¿Guerra en Europa en el siglo XXI?
25/10/2022
En las circunstancias actuales, es común oír frases que siguen el esquema de no se puede organizar una guerra en Europa en el siglo XXI (20minutos, 12/04/2022), que expresan sorpresa o desacuerdo sobre que siga habiendo conflictos armados en Europa y, además, bien entrado el siglo XXI. Esta argumentación juega con los conceptos de Europa, siglo XXI y guerra. A continuación, intentaré exponer brevemente cómo considero que se utilizan estos tres elementos. Para ello, me basaré en dos conectores (por tanto y pero) y en cómo se relacionan con los elementos conceptos mencionados. Después, trataré de explicar por qué creo que este tipo de argumentación puede ser irracional.
Como ya se ha apuntado, las relaciones que se establecen en una frase como no se puede organizar una guerra en Europa en el siglo XXI son entre el concepto de [EUROPA] y el de [PROGRESO] y el de [TIEMPO] y [PROGRESO]. Cabe preguntarse ahora cómo funciona esta relación. Para tratar de ilustrarlo utilizaré estos dos pares de frases:
1a) Soy europeo; por tanto, estoy en contra de la guerra.
1b) Estamos en el siglo XXI; pero hay guerra.
2a) Soy europeo, pero estoy en contra de la guerra.
2b) Estamos en el siglo XXI; por tanto, hay guerra.
Las dos primeras son frases perfectamente normales, muy similares a cualquiera que podamos leer o escuchar en cualquier medio de comunicación estos días: el mensaje es estoy en contra de la guerra. Además, no plantean problemas como argumentos, son asumidas sin muchas dudas por casi cualquier interlocutor y a primera vista son, además, razonables. Este primer par de frases relaciona los conceptos ya apuntados: [EUROPA] y [GUERRA] y [TIEMPO] Y [GUERRA]. Dejemos estas frases aquí por el momento.
Respecto al segundo par de frases, sin embargo, sí hay un problema: algo al leerla nos dice rápidamente que no es normal. Estas frases tan extrañas relacionan exactamente los mismos conceptos que el par anterior, tan razonable: [EUROPA] y [TIEMPO] y [PROGRESO].
Por tanto, ambos pares de frases transmiten exactamente el mismo mensaje (estoy en contra de la guerra) y juegan con los mismos conceptos, con lo que resulta evidente que el problema no está en el contenido, sino en la forma. El lector atento ya se habrá dado cuenta de cuál es el problema: cómo se conectan las nociones de [EUROPA] y [TIEMPO] con la de [GUERRA]. Mientras que en el primer par la conexión que realizan por tanto y pero resulta razonable, en el segundo estos mismos elementos vuelven las frases extrañas.
La diferencia es que, mientras que unidades como por tanto sirven para enlazar el argumento (soy europeo o estamos en el siglo XXI) con una conclusión esperable (estoy en contra de la guerra), unidades como pero solo sirven para enlazar argumentos con conclusiones no esperables. Es por eso que el segundo par de frases resulta extraño: el 2a), porque se salta las normas del pero y enlaza un argumento con una conclusión sí esperable; el 2b), porque se salta las normas del por tanto y enlaza un argumento con una conclusión no esperable.
De este largo ejemplo podemos deducir que existe en la sociedad una manera concreta de relacionar estos conceptos que es percibida como razonable. Esta manera concreta de estructurar los conceptos es llamada topos. Este topos puede explicarse con el siguiente esquema:
Por tanto, cualquier intento de saltarse estos dos topos, esta manera de relacionar conceptos, será percibido como no razonable, igual que seguir los topos será percibido como una argumentación perfectamente razonable.
Explicada, pues, estas relaciones, toca preguntarse si son o no racionales. Empezaremos por la primera, que enlaza [EUROPA] y [AUSENCIA DE GUERRA]. Este topos establece una relación que se podría parafrasear como a más Europa menos guerra. Es decir, la relación no es estática, como hemos sugerido hasta ahora, sino que se mueve en una escala. En mi opinión, el problema en este caso es que se está estableciendo una vinculación entre un lugar, que es algo físico, y una cualidad, que es algo abstracto. Como resultado de este proceso obtenemos una identificación plena entre un lugar y un rasgo, una metonimia de [EUROPA] por [PROGRESO], por [AUSENCIA DE GUERRA], una relación prácticamente de sinonimia entre dos entidades completamente distintas: una está en el plano de la realidad, otra en el de los conceptos. La identificación plena de un lugar con una cualidad se construye, pues, de esta forma.
En cuanto a la segunda relación, la que enlaza [TIEMPO] y [AUSENCIA DE GUERRA], la vinculación podría parafrasearse como a más tiempo menos guerra. Por tanto, vemos de nuevo que esta vinculación de la que hemos estado hablando se revela como dinámica, inserta en una escala. A mi juicio, el problema con esta vinculación de a más tiempo menos guerra es que la escala ascendente que representa (cuanto más tiempo pasa más progreso hay, y por tanto menos guerra) ha sido establecida como absoluta y no como relativa. Es, a mi juicio, razonable si se enuncia como una línea solo ascendente, pero no si se convierte, además, en lineal.
Sin embargo, lo que ocurre al transformar la escala en lineal, en absoluta, es que no permite una mínima contradicción, como sería introducir el concepto [GUERRA] entre el punto A y el punto B. En mi opinión, el convertir una relación en una progresión que no admite contradicción hace que esta sea irracional.
En esta breve entrada hemos explicado cómo el concepto de [PROGRESO] se ve alimentado en ciertas argumentaciones por los conceptos de [EUROPA] y por el de [TIEMPO], como elemento superior de la escala [TIEMPO]. He explicado también por qué creo que ambas relaciones, ambos topos, son irracionales: el primero, unir plenamente una realidad física con una noción abstracta y realizar una metonimia de uno por otro; el segundo, por convertir una progresión ascendente en una lineal, por convertir algo relativo en algo absoluto.
Finalmente, considero que argumentos de este tipo cubren nuestro día a día y en muchas ocasiones pretenden situarse como argumento. El resultado es una estructura realmente difícil de desmontar. Creo que, en favor del espíritu crítico, conviene estar alerta ante estas construcciones.
Lorenzo Daza Prado
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