¡Salimos a ganar!

13/06/2016

Un fantasma recorre el espectro electoral: ante la cercanía de elecciones, ya sean de izquierda o de derecha, de colores cálidos o fríos, de asesores de imagen o de círculo de confianza, todos los partidos se aúnan bajo un solo grito: ¡Salimos a ganar!

No deja de resultar curiosa esta metáfora deportiva en algo aparentemente tan serio como el órgano de expresión más representativo de una democracia, señal inequívoca de que el mundo del deporte se está proponiendo como imagen de casi todo en la sociedad española de estos últimos años. Pero, ¿de dónde ha salido este eslogan y desde cuándo esta metáfora deportiva se propone como eje explicativo de la vida política?

Una búsqueda en las bases de datos de la RAE (www.rae.es) revela que, entre 1975 y 1999, solo se documentan nueve ejemplos, todos en secciones de Deportes o en prensa deportiva de la época, preferentemente precedido de las expresiones Vamos a…,  tenemos que… o hay que… Si la búsqueda se amplía al CORPES, que, a fecha de hoy, cubre el periodo entre el año 2000 y el 2012, se recuperan 22 ejemplos todos ellos relacionados con el ámbito deportivo. Para encontrar ejemplos en el ámbito político, hay que refinar la búsqueda e ir a los buscadores de los propios diarios. Si se recurre al muy útil buscador diacrónico de El Mundo, se comprueba que, comenzando la búsqueda en 2001, el primer ejemplo que se documenta fuera de la sección de Deportes se da en la sección de Toros y en 2008 en el suplemento de Valencia bajo la forma salir a ganar un jornal digno; estos casos no son objeto de esta entrada.

El primer ejemplo de adaptación de la metáfora deportiva al ámbito político se encuentra en las siguientes declaraciones de Trinidad Jiménez en 2010:

«Somos ese partido con vocación de Gobierno, capaz de generar ilusión. Ahora se nos presenta esa gran oportunidad. Y es ahora, no más tarde, cuando tenemos que demostrar que estamos dispuestos a poner lo mejor de nosotros mismos para ganar las elecciones y para gobernar. Es ahora.No podemos esperar cuatro años más. Tenemos que salir a ganar las elecciones», aseguró al inicio de su discurso.

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/02/madrid/1286013551.html

 

Las siguientes documentaciones aparecen también en boca de socialistas, todas en 2011. Antonio Alonso:

–¿Confía en la victoria pero teme la derrota?

–’El PSOE tiene la obligación en estas elecciones de salir a ganar. No sólo por trayectoria, capacidad y potencia política, también porque el PSOE es el único proyecto político que garantiza el estado del bienestar y, por tanto, garantiza la sanidad pública, la educación pública, las pensiones, las prestaciones por desempleo y las ayudas por dependencia.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/18/leon/1321612781.html

Mar Moreno:

«Cuando llegue el momento, en Andalucía vamos a salir a ganar, no a pactar», ha advertido el alto cargo socialista

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/07/andalucia/1310044226.html

o el propio Felipe González:

Y, tal vez, el aforo escuchó sin saberlo el anuncio de una retirada: «Tenemos que salir a ganar. Debemos movilizarnos todos, ahora y en marzo porque cumpliré 70 años y si no ganamos en Andalucía me retiro».

http://www.diariodeleon.es/noticias/elecciones20n/clase-magistral-economia-retiro_644247.html

Estas citas sugieren que la adaptación de esta expresión al ámbito político se gesta en el seno del PSOE y que la proximidad de las elecciones de 2011 actuó como difusor de la misma. Pero la expresión hace fortuna más allá del PSOE y se encuentran citas en otros partidos del ámbito de la izquierda, como el BNG gallego:

En el acto han intervenido los diversos miembros nacionalistas de las listas al Congreso y al Senado, en donde el número uno a la Cámara Baja por A Coruña, Francisco Jorquera, ha pedido un «cambio real»; mientras que el cabeza de lista por Ourense al Congreso, Xosé Manuel Pérez Bouza, ha pedido «salir a ganar el partido» por ser «el equipo de la casa».

http://www.20minutos.es/noticia/1189249/0/

Sin embargo, la expansión entre miembros de una misma tendencia ideológica no garantiza la supervivencia de una expresión; para que esta perviva en el lenguaje necesita expandirse a nuevos grupos de hablantes y usarse en contextos diversos. Por eso es especialmente interesante el primer ejemplo de salir a ganar utilizada por dirigentes políticos no vinculados a la izquierda del espectro. Así aparece en boca de Albert Rivera en 2014:

 

¿Hacer un frente antisoberanista es utópico o algo real?

Estoy convencido de que, si nos uniéramos todos los no soberanistas, podemos salir a ganar el partido. Otra cosa es que lo ganemos

http://www.elmundo.es/espana/2014/10/12/5439ce09268e3e947e8b457c.html

 

Y, cerrando el círculo ideológico, también en Isabel Bonig. Miembro del PP valenciano:

La coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, ha valorado la propuesta de ‘abrirse a pactos’ de Fabra y ha dicho que asume que los ‘populares’ ‘van a salir a ganar y va a ganar por mayoría absoluta’ en las próximas elecciones autonómicas y municipales. ‘Eso es lo que asumo’.

http://ariadna.elmundo.es/buscador/archivo.html?q=%22salir%20a%20ganar%22&t=1&n=10&fd=01/01/2014&td=31/12/2014&w=70&s=1&no_acd=1&parametric_year=2014&seccion=comunidad-valenciana

Si en 2014 salir a ganar ya es usada por miembros de todo el espectro político y, por tanto, se desvincula de cualquier connotación partidista o ideológica (lo que no sucede, por ejemplo, con expresiones como “poner más dinero en el bolsillo de los contribuyentes” o “situación de emergencia social”, por poner dos ejemplos), es esperable que su frecuencia de uso aumente, y eso precisamente es lo que indica el buscador de El Mundo, que registra, para el año 2015, nueve acepciones en la sección España y solo cinco en la sección Deportes. Estas nueve acepciones parten de políticos tan irreconciliables como Javier Arenas:

En cualquier caso, ha subrayado que el objetivo de estas elecciones «no es salir a pactar, es salir a ganar y a tener mayorías suficientes, y hacerlo con mucha humildad» y «mucho respeto a los demás».

http://www.elmundo.es/espana/2015/04/11/5528cf39268e3e704b8b4572.html

o Carolina Bescansa:

«Nacimos para llegar al 20 de diciembre y presentarnos a las generales. Estamos preparados para competir, salir a ganar y gobernar si lo logramos. Ése es nuestro objetivo», apuntó Bescansa, aunque dijo que «todavía» no lo habían «conseguido».

http://www.elmundo.es/espana/2015/10/13/561d06a9ca474182068b45c2.htm

En conclusión, los vaivenes electorales de la crisis económica han habilitado una expresión del ámbito deportivo, salir a ganar, para un nuevo ámbito, el político, en el que parece desenvolverse con relativa fortuna. Pero, como enseña la Lingüística cognitiva, con ella se abre un marco de posibilidades: si se gana es porque hay equipos enfrentados; los nacionalistas pueden decir que “juegan en casa” (vid, ejemplo del BNG arriba); los que van por detrás en las encuestas, que “todavía hay partido”; los últimos votos se deciden “antes del pitido final”, y así sucesivamente, que la naturaleza creativa del lenguaje solo necesita de una chispa para prender y expandirse por nuevos territorios. Otra cuestión sería la de cómo cambia nuestra visión de la realidad cuando el deporte es el punto de partida de nuestra categorización y la política el punto de llegada o, dicho de una manera más práctica, cuando una acción política, multiforme y compleja, se concibe en términos de “ganar o perder” o de si “la pelota entró o no entró”.

De entre las muchas aportaciones a la Lingüística general del filósofo Ludwig Wittgenstein, se encuentra la brillante idea de que el “lenguaje es un juego”, un juego con reglas, donde de su cumplimiento o incorrección depende que nos comuniquemos.  Una idea harto interesante, pues queramos o no, a cada instante somos jugadores en este campo lingüístico. A día de hoy, podemos verla reflejada en el desarrollo de algunas palabras como friki, que de mayo a julio  –y por el momento- es un término de uso que da mucho juego, en tanto que es “titular” en el marco de la política.  Por este motivo, el propósito de nuestro trabajo será analizar el papel que en los meses de mayo y junio ha jugado la palabra. Para ello trataremos de anotar una periodización del uso de “friki” en los medios de comunicación, en tanto en cuanto a su crecimiento significativo por estar en contacto con contextos políticos.

A grandes rasgos, debemos preguntarnos primero sobre la naturaleza de la palabra. Si acudimos al diccionario DRAE comprobaremos que ya incluye en un artículo de su vigésimo tercera edición este lema (que es un préstamo del inglés freaky), distribuyendo sus sentidos en tres acepciones y tratándolo de adjetivo coloquial: ¹“extravagante, raro, excéntrico”, y nombre común que señala a persona ²“pintoresca, extravagante” y ³“que practica desmesurada y obsesivamente una afición”. No podemos ignorar que los últimos años el término ha ido ensanchando cada vez más su cajón de significados (es decir, que paulatinamente ha ido señalando más cosas del mundo). A priori, al decir friki nos puede venir a la mente un joven adulto vestido de superhéroe anime japonés. Sin embargo, hoy se puede decir que uno es friki si ha llevado demasiado equipaje en un viaje de fin de semana. De este modo, si alguien quiere significar simplemente que algo es “extraño” o “impertinente”, en su mente puede albergar la posibilidad de uso de friki, con que puede multiplicarse enormemente en el uso por esta versatilidad. Con este marco general comenzaremos el análisis.

¿Cuándo entra friki en el campo de la política? En mes de mayo de 2014 Podemos –un nuevo partido político de ideas dinámicas e izquierdistas– consiguió un gran número de votos en las elecciones europeas, ante lo cual, partidarios de otros grupos políticos vuelcan una serie de relaciones y calificativos peyorativos sobre Podemos, y en especial sobre su líder: Pablo Iglesias. Un ataque que continúa hoy.

Grosso modo, podemos decir que el primer uso lo realizó el sociólogo del PP, Pedro Arriola, cuando el 27 de mayo declaró públicamente, en referencia al partido político Podemos: «aquí tenemos todos los frikis del mundo», «Todos los frikis acaban planeando sobre Madrid» (Forum Europa con José Juan Toharia y Pedro Arriola, min. 33:00 https://www.youtube.com/watch?v=iBIEaQ_OcPI). Lo que queda grabado en los medios es la asociación de Pablo Iglesias con el calificativo “friki” que Arriola le impone,  introduciéndole implícitamente la carga significativa (negativa) que tiene la palabra: persona con vestuario extraño, individuo extravagante, raro, pintoresco, infantil, inconsciente, etc.

Al instante se toma como un insulto hacia  Pablo Iglesias. El que oye estas declaraciones activa el entorno cognitivo (como diríamos según la Teoría de la Relevancia, las creencias que tiene un colectivo social)  y relaciona el “aspecto extraño” de friki, con el aspecto de Pablo Iglesias, quien viste informalmente y lleva el pelo largo. Como veremos en los ejemplos posteriores, detrás de este mínimo enlace cae toda una significación negativa (rareza, inconsciencia, excentricidad, infantilidad).

Desde el mismo día 27, la palabra friki pasa a formar parte del vocabulario de crítica política y posteriormente contactará con otras apelaciones dirigidas hacia Podemos. Antes de esto sabemos que hubo ya  referencias peyorativas hacia el partido; una de ellas se dio el mismo día 27 cuando Rita Barberá –alcaldesa de Valencia- tildó al partido elegido en las elecciones europeas de “grupúsculos”, “radicales”, “antisistema” y advirtió “Yo no quiero para mi país la política de Chávez” («Barberá: “Sabíamos que con la abstención se colarían grupúsculos radicales y antisistema”» http://www.atlas-news.com/agencia-internet/politica/Rita_Barbera-alcaldesa-valencia-podemos-elecciones-pp-25M_3_526177415.html, Atlasagencia, 27/05/2014).

Durante los últimos días de mayo y la primera quincena de junio se ha seguido empleando la palabra “friki” para referirse a la ideología de Podemos,  con  una serie de nuevos sentidos peyorativos. El 28 de mayo, en todos los medios se dio el debate sobre la figura de Pablo Iglesias y el término “friki” entró en un campo extensísimo de intercambio (redes sociales: Factbook, Twitter; declaraciones de prensa, radio, televisión), con lo que podemos rescatar ejemplos de comentarios como el del siguiente usuario de Facebook, que recopila irónicamente los atributos de Iglesias, entre los cuales tenemos el de sus votantes, que llama “Frikis”:

Podemos es ETA, Podemos quiere convertir España en Venezuela y Cuba, Podemos se financia con dinero del régimen venezolano, Pablo Iglesias es Hitler y Stalin, los votantes de Podemos son Frikis, Podemos quiere llenar España de inmigrantes, Pablo Iglesias es proetarra y apoya el régimen iraní, Pablo Iglesias compra la ropa en Alcampo, Podemos es antisistema, Podemos son radicales, Podemos es extrema izquierda, la coleta de Pablo Iglesias está llena de piojos…  (Facebook. “The ObserverULPGC” https://es-es.facebook.com/ObserverULPGC/posts/611082728988508  28/05/21014)

Algunos de estos atributos ya se habían ido asentando anteriormente, como en el día 26 de mayo cuando hubo comentarios tan llamativos sobre Podemos, en este caso de ataque, como el siguiente:

«Mucha bola se le está dando a este rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho. A ver si al final se lo va a creer y dentro de unos añitos, cuando sea mayor y ya no le guste jugar a poli(tico) bueno quiera jugar a ser salvador de la patria (ah no que los rojetes no tienen patria) bueno pues a salvador de la ciudadanía (que es muy progre) y se quieras convertir en un Chavez a Castro por aquí.” (La Gaceta “Pablo Iglesias se compra de Alcampo”, http://www.gaceta.es/josef/pablo-iglesias-compra-ropa-alcampo-26052014-1838 26/05/2014)

La relación con Hitler se explica por los dos “twits” consecutivos de Esperanza Oña, vicepresidenta del parlamento andaluz, quien comparó sus políticas también a día 26 de junio:

“Hitler ganó las elecciones en Alemania aprovechando el descontento general y convirtiéndolo en ilusión a su favor […] Pablo Iglesias, casi sin partido, sin gestión y siendo uno d los asesores del nada democrático Maduro, ha ilusionado a muchos” (Twitter, EsperanzaOña@esperanzaona.es https://twitter.com/esperanzaona )

Consecuentemente en el comentario de Facebook aparece en el mismo contexto que “Hitler”, “bolivarianos”, “extrema izquierda”, “radicales”, etc. porque antes de esto hubo una retahíla de apelativos despectivos, donde pasa a ser parte. Por el momento, la palabra simplemente se ha usado en el campo político, pero este todavía no la ha marcado (no ha cambiado su significado).

El 31 de mayo  se repiten los calificativos, aunque esta vez la palabra sí se relaciona con los insultos. El fenómeno siente una evolución, ahora friki se sustantiviza y pasa a señalar directamente a Pablo Iglesias, con lo cual los calificativos delimitan el sentido del término:

friki de la coleta que viste de Alcampo, que quiere expropiar a los bancos, asaltar los pisos vacíos (…) es producto del populismo. Este friki antisistema que pierde el pompis por Chávez y Castro, que se asemeja a Hitler (…)ha centrado todo el escrache verbal de los de la ultradiestra, la diestra y parte de la zurda Por friki, utópico e inconsciente (…) Pero es igual, lo importante es zurrarle al friki ese de la coleta porque lo suyo es intolerable (…) (“El friki de la coleta”. La voz de Galicia, Ernesto Pombo http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/05/31/friki-coleta/0003_201405G31P18995.htm  31/05/2014)

Friki pasa a ser sustantivo acompañado de complementos: 1) friki de la coleta;  2) friki que viste de Alcampo; 3) friki antisistema; 4) friki, utópico e inconsciente

En días posteriores, hubo periodistas que se revolvieron ante estas calificaciones y debatieron sobre si era apropiado o no hablar de Podemos como unos frikis, aunque el debate engarza muchas de sus polémicas con los sentidos de antisistema:

“-¿Es Pablo Iglesias un friki?/ -No, no lo creo. Es una persona que tiene una visión de la sociedad que es muy contraria a lo que quiere y defiende una mayoría muy inmensa.” (“Pablo Iglesias no es un friki”. La voz de Galicia. http://www.lavozdegalicia.es/noticia/politica/2014/06/01/pablo-iglesias-friki/00031401580544088679944.htm 01/06/2014).

En otro artículo del mismo periódico,  hay un intento de positivizar la figura del “friki” acudiendo a sus sentidos académicos  de extravagante, raro o excéntrico que hemos detallado antes:

Según la Real Academia Española un friki es una “persona extravagante, rara o excéntrica” condición, no necesariamente negativa” (GUITIÁN, Javier “Yo también soy un friki”. La voz de Galicia, http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/02/friki/0003_201406G2P14993.htm 02/06/2014).

Por otro lado, Guitián recuerda en tono protestante los términos que han rodeado a Pablo Iglesias en los últimos días “rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho”.

Días después sigue el debate, es sustituido de nuevo “Pablo Iglesias” por “El friki”:

¿cómo es que una cadena de televisión que pertenece a alguien tan afecto al gobierno actual permite la presencia, día sí y día también, a quien con tanto ahínco ese mismo gobierno se afana en llamar «friki»? ¿Y cómo es que “el friki” va a continuar haciéndolo como si nada hubiera pasado si es que realmente algo pasó? ¿Qué otras formaciones neutraliza Podemos? (MONTSERRAT NEBRERA, Vozpopuli http://vozpopuli.com/blogs/4495-montserrat-nebrera-una-lectura-conspiratoria-de-los-sucesos-recientes10-06-2014).

Continúa su evolución por el campo político, asentándose Podemos en el ataque como un fenómeno populista. Se usan expresiones como “populismo friki”: “sistema acechado por el populismo friki que nos asuela” (RUÍZ, Rafael: “El reto de Izquierda Unida”.  ABCdesevilla. http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/20140615/sevp-reto-izquierda-unida-20140615.html. 15/06/2014).  Sin embargo también siguen los comentarios positivos, pues este mismo día 15 también se usa la palabra en tono más positivo: “Esto dice algo muy bueno de una sociedad donde los frikis -así les llaman quienes tienen miedo a perder su parte del negocio- protestan de una forma tan ejemplar como democrática: votando.” (LÓPEZ, Laureano“Democracia Friki”. La voz de Galicia http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/15/democracia-friki/0003_201406G15P4993.htm  15/06/2014). Como vemos en el último uso, según el periodista en su artículo “Democracia friki”, “friki”queda restringido a un sector político determinado (tal como hemos ido señalando en nuestras observaciones).

Con todo, es lícito reducir que en el marco de la política la palabra sigue, por ahora, en un ámbito de designación despectiva.

Para finalizar el artículo, veremos un ejemplo que resalta a día 16 de junio, y que continúa la tendencia politizadora del término. Se trata del comentario del político Joaquín Leguina, quien afirmó por las redes sociales “El PSOE perdió más votos rumbo al PP en 2011 que los que se le han ido ahora hacia la izquierda friki” (Programa de televisión Las mañanas de Cuatro http://www.teleonlinedirecto.es/video/119977/cuatro/las-mananas-de-cuatro/leguina-califica-como-friki-la-forma-en-que-pablo-iglesias-prometio-acatar-la-constitucion.html ). Más tarde en televisión se debatiría el uso del calificativo. En la siguiente tabla hemos desglosado el uso de friki, junto con el de otros calificativos expedidos hacia Pablo Iglesias y a Podemos:

 

Mayo

26

27

28

31

Junio

1

2

10

11

15

16

16

suma

FRIKI

 

X

X

X

 

X

X

X

X

X

X

X

10

Coleta

X

X

2

Alcampo

(X)

X

X

X

4

Antisistema

X

X

(X)

X

4

Chávez (-ista)

(X)

X

X

X

4

Castro (-ista)

(X)

X

2

Hitler

X

X

2

Utópico

X

1

Inconsciente

X

1

Rojo

(X)

X

2

Bolivariano

(X)

X

2

Populista

(X)

X

X

3

Proetarra

X

1

Extravagante

X

1

Raro

X

1

Excéntrico

X

1

Izquierdista

X

X

X

3

Radical

X

X

2

 

 

 

(Entre paréntesis aquellos casos que no se relacionan directamente con “friki”)

 Comprobamos que las palabras más empleadas en relación con “friki” son las de  Antisistema, Alcampo, Castro y Chávez; aunque lo más importante es el mismo contexto de uso, el cual ha concedido finalmente a la palabra, mediante todas estas declaraciones, esta amplia significación.

A día de hoy, 30 de junio de 2014, el fenómeno parece no haber evolucionado mucho más. Pero siempre es importante captar estos fotogramas filológicos que demuestran la capacidad de extensión que tienen algunas unidades del habla cotidiana cuando se pone interesante el juego lingüístico.

Joan Deusa Dalmau

En el artículo anterior hemos hecho un recorrido en busca de las expresiones metafóricas que se han utilizado durante esta crisis financiera para hablar de los signos de recuperación económica. Esto ha servido para comprobar el oscurecimiento que provoca la expresión “brotes verdes” sobre el resto de metáforas similares y, sobre todo, la recursividad de los discursos optimistas del Gobierno y argumentos de los grupos de la oposición. Nos proponemos, a continuación, analizar algunas de estas metáforas optimistas sobre la recuperación económica que hemos comentado en el artículo anterior para ver a qué ideas y conclusiones nos conducen.

Dentro de este discurso optimista, una de las metáforas que más hemos escuchado es “ya se ve la luz al final del túnel” (La vanguardia, 30-04-2013). Para analizar esta metáfora partiremos de la teoría cognitivista, según la cual las metáforas no son solo un recurso literario, sino un elemento que está presente en el lenguaje cotidiano y en el sistema conceptual de nuestra mente. El ser humano proyecta las características de las categorías que conoce sobre las que no conoce y las metáforas sirven, precisamente, para transferir rasgos de contenido de un dominio de la experiencia a otro. La transferencia realizada por la metáfora es parcial; utilizar conceptos metafóricos implica resaltar ciertos aspectos de la realidad y oscurecer otros. Hay varios tipos de metáforas, y entre ellas, las orientacionales son aquellas que nacen de nuestra constitución física y la mayoría tienen que ver con la orientación espacial. Dentro de este tipo de metáforas orientacionales es donde debemos ubicar la luz al final del túnel. Es una metáfora basada en la idea de que caminar es progresar, que juega con los elementos del camino y la direccionalidad, y se fundamenta en la idea de que adelante es bueno, atrás es malo. La expresión dibuja un esquema muy concreto: partimos de un origen, que es la crisis económica, y avanzamos en dirección horizontal hacia un destino. Como el destino está marcado positivamente por la luz, esto hace que el origen quede oscurecido, por lo que lo percibimos como negativo. Además, el destino es un espacio al que se entra siguiendo el camino y la dirección que se nos propone.

TO (1)

 

 

En ocasiones se sustituye el elemento del túnel por el del camino: “Aun quedan momentos difíciles, pero les digo que hay luz ya en el final del camino que estamos recorriendo” (Libertad Digital, 15-06-2013). Esta sustitución es posible porque los elementos importantes de la metáfora son la dirección y el sendero, no la pared del túnel. Una posible diferencia entre el ambas expresiones sería que el camino del túnel es más oscuro y, por tanto, más negativo; mientras que el camino abierto, por el hecho de no estar cerrado, puede percibirse con un carácter más positivo. Lo interesante es ver cómo en ambos casos, el camino y el túnel se presentan como las únicas direcciones posibles, es un camino unidireccional que va de atrás hacia delante, y no al revés, puesto que el punto de origen se muestra como negativo y el destino como positivo. No se nos ofrece “una luz al final de un camino” o “un túnel”, sino “la luz al final del camino/túnel”. Esto se explica porque el artículo determinado (el, la, los, las) solo tiene un referente, mientras que el artículo indeterminado (un, una, unos, unas) selecciona un referente entre varios. Es decir, desde la metáfora se elimina la posibilidad de coger atajos o bifurcaciones porque el referente es único, no hay varios caminos entre los que elegir: «El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy que para salir de la crisis en España «no hay recetas milagrosas ni atajos«, pero sí «una vía y un sendero» para dejar atrás la situación por la que solo su partido puede avanzar y por la que avanzará «con tino y con justicia» (Diario de León, 05-09-2011).

TO (1)

 

 

 

Desde la oposición, la crítica a la expresión se hace poniendo en duda la inexistencia de otro camino posible para la salida de la crisis, así pues, se ofrece una dirección alternativa y esto se plasma lingüísticamente en la utilización del artículo indeterminado, que pone de manifiesto que sí hay donde escoger: “Los socialistas hemos demostrado que hay un camino a la izquierda para salir juntos de la crisis” (El puerto acualidad, 11-11-2013). Así pues, el destino al que conducía el camino del Gobierno queda ensombrecido y negativizado, mientras que el nuevo camino, que supuestamente nos llevaría a la salida de la crisis, se convierte en el elemento positivo.

TO (2)

Las críticas que ha recibido esta expresión son significativas porque juegan con los elementos que quedan fuera de la metáfora, es decir, aquellos elementos ambiguos o que la expresión deja sin especificar. Veamos algunas críticas humorísticas:

TO (3)

 

 

 

 

 

 

(1) John S. Pritchett, The light at the  end of the tunnel                                             http://www.pritchettcartoons.com/light.htm

TO (4)

 

 

 

 

 

 

2) Eneko (14-10-2011), Túnel

http://www.20minutos.es/vineta/eneko/2267/0/tunel/

En el caso (1) se subraya el hecho de que en la expresión se habla de una luz, pero no se nos dice si esa luz está dentro o fuera del túnel, es decir, si está antes o después de la frontera. Con ello, lo que hace es negar la posibilidad de llegar a ese destino prometido, puesto que hay una luz, hay un final, pero la salida está cerrada. El esquema de la metáfora quedaría modificado del siguiente modo:

 

TO (5)

 

 

 

La viñeta de Pritchett, un ilustrador hawaiano, sirve a la vez para comprobar el carácter general de esta metáfora y de los mecanismos que se utilizan para rebatirlas, ya que en todos los casos se activan aquellos elementos de las metáforas que quedan fuera de la expresión.

En la viñeta (2) Eneko señala que puede haber una luz y un final, pero que detrás de la luz puede no haber nada. A la dirección horizontal que se nos ofrecía se añade una dirección vertical, basándose en la idea de que abajo es malo, arriba es bueno. Así pues, el destino ya no sería positivo porque, además de ser descendente, no nos lleva a alcanzar la luz:

TO (6)

Recientemente, ese túnel o camino por el que íbamos, ahora es “la senda de la recuperación” (La información, 06-05-2014) y “ la buena dirección”(Europapress, 06-05-2014). Son caminos diferentes que ya no van en la dirección horizontal del túnel, sino que van hacia arriba, ya que la dirección ascendente tiene un carácter positivo:

 

TO (7)

 

 

Esta metáfora traza una trayectoria que todavía no se ha recorrido por completo, pero que llegaría a un destino que se intuye positivo. La ilustración es significativa porque esa dirección aparece iluminada con respecto al fondo de la imagen, de manera que, aunque el símbolo de la luz no se manifiesta explícitamente a nivel lingüístico, sigue manteniéndose a nivel visual. Hay una pequeña diferencia respecto a los caminos anteriores, y es que la luz está en el camino, no en el destino. Esto es importante si lo ponemos en el contexto de las elecciones al Parlamento Europeo, puesto que lo que se quiere destacar es que el camino del PP es el adecuado, no importa tanto el destino como mostrar de forma positiva el trayecto y las decisiones que se toman a lo largo de ese camino.

Sin embargo, el eslogan de la campaña también deja sin especificar qué es lo que hay al final del camino, de modo que volvemos a encontrar las mismas críticas que se hacían a la metáfora del túnel (3), pero además se critica ese cambio de direccionalidad hacia arriba y se reinterpreta de forma negativa, de modo que el ascenso no es algo positivo, sino costoso (4). En el caso de (3), se señala la superficie puede acabarse aunque la dirección continúe. En (4) sustituye la idea de que subir es bueno, bajar es malo por subir es difícil, bajar es fácil; es decir, invierte los términos positivo y negativo.

TO (8)

 

 

 

 

 

 

(3) Ferran Martín (01-02-2014), En la buena dirección     

http://ferranhumor.wordpress.com/2014/02/01/en-la-buena-direccion/

TO (9)

 

 

 

 

 

 

4) Juanjo (24-11-2013), La senda de la recuperación

        http://humorjuanjo.wordpress.com/page/7/

Este análisis nos ha servido para observar un cambio en la dirección de la luz al final del túnel, donde avanzábamos horizontalmente; y de la buena dirección o la senda de la recuperación, donde la dirección pasa a ser vertical, ya que el ascenso tiene un carácter tradicionalmente positivo. Sin embargo, hay un esfuerzo a nivel lingüístico por presentar esta senda como unidireccional y como la única posibilidad, lo cual se refleja, como hemos visto, en el uso de los artículos determinados. Además, hemos visto cómo estas metáforas se critican desde el humor gráfico o desde la oposición aprovechando aquellos elementos ambiguos de la expresión (1); subrayando aquellos elementos que quedan sin especificar, como en (2) y (3); reinterpretando la direccionalidad, como en (2), (3) y (4); o planteando una senda alternativa. Es una muestra más del carácter negociador del lenguaje de la crisis, donde las expresiones metafóricas pueden ser rebatidas mediante diferentes mecanismos.

Ahora toca optimismo, y las metáforas de direccionalidad son una herramienta lingüística muy útil para trasmitir un mensaje esperanzador, al mismo tiempo que permiten legitimar las decisiones políticas a través del lenguaje presentando estas sendas como caminos unidireccionales cuya elección no es opcional sino obligatoria.

Foto Guadalupe

 

 

   Guadalupe Espinosa Guerri

La crisis económica se ha convertido paulatinamente en toda una gran fuerza que va arrastrando víctimas (El Argentino, 01-12-2011) a lo largo del territorio capitalista. Si en un principio la crisis se negaba, ahora es innegable que hay crisis: las turbulencias diarias y la violenta tormenta bursátil (La Nación, 02-11-11) lo demuestran.

La prensa lleva un tiempo hablando de tsunami, terremoto y maremoto tanto bursátil como financiero. Es por esto que ahora que crujen las bolsas (Público, 15-09-08) por causa del terremoto financiero que ha hecho temblar (Diario Crítico, 19-02-12) la economía mundial, los periodistas escriben sobre los estragos causados por la crisis, de las ciudades afectadas por ella como epicentros (Granada económica, dic. 2011) y de cómo nos preparamos para resistir (El financiero) esta situación.

Cualquier lector se dará cuenta inmediatamente de que se encuentra frente a una metáfora de la que se hacen eco periódicos especializados y no especializados tanto internacionales como españoles. Esto demuestra el gran alcance que ha tenido esta metáfora en los últimos cuatro años, ya que al acudir al CREA y recuperar todos los ejemplos, se observa que del término maremoto encontramos 5 casos (apareciendo el primero de ellos en 1994) en los que dicho sustantivo se utiliza para hablar de una crisis o escándalo político:

Todo ese maremoto que está viviendo la coalición nacionalista se ve acrecentado por el silencio que hasta la fecha mantiene Pujol y que tiene desconcertados a sus colaboradores más inmediatos y a los principales dirigentes, a los que no ofrece, hasta la fecha, una pista clara sobre el enfoque que va a dar a la crisis. (La Vanguardia, 15-11-1994)

Del sustantivo terremoto existen muchas más entradas, por lo que únicamente escogiendo artículos en prensa se encuentran 48 casos en los que se utiliza este término ante una crisis política:

Vuk Draskovic, el fogoso líder del partido Movimiento de Renovación serbio y viceprimer ministro yugoslavo, provocó ayer un pequeño terremoto político al manifestar en Belgrado, ante un grupo de periodistas extranjeros, que (…). (El Diario Vasco, 27-04-1999)

y dos casos en los que ocurre ante una crisis económica:

Esta anécdota apareció en mi memoria, como surgida del baúl de los recuerdos, debido al «terremoto» monetario de las últimas semanas: la caída del dólar, la subida del marco alemán y la peseta dando tumbos y al nivel de los diez céntimos de mi niñez ya casi cuadrados por la acción de mi ingenuo cercenado. (La Vanguardia, 28-04-1995)

Y, finalmente, del sustantivo tsunami, en cambio, no se encuentra ningún caso metafórico, como los anteriores, lo que indica que la aplicación metafórica de este término no empezó a producirse hasta el 2008.

Los datos obtenidos permiten deducir que esta metáfora comenzó a aplicarse mediante los términos terremoto y maremoto en el ámbito político para hablar de “catástrofes políticas” y su significado se amplió para recoger también, a raíz de la pésima situación económica mundial, el significado de “catástrofe monetaria o económica”. Además de esto, se extendió la metáfora para abarcar aquellos sustantivos que, como terremoto y maremoto, vengan a significar el mayor grado de catástrofe de una escala natural como puede ser el término tsunami u otros términos encontrados en titulares de prensa como huracán, tormenta, derrumbe, ola,… Así, “¿Sobreviviremos al huracán financiero? (El País, 12-10-2008), “Zapatero, invisible ante la nueva tormenta bursátil” (La Vanguardia 10-08-2011), “Los bancos financieros limitan daños en la tormenta bursátil” (El País, 21-08-2011), “La ecuación matemática que causó el derrumbe del sector financiero” (La Vanguardia, 17-02-2012), Masivas protestas por la ola de recortes (El País, 01-05-2012), etc.

Se descubre así que todos estos sustantivos que aparecen en los titulares se usan indistintamente, ya que sus significados han sido vaciados o reducidos a meros miembros situados en una escala por lo que, a pesar de que fuera del ámbito económico no son sinónimos, en el ámbito económico se utilizan como tales. Por ejemplo, a partir del titular de La Nación (19-05-2012): “El tsunami bursátil desplomó las bolsas”, puede verse que no cambiaría el significado de la oración si se sustituye el término tsunami por el término terremoto, maremoto, tormenta, huracán…etc. Además de ello, se observa que dichos sustantivos se encuentran en el extremo superior de la escala de los fenómenos naturales, es decir, son los términos más fuertes de la escala. Todos estos datos permiten afirmar que se utilizan los sustantivos objetos de estudio para hablar de la crisis en términos negativos sin tener en cuenta la diferente actuación de cada fenómeno.

La estructura en la que estos términos surgen es clara: aparecen en los titulares de los artículos –por regla general– y, una vez dada la clave de descodificación, se procede a crear toda una extensa metáfora respecto a la metáfora inicial. Por ejemplo, aplicarle al título el término tsunami permite la creación de un marco cognitivo en el que aparecen construcciones como las del artículo publicado en El Economista (05-09-2008) donde a partir de un título como: “El tsunami financiero nos ahogará si el gobierno no nos salva” podemos ver, perfectamente, el marco de esta metáfora ya que surge un marco cognitivo desde el título donde se explica que el tsunami que se describe en el artículo como devastador, desastre y destructivonos ahogará si, como dice ahí, el gobierno no nos salva. En otros artículos se habla de: hacer temblar la economía, derrumbe y escalabro financiero (Público), resistir, fuerte tormenta bursátil (El Financiero), ola de pánico, violenta tormenta bursátil (El Economista), arrasa con miles de empleos (El País), haga zozobrar la economía (El periódico)… Etc.

A estas alturas del blog, debe quedar claro que la metáfora no solo se aplica a la literatura, sino que la existencia de la misma tiene sus raíces en la experiencia cotidiana (Lakoff y Johnson). Metaforizando la realidad somos capaces de comprender mejor el mundo que nos rodea y de expresar mejor todas aquellas situaciones que nos resultan demasiado complejas de explicar a nosotros mismos o a otros. Cuando esto ocurre, se recurre a la búsqueda de símiles entre la realidad y el pensamiento; se recurre a la metáfora.

Si se aplica todo lo tratado anteriormente, se entiende que la crisis económica es una de esas situaciones difíciles de describir sin metáforas, por lo que se deduce cada vez más claramente por qué se han establecido paralelismos entre los desastres naturales y la crisis económica. Como se ha hablado con anterioridad, se utilizan términos como tsunami, maremoto, terremoto o huracán como los términos más altos de polaridad negativa de la escala de los desastres naturales y es a partir de estos términos que se produce una primera metáfora que relaciona la crisis política con los desastres naturales. Esta primera metáfora se amplía a partir del 2008 para explicar también la crisis económica mundial y, analizando los paralelismos que encontramos entre ambas, se puede afirmar que el modelo cognitivo con el que se presenta la crisis económica crea un paradigma similar a las grandes tragedias naturales ya que se entiende tan destructiva, devastadora y violenta como estos.

Esto va haciendo que el lector se acostumbre en pensar la crisis como un hecho natural y que se termine, por tanto, naturalizando todos los hechos de economía, algo que interesa a quienes han provocado toda esta crisis económica. De este modo, mientras el ciudadano piensa en la crisis como algo ocurrido casi por providencia divina, no recuerda que esta crisis no es fortuita ni natural, sino que es una situación totalmente provocada por la avaricia del ser humano.

Por todo ello, el lector de este artículo debe dejar de pensar en la crisis económica como un terremoto, un tsunami, un maremoto, un huracán, un volcán, una sequía… y volver a personificar el periodismo económico. Lector, la crisis no está causada por un dios de la economía vengador, la crisis es algo causado por pasiones humanas, no divinas. Se debe volver a humanizarla: vuélvale a poner nombre y apellidos a los causantes de esta crisis económica.

Carla March Ferrer

En este tercer y último artículo vamos a intentar ofrecer una visión sintética de las distintas caracterizaciones que conforman la representación de los mercados y trataremos de llegar a unas conclusiones razonables. Este ejercicio de reflexión, inevitablemente, debe apoyarse en el contenido de nuestras dos primeras entradas, por lo que invitamos al lector a visitarlas.

Pero antes de formular nuestras conclusiones, quisiéramos proponer una explicación a la coexistencia de dos atribuciones contradictorias que pueden expresarse en la siguiente pregunta:

¿Son los mercados activos o pasivos?

Efectivamente, encontramos una evidente oposición entre las concepciones de los mercados como agente plenamente volitivo que controla sus acciones (ver Los mercados ganan la guerra) y como agente de comportamiento pasivo y reflejo (ver Los mercados también tienen miedo). Estas dos formas de entender el referente nos parecen, en realidad, complementarias, y permiten una representación más o menos accesible de la realidad económica de la crisis y, en concreto, del papel de los mercados en ella.

La primera traslada una imagen connotativa del poder omnímodo de los mercados y, a través de la comparación con la guerra, explica la crisis como una feroz lucha de intereses encontrados. La capacidad de evocación connotativa de esta metáfora es innegable: el campo cognitivo que activa la palabra “guerra” se relaciona con heridos, muerte, destrucción, crueldad o falta de ética. El bando débil del conflicto entiende y asume como irremediables las nefastas consecuencias de una crisis que parece una guerra contra un enemigo invencible.

La segunda concepción, reforzada por la atribución de la facultad de experimentar sensaciones y emociones, proporciona una imagen que creemos se aproxima más a una definición especializada, esto es, los mercados como un conjunto de actividades de compra y venta que funciona según la implacable ley de la oferta y la demanda. Los movimientos en esta, para el profano, inextricable red de intereses económicos son casi siempre reflejos y están condicionados por factores psicológicos que ejercen una influencia crucial, de forma que el optimismo genera actividad de compra y aumento del valor de los bienes adquiridos y el pesimismo lanza a los inversores a una especie de histeria vendedora que devalúa dicho valor. No en vano, se dice con frecuencia que esta es una crisis “de confianza” que tiene lugar en un clima de gran incertidumbre. Los mercados reaccionan unas veces guiados por el análisis racional de la situación y, otras, la mayoría, llevados por intensas emociones que desbordan su capacidad de control. En cualquier caso, con independencia de las motivaciones que dirigen su comportamiento, parece claro que en esta crisis todo depende del arbitrio los mercados.

Conclusiones

Hemos visto en estas tres entradas dedicadas a los mercados cómo estos son descritos, por una parte, como los enemigos de una guerra metafórica y, por otra, como una entidad sufriente, capaz de experimentar emociones. La metáfora bélica traslada la representación de un enemigo de poder ilimitado y, lo que nos parece más interesante, de una pluralidad monolítica tras la que se esconden los integrantes individuales que componen el bando de los mercados. Este enmascaramiento refleja la complejidad de la realidad económica para cuya explicación se tiende a buscar imágenes esquemáticas. La integración de la multiplicidad de agentes económicos implicados en un ente único parece facilitar la comprensión de la crisis, pero, al mismo tiempo, cabría preguntarse hasta qué punto esta simplificación podría operar en el sentido opuesto, oscureciendo la realidad y escondiendo a los verdaderos responsables tras una denominación en la que solo queda la pista de la pluralidad. Podemos identificar un enemigo, un culpable, pero realmente no sabemos quién es. Estamos inmersos en una guerra, pero no sabemos contra quién. El lenguaje expresa esta circunstancia y, a la vez, parece perpetuarla.

Respecto a la inestabilidad emocional del personaje, creemos que entronca con la actual situación de incertidumbre general y traslada una representación bastante fidedigna del funcionamiento del mercado. Sabemos que son muchos y variados los estímulos que pueden despertar sus violentas reacciones, pero todos quedan muy lejos de nuestras posibilidades de actuación. Somos los “convidados de piedra” en esta crisis, las piezas con las que juegan estos modernos dioses griegos que nos aplastan sin compasión. Y lo peor de todo es que no sabemos quiénes son, ni llegamos a entender del todo por qué nos machacan inmisericordemente. Parece claro que para encontrar las respuestas deberemos seguir leyendo.

Ramón García Riera

Las metáforas constituyen un recurso  fundamental del hablante para presentar en términos más comprensibles conceptos difíciles de procesar y el panorama económico no es una excepción. Una muestra de la productividad que trae consigo el empleo de este recurso  es el considerable incremento de hacer los deberes en las páginas de nuestros periódicos. De este modo, el ámbito escolar presta unos conceptos, que son familiares para el hablante, al mundo económico.

La primera cuestión que debemos plantearnos es el porqué de esa elección frente a la diversidad de espacios que también contribuirían a hacer tangible la crisis económica. Así, por ejemplo, podríamos referirnos al mundo deportivo y tomar prestados vocablos como entrenar o, haciendo homenaje a la sociedad rural, cabría la posibilidad de labrar nuestro porvenir económico. La estructura sintagmática hacer los deberes ofrece una nota adicional que estimula el creciente interés de políticos y medios de comunicación para plantear medidas resolutivas desde este empleo.

El motivo que justifica tal elección es  la existencia de una autoridad -el maestro– que desde su postura jerárquicamente superior posee no solo la posibilidad, sino, más bien, la obligación de marcar al alumnado las pautas que deben cumplir. Llegados a este punto deberíamos abordar un interrogante ineludible en nuestro análisis: ¿Cuál es el objetivo de emplear esta metáfora? Cabe apreciar que no es secundaria esta potestad concebida al maestro, ya que los estudiantes saben que cumplir diariamente con los deberes marcados no solo se presenta como una imposición, sino como una tarea que les reportará beneficios intelectuales. No obstante, al margen de que los resultados sean productivos, el deber no se nos revela como una opción sino como una obligación, una vía ineludible. De esta forma, el hacer los deberes no constituye una alternativa y, por tanto, no depende de la voluntad del alumno seguirla o descartarla.

Simétricamente, y aquí reside el quid de la cuestión, la Comisión Europea y Euroestat -organismos que velan por la política monetaria europea-  sometieron a España en el 2010 a un examen que constaba de 10 preguntas (A3 Noticias: 12/04/2012) Nuestro país, visible personificación del alumno que no logra alcanzar las expectativas marcadas, suspendió seis asignaturas: deuda pública, deuda privada, cuota de exportaciones, inversiones internacionales, balanza por cuenta corriente, tasa de desempleo (peor nota de todas),… Con el ánimo de recuperar las materias pendientes, España,  o, concretamente, los políticos anotan en su agenda la necesidad de emprender reformas en el mercado laboral y el sistema financiero para sentar, así, las bases de una recuperación sostenida del crecimiento económico y del empleo (ABC 03/04/2012). Los políticos vuelven a las aulas en ese afán por reducir el déficit público: organizan reuniones para hacer los deberes (El País 15/04/2012), inciden en la necesidad de marcharse de vacaciones con los deberes hechos (La Gaceta 03/08/2011), debaten acerca de la conveniencia de hacer los deberes en casa, es decir, renunciar a la ayuda de Europa (20 minutos 12/07/2011). Sin embargo, el alumno perseverante muchas veces actúa condicionado por el resto de compañeros y en este caso, España  atribuye su bajo rendimiento (subida de la prima de riesgo) a la “inestabilidad política” de Grecia. Asimismo, el alumno modélico no pospone los deberes hasta el último momento, pues, inexorablemente, la capacidad de actuación no será la idónea (Nuevatribuna 29/02/2012). Los ministros han emprendido recientemente drásticas medidas para lograr el tan deseado aprobado: ajustes presupuestarios, reformas en el mercado del trabajo y el sector financiero,… Frustrados estos intentos, el país recurre a la ayuda del profesor, es decir necesita la cooperación de la zona euro. Tal y como se están desarrollando los acontecimientos, nuevos términos podrían incorporase a este marco escolar, infantilizando, una vez más, la imagen de España. En un futuro los periódicos podrán abrir sus páginas con titulares como “España ha sido castigada– sanción económica- por no obedecer a sus padres”, “España solicita nuevamente la beca (fondo monetario europeo) para salvar el curso” o”La Comisión Europea afirmó que España está cumpliendo con sus deberes y, por eso, no necesita de clases de apoyo (rescate económico) para reforzar las materias pendientes”. Por el momento, las noticias insisten en presentar a ese maestro que demuestra su confianza en el alumno para que persevere en su labor y no claudique en el intento.

Por tanto, debemos leer con detenimiento el lenguaje que escogen medios de comunicación y políticos, pues tratarán de ofrecer la imagen de la crisis que más satisface sus intereses. Así, si las autoridades representan la difícil situación económica como una tarea que requiere ser aprobada, el ciudadano no solo consigue entender una realidad que en términos más específicos no comprendería; sino que, además, se compadecerá de aquel desdichado alumno y tratará de colaborar en la mayor medida a que el país y sus gobernantes logren alcanzar las expectativas marcadas.

La educación despunta como un área productiva desde el punto de vista económico, sus vocablos han emigrado hacia nuevos registros discursivos y, en fin, la crisis se presenta como un arduo examen que debe ser aprobado con sobresaliente. Resulta curioso, o quizá preocupante, que ese mismo interés del que hacen gala diputados, congresistas y demás expertos en la retórica no constituya fundamento suficiente para frenar las recientes propuestas de recorte que tanto daño ocasionarían a la fuente que nutre sus discursos. Huelga precisar que con ello no pretendemos que la jerga estudiantil invada todo el terreno político, es decir, que los políticos se vean abocados a renunciar a coches oficiales y opten por realizar su trayecto hacia el congreso en autobús escolar.  El sistema educativo no constituye un lastre que deba ser paliado por medio de  programas que mengüen las ayudas destinadas hacia esta pieza angular de la sociedad. El hacer los deberes representa un objetivo indispensable tanto desde la perspectiva económica como educativa, pues únicamente, de este modo, España progresará adecuadamente.

Irene Bernabeu García