En el DRAE se define la palabra contagio como: “Transmisión, por contacto inmediato o mediato de una enfermedad específica”, “Germen conocido o supuesto, de la enfermedad contagiosa”, “enfermedad contagiosa” y, en último lugar: “Transmisión de hábitos, actitudes, simpatías, etc., a consecuencia de influencias de uno u otro orden”. No obstante, en ninguna de estas acepciones encontramos el sentido que ha adquirido, si bien la primera y la última definición podrían aproximarse a este nuevo uso figurado, puesto que en lugar de transmitirse una enfermedad, unos hábitos, unas actitudes y unas simpatías, etc., se extienden los malos datos económicos de un país a otros países. Como prueba de ello, hemos encontrado ejemplos en la prensa nacional española: “Obama y su equipo de asesores temen un contagio de la crisis de la deuda a EEUU…” (El País, 29-11-2011) y, “Los ataques de los mercados han colocado a la economía española en una situación de «vigilancia» por el miedo al contagio” (La Razón, 16-4-2011).

Tras consultar en el CREA de la Real Academia, encontramos ejemplos de este uso en la sección de “Periódicos, Comercio y Finanzas” en 1994. Pongamos por caso, “Este fuerte deterioro del mercado británico es el resultado no sólo del contagio alemán, sino también de sus propias anticipaciones de tipos de interés al alza…” (La Vanguardia, 27-03-1994). Por tanto, esta no es una innovación reciente.

Podemos observar que en esta palabra se ha producido el desarrollo metafórico de crisis como enfermedad. Este es un hecho que no nos tendría que extrañar, puesto que Lakoff y Johnson (1980) demuestran con numerosos ejemplos que el empleo de la metáfora es muy común en el lenguaje cotidiano. Aunque, como vemos, la naturaleza figurada de contagio no es obvia a simple vista y, por esta razón, es difícil darse cuenta de ello.

Además, ha surgido un dominio cognitivo, esto es, un “telón de fondo” sobre el que se proyecta el término contagio. En este caso, encontraríamos a los países que están más enfermos, es decir, los más afectados por la crisis, frente a los menos afectados por esta enfermedad. Dicho de otro modo, tenemos unos enfermos que están infectados y otros que están todavía sanos, porque no se han contagiado por el virus. Así, “ayer los índices neoyorquinos no consiguieron mantenerse inmunes a los acontecimientos en Europa, y se contagiaron de pesimismo, cerraron con caídas que superaron el 1%…” (La Vanguardia, 31-05-2012).

A continuación, veremos cuáles son las zonas activas de la metáfora de crisis como enfermedad: la palabra virus se está empleando en un contexto económico y, de esta manera, se ha producido una extensión de su significado. Por ejemplo, “Se trata de impedir que el virus siga avanzando, y para eso es fundamental que los bancos sean adecuadamente capitalizados…” (El País, 29-11-2011). Si tenemos un virus, tendremos que tener unos infectados por él: “…luego aseguraron que los problemas de Grecia no contagiarían a otros países y ya se han infectado Irlanda, Portugal, Italia, España y parece que pronto se apuntará Bélgica…” (Expansión.com, 14-10-2011). Asimismo, otra zona activa es enfermo, ya que los países son los enfermos que están sufriendo la enfermedad. Como  por ejemplo, el siguiente titular: “¿Qué tan enferma está Europa?” (Cnnexpansion.com, 9-5-2012).

Es más, en UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva), se está produciendo una ampliación de significado en estas siglas. Por ejemplo, el siguiente titular: “El Ibex ingresa en la UVI” (Cinco días, 20-4-2012). Lo que quiere decir, en este caso, es que la bolsa española está enferma, por lo que necesita vigilancia y cuidados.

También, como zona activa tenemos bisturí, por ejemplo:..”Ha sacado el bisturí en áreas delicadas como las pensiones o derechos de los trabajadores…” (Cinco días.com, 21-02-2012), es decir, este es el instrumento para llevar a cabo la operación al enfermo. Así pues, operación constituye otra zona activa de la metáfora: “España necesita una operación a corazón abierto” (Expansión.com, 26-07-2011). Además de operarse, hay que tomarse las medicinas: “Medicinas europeas para salir de la crisis económica” (El periódico de Extremadura.com, 30-01-2012). Todo esto para encontrar la cura: “…pero la realidad es que la enfermedad tiene cura y es conocida…” (Expansión.com, 18-05-2012).

Si observamos los ejemplos anteriores, podemos afirmar que la crisis es un tipo de  enfermedad contagiosa, a pesar de lo cual, para combatirla, se necesita una operación y tomarse las medicinas que nos han recetado.

En definitiva, esta enfermedad tiene una serie de síntomas. Ahora bien, ya los conocemos y, por ello, nos encontramos en pleno tratamiento. Pero, todavía estamos buscando la cura de esta enfermedad que nos golpea. En esta coyuntura se están planteando varios remedios, sobre todo, desde los gobiernos de las naciones. Esperemos que se encuentre la receta mágica para salir sanos y salvos.

Ana María Briones García