En este mundo de desarrollo tecnológico, abundan aplicaciones de redes sociales gratuitas que ofrecen desde juegos interactivos hasta videoconferencias multitudinarias. Es fácil conseguir estas aplicaciones: hay que descargarlas, registrarse y aceptar la política de privacidad y los términos y condiciones. Pero, al hacer esto, no podemos olvidar que estamos firmando un texto que no es inocente: vehicula un contrato unilateral con implicaciones legales.

Tal es el caso de la aplicación Houseparty, una red social para hacer videollamadas grupales. Tras una lectura de la política de privacidad de la empresa (texto de carácter legal que hay que aceptar para acceder a la aplicación), surge una pregunta: ¿qué imagen de la empresa y del usuario ofrece este texto, y mediante qué mecanismos lo consigue?

Para responder a esta pregunta, nos hemos centrado en las construcciones con para + infinitivo, que tienen, en todos los casos, sentido figurado de finalidad o propósito (función de complemento circunstancial de finalidad). ¿Por qué estudiar la imagen de la empresa y del usuario a través de construcciones que expresan finalidad? En realidad, la imagen y la finalidad son nociones íntimamente ligadas. La finalidad es una justificación del motivo u objetivo por el que alguien hace algo. Así pues, en el texto, la empresa justifica y explica sus acciones y con ello proyecta, como veremos más adelante, una imagen positiva de sí misma. Por tanto, es pertinente un análisis pragmático del texto a través de las oraciones finales introducidas por para.

En el texto contamos 56 construcciones con para + infinitivo. Haremos primero una clasificación de estas construcciones, después un breve análisis cuantitativo y finalmente estudiaremos la variación de significado de algunos verbos, en relación con la imagen que la empresa pretende dar de sí misma y del usuario.

1. Clasificación

Para clasificar estas construcciones, hemos analizado

  1. quién realiza la acción (sujeto agente), que es la empresa o el usuario; y
  2. quién la recibe (objeto paciente), que puede ser la empresa, el usuario u otro objeto (por ejemplo, datos o información).

Así, en para (nosotros) informarle (a usted) sobre productos, la empresa (nosotros, sujeto) realiza la acción de informar al usuario (usted, objeto). La direccionalidad es clara: alguien realizala acción verbal sobre alguien o algo.

sujeto agente → (verbo introducido por para) → objeto paciente

Para ilustrar esto, recogemos algunos ejemplos. En ellos, hemos marcado en naranja quién realiza la acción y en verde quién la recibe. Los términos en negro no forman parte de las construcciones analizadas:

Siguiendo esta clasificación, hemos elaborado una tabla en la que recogemos los verbos utilizados en las construcciones con para + infinitivo en cada una de las 6 combinaciones posibles entre quién hace la acción y quién la recibe (2 posibles sujetos * 3 posibles objetos = 6 posibles combinaciones). Así, por ejemplo, la empresa mejora a la empresa, la empresa ayuda al usuario y la empresa comparte otros objetos (datos o información):

2. Análisis cuantitativo

La asimetría entre la parte superior e inferior de la tabla salta a la vista. La empresa realiza una gran variedad de acciones (contamos 27 verbos en total); en cambio, el usuario realiza, según el texto, menos de la mitad de las acciones que la empresa (solo contamos 11 verbos diferentes). La empresa, pues, tiene mucho más campo de acción que el usuario.

3. Variación de significado verbal

Por otra parte, cabe considerar el significado de los verbos (su aspecto léxico). Entre los 35 verbos, hay algunos cuyos significados están muy próximos (cuasisinónimos). Pero la elección de uno u otro verbo tiene que ver con la imagen que la empresa pretende dar de sí misma y del usuario. Veremos dos ejemplos: en el primero, el verbo se ajusta a las características del objeto que recibe la acción; en el segundo, el verbo cambia según quién realiza la acción.

3.1. La empresa ofrece diversión pero proporciona características

En el apartado correspondiente a empresa otros encontramos el par ofrecerproporcionar. A continuación demostramos cómo, en este caso, la elección del verbo responde al tipo de objeto que recibe la acción verbal. Los contextos en que aparecen son los siguientes:

Se puede esquematizar de la siguiente manera

(1) empresa → ofrecer → una forma divertida para que las personas interactúen

(2) empresa → proporcionar → características específicas.

Para determinar la diferencia de significado entre estos cuasisinónimos, contamos con el Diccionario de la Lengua Española. Veamos las primeras acepciones de ofrecer y proporcionar:

Sustituyamos el verbo por su definición en cada caso:

(1) Ofrecer: La empresa presenta y da voluntariamente una forma divertida para que las personas interactúen.

(2) Proporcionar: La empresa pone en disposición características específicas a fin de conseguir lo que la empresa desea

En el primer caso, la empresa da voluntariamente una interacción divertida, es decir, se la ofrece al usuario por libre voluntad. La palabra divertida implica que es beneficioso para el usuario (es un adjetivo marcado positivamente). Así, la empresa se presenta como alguien que beneficia voluntariamente al usuario; por ello, la imagen que construye es claramente positiva.

En cambio, en el segundo caso, la empresa ya no ofrece (voluntariamente) las características, sino que las proporciona o pone en disposición. Este verbo es mucho más neutro, no tiene el componente de voluntariedad, lo cual corresponde al objeto sobre el que recae la acción, que es mucho más neutro (características específicas). Así, con la elección de uno u otro verbo según el objeto, la empresa va construyendo su imagen.

3.2. La empresa avisa al usuario; el usuario se comunica con la empresa

Por otra parte, podemos poner en relación dos verbos de la lista que, de nuevo, se refieren a acciones muy parecidas: la empresa avisa al usuario y el usuario se comunica con la empresa. Veamos los contextos:

El esquema resultante es el siguiente:

(3) empresa → avisar → al usuario

(4) usuario → comunicarse → con la empresa

La variación del significado la encontramos, de nuevo, en el DLE:

Avisar tiene un valor positivo intrínseco: cuando se avisa, se aconseja, se advierte o se previene al otro. Así, como sucedía en el ejemplo de ofrecer, en el propio significado de avisar están inscritos los valores de búsqueda voluntaria y libre del beneficio del otro. Aquí también es la empresa quien beneficia al usuario.

Todo esto desaparece cuando la dirección se invierte: el usuario no avisa a la empresa, sino que se comunica con ella. Es un verbo neutro con que se construye una imagen neutra del usuario: el usuario ya no quiere aconsejar o ayudar a la empresa, sino que simplemente trata con ella. Prueba de esto es el contraste entre la construcción Te aviso por tu bien, perfectamente normal, y *Te comunico por tu bien, extraña e inadecuada. Así pues, comunicar, a diferencia de avisar, es un verbo de carácter neutro y propio de textos legales.

Por todo ello, la elección de los verbos (elección léxica) es de naturaleza pragmática y responde a la imagen positiva que la empresa quiere dar de sí misma frente a la imagen neutra que da del usuario.

3.3. Otros verbos

Como se observa en la tabla, muchas de las acciones de la empresa tienen un valor positivo, por el propios significado (configuración léxica) de los verbos:

  • la empresa ayuda, mejora, protege al cliente; también
  • la empresa se mejora y protege a sí misma.

Esto contrasta con la elección de los verbos menos marcados cuando el sujeto es el usuario (administrar, ejercer, modificar).

4. Conclusión

Con todos estos datos se aprecia la configuración desigual de la empresa (emisor) y del usuario (receptor) en el texto. A través de la elección del verbo en las estructuras con para + infinitivo, Houseparty construye pragmáticamente una imagen positiva de sí misma, así como una imagen neutra del usuario. Además, si consideramos la cantidad de verbos, podemos concluir que el usuario no tiene el mismo margen de acción que la empresa. Es evidente, pues, que la relación entre la empresa y el usuario está muy lejos de ser simétrica.

Como decíamos al inicio, las palabras no son inocentes. Los mecanismos lingüísticos empleados en el texto son sutiles, porque se trata de un texto legal. Pero justamente por eso tenemos que estar atentos a lo que firmamos y ser conscientes de que incluso los textos legales pueden no ofrecer una presentación objetiva sino orientada a ciertos intereses, que raramente coinciden con los del usuario.

Betlem Pardo

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