El final de una era
19/12/2023
Este blog es hijo de una era: la «Gran Recesión» de 2008 y sus consecuencias sociales. En aquel momento, la crisis se justificaba mediante el lenguaje y decidí que mis alumnos de Pragmática analizaran el lenguaje de la crisis para sacar a la luz sus mecanismos argumentativos. Inesperadamente, descubrí que, al igual que yo, mis estudiantes también querían expresarse y este blog fue un catalizador de sus inquietudes.
Con la premisa de expresar en términos comprensibles para el lector medio los mecanismos pragmáticos subyacentes a las operaciones lingüísticas que gobiernos, empresas y responsables de la crisis utilizaban para justificar la nueva realidad, una generación de estudiantes (con una media de edad de veintidós años ) dejó unos análisis breves, sencillos y esclarecedores. Muchos de ellos se convirtieron en becarios de investigación, posteriormente en doctores, y algunos son hoy jóvenes profesores en distintas universidades españolas. He tenido el inmenso placer de ser testigo de sus primeros pasos en la investigación.
Pasaron los años, alguien decretó que la crisis había pasado y este blog mutó su nombre por el de «El lenguaje (des)de la crisis». Si el mundo había dejado atrás los problemas de supervivencia, si ya no era necesario «refundar el capitalismo», ¿cómo era esta nueva sociedad que se estaba construyendo? Analizamos las campañas publicitarias con las que las entidades bancarias se exculpaban, los recortes al estado del bienestar y la incipiente creación de la sociedad de «El gran reinicio».
Todo fue bien hasta que noté cómo dicho reinicio comenzaba a afectar a este blog. Poco a poco, los estudiantes dejaron de encontrar temas de qué hablar; los contenidos se empobrecieron e incluso la forma lingüística fue empeorando. El año que decidimos centrarnos en los términos y condiciones de los servicios digitales o en la cesión de datos personales a las compañías de internet, me encontré con que mis estudiantes, hacía unos años críticos, hallaban poco o nada que decir. El reinicio había empezado.
Este blog ha servido para dar expresión social y forma lingüística a una inquietud que nosotros, como parte de la sociedad, estudiábamos y diseccionábamos. Se trataba de que una asignatura de una universidad pública creara un material que saliera del ámbito académico y que ofreciera algo a la sociedad que la financia. En este sentido, el combustible que la alimentaba eran la realidad, y la yesca que la encendía eran mis alumnos. Pero ahora mis estudiantes han cambiado. Los tiempos han cambiado. La sociedad parece feliz en este nuevo mundo. Y ha llegado el momento de que esta pequeña ventana diga adiós.
Agradezco a todos los participantes su entusiasta contribución a esta idea vaga que, gracias a ellos, tomó forma y a los lectores que, desde todas las partes del mundo, se han acercado a estas páginas. Un saludo y hasta siempre.
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