisis actual,

–el proponente le dice al oponente habéis vivido por encima de vuestras posibilidades

– el proponente le dice al proponente las crisis son una oportunidad (para ti)

–el oponente le dice al oponente podemos

–el oponente le dice al proponente sois la casta

Esquemáticamente, el resultado es el siguiente:

 

ProponenteOponente
ProponenteOportunidadCulpa
OponenteCastaPoder

Cuatro discursos explican la crisis: el discurso de la culpa (P–>O); el de la casta (O–> P); el de la oportunidad (P–>P) y el del empoderamiento (O–>O). Habrá observado el lector que se trata de cuatro elementos prácticamente independientes, sin apenas puntos en común. Tal parece ser la radiografía actual de la crisis desde un abordaje retórico. Resulta preocupante esta fractura en cuatro discursos de la actualidad retórica porque, por muy estilizadas que sean las figuras de proponente y oponente, detrás de ellos hay personas, personas que sufren la crisis, y lo que es peor, habitan nuestro país.

De entre las muchas aportaciones a la Lingüística general del filósofo Ludwig Wittgenstein, se encuentra la brillante idea de que el “lenguaje es un juego”, un juego con reglas, donde de su cumplimiento o incorrección depende que nos comuniquemos.  Una idea harto interesante, pues queramos o no, a cada instante somos jugadores en este campo lingüístico. A día de hoy, podemos verla reflejada en el desarrollo de algunas palabras como friki, que de mayo a julio  –y por el momento- es un término de uso que da mucho juego, en tanto que es “titular” en el marco de la política.  Por este motivo, el propósito de nuestro trabajo será analizar el papel que en los meses de mayo y junio ha jugado la palabra. Para ello trataremos de anotar una periodización del uso de “friki” en los medios de comunicación, en tanto en cuanto a su crecimiento significativo por estar en contacto con contextos políticos.

A grandes rasgos, debemos preguntarnos primero sobre la naturaleza de la palabra. Si acudimos al diccionario DRAE comprobaremos que ya incluye en un artículo de su vigésimo tercera edición este lema (que es un préstamo del inglés freaky), distribuyendo sus sentidos en tres acepciones y tratándolo de adjetivo coloquial: ¹“extravagante, raro, excéntrico”, y nombre común que señala a persona ²“pintoresca, extravagante” y ³“que practica desmesurada y obsesivamente una afición”. No podemos ignorar que los últimos años el término ha ido ensanchando cada vez más su cajón de significados (es decir, que paulatinamente ha ido señalando más cosas del mundo). A priori, al decir friki nos puede venir a la mente un joven adulto vestido de superhéroe anime japonés. Sin embargo, hoy se puede decir que uno es friki si ha llevado demasiado equipaje en un viaje de fin de semana. De este modo, si alguien quiere significar simplemente que algo es “extraño” o “impertinente”, en su mente puede albergar la posibilidad de uso de friki, con que puede multiplicarse enormemente en el uso por esta versatilidad. Con este marco general comenzaremos el análisis.

¿Cuándo entra friki en el campo de la política? En mes de mayo de 2014 Podemos –un nuevo partido político de ideas dinámicas e izquierdistas– consiguió un gran número de votos en las elecciones europeas, ante lo cual, partidarios de otros grupos políticos vuelcan una serie de relaciones y calificativos peyorativos sobre Podemos, y en especial sobre su líder: Pablo Iglesias. Un ataque que continúa hoy.

Grosso modo, podemos decir que el primer uso lo realizó el sociólogo del PP, Pedro Arriola, cuando el 27 de mayo declaró públicamente, en referencia al partido político Podemos: «aquí tenemos todos los frikis del mundo», «Todos los frikis acaban planeando sobre Madrid» (Forum Europa con José Juan Toharia y Pedro Arriola, min. 33:00 https://www.youtube.com/watch?v=iBIEaQ_OcPI). Lo que queda grabado en los medios es la asociación de Pablo Iglesias con el calificativo “friki” que Arriola le impone,  introduciéndole implícitamente la carga significativa (negativa) que tiene la palabra: persona con vestuario extraño, individuo extravagante, raro, pintoresco, infantil, inconsciente, etc.

Al instante se toma como un insulto hacia  Pablo Iglesias. El que oye estas declaraciones activa el entorno cognitivo (como diríamos según la Teoría de la Relevancia, las creencias que tiene un colectivo social)  y relaciona el “aspecto extraño” de friki, con el aspecto de Pablo Iglesias, quien viste informalmente y lleva el pelo largo. Como veremos en los ejemplos posteriores, detrás de este mínimo enlace cae toda una significación negativa (rareza, inconsciencia, excentricidad, infantilidad).

Desde el mismo día 27, la palabra friki pasa a formar parte del vocabulario de crítica política y posteriormente contactará con otras apelaciones dirigidas hacia Podemos. Antes de esto sabemos que hubo ya  referencias peyorativas hacia el partido; una de ellas se dio el mismo día 27 cuando Rita Barberá –alcaldesa de Valencia- tildó al partido elegido en las elecciones europeas de “grupúsculos”, “radicales”, “antisistema” y advirtió “Yo no quiero para mi país la política de Chávez” («Barberá: “Sabíamos que con la abstención se colarían grupúsculos radicales y antisistema”» http://www.atlas-news.com/agencia-internet/politica/Rita_Barbera-alcaldesa-valencia-podemos-elecciones-pp-25M_3_526177415.html, Atlasagencia, 27/05/2014).

Durante los últimos días de mayo y la primera quincena de junio se ha seguido empleando la palabra “friki” para referirse a la ideología de Podemos,  con  una serie de nuevos sentidos peyorativos. El 28 de mayo, en todos los medios se dio el debate sobre la figura de Pablo Iglesias y el término “friki” entró en un campo extensísimo de intercambio (redes sociales: Factbook, Twitter; declaraciones de prensa, radio, televisión), con lo que podemos rescatar ejemplos de comentarios como el del siguiente usuario de Facebook, que recopila irónicamente los atributos de Iglesias, entre los cuales tenemos el de sus votantes, que llama “Frikis”:

Podemos es ETA, Podemos quiere convertir España en Venezuela y Cuba, Podemos se financia con dinero del régimen venezolano, Pablo Iglesias es Hitler y Stalin, los votantes de Podemos son Frikis, Podemos quiere llenar España de inmigrantes, Pablo Iglesias es proetarra y apoya el régimen iraní, Pablo Iglesias compra la ropa en Alcampo, Podemos es antisistema, Podemos son radicales, Podemos es extrema izquierda, la coleta de Pablo Iglesias está llena de piojos…  (Facebook. “The ObserverULPGC” https://es-es.facebook.com/ObserverULPGC/posts/611082728988508  28/05/21014)

Algunos de estos atributos ya se habían ido asentando anteriormente, como en el día 26 de mayo cuando hubo comentarios tan llamativos sobre Podemos, en este caso de ataque, como el siguiente:

«Mucha bola se le está dando a este rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho. A ver si al final se lo va a creer y dentro de unos añitos, cuando sea mayor y ya no le guste jugar a poli(tico) bueno quiera jugar a ser salvador de la patria (ah no que los rojetes no tienen patria) bueno pues a salvador de la ciudadanía (que es muy progre) y se quieras convertir en un Chavez a Castro por aquí.” (La Gaceta “Pablo Iglesias se compra de Alcampo”, http://www.gaceta.es/josef/pablo-iglesias-compra-ropa-alcampo-26052014-1838 26/05/2014)

La relación con Hitler se explica por los dos “twits” consecutivos de Esperanza Oña, vicepresidenta del parlamento andaluz, quien comparó sus políticas también a día 26 de junio:

“Hitler ganó las elecciones en Alemania aprovechando el descontento general y convirtiéndolo en ilusión a su favor […] Pablo Iglesias, casi sin partido, sin gestión y siendo uno d los asesores del nada democrático Maduro, ha ilusionado a muchos” (Twitter, EsperanzaOña@esperanzaona.es https://twitter.com/esperanzaona )

Consecuentemente en el comentario de Facebook aparece en el mismo contexto que “Hitler”, “bolivarianos”, “extrema izquierda”, “radicales”, etc. porque antes de esto hubo una retahíla de apelativos despectivos, donde pasa a ser parte. Por el momento, la palabra simplemente se ha usado en el campo político, pero este todavía no la ha marcado (no ha cambiado su significado).

El 31 de mayo  se repiten los calificativos, aunque esta vez la palabra sí se relaciona con los insultos. El fenómeno siente una evolución, ahora friki se sustantiviza y pasa a señalar directamente a Pablo Iglesias, con lo cual los calificativos delimitan el sentido del término:

friki de la coleta que viste de Alcampo, que quiere expropiar a los bancos, asaltar los pisos vacíos (…) es producto del populismo. Este friki antisistema que pierde el pompis por Chávez y Castro, que se asemeja a Hitler (…)ha centrado todo el escrache verbal de los de la ultradiestra, la diestra y parte de la zurda Por friki, utópico e inconsciente (…) Pero es igual, lo importante es zurrarle al friki ese de la coleta porque lo suyo es intolerable (…) (“El friki de la coleta”. La voz de Galicia, Ernesto Pombo http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/05/31/friki-coleta/0003_201405G31P18995.htm  31/05/2014)

Friki pasa a ser sustantivo acompañado de complementos: 1) friki de la coleta;  2) friki que viste de Alcampo; 3) friki antisistema; 4) friki, utópico e inconsciente

En días posteriores, hubo periodistas que se revolvieron ante estas calificaciones y debatieron sobre si era apropiado o no hablar de Podemos como unos frikis, aunque el debate engarza muchas de sus polémicas con los sentidos de antisistema:

“-¿Es Pablo Iglesias un friki?/ -No, no lo creo. Es una persona que tiene una visión de la sociedad que es muy contraria a lo que quiere y defiende una mayoría muy inmensa.” (“Pablo Iglesias no es un friki”. La voz de Galicia. http://www.lavozdegalicia.es/noticia/politica/2014/06/01/pablo-iglesias-friki/00031401580544088679944.htm 01/06/2014).

En otro artículo del mismo periódico,  hay un intento de positivizar la figura del “friki” acudiendo a sus sentidos académicos  de extravagante, raro o excéntrico que hemos detallado antes:

Según la Real Academia Española un friki es una “persona extravagante, rara o excéntrica” condición, no necesariamente negativa” (GUITIÁN, Javier “Yo también soy un friki”. La voz de Galicia, http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/02/friki/0003_201406G2P14993.htm 02/06/2014).

Por otro lado, Guitián recuerda en tono protestante los términos que han rodeado a Pablo Iglesias en los últimos días “rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho”.

Días después sigue el debate, es sustituido de nuevo “Pablo Iglesias” por “El friki”:

¿cómo es que una cadena de televisión que pertenece a alguien tan afecto al gobierno actual permite la presencia, día sí y día también, a quien con tanto ahínco ese mismo gobierno se afana en llamar «friki»? ¿Y cómo es que “el friki” va a continuar haciéndolo como si nada hubiera pasado si es que realmente algo pasó? ¿Qué otras formaciones neutraliza Podemos? (MONTSERRAT NEBRERA, Vozpopuli http://vozpopuli.com/blogs/4495-montserrat-nebrera-una-lectura-conspiratoria-de-los-sucesos-recientes10-06-2014).

Continúa su evolución por el campo político, asentándose Podemos en el ataque como un fenómeno populista. Se usan expresiones como “populismo friki”: “sistema acechado por el populismo friki que nos asuela” (RUÍZ, Rafael: “El reto de Izquierda Unida”.  ABCdesevilla. http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/20140615/sevp-reto-izquierda-unida-20140615.html. 15/06/2014).  Sin embargo también siguen los comentarios positivos, pues este mismo día 15 también se usa la palabra en tono más positivo: “Esto dice algo muy bueno de una sociedad donde los frikis -así les llaman quienes tienen miedo a perder su parte del negocio- protestan de una forma tan ejemplar como democrática: votando.” (LÓPEZ, Laureano“Democracia Friki”. La voz de Galicia http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/15/democracia-friki/0003_201406G15P4993.htm  15/06/2014). Como vemos en el último uso, según el periodista en su artículo “Democracia friki”, “friki”queda restringido a un sector político determinado (tal como hemos ido señalando en nuestras observaciones).

Con todo, es lícito reducir que en el marco de la política la palabra sigue, por ahora, en un ámbito de designación despectiva.

Para finalizar el artículo, veremos un ejemplo que resalta a día 16 de junio, y que continúa la tendencia politizadora del término. Se trata del comentario del político Joaquín Leguina, quien afirmó por las redes sociales “El PSOE perdió más votos rumbo al PP en 2011 que los que se le han ido ahora hacia la izquierda friki” (Programa de televisión Las mañanas de Cuatro http://www.teleonlinedirecto.es/video/119977/cuatro/las-mananas-de-cuatro/leguina-califica-como-friki-la-forma-en-que-pablo-iglesias-prometio-acatar-la-constitucion.html ). Más tarde en televisión se debatiría el uso del calificativo. En la siguiente tabla hemos desglosado el uso de friki, junto con el de otros calificativos expedidos hacia Pablo Iglesias y a Podemos:

 

Mayo

26

27

28

31

Junio

1

2

10

11

15

16

16

suma

FRIKI

 

X

X

X

 

X

X

X

X

X

X

X

10

Coleta

X

X

2

Alcampo

(X)

X

X

X

4

Antisistema

X

X

(X)

X

4

Chávez (-ista)

(X)

X

X

X

4

Castro (-ista)

(X)

X

2

Hitler

X

X

2

Utópico

X

1

Inconsciente

X

1

Rojo

(X)

X

2

Bolivariano

(X)

X

2

Populista

(X)

X

X

3

Proetarra

X

1

Extravagante

X

1

Raro

X

1

Excéntrico

X

1

Izquierdista

X

X

X

3

Radical

X

X

2

 

 

 

(Entre paréntesis aquellos casos que no se relacionan directamente con “friki”)

 Comprobamos que las palabras más empleadas en relación con “friki” son las de  Antisistema, Alcampo, Castro y Chávez; aunque lo más importante es el mismo contexto de uso, el cual ha concedido finalmente a la palabra, mediante todas estas declaraciones, esta amplia significación.

A día de hoy, 30 de junio de 2014, el fenómeno parece no haber evolucionado mucho más. Pero siempre es importante captar estos fotogramas filológicos que demuestran la capacidad de extensión que tienen algunas unidades del habla cotidiana cuando se pone interesante el juego lingüístico.

Joan Deusa Dalmau

¡Qué tontos!

06/07/2014

En los partidos de fútbol, en las elecciones y en casi todas las situaciones de enfrentamiento hay vencedores y vencidos. Lo mismo ha ocurrido con la crisis: una serie de instituciones han salido a flote antes que el resto sin tener en cuenta los perjuicios causados. ¿Basta solo con ganar la batalla? Por supuesto que no. Tras los enfrentamientos se escriben comentarios, opiniones y crónicas, recursos que no son imparciales y actúan a favor o en contra del ganador. Su objetivo es lavar o condenar la imagen de uno de los participantes. Ahora que la crisis está remitiendo según un sector de la sociedad, será cada vez más común toparse con versiones de lo ocurrido. Se justificarán las actuaciones de los bancos, de los partidos políticos y de las empresas y se obviará lo que pueda ser perjudicial para sus propósitos.

La retórica estudia, entre otras cosas, la argumentación de lo sucedido en el discurso: según cómo se cuente un mismo hecho, las conclusiones a las que se llegan son muy diferentes. Actualmente, los anuncios constituyen uno de los discursos argumentativos más comunes por su carácter apelativo. Se puede comprobar todo esto en muchas campañas publicitarias, como la que apareció en 2013 con objeto de domiciliar la nómina de Bankia. En ella se cuenta una historia a través la cual se llega a una conclusión deseada. ¿Este relato es totalmente casual o tiene una causa? ¿estará relacionado con la situación que se vive hoy en día? Diseccionarlo será útil para descubrir y entender sus estrategias argumentativas y así construir una opinión crítica sobre aquello que cuenta:

https://www.youtube.com/watch?v=wW4lwcQQkm0.

En cuanto a la construcción narrativa del anuncio, llama la atención la forma de presentar los hechos. El spot está construido en forma dialógica: en él, los personajes se enfrentan por echar la culpa al otro. La chica actúa como sujeto protagonista y su objeto es mantener limpia la casa. Aparentemente el oponente es el hombre, que no cumple sus tareas domésticas. Él parece sorprendido ante la acusación de su pareja de no limpiar lo que le toca. En este momento la cámara barre la estancia. Esta aparece dividida en dos partes bien diferenciadas por una línea negra. La parte más destacada y visible, en parte por aparecer más tiempo en pantalla, llamada figura, es la mitad ordenada. El desorden del otro lado aparece solo unos segundos cumpliendo una función puntual, en un segundo plano, como fondo si se sigue la terminología de la Gestalt. Tanto el hombre como la mujer están situados en la parte limpia del salón, unidos en el ambiente que aparece destacado como positivo. Ambos, sorprendidos, preguntan al otro cuál es la parte que han limpiado: los dos señalan la zona aseada. De esta manera, todo queda en lo que la chica define como “un malentendido logístico”. El humor y la música final ayudan a crear ese ambiente distendido y humorístico que predispone al auditorio a tener una reacción positiva ante las conclusiones del anuncio: no hay culpable.

En la situación presentada se descubre que ninguno de los dos personajes de la historia ha tenido la culpa del desorden. No hay un protagonista y un antagonista reales. El oponente es, en realidad, un adyuvante según la terminología de Gerard Genette; es decir, es un personaje con el mismo objetivo que el principal, al que ayuda a cumplir lo deseado: mantener todo el salón ordenado. Ambos personajes han colaborado pero han limpiado los dos la misma mitad por error.

Al final del anuncio los dos personajes aparecen sentados en el sofá, uno al lado del otro, en la parte limpia y la mujer exclama cariñosamente “¡Qué tontos!”. Esto podría parecer un ataque directo a la imagen de ambos. No obstante, se trata de un caso de anticortesía. Fórmulas que parecen amenazantes, en determinados contextos de acercamiento, pueden ser corteses. En este caso es una muestra de la relación de proximidad y cariño entre ambos. Se trata de una apelación a los sentimientos del receptor para conducirle a la conclusión deseada por Bankia: las apariencias engañan, no hay culpables, todo se trata de un malentendido. De este modo, no parece razonable inculpar a uno de ellos porque presuntamente ninguno de los dos ha ensuciado y ambos están en el mismo bando. Los dos son inocentes porque han cumplido su parte del trato.

En el anuncio se concluye no es muy inteligente acusar a alguien sin tener pruebas suficientes, aunque haya ciertos indicios. Si ambos se esfuerzan por asear, si los dos están en el mismo lado del salón, no es adecuado echar la culpa a uno solamente.  De la misma forma que ambos están bajo sospecha de ser culpables de ensuciar, ambos mantienen su presunción de inocencia. ¡Qué tontería buscar un responsable!

Una vez analizada la composición narrativa de la historia, observemos ciertos aspectos de la construcción del discurso argumentativo de Bankia para llegar a la conclusión de que no hay culpable. Según la retórica, el primer paso es analizar las circunstancias que enmarcan la enunciación. Un factor de peso de este contexto será el oyente al que va dirigido. En este caso, se trata de los clientes potenciales y reales de Bankia. El anuncio presenta una pareja joven con ingresos suficientes para poseer un piso propio, por lo que es probable que estén en condiciones de domiciliar su nómina. Emplear estos personajes podría considerarse una apelación a un auditorio concreto. A la hora de componer un discurso, el público actúa como un limitador externo que va a evaluar las ideas que se expresan. Por lo tanto, el emisor debe cuidarse de emplear los argumentos adecuados para no malograr sus objetivos. Evitará dañar la imagen de su receptor y cuidará la suya propia. Siguiendo con las circunstancias en las que fue emitido el anuncio, es importante destacar el contexto de crisis. En el spot aparece los conceptos “ensuciar” y “limpiar”. Cabe analizar si solamente hacen referencia a la acción de mantener en un estado higiénico el salón. Del mismo modo ¿somos tontos al preguntarnos si en la actualidad hay algo que necesite ser limpiado?, ¿de qué se está acusando realmente?

En la enunciación de un discurso, un aspecto crucial para convencer al auditorio es la apelación a los sentimientos del receptor. En este anuncio se plantea una situación cotidiana: cuántas veces en una discusión de pareja no se dan malentendidos o uno no se ha sentido acusado falsamente por su compañero o compañera y, sin embargo, con el tiempo parece una tontería haberse enfadado. Creer en la propia inocencia es una reacción común y esperable en los enfrentamientos.

Además, el narrador enuncia una sentencia sentimental final que hace referencia a los lazos personales: “Cuando las condiciones están claras, las relaciones pueden durar para toda la vida”. Acorde con el eslogan, la pareja sigue estando unida, a pesar de las dificultades y de los malentendidos, otra apelación más al sentimiento. Esta sentencia parte de la premisa de las relaciones humanas y hace que el auditorio llegue a la conclusión implícita de que ocurre lo mismo en la relación con su banco. Es lo que en Teoría de la Relevancia se denomina una implicatura fuerte, es decir, una información recuperada que actúa como premisa o como conclusión de un razonamiento deductivo y que se puede deducir del enunciado. En este caso hay dos implicaturas, una  enfocada hacia el futuro y otro con la visión puesta en el pasado. Por un lado se implica que Bankia ofrece compromisos claros, por lo que la relación con sus clientes será duradera. También se deduce que si la relación ha durado hasta la actualidad es porque las condiciones han estado claras previamente. Esta frase enlaza con anuncios anteriores de Bankia como el que se analizó en este blog en abril de 2013 en los que se insinúa que este banco siempre ha estado junto a sus clientes y que los acompañará en el futuro (A Bankia no le sale) . Sería tonto culpar al otro si desde el principio se conocía bajo qué condiciones se realizaba el trato.

A este respecto y en relación con la selección de los argumentos, tan importante es lo dicho como lo implícito; es decir, la información que no se quiere dar para no impedir alcanzar el efecto esperado. En este caso la historia que cuenta el anuncio comienza in media res. El espectador puede ver el desarrollo de la acción cuando esta ya está empezada y la mujer define la situación como un “malentendido logístico”. Sin embargo, hay una parte de la historia contada que es desconocida. La pareja parece haber pactado previamente la limpieza de la casa. A cada uno le correspondía limpiar una parte equitativa del salón pero finalmente ambos han aseado la misma mitad por error. No se deja ver quién de los dos ha sido el que ha limpiado lo que no le correspondía. Tampoco es seguro si estaban en una situación de igualdad de conocimiento de los hechos. Tal vez, conocer esto podría entorpecer el camino a considerar la conclusión de la inocencia de ambos. Si no hubiera igualdad no sería tan tonto preguntarse quién es el verdadero culpable.

La conclusión final la historia es que ambos son culpables y que ninguno tiene más responsabilidad que el otro en lo ocurrido. ¿Qué se pretende con esto? El objetivo de los anuncios es convencer de determinadas conclusiones sean o no verdaderas mediante estrategias lingüísticas y audiovisuales. El auditorio debería permanecer alerta para asumir una postura crítica ante todo aquello que se le intenta vender por los ojos. Teniendo en cuenta los contratos confusos de las preferentes, el rescate de la banca por el Estado y la lucha de algunas compañías y partidos políticos por salir indemnes de delitos económicos, cabe preguntarse si Bankia está tratando de exculparse o de echar la culpa a otro. Según el anuncio ambos son responsables pero ¿quién ha ensuciado en la vida real?, ¿sus clientes?, ¿sus trabajadores?, ¿sus directivos?, ¿los dirigentes que lo han permitido? Si se reparte la culpa entre todos, ¿sería justo que la parte que sigue estando sucia la limpiara solo uno?

Hay diversas versiones de lo ocurrido en la crisis y surgirán muchas en el futuro. La de Bankia es solo una más que puja por ser la oficial. Por desgracia, la historia no son los hechos, sino sus versiones. Como dijo George Orwell: “la historia la escriben los vencedores”. ¿Quién es el ganador real de un conflicto? Aquel que consigue la versión oficial de lo ocurrido. ¿Hay que dejarles vencer? No seas tonto.

cuquerella foto

María Cuquerella Tejeda

El siguiente anuncio del programa de financiación del banco BBVA (2014) presenta los préstamos como buenas noticias:

https://www.youtube.com/watch?v=ZPtEfm-a8H4

[Periodista I] Ser periodista tiene estas cosas

[Periodista II] Que a veces, hay que dar malas noticias

[Periodista I] Pero luego, cuando sales a la calle…

[Chica, por el móvil] ¡Mamá, tengo el  préstamo para el máster!

[Periodista I] Descubres que cada vez hay más buenas noticias. Y lo más curioso es que no  las damos nosotros

[Hombre reunido en un bar] Tenemos la financiación, ¡ampliamos la nave!

[Periodista I] Las da la gente.

[En off] En BBVA queremos impulsar esas buenas noticias y vamos a hacerlo impulsando esos proyectos que te ilusionan y nos sacan a todos adelante. Porque eso es lo que hace un banco que siempre responde. Entra en BBVA, financiamos tus buenas noticias.

El eslogan de esta campaña es “financiamos tus buenas noticias”. En uno de los anuncios de esta campaña aparece una familia que se acaba de comprar un coche gracias a un préstamo que se les ha concedido y una pareja descolgando un cartel de “se vende” de un balcón. En el otro vídeo publicitario de esta misma campaña, aparece un empresario comunicándole a un hombre algo más mayor que pueden ampliar la nave porque tienen financiación y previamente, una chica que le anuncia eufórica a su madre que le han concedido el crédito para hacer el máster. No resulta chocante para el cliente potencial la relación entre “periodista” y “noticia” y el anuncio juega contrastando las “malas noticias” con las “buenas noticias”.

Esta entrada se centra en analizar, en concreto, el uso que se hace de la relación “préstamo para el máster” y “buena noticia” ([Chica, por el móvil] ¡Mamá, tengo el  préstamo para el máster! [Periodista I] descubres que cada vez hay más buenas noticias).

El encadenamiento argumentativo que se sucede en el anuncio es el siguiente: “tengo el préstamo para el máster” se considera una “buena noticia”. La argumentación discursiva en la lengua funciona encadenando uno o más enunciados en una dirección ilocutiva concreta, que se unen mediante creencias comunes de las que forman parte tanto el locutor como el alocutario, y que por tanto deben ser, comunes, generales y graduales. Estas se denominan garantes o topos según la teoría de Acombre y Ducort, de forma que, por ejemplo, si aceptamos que “buena noticia” funciona en el anuncio como punto de articulación (es decir, topos) y hace de eje para encadenar los argumentos, tenemos que, en tanto que común, el oyente sabe que “buena noticia” es algo positivo, un suceso que vaya a ser motivo de alegría; en tanto que general, una “buena noticia” puede utilizarse, como en el propio anuncio, para diferentes situaciones (en este caso, para poder estudiar un máster, pero también para poder comprar un piso);  y en tanto que gradual, se opone en una escala <+Buenas noticias, -malas noticias>. Así, el oyente es capaz de deducir, primero, que hay préstamos disponibles (cada vez más) y, segundo, que es fácil conseguirlos. Además, el eslogan de la campaña, “financiamos tus buenas noticias”, refuerza esta misma conclusión: “en BBVA te damos crédito”, que es la que en última instancia más le interesa transmitir al enunciador.

Se produce de este modo una relación de encadenamiento argumentativo del par <+Préstamo, +buena noticia>. Este uso no resulta sorprendente en los ámbitos hipotecarios o empresariales, pero en esta entrada se analiza este encadenamiento en relación con la educación, y por ello cabe plantearse si <+Préstamo, +buenas noticias> representa un uso normal de estos términos.

Al consultar en la base de datos de CREA dicho encadenamiento no hemos podido encontrarlo en época anterior a la crisis (tampoco posterior). Ni si quiera encontramos el sintagma “buena noticia” en los ámbitos propagandísticos o educacionales en esta base de datos, aunque sí que es común en otros como prensa,  novelas, etc., pero en ningún caso relacionando el término “préstamo” con “buena noticia”.

Por último, el encadenamiento <+Préstamo, + buena noticia> no aparece tampoco relacionado con la educación en bases de datos de los tres grandes periódicos: El Mundo, El País y El ABC. Solo se puede encontrar “préstamo” y “educación” en noticias relacionadas con el nuevo sistema de préstamo de libros de texto que adoptaron algunas comunidades el año pasado, en los tres periódicos (por ejemplo, en este artículo de El ABC: http://www.abc.es/comunidad-castillaleon/20130217/abcp-releo-presta-libros-texto-20130217.html).

Relacionado con la concesión de crédito para posgrado solo encontramos un artículo que incluye préstamo y educación, publicado el 8 de mayo de 2013 en El País, que denuncia la incapacidad de los jóvenes de devolver el crédito que fue prestado por el gobierno de manera inmediata: El paro atrapa a los posgraduados que pidieron créditos universitarios (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/27/actualidad/1369679458_306057.html).

En noviembre del año pasado, también en El  País, se publica un artículo que habla del crecimiento en las peticiones de crédito a las entidades bancarias para realizar estudios de posgrado: Máster con financiación a la medida (http://economia.elpais.com/economia/2013/11/01/actualidad/1383305590_120751.html) y apenas unos meses después nace esta campaña del BBVA.

Siendo así, sin haber encontrado ningún ejemplo de “buena noticia” y “préstamo” anterior a esta campaña publicitaria, podemos concluir que la entidad bancaria nos propone el nuevo encadenamiento <+Préstamo, +buenas noticias> en el ámbito educacional y por tanto, al establecer  esta relación como algo positivo, propone un cambio semántico de estas nociones.

Por último, me gustaría destacar que un anuncio así es imposible de entender fuera de la situación económica actual de crisis que se viene arrastrando varios años, dado que en principio la función de los bancos es conceder crédito (por ello no nos sorprende los usos de la palabra préstamo para empresa, vivienda o vehículo) y por tanto solo se puede entender que esto sea una “buena noticia” si el oyente sabe que los bancos han tenido poca liquidez durante el periodo de crisis.

Además, antes de las fechas actuales sería imposible considerar que un préstamo para los estudios fuera una buena noticia,  ya que las becas no se habían visto reducidas y llegaban a gran parte de la población estudiantil. El artículo Máster con financiación a la medida señala que la petición de créditos crece desde el año pasado y ni siquiera está normalizada todavía. Este anuncio debe hacernos reflexionar sobre lo que significa realmente “buena noticia” y debemos pararnos a pensar si lo que se nos plantea como “buena noticia” en este contexto, realmente lo es. A la hora de la verdad, ¿hasta qué punto es una buena noticia el poder estudiar con un dinero que deberá ser devuelto con intereses, lo cual además implica intrínsecamente que se necesita un préstamo para estudiar, y por tanto, que estudiar es caro?

 

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Mar Moreno Valero

    Brotes verdes, rayos de esperanza, luz al final del túnelahora es momento de optimismo, o al menos, ese es el discurso del gobierno que predomina desde el mes de junio de 2013: el 13 de abril, De Guindos afirmaba que veía “signos de recuperación”; ese mismo mes, Cospedal decía que “ya se ve la luz al final del túnel”; el 15 de junio, Rajoy repetía que “ya se ve la luz al final del camino” y De Guindos explicaba que estábamos en un “punto de inflexión”; un mes mas tarde, Rajoy insistía en que “le hemos dado la vuelta al reloj de arena”; y De Guindos continuaba con la aparición “una pequeña flor de invernadero” y un “cambio de ciclo”; finalmente, la expresión más reciente es la de Rajoy “hemos atravesado el cabo de Hornos, en febrero de 2014.

Como vemos, se trata de un discurso de carácter optimista en el que podemos observar un uso frecuente de la metáfora para hablar de los esperados signos de recuperación económica. Este tipo de discursos esperanzadores no son nada novedosos, ya que, tal y como explicaba Norman Lamont, Ministro de Hacienda del Reino Unido, en todos los periodos de crisis se presiona a los ministros para que trasmitan mensajes positivos sobre la situación económica del país:  “there was always ‘huge pressure’ on ministers to talk up the economy”. Efectivamente, si rastreamos los discursos políticos de distintos periodos encontramos metáforas de carácter optimista relacionadas con la recuperación económica, y la más sonada de todas fue la que escogió el mismo Lamont, durante la crisis económica de 1991: “The green shoots of economic spring are appearing once again”. Esta expresión generó una gran polémica, por ello, desde aquel momento los políticos se lo pensaron dos veces antes de hablar de recuperación económica: Ever since Norman Lamont’s famous “green shoots” of recovery speech, politicians have been understandably wary of prematurely calling the turn in the economy. Sin embargo, con el tiempo se comprobó que las predicciones de Lamont resultaron certeras, o por seguir con la metáfora, que sus brotes verdes crecieron tanto como esperaba y dieron sus frutos.

De este modo, la expresión se salvó del envilecimiento y fue recuperada en 2009 por Baroness Vadera, Ministra de Industria y Comercio del Reino Unido: «I am seeing a few green shoots but it’s a little bit too early to say exactly how they’d grow”. Automáticamente fue criticada con los mismos argumentos que se utilizaron contra Lamont: “The Conservatives said the comments, made to ITV News, had been ‘unbelievably insensitive». Pocos meses después, en España, Elena Salgado, ministra de Economía y Hacienda del entonces gobierno de Zapatero, parafraseó el aforismo inglés en referencia a los frutos del Plan E:

“Nosotros creemos que [la economía] está comenzando a tener, como dicen en algunos países, algunos brotes verdes a la vista. Por el momento sólo son brotes, que habrá que esperar que crezcan y den su fruto”. (20 minutos, 06-05-2009)

Como era de esperar, teniendo en cuenta la poca fortuna que había tenido la expresión en el extranjero, en España tampoco fue bien recibida y la oposición la criticó duramente: «los únicos brotes verdes del Gobierno son subidas de impuestos«, criticaba Cristóbal Montoro, y Güemes, secretario de Comunicación del PP madrileño, afirmaba que “Los brotes verdes de Salgado son de marihuana y se los ha fumado el Gobierno”.

Hoy en día podemos comprobar de primera mano que los brotes verdes del 2009, a diferencia de los de 1991, no han crecido ni han dado ningún fruto. Es por esto que la expresión queda envilecida y llega a considerarse como tabú dentro del discurso político actual porque recuerda automáticamente las desacertadas predicciones del gobierno de Zapatero. Así lo demuestran las declaraciones de Cospedal:

“Bajo ningún concepto podemos emplear la expresión ‘brotes verdes’, que usó en 2009 Elena Salgado, ya que esa coletilla se quedó grabada en la memoria de todos y fue empleada para atacarla a ella y al Gobierno de Zapatero cuando las cosas empeoraron”. (El confidencial digital, 17-01-2013)

Y también Rajoy esquiva los brotes: «Nunca me habrán oído hablar de prematuros brotes verdes, periodos de bonanzas, recuperaciones a la vuelta de la esquina, nubes pasajeras ni anticipos primaverales».

Pero la historia se repite: el gobierno actual del Partido Popular tiene la necesidad de trasmitir un mensaje optimista sobre la supuesta recuperación financiera, de modo que, como no puede echar mano de los brotes verdes, utiliza una serie de expresiones metafóricas que sirven como sustitutos: signos positivos incipientes, rayos de esperanza, señales esperanzadoras, signos de recuperación, punto de inflexión, la luz al final del túnel ( o camino), hemos dado la vuelta al reloj de arena, una pequeña flor de invernadero, cambio de ciclo, se ve la luz, hemos atravesado el cabo de Hornos. De todas ellas, una pequeña flor de invernadero fue utilizada una única vez por De Guindos en el 2012, y fue rápidamente relacionada por la prensa con los brotes verdes, de modo que ya no se volvió a repetir. Tras rastrear en la prensa las diferentes declaraciones del gobierno, observamos que, exceptuando esta expresión, ya no volvemos a encontrar más metáforas relacionadas con el campo de la jardinería, pues desde el punto de vista cognitivo, están demasiado cerca de los desdichados brotes verdes. En el análisis Luz al final del túnel, hemos atravesado el cabo de Hornos o cambio de ciclo, vemos que activan un campo cognitivo mucho más alejado, ya que dibujan una imagen mental en la que la dirección ya no es vertical, de abajo a arriba, sino horizontal, de atrás hacia delante.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo del Gobierno por romper los vínculos con las desacertadas predicciones del PSOE en el 2009, la prensa y la oposición ven todas estas expresiones como sustitutos o reformulaciones de los brotes verdes: “El Gobierno ya ve brotes verdes en la economía española”; “El PP sigue con la falacia de los brotes verdes”; “Zapatero dice que él habló de brotes verdes y ahora se habla de pinos enormes”. En la declaración de Zapatero se utiliza la técnica que consiste en activar otros elementos del dominio de la metáfora, de manera que Zapatero juega con los elementos de la naturaleza y del crecimiento y los lleva al extremo (“pinos enormes”). Por tanto, la expresión sigue teniendo hoy en día mucho peso y oscurece o envilece cualquier tipo de expresión metafórica, tanto si es muy cercana a ella (“pequeña flor de invernadero”) como si está mucho más alejada (“luz al final del túnel”).

Hemos visto cómo el discurso retórico se repite a lo largo de los distintos periodos de crisis, tanto por parte del gobierno, como por parte de la oposición: el gobierno emplea metáforas para hablar de signos de recuperación con los brotes verdes y la oposición ataca el discurso optimista tachándolo de “insensible”; ahora el gobierno emplea otras metáforas sustitutas de los brotes verdes para trasmitir el mensaje optimista y los grupos de la oposición contestan con los mismos argumentos, es decir, acusando el discurso del gobierno de “irresponsable” y “alejado de la realidad”, “falto de credibilidad” y “autocomplaciente”:

“[Rubalcaba] Reprochó a Rajoy que se agarre a la prima de riesgo y omita ‘la vida de los españoles’ que se concreta en datos como los recortes de ayudas, de prestaciones, de dependencia, de sanidad o de educación…¿en qué país vive usted?” (El País, 25-02-20014).

que es justo lo que se le achacaba al gobierno de Zapatero con los brotes verdes.

Ahora toca optimismo, pero hemos podido comprobar cómo este optimismo se muestra de forma cíclica en el discurso político de los diferentes periodos de crisis. Para trasmitir este mensaje positivo es recurrente el uso de metáforas esperanzadoras que analizaremos con detalle en la siguiente entrada para ver a qué ideas y conclusiones nos conducen.

Foto Guadalupe

Guadalupe Espinosa Guerri

 

El Banco de Santander acaba de lanzar una campaña publicitaria relacionada con la concesión de créditos e hipotecas. Dicha campaña está encabezada por el marcador discursivo «por fin»:

https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=K1L6FxR6CRY

 

santander

Y así aparece también en su cartelería.

 

Contra lo que pudiera parecer, la elección de este elemento lingüístico es menos casual e inofensivo de lo que pudiera parecer; pero, para demostrarlo, será necesario introducir  una pequeña explicación lingüística.

En primer lugar, una observación: en otras lenguas vecinas existen pares de marcadores que tienen la palabra fin como raíz: en francés, finalement y enfin; en catalán, finalment i per fi; en italiano, finalmente e infine.  Del mismo modo, en español por fin se relaciona con otro marcador discursivo de origen semejante: finalmente, hasta el punto de que, en una primera lectura, se podría considerar que se trata de dos sinónimos. Sin embargo, el Diccionario de partículas discursivas del español(DPDE)  deshace la supuesta sinonimia en la definición de cada uno de estos dos marcadores. Mientras que finalmente  «introduce el miembro final de una serie discursiva de elementos ordenados como aspectos de un mismo tema», por fin  «presenta el miembro del discurso en el que aparece como un acontecimiento deseable que pone término a un proceso esperado». Es decir, que el adverbio en -mente está más ligado a la sucesión temporal de acontecimientos, mientras que por fin asume un significado más complejo, que sobrepasa dicho valor temporal. Finalmente y por fin no son sinónimos y su elección supone una decisión consciente por parte del emisor.

Hecha esta aclaración, queda claro que, cuando una campaña publicitaria elige  por fin como elemento más destacado en sus carteles, está dando a entender algo que supera la mera secuencia temporal no conceder préstamos > conceder préstamos. Veamos qué valores esconde dicho marcador: si uno de nosotros está esperando veinte minutos a que le traigan el segundo plato en un restaurante, cuando llegue el camarero con la comida puede recibir a ambos con un ¡por fin! exclamativo, pero no con #¡finalmente! Lo mismo ocurre cuando llega tarde a casa nuestra hija de trece años,  cuando nos ingresan un pago atrasado o cuando sale el jugador estrella a mejorar el desastroso juego de nuestro equipo favorito. En todos estos casos, existe a) un acontecimiento negativo para el hablante, cuyo control está en cierta medida fuera de su alcance; b) dicho acontecimiento posee una duración superior a la esperada; c)  se pone fin con el hecho que provoca el marcador; y d), supone un beneficio para el hablante.

En el caso que nos ocupa, lo que el Banco de Santander  parece querer decirnos con la elección de por fin es que el hecho de no conceder préstamos o hipotecas es negativo y que, en efecto, ha durado más de lo que se esperaba, pero  no  dependía de sí mismo y que supone tanto alivio para la entidad el poder concederlos como para el ciudadano recibirlos. Es más, puesto que la ausencia de control sobre la situación se presenta, mediante este procedimiento retórico, como algo compartido con la ciudadanía, el BS parece querer situarse junto a ella, al observar, preocupado, que la imposibilidad para acceder al crédito depende de algún elemento externo a la entidad bancaria. Con por fin, banca y ciudadanos se alinean en el mismo bando.

Dejamos para las páginas de economía el decidir si esta visión de los hechos se corresponde con lo que ha sucedido en la realidad. Nos contentamos con constatar cómo la elección de por fin es marcada, responde a una voluntad concreta y se propone como la narración de lo que ha sucedido entre los bancos, el crédito y nosotros durante estos últimos años. Recordemos una vez más que, en Retórica,  cierto es únicamente lo que no se discute. Si no hay voces discordantes, esta será, para las generaciones venideras, el relato verdadero de lo que ha ocurrido.

Salvador Pons Bordería

Enlace al blog de Tomás Córcoles

Mentar al diablo

17/10/2013

 El día 13 de abril de 2013, María Dolores de Cospedal zanjó el polémico debate a propósito de la legitimidad de los escraches (según el País, «propuesta calcada de Argentina, donde las víctimas de la dictadura llevaron su denuncia a los barrios o puestos de trabajo de los responsables de la represión») calificándolos sonoramente de «nazismo puro». En este escrito nos proponemos reflexionar sobre la repercusión de estas palabras en el seno del debate que se estaba llevando a cabo y que, como veremos, termina abruptamente tras la intervención de la secretaria general del PP. Hacemos esto siguiendo la impresión, tal vez infundada, de que el funcionamiento argumentativo  de la comparación entre Hitler y un elemento cualquiera funciona de manera anormal en este caso, y en otros en los que se ha aplicado el mismo argumento en los últimos tiempos.

Uno de los recursos argumentativos más utilizados a lo largo del siglo XX ha sido la comparación sistemática de un elemento X con Hitler, o con cualquier de sus múltiples atributos, con el fin certificar su negatividad. Podría incluso decirse que la figura del dictador ha sustituido en el último siglo el puesto dejado por el Demonio —por desgracia, parece que la plaza de Dios sigue vacante—. Este hecho se cumple en todos los ámbitos en los que pueda aflorar una argumentación, desde una conversación en una cafetería hasta una sesión del Congreso de los Diputados. Tanto es así que Leo Strauss, en su libro de 1953 titulado Natural Right and History, llegó a proponer, en lugar de «reductio ad absurdum», la idea de «reductio ad Hitlerum»:

« […] we must avoid the fallacy that in the last decades has frequently been used as a substitute for the reductio ad absurdum: the reductio ad Hitlerum. A view is not refuted by the fact that it happens to have been shared by Hitler. »

Para poder entender esta idea es necesario saber que un paralogismo (fallacy, en inglés) es una argumentación no válida, cuya forma recuerda a la de una argumentación válida. Así, una «reductio ad absurdum» sería un tipo de paralogismo, según el cual se comparan dos expresiones que, aunque lo parezca, no mantienen una relación «real». De modo que la conclusión que se alcanza es absurda. Por ejemplo, en una discusión a propósito de la existencia de los ovnis, un creyente argumenta al escéptico que, si su razón para no creer en ellos es no haberlos visto, por la misma razón debería negar la existencia de la Gran Muralla China, teniendo en cuenta que no la ha visto nunca. Esta idea carece de fundamento: es una analogía no válida.

El abuso que se ha realizado de este argumento de manera poco rigurosa lo ha desprestigiado tremendamente, hasta el punto de que en 1991 Mike Godwin expuso, aplicada a las conversaciones online, la idea de que aquel que mencione a los nazis en primer lugar habrá perdido automáticamente cualquier debate que estuviera llevándose a cabo. Equivaldría algo así a un «me rindo» o incluso «pasapalabra».

No obstante, nos vamos a atrever a puntualizar esta idea y a proponer que el hecho de que alguien recurra a este argumento, que pone fin a toda argumentación posterior—la refutación más habitual a esta es acusar de lo mismo al que lo ha pronunciado en primer lugar; se llega a una especie de «punto muerto»— puede responder a un fin que excede a las reglas básicas de la argumentación: ponerle fin de una vez por todas. Observamos que, a lo largo del desarrollo de un debate, va aumentando paulatinamente la agresividad de los argumentos hasta que se alcanzan unos puntos que son excesivamente molestos para una de las partes. Cuando esto ocurre, se sacará a relucir más pronto que tarde la comparación con los nazis. De esta manera se pone fin al incómodo debate. Con esto, lejos de cambiar los planteamientos establecidos por Strauss, Godwin y otros autores, pretendemos dar un paso más allá: atisbar las consecuencias que este argumento puede provocar en fases siguientes de la argumentación.

Para comprobar si esto es plausible, analizaremos en qué medida las palabras de María Dolores de Cospedal influenciaron en el debate que se estaba llevando a cabo y en el que se lidiaba el controvertido debate a propósito de la legitimidad de los escraches. Este debate surgió, a finales de febrero de 2013, a raíz del incremento en el número de desahucios en España. Así pues, nos esforzaremos por resumir la trayectoria más destacada del debate en cuestión, para lo cual haremos uso de cuatro diarios digitales (la Razón, el ABC, El País y Público) con el fin de reconstruir el panorama cronológicamente, como si de un puzle se tratara.

Desde septiembre u octubre de 2012, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) empezó a esforzarse en frenar o, por lo menos, complicar, los desahucios que, de repente, parecían proliferar por todo el país. Con este fin acudían a los domicilios de los afectados, apoyándoles en su protesta y llegando incluso, en ocasiones, a evitar algún desalojo. Ya en el mes de febrero de 2013 se decidió trasladar las quejas directamente a los domicilios de los políticos. Así, leemos el 14 de febrero en El País, «la PAH intensificará sus acciones para presionar a los diputados».

Pronto, por supuesto, surgirá el dilema y, con él, los bandos: estas propuestas en la puerta de las casas de los políticos, ¿son justificables éticamente? La responsabilidad de los políticos, ¿es razón suficiente como para violar su derecho a la intimidad, si es que verdaderamente se viola? Inmediatamente se forman los bandos necesarios para que pueda desarrollarse cualquier debate: en una primera línea encontraremos a aquellos que están de acuerdo con las medidas de presión llevadas a cabo por la PAH, y sus argumentos se dirigirán principalmente a defender esta justificación. La segunda línea la componen, principalmente, los políticos que sufren o creen que pueden llegar a sufrir las molestas protestas en las puertas de sus casas.

Para exponer de una manera más sencilla el desarrollo del debate, hemos dividido la argumentación en tres fases, en cada una de las cuales se apela a una serie de argumentos que, como se verá, van aumentando su intensidad según el debate se va alargando.

Fase 1.   Expulsión de las casas ––––––––––––>       PROTESTA

En esta fase, la línea a la que, por simplificar, diremos que componen los miembros de la PAH, parece tener la opinión pública de su parte: nadie debería poder expulsar a nadie de su casa. Pero si, aún así, se hace, el ciudadano de una sociedad democrática tiene el derecho, e incluso, el deber, de reprochar y afear la conducta de aquellos que, por otra parte, deben su puesto de trabajo a los votantes. Entre los argumentos que se aportan para apoyar esta conclusión, se dirige la atención hacia historias especialmente trágicas de ciudadanos afectados por los desahucios y se celebra cuando la PAH logra frenar alguno. Es, también, recurrente citar el derecho a la vivienda digna, recogido en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

http://www.publico.es/internacional/454278/ada-colau-los-desahucios-en-espana-son-una-violacion-sistematica-de-los-derechos-humanos

http://politica.elpais.com/politica/2013/04/07/actualidad/1365358998_675070.html

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/05/madrid/1365154855_961369.html

Fase 2. Escrache  ––––––––––––>   acoso

Mientras tanto, la segunda facción toma posiciones y carga armas: consideran que convocar una manifestación en la puerta de la casa de un político supone un claro ejemplo de violación de la intimidad, y esto bajo ningún concepto puede ser justificable éticamente. Así, se refieren a este tipo de propuestas con expresiones fuertemente cargadas de negatividad: se habla de «asedio a la intimidad de los políticos del PP» (ABC, 23 de marzo), de «acoso callejero al PP» (ABC, 22 de marzo) e,  incluso, de «instar a acosar a los diputados del PP» (La Razón, 22 de marzo).  El día 22 de marzo emplean por primera vez el término «escrache», algo a lo que en un principio se mostraron algo reacios, aunque siempre matizado por una aposición donde se concreta la idea de «acoso».

http://www.abc.es/espana/20130322/abci-acoso-politicos-201303211523.html

http://kioskoymas.abc.es/noticias/espana/20130322/abcp-acoso-callejero-multiplicael-acoso-20130322.html

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1591447/la-plataforma-de-colau-insta-en-su-web-a-acosa#.UcW6ghKbtjo

 

Fase 3. Escrache   ––––––––––––>   Violencia  ––––––––––––>    ETA

A continuación se esgrimen argumentos como que la violencia no puede justificar nunca nada, se refieren a los enfrentamientos entre manifestantes y policías como actos de defensa a los políticos, y se acusa a los «antidesahucios» de «aumentar la agresividad» (La Razón, 8 de Abril).

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1782868/segunda-fase-escrache-aumentar-la-agresividad

También se aplauden las medidas legales llevadas a cabo que prohíben los escraches a menos de 300 metros del domicilio de los políticos y Felipe González llega a una conclusión especialmente reveladora que desde este momento esgrimirán con ahínco: «¿Un niño tiene que aguantar la presión en la puerta de su casa?». (El Mundo, 10 de abril).

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/10/espana/1365604421.html

Finalmente se empieza a relacionar a los miembros de la PAH con movimientos proetarras, argumento que será utilizado recurrentemente los próximos días, como vemos en la Razón, el día 27: «miembros de la PAH de Colau sí apoyaron la marcha proetarra». En este sentido, este argumento funcionaría de forma muy similar a la reductio ad hitlerum que estamos analizando: la comparación de cualquier cosa, en este país, con ETA es un argumento que también suele salir a colación y que, además, logra desviar la atención de la vía principal de la discusión. No es, como apunta Strauss en su reductio, una razón para echar abajo cualquier debate, aunque altera la dirección que este hubiera tomado. En cualquier caso, este es otro tema.

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1652826/miembros-de-la-pah-de-colau-si-apoyaron-la-mar#.UcW7iBKbtjo

En los días siguientes se mantienen, prácticamente, los mismos argumentos. Cada día sube más la intensidad de las acusaciones, el calor de los argumentos, hasta que, en medio de todos estos dimes y diretes, una voz se alza sobre todas las demás, dejando al resto de los participantes en el debate mudos como muertos: el día 13 de abril María Dolores de Cospedal califica a los escraches, sonora y rotundamente, de «nazismo puro». Después viene, básicamente, el silencio. Puede comprobarse este hecho simplemente echando un vistazo, en el buscador de cualquier periódico digital, al desmesurado número de noticias relativas a este debate previas a esta fecha y cómo desciende en picado su número tras las declaraciones de Cospedal.

http://www.publico.es/453614/de-cospedal-califica-los-escraches-de-nazismo-puro-que-le-recuerdan-los-anos-previos-al-36

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/1855433/cospedal-los-escraches-son-nazismo-puro#.UcW-GBKbtjo

Según la aplicación de la «reductio ad Hitlerum», María Dolores de Cospedal habría perdido sistemáticamente el debate. No obstante, no podemos dejar de preguntarnos qué bando ha salido más beneficiado de que se pusiera fin al mismo de una manera tan abrupta. Casi parece que todo ello se ha debido a una estrategia para dejar el tema de una vez por todas. O tal vez estemos esperando demasiado de nuestra clase política. En el caso de que, efectivamente, la utilización de este argumento fuera debido a una estrategia, la utilización de la «reductio ad Hitlerum» se convertiría más bien en un sofisma, es decir, en un paralogismo que sirve a los intereses o pasiones de un autor. Esto es lo que diferencia, nos dice Christian Plantin, «al imbécil de un crápula».

                                  

 Victoria E. Soler Sánchez

A lo largo de la crisis, numerosas expresiones han acabado convirtiéndose en clichés fácilmente reconocibles, empleados por políticos tanto de un signo como de otro para justificarse. Como apunta Luis Daniel Izpizua en su artículo “Posibilidades”, publicado en El País (23/05/2012), “Se repite hasta la saciedad que nuestros actuales problemas derivan de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Ahora bien, ¿cuáles eran nuestras posibilidades?”.

Multitud de artículos como este, “Por encima de las posibilidades ¿de quién?” (Francisco Pastor Guzmán, El País 24/02/2012, “La ofensiva mediática de la derecha” (Josep Sorribes, El País, 09/04/2012), o “Las mentiras de la austeridad” (Fernando Luengo, Jorge Uxó, El País, 05/05/2012) tienen como tema principal el desmontar cómo ciertas políticas que apoyan los recortes utilizan esta expresión argumentativamente, como apunta este último:

“Otra falsedad es que ‘hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora toca hacer un esfuerzo colectivo de austeridad’. Este mensaje elimina las diferencias sociales, como si todos hubieran tenido la misma capacidad de endeudamiento o de capturar las rentas generadas por las burbujas, o como si los recortes no estuvieran afectando especialmente a los más vulnerables. Y se desliza además que ‘todos’ somos corresponsables de la crisis, quedando sepultada una explicación más profunda que enfatiza precisamente las desigualdades como un elemento central” (Fernando Luengo, Jorge Uxó, El País, 05/05/2012)

Así pues, distinguimos dos usos de esta expresión: el primero, tomado literalmente, es empleado por políticos de todo signo, como Rajoy, Aznar, Mayor Oreja, Zapatero, y empresarios como Juan Roig, para justificar los recortes en derechos sociales y laborales:

“Juan Roig, propietario de una empresa que vende productos por valor de 15.500 millones de euros y emplea a 62.000 personas, lanzó ayer un aviso a navegantes. La crisis no ha acabado, vaticinó el presidente de Mercadona, quien dejó claro que los españoles han vivido por encima de sus posibilidades y alertó de que el único camino para no retroceder en calidad de vida pasa por aumentar la productividad”. (“Un baño de realidad”, ABC, 05/03/2010)

Y el segundo, que podríamos denominar contraargumentativo, oscila desde el desmontaje retórico, como el ejemplo de antes, pasando por la ironía más abierta,

“Ahora, ante un festín verdaderamente indigesto que nos hace hablar de los millones de euros como si fueran calderilla, hay más de una mente despejada que sigue con ese mantra de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” (Félix Madero, “Vivir como ricos”, ABC, 04/06/2012).

y la negación tajante

“Hay una inmensa mayoría de ciudadanos que no hemos sido partícipes de la crisis de ningún modo, que no hemos disfrutado de ninguna vaca gorda y que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en ningún momento, especialmente los de rentas más bajas, que justamente van a ser los más perjudicados por los recortes”, (José Ignacio Rojas, “Recortes para todos”, El País, )

llegando a la desesperación más absoluta:

“Si vuelvo a oír eso de que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, gritaré y gritaré” (Ignacio Vidal Folch, “Eufemismos de la situación”, El País, 24/02/2012).

En esta entrada nos proponemos analizar los usos de esta expresión en los últimos cinco años, clasificándolos como argumentativos o contraargumentativos, en las ediciones digitales de dos periódicos de tirada nacional, de ideología política distinta: uno de centro-derecha, el ABC, y el otro de centro-izquierda, El País:

Como observamos, existe una diferencia notoria entre ambas publicaciones. En ABC el primer uso contraargumentativo que se da es en 2012, mientras que en El País este ya se registra desde 2009. En el primero el uso argumentativo es más notorio hasta el 2011, en el que se registran hasta 25 casos, frente a los 7 de El País, pero el quiebre sustancial se da en el paso del 2011 al 2012. La aparición de 9 usos contraargumentativos en el ABC y el descenso del uso argumentativo hasta 15, se contrapone a que en El País ambos aumentan: si bien el aumento del uso argumentativo es leve (de 7 casos en 2011 a 13 en 2012), en el contraargumentativo se pasa de 4 usos en 2011 a 32 en 2012. Las oscilaciones de ambos usos entre los dos diarios puede ser explicada por las diferentes tendencias políticas: en el ABC primará el uso argumentativo frente a El País, aunque cabe recordar que en este el uso contraargumentativo no superará al argumentativo hasta el 2012. Si analizamos el género discursivo en el que se encuentra cada caso, podremos tener una pista sobre ese quiebre que se produce en 2012, que en la siguiente gráfica de los resultados totales se observa claramente:

Tanto en ABC como en El País, la gran mayoría de usos argumentativos se encuentran en declaraciones de políticos en noticias, y los usos contraargumentativos, en artículos de opinión (aunque haya numerosas excepciones). De esto se deduce que los usos argumentativos tienden a pertenecer a ámbitos institucionales, mientras que los contraargumentativos, a la opinión crítica. Si analizamos el principal cambio en la esfera política desde el 2011 al 2012, tendremos la respuesta a este cambio: el ascenso del Partido Popular al gobierno, con todas las políticas de recortes y de austeridad que ha conllevado este paso.

Por tanto, y como conclusión, se explica que ante esta situación desesperante, una gran masa de artículos de opinión pongan en evidencia las estrategias retóricas que sustentan estos recortes que, si bien ya se daban en el gobierno anterior, se recrudecen con el nuevo. El uso argumentativo irá reduciéndose a la repetición casi instintiva de políticos y empresarios del cliché que se ha ido lexicalizando con los años.

Montserrat García

«En el mundo de la música ya está todo inventado». Raro resulta no haber oído nunca esta frase. El mismo ritmo, los mismos acordes o arpegios se repiten de forma casi exacta en diferentes canciones de carácter mundialmente conocidas. ¿Hablamos de coincidencia, referencia o copia?

Siguiendo esta idea, si nos centramos en los argumentos políticos a nivel internacional descubriremos que, como en la música, parece que no hay nada nuevo bajo el sol, mucho menos si nos centramos en el planteamiento discursivo que presentan los dirigentes en época de crisis.

Contrastemos algunos de los ejemplos argumentativos más relevantes en el discurso de Mariano Rajoy (1) en el Congreso de los Diputados del día 11 de julio de 2012, con el del ex presidente argentino Carlos Saúl Menem (2) del 8 de julio del año 1989.

(1)(http://www.lamoncloa.gob.es/Presidente/Intervenciones/

Sesionesparlamento/2012/prsp20120711.htm).

Segunda mitad, tras la exposición de datos

(2) (http://www.bcnbib.gov.ar/novedades/dr.menem1989.pdf)

Como podemos observar, tanto el  planteamiento retórico como discursivo es diferente en cada caso. Difiere de forma notoria el aspecto formal entre ambos ya que si nos centramos en los rasgos generales del discurso del ex presidente argentino, vemos un discurso didáctico y narrativo que permite diferenciar entre la captatio benevolentiae con la que intenta ganarse el favor del público, así como el empleo reiterado de citas bíblicas y parafraseos de autoridades religiosas utilizado para sustentar los argumentos expuestos, recurso no utilizado en el caso del presidente español al no encontrar ningún tipo de figura retórica.

Aun así,  aunque las diferencias sean visibles, también lo son las igualdades en cuanto a los argumentos utilizados para justificar las «medidas excepcionales» que serán tomadas:

«Nos encontramos en una situación extraordinariamente grave y es preciso corregirla con urgencia» (Mariano Rajoy)

«Esta economía de emergencia va a vivir una primera instancia de ajuste. La economía argentina está con la soga al cuello y ya no queda lugar para los titubeos» (Carlos Saúl Menem)

De este modo, nos encontramos ante el mismo argumento expresado desde diferentes países, con más de 20 años de diferencia entre uno y otro: «las medidas son dolorosas, pero son necesarias». Se trata de una idea que corresponde al esquema argumentativo de crisis financiera aplicable a cualquier país que comparta las mismas circunstancias.

Observamos un planteamiento que sigue un esquema circular, llevándonos al mismo punto del que partimos: a mayor gravedad de la situación, el gobierno pide un mayor esfuerzo por parte de la ciudadanía que se traduce en un mayor «ajuste» o mayores «medidas excepcionales», que torna en aún más grave la situación para el mismo ciudadano.

< + gravedad, + esfuerzo>

 < + ajustes, + gravedad >

Para conocer las medidas de Rajoy, se puede visualizar el siguiente video http://www.youtube.com/watch?v=HFRz3PIL0ps o leer el siguiente artículo de  ABC «Las 35 medidas del Gobierno de Rajoy para ajustar  65.000 millones de euros»

http://www.abc.es/20120711/espana/abci-relacion-medidas-ajuste-rajoy-201207111234.html

Sobre las reformas del Estado llevadas a cabo por Menem:

http://www.youtube.com/watch?v=AGlL1FvFMBY&list=PL96792D82CDB1498D

http://www.presidentesargentinos.com/21/primera-presidencia-de-carlos-saul-menem/

Las justificaciones que sustentan ambos argumentos son a su vez, muy parecidas. Se basan en el posterior anunciacio por parte del propio emisor  del  conocimiento de que el tipo de medidas que tomará el Gobierno son duras y de carácter agresivo, por lo que de este modo, intenta contrarrestar el descontento que provocará en los oyentes comentando  su consciencia ante tal situación, volviendo a resaltar que estas reformas se llevarán a  cabo ante la gravedad por la que atraviesa el país a modo de intensificación, reforzando así el mensaje. Si el emisor se pronuncia de modo visible en el enunciado, quedará constancia de su compromiso, lo que generará una hipotética seguridad en el oyente.

Mariano Rajoy: «Sé que las medidas que les he anunciado no son agradables. (…) No son agradables pero son imprescindibles» «Hacemos lo que no nos queda más remedio que hacer». Destacable el uso del plural inclusivo para referirse al Gobierno en su conjunto, para luego cambiar a una primera persona, lo que transfiere el carácter obligativo de la enunciación a una emisión más personal, restringiendo y particularizando el efecto: «Yo soy el primero en estar haciendo lo que no nos queda más remedio que hacer» «Yo soy el primero en estar haciendo lo que no le gusta».

 

Carlos Menem: «Sería un hipócrita si lo negara«. Observamos cómo emplea un argumento ético o moral.  «Sé que vienen días muy duros, pero vienen días duros en los que vamos a sembrar para que dentro de un tiempo prudencial podamos cosechar excelentes frutos»

Ahora bien, como hemos visto, los argumentos de necesidad  planteados son efectivos para una situación  presente que, vista de forma abstracta en los ejemplos, repercutirá en el futuro, por lo que el esquema de tipo circular que se ha mencionado se rompe al encadenar un segundo argumento que muestra el efecto concreto que causará en el futuro  tal afirmación, como observamos en el último ejemplo mencionado.

Carlos Menem utiliza una metáfora visible para situar al oyente en lo provechoso que será la serie de medidas que pretende utilizar, figura retórica que no observamos en Mariano Rajoy, excepto cuando habla de «lograr» salir de la crisis, o «ganarle a la crisis» como si de un juego cargado de estrategias se tratase. Aunque el contenido argumental coincida, no lo hace en cuanto al aspecto formal, debido a que la utilización de figuras retóricas en el discurso político del espacio peninsular es mínima.

Retomando los ejemplos,  observamos cómo ambos políticos encadenan el argumento de lo doloroso pero necesario que resulta llevar a cabo ciertos «ajustes» al hecho de que a partir de estos sacrificios, se garantizará le progreso en el futuro:

<+sacrificios, +progreso>

A ello remite  el final del discurso de Mariano Rajoy «Esto es lo que da sentido al esfuerzo, al sacrificio y a las privaciones. (…) estamos hablando de la esperanza de millones de familias, y muy  en especial, de esa juventud española que aguarda para asomarse a un futuro»  En comparación con el último ejemplo del ex presidente argentino, descubrimos que no solo en esta afirmación, sino a lo largo de todo el discurso, no aparecen marcadores temporales que determinen el momento en el que se verán «los frutos» de tales medidas, como se indica en la cita mencionada mediante «un tiempo prudencial», de carácter totalmente indeterminado y ambiguo.

Por último, el cierre de ambos líderes políticos mantiene prácticamente la misma dirección: aunar fuerzas es la clave. Es decir, de la crisis se saldrá con el esfuerzo de todos.

M.R: «… con la ayuda de muchísimos españoles, que serán muchísimos españoles».

C.M: «Por Dios, todos juntos, hacia el triunfo final (…) levantemos nuestros brazos, aunemos nuestros corazones y nuestras voluntades; la Patria nos espera, el futuro nos espera» 

No podemos dejar de lado cómo ambos líderes, aumentan el sentimiento nacional en relación a lo dicho a lo largo discurso que actúa como cierre, ganando así, la simpatía del oyente mediante el realce de su figura e imagen.

La alusión a la Patria, al país, a sus ciudadanos, es abundante en el discurso de Ménem, considerando que la apelación a la unanimidad  nacional es un elemento regular en el desarrollo de cualquier discurso político al agitar de forma entusiasta el ánimo de sus oyentes. Se trata de una herramienta recurrente en todo discurso que consigue exaltar enormemente a la ciudadanía argentina debido a su arraigado concepto patriótico. Esta sería la causa por la que el aspecto formal de ambos discursos difiere enormemente. Las coordenadas ideológicas, en este sentido, no son compartidas con los discursos políticos peninsulares.

Cabe destacar la importancia del «topoi» en este sentido, que se explica a la perfección en la obra  Historia de la crisis Argentina

( http://www.cadal.org/libros/nota.asp?id_nota=1518 ) y que permiten aclarecer ideas sobre la continua repetición de conceptos como «justicia social«. Muy interesante resulta el estudio de María Piñedo  que especifica el uso semántico en los discursos políticos del ex presidente argentino (http://www.saap.org.ar/esp/docs-congresos/congresos-saap/V/docs/bonetto/maria-teresa-pinero.pdf)

De este modo, tendremos que fijarnos con atención y recordar los argumentos empleados durante la actual época de crisis en España porque, como hemos visto, no importa el país o partido político del que se trate: a los argumentos y a las justificaciones, al igual que el léxico generado por este periodo (corralito, escrache, recortes, etc.), como en el tango, se los verá volver y serán recuperados de manera sistemática.

Tan sólo queda esperar pacientemente a que vuelvan a ser nombrados, aunque ya se sabe que el tiempo es relativo y, sobre todo, que veinte años no es nada.

 

Florencia Battagliero Bocco

La referencia es el proceso mediante el cual el lenguaje identifica un objeto; un acto de apropiación por el que se individualiza una entidad del resto de las entidades. La referencia está detrás de los bautizos, por ejemplo (o, si se quiere, de las inscripciones en el Registro Civil), que son actos con validez jurídica mediante los que  se asigna un nombre a una persona.

Si en el caso de las personas la referencia se produce para la mayor parte de ellas una sola vez en la vida, la denominación de lugares –en especial de los lugares públicos– no siempre corre la misma suerte. El lenguaje político y el activismo en general son conscientes de la importancia de este acto; la Historia muestra innumerables casos de plazas, calles y avenidas cuyos nombres han cambiado en función de los vaivenes políticos. Cuando, en los días subsiguientes al 15-M de 2011, los manifestantes de Valencia cambiaron el nombre de la actual Plaza del Ayuntamiento por el de Plaza del 15-M, estaban siguiendo la tradición de sus conciudadanos de otras épocas que denominaron, al mismo espacio, Plaza del Caudillo o Plaza de Emilio Castelar.

El cambio de denominación no es caprichoso; en realidad, es una auténtica apropiación; de ahí su utilidad política. La apropiación consiste en que un nombre no es solo una etiqueta; un nombre es, además, un conjunto de rasgos de significado (lo que los lingüistas llamamos «intensión») que se activa cada vez que leemos o pronunciamos dicha etiqueta. No es lo mismo calificar un espacio como «Avenida de la Libertad» o como «Avenida del Genocidio». Por tanto, lo que los activistas valencianos hacían era un intento de apropiación del espacio público para la causa que defendían (en la línea que describe Naomi Klein en «Vallas y ventanas»).

Hasta aquí este capítulo de la crisis sería un episodio aislado en una cadena histórica de apropiaciones que nos llevaría hasta los faraones egipcios. Sin embargo, un hecho, aparentemente no relacionado con este, permite dar una vuelta de tuerca a los acontecimientos. Recientemente, alguna autoridad madrileña ha decidido incrementar el nombre de la parada de Metro más emblemática de Madrid, Sol, con el añadido Vodafone; de modo que la antigua parada ahora se llama «Vodafone Sol», y así figura en los mapas del metro madrileño. Este cambio, como el anterior, es también una apropiación de significado; el nombre de la operadora telefónica se superpone al de la estación y lo recubre (en términos lingüísticos, tiene ámbito sobre este), tiñendo de publicidad el significado –denotativo, connotativo, social o afectivo– del que fuera el centro del 15M: Sol. Frente a la apropiación colectiva y contestataria de Valencia, la apropiación privatizadora y mercantilista de Madrid. Un mismo proceso al servicio de finalidades contrapuestas.

En entradas anteriores se ha hablado del proceso de retroalimentación mutuo que mantienen la publicidad y los movimientos contestatarios, que copian, subvirtiendo, palabras y eslóganes, temas y procedimientos:

http://ponss.blogs.uv.es/2013/05/31/la-mercantiliz…mo-ciudadano-i/

Si, siguiendo a  Zygmunt Bauman, lo que importa en una sociedad líquida es la capacidad de desprenderse de conocimientos o posesiones para adquirir otros nuevos en una sociedad permanentemente cambiante (líquida), la mutua apropiación de lenguaje contestatario y publicitario los asemeja a dos luchadores que estuvieran, ora arriba, ora abajo del otro. En este momento, la partida está siendo ganada por la publicidad; la pelota, en el tejado de los activistas. Y los ciudadanos harían bien en prestar atención a estos procesos de apropiación denominativa del espacio público (que ya se ha producido, por cierto, en el nombre de muchos equipos de fútbol y de las ligas que juegan) si no quieren ser dominados por la publicidad cuando tengan que explicar cómo se llega a cualquier plaza.

Salvador Pons Bordería

“Hemos tenido un dato malo de paro pero no puede cegarnos, ese dato debe convertirse en algo bueno” (Carlos Floriano)

El Gobierno tiene la responsabilidad de valorar los datos sobre cuál es la realidad social en nuestro país. El argumento de Carlos Floriano establece una línea temporal que remite a un pasado en el que estábamos mal: de ahí el presente negativo (“hemos tenido un dato malo”) que llevará a un futuro mejor (“debe convertirse en algo bueno”). Al igual que en este caso, vamos a analizar otros argumentos en los que se valora que la realidad no es tan mala como aparenta ser. Veamos en qué argumentos se apoya el Gobierno para juzgar el dato del número de parados en nuestro país. Estos presentan una línea temporal basada en un presente bastante negativo y un futuro posible positivo.

Dentro de esta orientación argumentativa general situamos dos tipos de argumentos:

En primer lugar, el argumento el peso de las cosas que subyace, por ejemplo, a la siguiente declaración de Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del gobierno, sobre la aprobación de una serie de reformas:

“las reformas son requisitos imprescindibles para superar la crisis y poder crear empleo” (http://www.lamoncloa.gob.es/ConsejodeMinistros/Resumenes/2013/220213-consejo.htm)

Tras estas palabras se encuentra el argumento del peso de las cosas, que se apoya especialmente en el uso de la palabra “imprescindible”: las reformas (A) son el efecto ineludible de la crisis (B); A es causa necesaria y su consecuencia es B. Dicho de otra manera, la crisis lleva al Gobierno a actuar con las reformas que, a su vez, se presentan como la garantía del aumento del empleo.

En segundo lugar, Luis de Guindos, ministro de Economía, acude al argumento del mundo posible:

si no hubiera asumido las riendas del país, el PIB y el paro hubieran caído aún más” (http://economia.elpais.com/economia/2013/04/26/actualidad/1366977612_136042.html)

Esta estructura condicional revela que lo que ha evitado una caída del paro es la acción acometida por el Gobierno (asumir las riendas del país). Esto en gramática se llama condicional irreal o contrafactual, estructura en la que se vincula un hecho que no se ha producido (no haber asumido las riendas del país), con otro que tampoco se ha producido (que el PIB y el paro caigan más), por lo que son hechos que no se pueden comprobar empíricamente.

Retomando ahora la declaración inicial de Carlos Floriano (“Hemos tenido un dato malo de paro pero no puede cegarnos”), ¿se podría decir que las palabras de sus compañeros del Gobierno respaldan la idea de que los datos son buenos y que no pueden cegarnos? Los argumentos vistos hasta ahora no respaldan estas palabras pues hablan de poner medidas y de mundos mejores, pero no que la realidad sea positiva.

Si seguimos revisando argumentos en la misma línea sobre los datos de desempleo en esas fechas, Luis de Guindos lanza un mensaje optimista para el futuro de la economía y la creación de empleo:

“La economía va a estar en marcha antes de lo que nos pensamos

(http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/24/economia/1366795806.html)

En este argumento analizamos dos aspectos que consideramos relevantes:

El primero, la forma perifrástica del verbo  “ir a + infinitivo” que expresa futuro. En ella, el hablante señala e inicia un proceso que consiste en “poner en marcha” la economía. Esta estructura verbal de futuro indica la voluntad del hablante de que esté, próximamente, en marcha la economía. Ya Grice señalaba que en los enunciados de un hablante no se debía afirmar algo si no se tenían pruebas suficientes para ello; por esto, dándole la vuelta a este argumento, los receptores interpretan que si el ministro afirma que la economía estará en marcha, es porque posee algunos indicios para ello.

El segundo aspecto es la locución temporal “antes de lo que pensamos”. Esta locución establece una línea temporal que marca un presente (año 2013) en el que la economía va mal. En esa misma línea hay un punto futuro en el que todos nosotros, que podemos considerar una mayoría suficiente, incluido de Guindos, pensamos que la economía se habrá recuperado. Entonces, este argumento habla de un punto en el tiempo (X), en el que la economía se habrá puesto en marcha, que se sitúa entre el presente y la fecha en la que pensamos nosotros y a la que el Ministro como locutor del enunciado se refiere. Si pensáramos como fecha límite, por ejemplo, 2016, ese punto anterior sería, por ejemplo, 2015.

 

 

 

 

 

Nosotros y el Gobierno estamos en el futuro y, como hemos dicho en el argumento anterior, el futuro no se puede comprobar empíricamente.

En esta misma línea argumentativa encontramos la siguiente declaración de Mariano Rajoy:

“España estará creciendo y creando empleo antes del final de la legislatura” (20 minutos, día 29/04/13)

El juego retórico que supone esa construcción de futuro + gerundio permite a su usuario evocar también el argumento de un mundo posible. Se combina el futuro del verbo “estará” con el valor de un progreso en marcha que expresa el gerundio, lo cual pretende mostrar que:

a)     aquello que no existe ahora mismo (porque es un futuro, “estará”) parece que ya está en marcha y,

b)    la misma instrucción gramatical que codifica el gerundio de progresión, hace que el receptor haga una interpretación ascendente, tal y como se observa en la siguiente gráfica:

 

 

 

 

 

Para acabar, en estas declaraciones también del presidente,

“Estamos en el umbral de la reforma” (20 minutos, día 29/04/13)

se nos transmite el mismo argumento del mundo posible a través de una metáfora:

Mariano Rajoy habla de un umbral o principio del cambio, un primer paso para ir a mejor y crear puestos de trabajo. Ese umbral lo encontramos entre la España1 y la España2. El umbral es un paso brusco, no hay una línea progresiva para el cambio, es tajante.

 

 

 

 

 

 

Observamos una España1, en la que, por ejemplo, hay crisis y no hay, por tanto, puestos de trabajo; un paso donde se desarrolla la aplicación de las reformas, es decir, ese umbral del que hablamos y en el que se sitúan todas las reformas que se están aplicando; y una España2, donde ya está terminado el proceso y se deben manifestar las consecuencias tras la aplicación de las medidas; es decir, donde habrá más empleo.

(Véase: http://ponss.blogs.uv.es/2012/05/20/una-reforma-vale-mas-que-mil-palabras/)

Los argumentos que hemos visto hacen que todo lo que aparezca sobre el presente sea irrelevante, ya que, como vamos a llegar a esa España2, no debe cegarnos ese dato de parados, como decía Floriano:

“Tenemos un mal dato pero este es el camino que hay que seguir” // “Ese dato debe convertirse en algo bueno” // “Tanta gente que lo está pasando mal solo puede ser algo positivo” (http://www.20minutos.es/noticia/1798885/0/pp-floriano/datos-paro/psoe/)

El dato de 6.202.700 parados es malo pero debe ser algo positivo. Si apuntan a un posible futuro bueno, el presente no debe ser tan negro. Jugamos en todos los argumentos al mismo juego: en el que se valora qué pesa más, si la retórica subjetiva o la realidad objetiva. Una realidad “menos mala” contra una cifra de parados que salta por sí sola. Jugamos a pensar que ese dato podría ser algo positivo pues todo podría ir peor. Jugamos, pues, a dejarnos cegar por una retórica como la presentada para no ver que son seis millones doscientas dos mil setecientas personas las que luchan y padecen por no saber qué harán para subsistir cada día nuevo que amanece.

Carmina Copete

Desde luego, si algo no se puede negar de la nueva ley orgánica de educación es su carácter polémico. Es polémica, por un lado, por las diferentes declaraciones que se han hecho sobre ella (tanto desde el gobierno como desde la oposición, sindicatos y asociaciones) y por las interpretaciones que, desde los medios de comunicación, han llegado a los ciudadanos (por ejemplo: http://list.ly/5Ld); pero, por otro lado, es necesariamente polémica por el contexto en el que se enmarca: la crisis. Resulta difícil disociar la LOMCE de la crisis cuando ya en el primer párrafo de la ley se afirma: La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global.

El objetivo de este artículo es exponer los argumentos de la LOMCE y los contraargumentos presentados, desde tres perspectivas: en primer lugar, desde la propia LOMCE y las razones que la justifican, expuestas por el ministro de educación José Ignacio Wert, ya que él ha sido y es el principal impulsor de esta reforma y el portavoz del gobierno en materia de educación; en segundo lugar, desde las reprobaciones de los miembros de la oposición, puesto que constituyen la segunda fuerza política de nuestro país; y en tercer y último lugar, desde las aportaciones de la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública, formada por docentes, discentes, pedagogos y otras personas relacionadas cuya labor consiste en velar por la calidad del sistema público de enseñanza en todos sus niveles promoviendo acciones y posibles soluciones. En consecuencia, este artículo pretende ser una exposición neutral de los datos recogidos desde esas tres perspectivas.

 

El porqué de esta reforma educativa (aquí), como anunciábamos en el primer párrafo, reside en la importancia de la mejora de la calidad educativa para poder superar, de algún modo, la crisis actual. De acuerdo con esto, como expuso el ministro de cultura José Ignacio Wert en el Congreso de los Diputados (octubre de 2012) así como en distintas declaraciones a los medios (http://youtu.be/0k5aF5Jy33c), los principales argumentos de la LOMCE, que desarrollaremos después, podrían resumirse en los siguientes:

  1. Es una reforma competitiva,
  2. es una reforma igualitaria,
  3. y es una reforma consensuada

(Para tener una idea sobre los objetivos principales pueden consultar en este documento las páginas 5 y 6)

 

Con este propósito la LOMCE pretende, según Wert, que en definitiva haga de nuestra educación un motor del crecimiento inteligente, del crecimiento sostenible y del crecimiento intelectual. Sin embargo, para la oposición y para las asociaciones y sindicatos, estos objetivos no son tan transparentes ni positivos como se garantiza desde el gobierno. Tanto la oposición como las asociaciones y sindicatos tachan la LOMCE de antidemocrática, de segregadora y excluyente y de mercantilista.

 

En primer lugar, la LOMCE se define como una reforma competitiva ya que favorece la mejora general del rendimiento escolar, que se traduciría (…) en la mejora de nuestros resultados en PISA. Para ello proponen la implantación de pruebas de evaluación a nivel nacional en puntos críticos de cada etapa educativa. Asimismo, promueve la empleabilidad: la reducción del abandono escolar temprano (…) traerá consigo una mayor empleabilidad de nuestros estudiantes, esa mayor empleabilidad de nuestros estudiantes contribuirá a la reducción del exagerado paro juvenil que en este momento padecemos. Y además, apoya el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

 

No obstante, frente a esta visión de la LOMCE como una reforma competitiva, la oposición y la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública ven la reforma como mercantilista.

La base para contraargumentar que se trata de una reforma mercantilista la encontrarán las voces en contra en, precisamente, el primer párrafo de la reforma que nombrábamos al principio de este artículo: La educación es el motor que promueve la competitividad de la economíaA este propósito, desde la oposición Tapia Otaegi (PNV) coincide con el objetivo de la LOMCE de la búsqueda de la calidad y la excelencia, pero disiente en el modo de llevarlo a cabo: resulta que bajo ese concepto, escudándose en él, lo que hace es reducir y recortar las becas y permitir el aumento del número de alumnos por clase, sin introducir ningún tipo de medidas adicionales para atender necesidades especiales en el aula, atender la diversidad que se produce y, en definitiva, conseguir la igualdad de oportunidades para todos esos alumnos y alumnas que hay en clase. A propósito de los objetivos, en concreto al de la mejora de nuestros resultados en PISA, Valenciano Martínez-Orozco (PSOE) objeta que el nivel educativo de un país no se mide por los cientos de alumnos excelentes, sino por los millones de alumnos y alumnas que están preparados para afrontar la vida.

 

Ciudadan@s por la Educación Pública arguye que reducir el sistema educativo a la capacitación laboral de las nuevas generaciones es olvidar su función primordial en la formación integral de las personas y en la construcción de una sociedad culta y democrática. Explican que la reforma es mercantilista y utilitarista porque se entiende como un factor dependiente de los procesos económicos y que debe enfocarse a sus resultados. Además, en cuanto al fomento de las TIC, critican que el uso de las TIC se limite (…) a la “disminución de costes de apoyos y refuerzos” y “el desarrollo de una enseñanza individualizada” renunciando a las enormes posibilidades colaborativas que las tecnologías de la información y la comunicación ofrecen.

 

En definitiva, se observan dos líneas argumentativas: por un lado, desde el gobierno se presentan los argumentos <+competitividad, +empleabilidad> y <+rendimiento académico, +competitividad>; por otro lado, tanto desde la oposición como desde la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública el contraargumento que utilizan es <+competitividad, +mercantilismo>.

 

En segundo lugar, la LOMCE se define como una reforma igualitaria. Una reforma que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa, la no discriminación y la accesibilidad universal, y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad (Anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa). Igualmente se compromete con una educación de calidad como soporte de la igualdad y la justicia social. Y enriquece la educación mediante la especialización curricular, funcional o por tipología de los alumnos, que supone una atención individualizada según perfil en ESO; En definitiva, es igualitaria porque se basa en la igualdad de oportunidades, que permita a todos acceder a una educación de calidad y obtener las capacidades y conocimientos básicos para obtener un empleo, y motive a continuar los estudios más allá de la etapa obligatoria.

 

Sin embargo, a la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública y a la oposición, en lugar de igualitaria, esta reforma les parece segregadora y excluyente.

 

La LOMCE promueve la implantación de pruebas de evaluación a nivel nacional en puntos críticos de cada etapa educativa. Estas pruebas, serán en algunos casos hitos determinantes para la progresión en el sistema educativo. (…) Las pruebas deberán ser realizadas por las respectivas Administraciones educativas en el centro educativo en el que el alumno curse estudios, y aplicadas y calificadas por especialistas externos al centro. Estas pruebas, conocidas como reválidas, orientarán la evolución del alumno y serán realizadas periódicamente en puntos críticos de cada etapa educativa.

 

Ciudadan@s por la Educación Pública se posiciona totalmente en contra de esta medida alegando que la reválida se convierte en método obsesivo de clasificación, etiquetaje y encasillamiento del alumnado, al tiempo que un mecanismo de control del currículo. Y que, además, la Administración se lava las manos de su responsabilidad en los resultados de dichas evaluaciones culpabilizando de las dificultades y problemas exclusivamente al alumnado y eventualmente a los centros: “El principal objetivo de esta reforma es mejorar la calidad educativa partiendo de la premisa de que esta debe medirse en función del “output” (resultados de los estudiantes) y no del “input” (niveles de inversión, número de profesores, número de colegios, etc.)”

 

Por otra parte, añaden: La apuesta de la LOMCE por la segregación llega a cotas alarmantes cuando afirma que “el proyecto educativo de calidad podrá suponer la especialización de los centros (…) por tipología del alumnado» y explican que la LOMCE entiende (…) la educación como un espacio en el que se manifiestan y subrayan las diferencias y oportunidades sociales, en lugar de asumir su irrenunciable papel integrador.

 

A este respecto, desde la oposición, coinciden de nuevo con la posición de Ciudadan@s por la Educación Pública: pero es que además nos ha anunciado también que tiene la intención de subvencionar colegios privados para que separen a los alumnos por razón de lengua. ¿Cómo se le ocurre plantear semejante barbaridad señor Ministro? (Vallés Vives, PSC).

 

Por consiguiente, los argumentos del gobierno serían <+igualdad, +calidad> y <+igualdad, +especialización>, mientras que los contraargumentos de las voces opuestas serían <-igualdad, +segregación> y <-igualdad, +exclusión>.

 

En tercer lugar, en el propio proyecto de ley se confirma que esta ley orgánica es el resultado de un diálogo abierto y sincero con toda la comunidad educativa (…) que busca el consenso, enriquecido con todas las aportaciones de toda la comunidad educativa. Asimismo, de acuerdo con la LOMCE, los papeles que jugará la comunidad educativa estarán organizados de la siguiente manera:

  • En cuanto a los directores de centros: La reforma contribuirá también a reforzar la capacidad de gestión de la dirección de los centros, confiriendo a los directores de centros, cuya profesionalización se refuerza a través de un sistema de certificación, la oportunidad de ejercer un liderazgo que en este momento se encuentra seriamente restringido.
  • En cuanto a los profesores: La dignificación de la profesión de los docentes es imprescindible para la mejora de la educación. Y el Gobierno, previa consulta a las Comunidades Autónomas, establecerá las condiciones y los requisitos de titulación, formación o experiencia para que, durante los cinco años siguientes a la fecha de la entrada en vigor de esta ley orgánica, las Administraciones educativas, por necesidades de servicio o funcionales, puedan asignar el desempeño de funciones en una etapa o, en su caso, enseñanzas distintas de las asignadas a su cuerpo con carácter general, al personal funcionario perteneciente a alguno de los cuerpos docentes recogidos en la disposición adicional séptima de esta ley orgánica.
  • En cuanto al consejo escolar: El Consejo Escolar del Estado se concibe como órgano de participación de la comunidad educativa en la programación general de la enseñanza y de asesoramiento al Gobierno.

 

La percepción por parte de la oposición (cuyas declaraciones pueden consultarse aquí), es bien distinta; mientras que para el gobierno se trata de una reforma consensuada, para la oposición es absolutamente antidemocrática: ¿Ha pedido la opinión de los padres, de los maestros, de los alumnos? ¿Le importa la opinión de toda esa gente o no le importa? (Bosch I Pascual, ERC). La percepción de la oposición del proceso de implantación de la ley es la de que su propia concepción es antidemocrática en el sentido de que no se ha tenido en cuenta, según ellos, a los distintos partidos políticos ni a la comunidad educativa. La acusan, en definitiva, de ser una reforma de la Ley Orgánica de Educación a golpe de mayoría absoluta (Tardà I Coma, ERC). Además aseguran, en torno al objetivo: refuerzo de la autonomía de los centros y también de las competencias de las administraciones educativas que, lo que pretende, escudándose en la mejora del rendimiento educativo, es recentralizar todas esas competencias y atraerlas para el Estado (Tapia Otaegi, PNV).

 

Asimismo, desde la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública, coinciden con las acusaciones de la oposición y exponen (aquí), por los mismos motivos que la oposición, que la ley es antidemocrática:

  • En el proceso de elaboración de la ley  (de espaldas a la comunidad educativa, a los grupos sociales y políticos, a las Comunidades Autónomas);
  • En la organización de los centros docentes, en que una dirección nombrada a dedo por la Administración pasa a tener poderes absolutos en la gestión de los mismos.

En cuanto al primer punto defienden que ha de abrirse un proceso de diálogo sosegado y profundo con la comunidad educativa y que ese proceso, sencillamente, no se está produciendo. En cuanto al segundo punto, afirman que lo que el anteproyecto denomina “autonomía de centros” (…) no es sino la eliminación de su funcionamiento democrático. El consejo escolar queda relegado a funciones meramente consultivas, mientras que las decisorias pasan a ser competencia exclusiva de la dirección y que además, dicha dirección pasa a tener poder absoluto en la toma de decisiones pedagógicamente relevantes , así como en “la gestión de personal y económica de los centros”.

 

Por lo tanto, los argumentos que presenta el gobierno serían <+consensuada, + abierta> y <+consensuada, + sincera>, mientras que el contraargumento de los oponentes sería <-consensuada, + antidemocrática>.

 

Tras concentrar las distintas voces en torno a la sensacionalista LOMCE y obtener una perspectiva panorámica, solo queda esperar, esperar y observar si su puesta en práctica se orienta hacia una dirección u otra.

 

 

Desiré Jareño Albert

 

El acto de jauja

28/06/2013

Si en lingüística la unidad mínima de comunicación es el acto de habla, en política la unidad mínima del acto electoral es la promesa. Cuando queremos comunicar algo, lo hacemos siempre con una intención determinada, porque cuando hablamos, como si de un regalo se tratase, la intención es lo que cuenta. Pero, que comunicar sea regalar, no implica que el regalo sea bueno. Al contrario, cuando emitimos un enunciado (es decir, cuando decimos algo) la intención es las veces algo así como un papel estampado, bonito sí, aunque envuelva el peor de los presentes. Así son algunos actos de habla, engañosos; ya que talmente nos sentimos al desenvolverlos, engañados. Volvamos a la política, y recordemos uno de los regalos que mejor lucían bajo el árbol durante la campaña electoral:

 

(1)    Cuando gobierne, bajará el paro

(http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/09/espana/1263058354.html)

 

Si vamos a la lengua, hemos de hablar de una división (idea de los filósofos del lenguaje Austin y Searle) por la que todo enunciado contiene a su vez tres actos menores. A saber, el mensaje (acto locutivo), la intención (que sería la fuerza, el acto ilocutivo) y el efecto en el oyente (acto perlocutivo). Dicho de otra forma, qué se dice, por qué y para qué. Ilustrémoslo:

 

qué acto locutivo por qué acto ilocutivo para qué acto perlocutivo
Bajaremos el desempleo Promesa Conseguir votos

 

Así pues, cuando Rajoy decía:

 

(2)    Nos vamos a oponer a cualquier subida de impuestos

(http://economia.elpais.com/economia/2012/04/27/actualidad/1335554823_812126.html)

 

nos encontramos con un enunciado en el que lo que se dice sería no subiremos los impuestos; al tiempo que aquello que se pretende es persuadir al posible votante. ¿Qué es lo que motiva, entonces, el uso concreto de ese enunciado, el porqué se dice x de x manera y no de otra? La idea de Searle es que no hay una correspondencia entre la intención con que decimos algo y la forma con que lo expresamos. De ahí que (2), en su sentido más neutro, se pueda interpretar simplemente como la transmisión verbal de un hecho, el de que nos opondremos a cualquier subida de impuestos. Pero, ¿qué piensa cualquier ciudadano cuando escucha estas palabras en boca de un líder político durante la campaña electoral? Evidentemente, en ese contexto, lo que el oyente percibe es una promesa, y no una simple información. Ahora bien, si el hablante da pie a dos posibles lecturas, la del decir algo y la del prometerlo, ¿cómo solventamos esa ambigüedad? Es decir, ¿cómo entiendo yo que esto es una promesa si en ningún momento se usa el verbo prometer?

 

(3)    Cuando gobernemos crecerá el empleo. Crearemos tres millones y medio de empleos

(http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/247420-rajoy-dice-saber-hace-avala-previsiones-mantendra-actual-gobierno)

 

¿Prometemos crear empleo, o sólo lo decimos? Al no haber un verbo explícito, con el que reconocer si la intención original del hablante era afirmar o prometer, estamos ante una forma lingüística explícitamente ambigua. Aún con todo, si tenemos en cuenta el contexto en el que es dicho, parece que la balanza se inclina más a interpretarlo como un compromiso.

 

(4)    Yo no voy a subir los impuestos, no

(http://www.elplural.com/2011/12/31/las-mentiras-de-rajoy-sobre-los-impuestos/)

 

Como vemos, estos actos de habla tienen un claro carácter de promesa electoral, y no el de una simple afirmación. Ello se debe a que toda promesa está orientada hacia el futuro, por lo que el uso de estas formas (crecerá, no voy a) carga lo que se dice de una intención de llevarlo a cabo. El problema está en que los políticos se sirven de enunciados en los que esta fuerza compromisiva se, –digamos– difumina; y echamos en falta la rotundidad de decir prometo que o me comprometo a. Al hablar en futuro se combinan dos matices, el decir algo y el pretender hacerlo; de suerte que, si las cosas no salen como se esperaba, siempre podrá uno aferrarse a lo que se dijo, y no a lo que se prometió:

 

 

 

Se produce entonces un conflicto de intereses, ya que, frente la lectura convencional del electorado, el político siempre podrá dar a entender que su enunciado, en el momento en que lo dijo, no era una promesa. En cualquier caso, sabemos como votantes que el incumplimiento de una promesa electoral es algo reprochable; pero para quien la incumple siempre es más fácil justificarse si lingüísticamente no se comprometió en el pasado:

 

(5)    Dije que bajaría impuestos, y los estoy subiendo. No he cambiado de criterio ni he renunciado a bajarlos en cuanto sea posible, pero las circunstancias obligan

(http://www.rtve.es/alacarta/videos/noticias-24-horas/rajoy-dije-bajaria-impuestos-estoy-subiendo/1460565/)

 

O sea, que, aunque se ha incumplido el programa electoral, siempre es más suave decir dije que bajaría los impuestos, y no lo he hecho que no prometí que bajaría los impuestos, y no lo he hecho. Con la primera opción se está recalcando que un ejemplo como (5) fue una afirmación, mientras que la segunda evidenciaría lo comprometedor de (5) cuando se enunció, que es tal y como el oyente (votante en potencia) lo entendió. Retóricamente, se reformula lo dicho como la elección de una doble posibilidad que ya estaba abierta:

 

 

 

 

Ocurre lo mismo en un ejemplo como:

 

(6)    Ya dijimos que iba a ser un año muy duro para el empleo

(http://www.euribor.com.es/2012/11/05/montoro-subraya-que-el-mes-de-octubre-tradicionalmente-es-malo-para-empleo/)

 

Si lo comparamos con (3), cuando gobernemos, crecerá el empleo, advertimos la transformación de una promesa (o así lo creíamos), en una afirmación de lo contrario (año duro para el empleo):

 

 

 

De nuevo, llama la atención cómo lo que parecían compromisos, enunciados en futuro, devienen cosas dichas, en pasado. O lo que es lo mismo, si antes dije más empleo, ahora afirmo que ya dijimos menos empleo. Donde dije digo, prometía; donde dije prometo, digo Diego. Veamos otro caso:

 

(7)    No voy a hacer el copago.

(http://escolar.net/MT/archives/2012/04/rajoy-noviembre-de-2011-no-voy-a-hacer-el-copago.html)

(8)    nosotros dijimos que –esta opción [el copago]– no la íbamos a utilizar salvo ‘imperativos legales’

(http://www.heraldo.es/noticias/aragon/2012/03/15/aragon_deja_centimo_sanitario_quot_recamara_quot_180264_300.html)

 

Una vez más, el esquema se repite:

 

 

 

 

Asistimos a una estrategia discursiva tan recurrente como provechosa, puesto que no sólo se justifican declaraciones que eran intencionadamente ambiguas, sino que incluso se llega a reelaborar auténticas promesas. Un acto de habla como (9), compromisivo como la copa de un pino:

 

(9)     Yo garantizo que con otras políticas saldremos adelante.

(http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/304564/rajoy-yo-garantizo-que-con-otras-politicas-saldremos-adelante)

 

dista mucho de:

 

(10)  Ya dijimos que las cosas irían mal.

(http://www.diariovasco.com/20120929/mas-actualidad/politica/rajoy-dijimos-cosas-irian-201209291623.html)

 

Estos dos enunciados no comparten ni el momento ni el discurso en que fueron dichos, pero ambos tienen en común que han salido de la boca de la misma persona. Si atendemos a un ejemplo como (9), suponemos que un verbo como garantizar posee un valor casi sinonímico al de prometer, por lo que estaríamos presenciando lo que es casi una excepción (visto lo visto) en el discurso político: un enunciado sin ambigüedad. Lo interesante es que hasta una declaración como (9), que, por el verbo del que se sirve (garantizar = prometer), debería tratarse necesariamente de una promesa, responde, sin embargo, a la misma reformulación que en los demás casos:

 

 

 

 

Reformulación que, en principio, ni siquiera debería ser factible.

En conclusión, parece que, con el uso de ciertas formas (como, en nuestro análisis, el futuro o el verbo decir), la retórica de los políticos intenta adelantarse a los posibles daños que posteriormente pueda sufrir su credibilidad; porque dar a entender que algo no fue una promesa exime de responsabilidad a quien la ha incumplido. Tengamos esto presente ya que, de lo contrario, acabaremos relacionando toda una morfología propia del compromiso con la de la indeterminación; lo cual podría traducirse en que el ciudadano, intuitivamente, ya no pueda depositar ninguna confianza en una clase política que, en apariencia sólo, se compromete verbalmente –y nada más–.

 

 

Adrià Pardo Llibrer

Videoblog:

mercantilización (ii)

Martina

¿Qué significa “la verdad”? A lo largo de la historia del pensamiento filosófico, desde Platón, quien la describía como la suma de la belleza, la bondad y la justicia, pasando por Kant y su distinción entre el conocimiento del ser humano sobre la realidad y la forma que la realidad tiene en sí misma, la noción de “verdad”  plantea todavía hoy sumos problemas de definición. Pero dejando las cuestiones filosóficas a un lado, nos centraremos en un tema lingüístico relacionado. ¿Qué significa decir la verdad? ¿Cómo se argumenta la verdad o falsedad de un suceso y  qué consecuencias tendría el hecho de afirmar algo como verdadero y posteriormente negarlo o afirmar su negación?

En este blog, mediante las herramientas que la propia lengua nos proporciona, y con la ayuda de la disciplina pragmática, intentaremos analizar en qué ha consistido uno de los casos que en España han llevado a acentuar la situación de crisis económica, política y social que veníase gestando desde las eufemísticas desaceleraciones y los inicios de la trama Gürtel:                                 ¿Cómo ha argumentado  el Partido Popular su relación con el “caso Bárcenas”?

Para averiguarlo, hemos confeccionado un corpus cronológico de 70 noticias que abarca desde el inicio, 16 de enero de 2013, hasta las últimas informaciones del mes de mayo (29/05); así, por cuestiones de tiempo y espacio, no se tratarán ninguna de las nuevas aportaciones a partir de junio. De esta manera,  siguiendo el eje cronológico y en función de la coherencia establecida entres los discursos internos de los miembros populares y las informaciones externas,  distribuiremos las intervenciones entre argumentos a favor del PP y contraargumentos, y analizaremos qué consecuencias propiamente argumentativas se plantean. Eso sí, con el objetivo final de que cada cual opte por una libre y propia interpretación. Para eso somos hablantes y no figurantes, ¿no?

A modo de escueto resumen, fecharíamos el comienzo hacia la segunda semana de enero de 2013, cuando el grupo parlamentario popular se ve salpicado por un escándalo de corrupción, relacionado con Luis Bárcenas, el antiguo tesorero del partido, que ya había sido imputado por un delito de financiación ilegal de su partido en la trama de 2009 conocida como Gürtel. Este nuevo caso empieza a construirse sobre la base de una triple bomba informativa entre los días 16, 17 y 18 del primer mes del año:

1)     (EL MUNDO: 16/01): Suiza informa de que Bárcenas llegó a tener 22 millones”

2)     (EL PAIS: 17/01): El abogado de Bárcenas: “Las empresas de mi cliente se acogieron a la amnistía (fiscal)

3)     (EL MUNDO: 18/01): Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP

En resumen, se descubre que el ex tesorero del PP podría haber cometido un delito de frauede fiscal ya que poseía hasta 22 millones de euros en una cuenta bancaria en Suiza, dinero, según él, sin ninguna vinculación con su partido. Al día siguiente, sus abogados afirman que Bárcenas regularizó todas sus ganancias a través del proceso de amnistía fiscal promovido por el gobierno. Por último, el 18, se publica que gran parte de la cúpula del PP habría percibido sobresueldos de mano del ex tesorero.  Por tanto, 22 millones en Suiza, Amnistía fiscal y sobresueldos serán tres palabras clave para el desarrollo de los acontecimientos.

Sin embargo, más tarde, el 31 de enero, aparecerá en EL PAÍS la noticia que ha dado sobrenombre a la trama: Las cuentas secretas de Bárcenas. Se trata de la publicación de una serie de fotocopias sobre la supuesta contabilidad secreta de los tesoreros del PP entre los años 1990 y 2008, y según las cuales, tanto el presidente del gobierno como otros miembros del partido habrían recibido dinero adicional a sus retribuciones económicas legales en base a las donaciones que diferentes empresas privadas habrían hecho al partido,  a cambio de concesiones de obras públicas y supuestos tratos de favor.

Habría sido el tesorero del partido, Bárcenas, la persona que habría fraccionado las donaciones en pequeñas cantidades (ya que estas financiaciones no podían superar los 60.000 euros) y las habría ido acumulando en una cuenta de un banco suizo, hasta alcanzar la cifra de 22 millones y que recientemente ha sido de nuevo situada en torno a 47 millones de euros (15/06).

Ante un asunto de tamañas dimensiones, ubicado además en un clima de dificultades económicas para los ciudadanos, estos, el resto de grupos políticos y otros componentes del propio partido les exigen (cada uno dentro de sus posibilidades) una respuesta.

¿Ha contestado a todas las preguntas el Partido Popular? ¿Cuál es la evolución que ha habido entre las argumentaciones del partido y los hechos investigados sobre el escándalo?

Antes de empezar, hemos de señalar que, como todo en asunto polémico, siempre coexiste un debate entre puntos de vista contarios, entre argumentos o contraargumentos o, como se establece en Retórica, entre un proponente y un oponente. Por tanto, iremos clasificando  los diferentes discursos entre argumentos y contraargumentos, y los agruparemos en tres fases:

1)     1ª semana: Bárcenas es un caso particular + Todo es falso + Quien la hace, la paga

Esta primera fase constituye el momento argumentativo inicial, de la cual partirán nos tres argumentos claves que se irán repitiendo frecuentemente en las intervenciones  del partido popular. Desglosemos cada uno de ellos:

  1. A.     “El dinero de Bárcenas es particular”

Hemos dicho que es el 16 de Enero cuando empieza a destaparse la trama de las cuentas bancarias en Suiza del tesorero por parte del periódico EL MUNDO. Un día más tarde, el 17, los abogados de Bárcenas aseguran que este se acogió legalmente a la Amnistía Fiscal que el gobierno había propuesto, y  muchas voces en la oposición critican que esta ley se haya elaborado para facilitar el blanqueamiento de capital. Como respuesta,  el ministerio de Hacienda  desmiente las acusaciones de sus abogados mediante un muy concreto y breve comunicado y  Mª Dolores de Cospedal responde a las acusaciones con un argumento, mediante el que marcará las distancias entre el partido y su ex tesorero, para desvincularse totalmente y desde el principio,  al cual denominaremos  “BÁRCENAS NO ES PP” o “B NO PP”:

“Lo que sí le puedo decir es que se trata de un tema particular, particular, particular, de esta persona en cuestión y que no tiene nada que ver con el partido popular […]”.

Además, Cospedal recupera un discurso  utilizado el 15 noviembre de 2012, en plena campaña de elecciones catalanas:Si yo hubiera sido una presidenta autonómica que me presentara a unas elecciones teniendo una cuenta en suiza y sin poder explicar de dónde venía el dinero, pues yo habría tenido que dimitir” ante el cual, el lector y el curso de la investigación determinarán la verdad o falsedad de dicho enunciado.

  1. B.     “No, jamás, en la vida, yo no he sido” = NEGACIÓN ABSOLUTA

 La  explosión se consuma el 18 de Enero,  cuando EL MUNDO anuncia que parte de la cúpula del Partido Popular habría estado cobrando sobresueldos desde la época de Manuel Fraga hasta 2008, tras lo cual, las reacciones no se hacen esperar, y algunos de los involucrados, Javier Arenas, Esteban González Pons o Carlos Floriano lo niegan rotundamente.

“En este tiempo, ni vi, ni se me ofreció, ni se me dio ningún sobre con dinero, y por supuesto, no lo hubiera aceptado”  (Soraya Sáez de Santamaría)

Jamás he cobrado en un sobre, ni en dinero que no haya declarado. Nadie me lo ha insinuado ni tengo  ningún conocimiento de que en el partido esa práctica exista o haya existido” (Esteban González Pons)

Otra de las negaciones viene por parte del propio presidente del gobierno, el día 19 de enero, cuando ante la pregunta de una periodista sobres si hubo sobresueldos en el PP, Rajoy contesta:  “Sí, hombre.”

En adelante, denominaremos a este argumento: “NEGACIÓN”, y se detallarán los diferentes matices de los que se caractericen.

  1. C.     “Se tomarán medidas contra aquellos que se comporten mal”

Como vemos, la noticia de los sobresueldos será la de mayor implicación hacia miembros del partido,  el presidente y  algunos ministros, por lo que ante una pregunta implícita como podría ser: “¿Qué va a hacer el PP para arreglar este asunto?”, observamos que aparecen un tercer argumento: “SE TOMARÁN MEDIDAS”. Así, el sábado, 19 de enero, en rueda de prensa, Rajoy no da explicaciones sobre ninguna de las noticias anteriores, lo único que se limita a anunciar solemnemente es: Si alguna vez tengo conocimiento de irregularidades, de conductas impropias que afectan a militantes de nuestro partido, no me temblará la mano”,  en consonancia con el discurso de María Dolores de Cospedal, del día anterior, en el que sobresale la afirmación de “Quien la hace, la paga”.(Vídeo -1:39)

El lunes 2 “Rajoy ordena una auditoría interna y otra externa desde que nació el PP” yanuncia una comparecencia de Montoro y querellas contra los que “difamen” al PP”, por lo que se reforzará este argumento de las medidas. Además, en la noticia de EL PAÍS, podemos leer que será la “actual gerente y tesorera, Carmen Navarro”, quien dirija la investigación interna.

Aquí concluye esta primera semana de nuevos hallazgos en el escándalo de corrupción y los argumentos del PP, que viran en torno a tres direcciones: “B NO PP”, Todo es falso y “Castigaremos a quien se comporte de manera reprobable”.

 

 

 

 

 

 

 

 

2)     Segunda semana: No lo sé + No desmiento + No me acuerdo + Silencio

Tras esto, nos encontraremos con unas explicaciones un tanto vagas o vacías. ¿Cómo debemos interpretar este tipo de enunciados que no logran despejar todas las dudas?

Según el lingüista Stephen Levinson, los hablantes solemos inferir una serie de informaciones  de manera generalizada, o como él lo denomina, “presumiblemente”. ¿A qué se debe? Como decimos, Levinson postula que existe un principio que rige la comunicación, denominado la heurística de la Cantidad (HQ): “Lo que no se dice no se da”, a través del cual, el hablante “ha de proporcionar una aseveración informativamente fuerte, en función  su conocimiento del mundo y que concuerde con los hechos”. Veamos estos ejemplos para entenderlo:

-NO LO SÉ: Es el caso del miércoles 23, que tras comparecer en rueda de prensa el ministro de Hacienda, leemos este titular: “Montoro asegura que no sabe si  Bárcenas se acogió a la amnistía fiscal”. Hay que señalar que su certeza al afirmar que no tiene certeza de saber lo referido a Bárcenas y a la amnistía fiscal supone una grave contradicción con respecto al comunicado emitido el 17 de Enero de 2013 en el que el Ministerio de Hacienda desmentía las afirmaciones de su abogado.

-NO DESMIENTO + SILENCIO + NO ME ACUERDO: Por su parte, Rajoy se dejará de ironías y el viernes 25, confirma que “no desmentirá los supuestos sobresueldos hasta que finalice la auditoría ordenada dentro de su partido. Asimismo, ese día, de viaje oficial en Chile, decide no permitir ninguna pregunta de los periodistas, y junto con ello, ese mismo día, el periodista Luis del Olmo le pregunta, en ABC Punto Radio, cuándo había sido la última vez que había hablado con Luis Bárcenas: “Pues la verdad es que no me acuerdo, Luis. No me acuerdo.

El argumento que aquí se usa, como decimos con relación a Levinson, será denominado HQ,  e implicará que los miembros del PP no se comprometan a afirmar o negar las acusaciones que están recibiendo.

Por último, señalaremos otro de los argumentos utilizados en esta segunda fase, y que se corresponde con la falacia retórica ad hominem que, pese a diferenciarse de los anteriores, se asemeja a ellas en que el hablante que lo usa no alude razones para rebatir la acusación (no se compromete), sino que descredita o ataca a la persona que lo acusa. En una de las respuestas de Montoro del día 23, cuando el diputado socialista, Pedro Saura,  le hace esta pregunta, ocurre esto:

-Proponente:[…] ¿El ministro de Hacienda ha cobrado en B? ¿Ha cobrado un sobre?

-Oponente:  En primer lugar, señor Saura, la ruindad en la política tiene un límite […]

http://www.youtube.com/watch?v=vXwG-W4qGdE&feature=player_detailpage

Levinson apunta también, como guía para el oyente, que este  tendría que “aceptar que el hablante ha realizado la aseveración más fuerte de acuerdo con lo que sabe”.  El lector, por tanto, observaría que, en este caso concreto, el ministro no ha negado taxativa y explícitamente la respuesta, y que en los anteriores no se han realizado intervenciones comprometidas con la pregunta formulada, sino que se ha tramado una estrategia comunicativa de desvinculación con la relación entre PP y Bárcenas.

3)     Tercera fase: NEGACIÓN + ADMISIÓN 1er. PAGO = NEGACIÓN CON EXCEPCIÓN

Una vez hemos llegado hasta aquí, es donde nuestro análisis echa raíces en torno al escándalo de corrupción, ya que será el jueves, 31 de Enero cuando EL PAÍS publica Las cuentas secretas de Bárcenas, las supuestas fotocopias de la contabilidad secreta del PP que mostrarían los pagos y sobresueldos de numerosos miembros, así como los datos comprometedores de donaciones y financiaciones por parte de empresas privadas. Tras esto, y sirviéndonos de un discurso interrogativo implícito como “¿Qué dice el PP sobre este asunto”?, la negación vuelve a ser el contraargumento que predominará y de esta manera,  Mª Dolores de Cospedal, en rueda de prensa ese mismo día, afirma: Yo no voy a reconocer veracidad, ni tengo por qué a algo que no se corresponde con la contabilidad que tenemos en el partido, de ninguna manera, de ninguna manera”.

Después de esta primera intervención, simultáneamente en ese momento, Pío García Escudero, presidente actual del Senado, reconoce un pago anotado por Bárcenas”, que consistía en un crédito prestado por el PP en 2000 tras haber sufrido un atentado  de ETA que le destrozó su casa en Madrid.  Esta admisión constituye un serio contra discurso con respecto a Cospedal, a quien le piden ahora una nueva explicación en función de las palabras de García Escudero,  y que utilizará el nuevo argumento denominado “NEGACIÓN A MEDIAS o NEGACIÓN CON EXCEPCIÓN”

-Ese dato al que usted se refiere, al que ha hecho alusión Pío García Escudero, será verdad, pero eso no quiere decir que valide completamente ese papel que se ha publicado”.

En consonancia con Cospedal, los barones del PP saldrán todos a una (Como en Fuenteovejuna, pero con un argumento distinto) y, oponiéndose al contra discurso de la admisión de un pago,  negarán la existencia de estos papeles. (NEGACIÓN)

Aquí se pondrá fin al mes de Enero, con la publicación de estas cuentas secretas, que han provocado la indignación de los miembros del Partido Popular, así como de la oposición y de la ciudadanía. Gracias a una visión amplia del recorrido argumentativo de este primer mes, podríamos observar tres fases distintas, correspondientes a las tres últimas semanas del mes, en las que predominan esta serie de argumentos:

 

 

1)     Negación de las informaciones publicadas (5 ocasiones)

2)     Intervenciones discursivas que implican Heurística Q de Levinson (Lo que no se dice, no se da) (5 ocasiones)

3)     B es particular; B NO PP (3 ocasiones)

4)     Acciones: Amenazas de castigos a comportamientos reprochables (2 ocasiones)

5)     Negación CON EXCEPCIÓN (1 ocasión)

En el próximo artículo proseguiremos  con el análisis de mes de febrero y continuaremos analizando hacia qué dirección tenderán los argumentos que Bárcenas y el Partido Popular, con el fin de poder comprender, por un lado, qué es lo que está sucediendo en nuestro entorno político y, por otro, de qué manera se sirven del lenguaje para conseguir uno u otro objetivo.

 

    Tomás Corcoles Molina

Basta con observar nuestra realidad con un mínimo de curiosidad para darse cuenta de que una de las tantas consecuencias de las crisis es el salto a la arena de ciertos conflictos sociales que, a menudo, generan verdaderas contiendas lingüísticas. Aunque sea lingüístico, estamos hablando de un verdadero combate, así que se hacen necesarios dos bandos confrontados que, además, estén armados de pies a cabeza. Uno de los bandos nace del malestar social habitual en época de crisis, manifiesto en la desconfianza hacia aquellos a quienes se suele culpar de la situación y en el sentimiento de colectividad por parte de los que la padecen. Ante este panorama, la sociedad molesta se arma de grupos y de movimientos sociales. Por supuesto, la reacción de los señalados como culpables había de llegar. Este es el otro bando, el que empuña como principal arma la Retórica. La selección de un arma como esta ya nos da cuenta de los objetivos: la persuasión. La pregunta es: ¿persuadir de qué?

 

Este panorama de conflicto lingüístico que acabamos de exponer sintetiza una de las situaciones que vivimos hoy como consecuencia de la actual crisis. En esta entrada, expondremos el caso de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) y, concretamente, trataremos el ya celebérrimo fenómeno del escrache, por ser la principal diana de todas las flechas retóricas de los adversarios. El objetivo que perseguimos es observar los argumentos que se emplean contra este fenómeno con el fin de convencer de que no puede concebirse en una sociedad democrática como la nuestra.

 

Uno de los argumentos fundamentales que se dirigen contra el escrache es aquel que pone de relieve su carácter violento. Rafael Hernando, portavoz popular en el Congreso, lo formula perfectamente: “un escrache es acoso y los acosos son violentos” http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/01/espana/1367405157.html.

Hernando elabora el argumento basándose en una deducción lógica que nos lleva a la conclusión implícita de que el escrache es violento:

 

a) un escrache es acoso

b) los acosos son violentos

Por tanto: c) el escrache es violento.

 

Sin embargo, para llegar a una conclusión a partir de una deducción, es necesario dar por verdaderas todas las premisas. Fundéu define los escraches como “manifestaciones que se convocan frente al domicilio o lugar de trabajo de personajes públicos para reprobar su comportamiento en determinados asuntos políticos o sociales”. Si nos atenemos a la definición, el rasgo [+acoso] no parece ser propio del concepto escrache, por lo que la premisa de la que partía el portavoz –“un escrache es acoso”–, en principio, no puede ser considerada como verdadera. De esta forma, la conclusión a la que se llega no es válida lingüísticamente; la violencia no forma parte de la definición léxica del término escrache.

 

El SUP (Sindicato Unificado de Policía) parece estar de acuerdo: “en un escrache, seguimiento o manifestación pacífica, puede haber o no coacciones, amenazas o acoso” (http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/policia-pide-los-agentes-que-usen-palabra-escrache-2370749). Precisamente por esto, no deja de ser llamativo el hecho de que la policía haya ordenado que  se deje de emplear el término escrache:

 

En todas las comunicaciones, escritos y diligencias en las que se notifique que se han producido acosos, amenazas y coacciones a representantes políticos, dejará de utilizarse el término ‘escrache’. (http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/policia-pide-los-agentes-que-usen-palabra-escrache-2370749).

 

El objetivo es que este término sea sustituido por “la acepción castellana correspondiente”. La propia policía propone acepciones como “acoso, amenazas o coacciones”. Resulta algo paradójico, porque escrache y acoso no son sinónimos. Emplear, como sustituto de escrache, el término acoso supone añadir a la realidad una carga significativa muy distinta.

 

En cualquier caso, atribuirle esa carga semántica de violencia al término escrache es una tendencia generalizada. De hecho, algunos incluso dan un paso más y lo utilizan como premisa presupuesta para elaborar su argumento. En palabras de Cospedal:

 

Los acosos, la violencia física y verbal, los ataques a las personas, a sus familias, a sus viviendas; eso no refleja más que un espíritu totalitario y sectario, y eso es lo más contrario que hay a la democracia.

(http://videos.lavanguardia.com/20130413/54372355085/cospedal-califica-los-escraches-de-nazismo-puro.html)

 

Cospedal, en estas declaraciones, acepta como presupuesto que el escrache es violento y lo toma como premisa. Esta, junto a la premisa implícita de que la violencia es totalitarismo, nos permite llegar a la conclusión final de que el escrache es totalitario y, por tanto, antidemocrático. El problema es que, en Retórica, verdad es únicamente aquello que no se discute y, como se ha comentado anteriormente, que escrache signifique violencia es discutible, al menos desde el punto de vista lingüístico.

 

Eva Durán también ha apelado al carácter antidemocrático del “traslado de las protestas a la puertas de las casas de diputados”: “no se puede hacer, estamos en un Estado de derecho democrático”

(http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/05/madrid/1365164740_566932.html)

 

Esta premisa nos lleva a la conclusión implícita de que el escrache no es entendido como un fenómeno democrático. Sin embargo, dar por cierta la premisa supone pasar por alto que las manifestaciones ante domicilios privados están reconocidas por el derecho internacional. La propia Amnistía Internacional, ante las críticas realizadas contra el escrache, explicaba lo siguiente: “la protesta social, sea en la forma que sea y siempre que se lleve a cabo de forma pacífica, es un derecho inalienable”

(http://www.es.amnesty.org/noticias/noticias/articulo/ai-pide-que-cese-la-estigmatizacion-contra-miembros-y-simpatizantes-de-la-pah/).

De esta forma, parafraseando a Durán, lo que podemos concluir es que precisamente el hecho de estar en un Estado de derecho democrático es lo que permite las protestas ante las casas de diputados.

 

En los discursos políticos, otro de los argumentos más recurridos es el emotivo. En el caso del escrache, se nos recuerda que en las casas de los diputados hay menores. Así lo hace Sáenz de Santamaría: “este tipo de protestas afectan especialmente a gente del núcleo familiar que no está en esto”, “ellos no pueden protegerse por sí solos” http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/19/espana/1366380573.html.

 

La vicepresidenta elabora su argumento sobre la base de un topos aceptado por todos: los niños son personas desprotegidas e indefensas. El principal inconveniente es que los niños desahuciados también cumplen con este topos y, sin embargo, de momento, su situación no ha sido remediada. Es decir: existe una contradicción entre la crítica de Santamaría hacia los escraches y lo que su Gobierno pone, o mejor dicho, no pone en práctica. Además, la vicepresidenta utiliza su argumento para concluir que “cuando uno se salta las normas está fuera de ese sistema de derechos y libertades que nos hemos dado”. Para llegar a esta conclusión, se recurre de nuevo a un topos: los niños son intocables. De esta forma, actuar de modo que los niños salgan perjudicados supone saltarse las normas y, por tanto, estar fuera del sistema democrático o, lo que es lo mismo, ser antidemocrático. No obstante, que los escraches puedan perturbar la tranquilidad de unos menores, en principio, no garantiza que estemos ante un fenómeno antidemocrático. En cualquier caso, la veracidad de la conclusión no parece importar demasiado cuando aquello a lo que se apela con el argumento emotivo es a un sistema de creencias y valores que juzgue la consideración como legítima.

 

El último argumento destacable contra el escrache es aquel que se funda sobre la base de la ley. El día 12 de abril, uno de los titulares de 20 minutos decía lo siguiente: “Cifuentes, ante la polémica: ‘no se sanciona por hacer escraches, sino por incumplir las leyes’”. En el artículo (http://www.20minutos.es/noticia/1785345/0/cristina-cifuentes/escraches/sanciones-expedientes/), la delegada argumenta que los escraches incumplen la ley que obliga a los ciudadanos a comunicar cualquier tipo de manifestación y que es este el motivo de las sanciones que se están interponiendo a los participantes. La premisa de la que se parte en este caso es verdadera, por lo que, en este sentido, podemos concluir la ilegalidad de los escraches no comunicados. Resulta algo contradictorio, sin embargo, que se sancione por el incumplimiento de las obligaciones del ciudadano pero no se sopese sancionar el incumplimiento de las leyes que recogen sus derechos, como el derecho a una vivienda digna, recogido en el artículo 47 de la Constitución Española.

 

A estas alturas, es evidente la posición con respecto al escrache, al menos, de aquellos políticos cuyos argumentos hemos tratado. Aun así, unas últimas aclaraciones, por si queda algún despistado: el fin último es sobrevivir en la arena (y, con un poco de suerte, convertirse en leyenda). Pero la batalla se ha trasladado al terreno de la Retórica, con el fin de intentar persuadir de la ilegitimidad del fenómeno escrache. Las armas empleadas son argumentos que permitan construir un buen relato, una historia creíble y convincente sobre la realidad que vivimos. Lo que no saben es que trasladar la batalla al terreno de la Retórica nos concede la fastuosa posibilidad de discutir y, por tanto, de impedir que su relato, esa única realidad posible, se convierta en la verdad.

Estefanía Mestre

V de viñeta

03/06/2013

V de Viñeta

Hace ya tiempo que la corrupción vive entre nosotros, tanto es así que ha dejado de sorprendernos el descubrimiento de una trama aquí, de una trama allá; la cotidianidad de su presencia hace que la veamos, casi, como la característica por defecto del entramado político vigente.

El gobierno, por su parte, no puede dar la espalda a un hecho que es evidente a los ojos de todos, y durante el último Debate sobre el Estado de la Nación, el director del Ejecutivo español propuso un “pacto sobre la corrupción” que debía implicar a todos los partidos legales de España. Así, se habla de investigar, de condenar, de llegar al fondo; pero solo eso, se habla. En este uso que se ha ido haciendo de la palabra, notificamos cómo se trabajan términos como corrupción y su nuevo antónimo contextual: transparencia. Se trata, pues, de la creación de un sentido específico para cada una de las voces, que hace que se opongan en entornos discursivos políticos. Pero, ¿cómo se ha producido este proceso por el que dos palabras que no lo eran son ahora antitéticas? ¿Qué rasgos de cada una de ellas se utilizan a la hora de relacionarlas antagónicamente?

En el DRAE observamos que a la definición de corrupción

«En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores»

le acompaña la etiqueta Derecho, dando cuenta de la restricción que se efectúa, a través de la metáfora, con respecto al campo de actuación del genérico corrupción.

¿Pero cómo de real es esa restricción? La automatización con la que empleamos el término nos hace olvidar esos sentidos originarios que revisten tan socorrido vocablo. Estas acepciones, de alcance puramente físico, nos remiten a la podredumbre, a la descomposición, a lo caducado, a lo infestado, incluso a lo maloliente.

Parece que, en la utilización político-económica, este sentir de abierta afección física se ha rebajado un tanto, una vez que la metáfora ha sido puesta en circulación e insistentemente reiterada. Sin embargo, de un tiempo para acá, las tiras cómicas de algunos periódicos y revistas –ese tradicional espacio de resistencia que trabaja a golpe de humor– se han propuesto recuperar esos valores primigenios aplicados al terreno del fraude político.

Es en esta línea en la que hallamos viñetas como la siguiente:

http://ruarodriguez.wordpress.com/category/vinetas/

En ella se nos da una descripción gráfica de corrupción, en la que se hace patente la idea de mugre y suciedad; proponiendo, además, una hipérbole solo aplicable al caso español, para el que se expone la noción de acumulación.

Esta reaparece en la siguiente viñeta, que da cuenta de la expansiva potencia de la corrupción.

http://elpais.com/elpais/2013/02/08/vinetas/1360336647_574861.html

Por su parte, este concepto de inmundicia llega al límite de la excreción en la siguiente viñeta, en la que se apela, incluso, al olor fétido y miasmático que desprende la corrupción:

http://elpais.com/diario/2010/04/16/vinetas/1271368801_850215.html

Poco a poco, en nuestro recorrido gráfico, hay una idea que viene a imponerse, y es la que entiende la corrupción, en su totalidad, como una enfermedad social. Esto no es nuevo ni siquiera en nuestro blog, en el que hace poco menos de un año se publicó una entrada que desarrollaba la identificación de la crisis con una enfermedad (REFERENCIA CRUZADA). En este sentido, la siguiente viñeta nos habla de un contagio –evitable– de la acción corruptiva:

http://www.euribor.com.es/2013/02/16/la-vineta-de-la-semana-184/

En contraposición a esta otra, en la que el contagio es ya irreversible:

http://blogs.publico.es/manel/2216/menudo-ejemplar/

Esta alteración, como introducíamos al principio, ha tenido que ser asimismo reconocida por la jefatura del estado, hecho que queda también vehiculado por las tiras cómicas, en las que se pone en boca del gobierno una voluntad higienista. Así, a la suciedad se enfrenta la limpieza; frente a la oscuridad, encontramos claridad y transparencia; y ante ese ‘apestar a podrido’ encontramos el implacable aerosol ‘con olor a pino’:

http://sesiondecontrol.com/actualidad/humor/olor-a-pino/

En el siguiente caso se explicita incluso la retórica gubernamental, que se defiende alegando “Somos el partido más limpio de España” y defendiendo que “La higiene en la vida pública es una exigencia moral”. La viñeta, de lo más caricaturesca, realza un cromatismo azul y blanco, supuesto nexo de unión entre la higiene y el logotipo del partido liderado por Rajoy:

http://unidosxlahispanidad.blogspot.com.es/2012/11/vinetas-sobre-corrupcion-politica-i.html

La información implícita revelada por estas dos viñetas es que el Gobierno recibe las críticas de corrupción que sobre él pesan, y les responde defendiéndose ‘desde la bañera’. Como sostuviera Tácito, “cuánto más corrupto es el estado, más leyes tiene” y en nuestro caso el Gobierno tiene entre manos la famosa ‘Ley de Transparencia” – Texto aprobado en el Consejo de Ministros de 27 de julio de 2012-, cuyo alcance se intenta ampliar ahora a la Casa Real.

De este proyecto de ley se hacen eco viñetas como las siguientes, acompañadas siempre de un tono escéptico y descreído:

 

http://elpais.com/elpais/2013/01/30/vinetas/1359562148_791161.html

 

En la viñeta superior se observa la paradoja entre el contenido de las palabras de la figuración de Rajoy, que apela a la “prístina transparencia en la gestión política” y el modo intencionado con el que el dibujante plantea la duda desde la forma plástica: tapando, oscureciendo, parcheando algunas de las partes del mensaje y de la ilustración.

La siguiente va más allá, pues en ella se muestra una hipotética sugerencia al Presidente por parte de políticos corruptos, quienes proponen, como solución a los problemas, la despenalización de la corrupción:

 http://www.feccoo-extremadura.org/ensenanzaextremadura/menu.do?Informacion_General:Galeria_de_Imagenes:3721

            Sin apenas darnos cuenta, hemos observado cómo el proceso del que hablábamos al principio fluye de forma natural a través de las viñetas adjuntas: a la corrupción política se le devuelven sus tintes primarios, y la putrefacción del organismo –entiéndase político– nos devuelve una idea clara de descomposición que, según el gobierno, exige transparencia para reconquistar la salubridad pública. En este sentido, las viñetas pueden ayudarnos a desgranar algunos de los rasgos pertinentes de cada una de las voces; a saber:

Legalidad

Moralidad

Confianza

Lealtad

Eficacia

Progreso

Corrupción

Transparencia

+

+

+

+

+

+

 

Estos testimonios pueden hacernos creer que la ley se está ejecutando severamente, pero no olvidemos que la palabra es poderosa, tanto, que puede inducirnos a pensar que su génesis implica acción. Sin embargo, las poco inocentes viñetas que bombardean los medios de comunicación escrita diariamente parecen preguntarnos… ¿no será la argumentación la que encubre el hecho de que la acción no se realice? Tomando las palabras de Frank Herbert, “la corrupción lleva infinitos disfraces” y, bajo nuestro punto de vista, el más grueso es el de la retórica.

Natalia Castillo

Videoblog.

Martina Pérez

A Bankia no le sale

05/04/2013

Decía Quintiliano que, cuando un abogado tiene pruebas, poco necesita de la Retórica; sin embargo, cuando carece de ellas, recurre a esta en abundancia. Se sabe en Retórica que “verdad” es solo aquello que no se discute, por lo que el objetivo de dos partes enfrentadas consistirá en dar ciertos hechos como aceptados, y discutir el resto.

¿Cómo se argumenta la confianza cuando una entidad bancaria ha abusado flagrantemente de ella? ¿Qué mecanismos retóricos se activan para convencer de que aquello que se ha hecho no se va a volver a repetir? Bankia ha lanzado en pocos meses dos campañas publicitarias que ejemplifican de forma muy clarificadora esta situación.

En la primera

se recurre a la experiencia compartida para argumentar fidelidad, sobre la base de la analogía. “Somos la gente que pasa por nuestra vida”. Se parte de la premisa implícita de que alguien que te acompaña durante mucho tiempo es alguien que nos conforma (como señala el verbo ser, que indica estados). A partir de esta premisa, se opera una personificación implícita por analogía de la entidad bancaria, que se une al grupo de nuestros íntimos y en el que se incluyen padres, amigos y las naranjas del terreno. No está mal como intento; muchos somos los que nacimos, literalmente, con una cartilla de la entidad y, hasta hace bien poco, en la Comunidad Valenciana, la entonces Bancaja poseía un carácter icónico semejante al del cítrico que nos ha hecho conocidos en el mundo. El problema es que esta argumentación se procesa contra un contexto en el que es tan flagrante la desconexión entre la imagen de intimidad que la entidad intenta proyectar y la realidad de los hechos, que ni toda la retórica del mundo puede convertir en cierta (en términos retóricos: cuya verdad no se disputa) la propuesta que se lanza sobre el tapete retórico. Tenía razón Quintiliano; no tiene razones Bankia, pero tiene retórica.

(Por cierto, este vídeo tiene un desajuste de traducción muy significativo: mientras la voz en off recita “Tu gente sigue siendo tu gente. Y no importa el tiempo que pase porque siempre seguirás a su lado”, la traducción inglesa reza: “Your people are still your people. No matter how much time passes they will always be at your side”. Mientras que la versión inglesa es una promesa de fidelidad por parte de los otros, la versión española argumenta la fidelidad por parte del cliente, lo que se puede interpretar fácilmente como una condena: “estarás obligado a estar a su lado”).

En la segunda, por el contrario,

en lugar de subrayar la fidelidad debida por el tiempo que nos une, se argumenta en la dirección contraria: del tiempo pasado en el que se situaba la campaña anterior, la presente se dirige esta vez al futuro. Lo que importa en este caso es borrar cualquier referencia a lo ocurrido y proponer en su lugar una mirada hacia adelante, como ilustra la imagen del recién nacido en (5’’). La entidad nos propone la reescritura de una narratio en la que los hechos…¡todavía no existen! y en la que, precisamente por ello mismo, pueden ir de la mano con nosotros. La amnesia del pasado se convierte en condición indispensable para poder aceptar la argumentación que se propone, a través de una serie de palabras clave (o, en términos corporativos, de ideas fuerza): esfuerzo, ilusión, experiencia, talento, y confianza, así como la conclusión final: juntos. Una vez más, mucho Quintiliano van a tener que utilizar para conseguir que, como afirman en (20’’), “todos seremos titulares de lo que está por venir”, porque, aplicando esa misma Retórica a la que recurren, es fácil evocar por paralelismo, y mediante una simple retorsión, lo que ocurrió cuando “fuimos titulares de lo que acaba de pasar”.

Por último, el anuncio llamado «dar cuerda»

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presenta una sociedad paralizada que se pone en marcha cuando se le da cuerda “entre todos” porque es tiempo “de volver a empezar de nuevo”. O sea, “borrón y cuenta” nueva; o “lo pasado, pasado”; o “pelillos a la mar”. En estos casos, el refranero resume de una forma mucho más certera y sintética la argumentación subyacente.

Así que en esas está Bankia: lo pasado, pasado, y vamos a mirar juntos al futuro con confianza, que para eso somos parte de tu vida. Recuerden: si nadie cuestiona esta argumentación, pasará a considerarse como cierta por consenso implícito entre las partes. Así funcionan la Retórica y las entidades financieras.

 

Salvador Pons Bordería