En el este post nos proponemos comprobar si existe realmente un posible significado nuevo en el uso del término refugiados dependiendo del entorno en que se encuentre. El uso de dicha palabra ha aumentado considerablemente en estos últimos años debido, fundamentalmente, a la llegada masiva de los mismos al continente europeo. La importancia que adquieren para nosotros se relaciona constantemente con los efectos producidos por la crisis, como el aumento de paro o la reintegración de las personas con menos recursos en la sociedad. Ambos hechos se aplicarían directamente a los refugiados y, si a ellos sumamos los ciudadanos que se encuentran en esta situación, el resultado es un aumento de las tensiones tanto política como socialmente, hecho que se refleja lingüísticamente.

Para empezar, el Diccionario de la Real Academia Española define este término con una sola acepción: “Persona que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas se ve obligada a buscar refugio fuera de su país”. El diccionario CLAVE tampoco varía mucho su definición: “Persona que busca refugio fuera de su país de origen, generalmente porque huye de una guerra, de una catástrofe o de una persecución política”; aunque en este caso, remarca que se trata de un sustantivo diferente al de exiliado (“expulsado de su país de origen, generalmente por motivos políticos”).

En cuanto a la metodología, hemos realizado un trabajo de investigación partiendo de la hipótesis de que sí ha habido un cambio en la connotación de la palabra. Dicho trabajo ha consistido en analizar un 10% del total de los casos relacionados con la palabra refugiados a los que nos ha remitido el buscador del periódico El Mundo entre los años 2013 y 2015 y, dentro de estos, un 10% de cada año indicado, lo que nos dio un total de 289 casos. Para facilitar el manejo de la información, hemos dividido los casos en semestres. Una vez establecidos los parámetros de la investigación, se han establecido las dos posibles connotaciones que podía adquirir la palabra dependiendo del contexto en el que hallaba:

 

  • Visión solidaria: la palabra aparece unida a un vocabulario relacionado con los sentimientos de lástima, cuidado o protección hacia los refugiados.  Por ejemplo: “Muchos de ellos no han podido desayunar esta mañana porque sus padres no han podido permitírselo: son los refugiados que la guerra civil siria ha abandonado en la cuneta”. [http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/18/internacional/1361177335.html].

En este apartado se han incluido, además, los casos en los que el significado era neutro, es decir, en los que se relacionaba con una cifra o un dato estadístico. Por ejemplo: “La resolución se someterá a votación en las próximas horas y será la primera sobre Siria desde el inicio de una guerra civil que se ha cobrado más de 100.000 muertos y ha generado unos cinco millones de refugiados en la región”. [http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/27/internacional/1380238965.html].

 

  • Visión problemática o negativa: la palabra aparece emparejada al sentido de “problema político, económico y social” o, simplemente, se equipara a los refugiados con un obstáculo o inconveniente. Por ejemplo: “El número creciente de desplazados internos y de refugiados en el exterior está creando una mayor demanda de necesidades en todos los sectores, y está presionando las capacidades de los países vecinos, con consecuencias de dimensión regional”.  [http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/26/52bc568b268e3ed85a8b457a.html].

En el primer caso predomina una connotación de amparo o lástima hacia los refugiados; mientras que en el último, prevalece la importancia que tendrán las consecuencias de aceptar a un gran número de refugiados, dicho de otra forma, se le da mayor relevancia a los problemas económicos y sociales que ocasionarán en vez de a sus bajas condiciones de vida.

Después de analizar el corpus y centrarnos básicamente en los casos donde la visión era problemática, los resultados cuantitativos fueron los siguientes:

 

Evolución nº refugiados 2013-2015

 

 

 

 

 

 

 

 

Por una parte, en la primera gráfica, encontramos los casos relacionados con la palabra refugiados a los que nos remite el buscador de El Mundo. Como podemos ver, hasta el primer semestre de 2015 el aumento de casos en los que aparece es relativamente lineal, mientras que en el último semestre se produce un pico en el número de casos en los que aparece la palabra. Este aumento se corresponde con los meses inmediatamente posteriores a la tragedia de Lampedusa y con la posterior presión de los refugiados, por lo que se convirtió en un problema muy analizado en la prensa y la televisión.

Total de casos negativos

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otra parte, en la segunda gráfica, se observa el número de casos en los que aparece la visión problemática (casos negativos en la gráfica). Como podemos comprobar, hay un aumento en el número de casos con dicha visión: frente a los 7 casos de 22 (31’8%) que tenemos en el primer semestre, en el último obtuvimos 38 de 85, un 44’7 %; es decir, vemos en tan solo dos años un incremento de casi el 15% de casos cuya visión de la palabra refugiados adquiere el significado de ‘algo problemático’ en contraposición con la definición del DRAE propuesta al principio del post.

Igualmente, cabe decir que el sentido negativo solo se da en el caso de que la palabra aparezca en concordancia en plural y, más concretamente, en su valor colectivo. Si la palabra refugiado se presenta en singular o haciendo referencia a un caso en particular, nunca poseerá el significado relacionado con “problema”. Por ejemplo, en:

con aspecto abatido y confiando todo su entendimiento a su traductor, Ossamah Abdul Mohsen, el refugiado sirio acogido en España después de sufrir una agresión de una periodista en la frontera entre Serbia y Hungría, ha denunciado hoy las “trabas imposibles” que el Gobierno español le pone para reagrupar a su familia y el incumplimiento de la promesa gubernamental de la concesión de su estatus de asilado con protección internacional tras lograr huir de la guerra en Siria. [http://www.elmundo.es/sociedad/2015/12/18/5673da69268e3e586d8b4646.html].

resultaría muy complicado (o al menos extraño) que en este caso el significado de “refugiado sirio acogido en España” adquiriera un sentido de problema social y económico.  Y, lo mismo sucede si hablamos de los casos en los que el sustantivo concuerda en femenino (género marcado) o en los que estamos tratando un caso en particular: “Unos 30 refugiados de la guerra de Siria, entre ellos 15 menores, han llegado hoy al puerto de Málaga procedentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, saturado tras los últimos saltos de la valla”.[http://www.elmundo.es/andalucia/2014/04/04/533e8c5722601d7b1b8b4575.html].  Estos casos, resultan más llamativos aún si los comparamos con el significado de refugiados con valor de presión política y social: “La crisis generada por la masiva llegada de refugiados a Alemania ha provocado la reacción del gobierno alemán en todos los ámbitos”. [http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/23/562a6696268e3e35438b45ca.html].

Por último, es preciso señalar que en la mayoría de ocasiones el artículo analizado ha hecho referencia a los refugiados procedentes de Siria. Es más, hemos podido comprobar que cuanto más se acercaban estos a los países europeos, más aumentaban los casos cuyo significado tenía una connotación negativa. De hecho, en la gráfica 1 vemos como en los dos primeros semestres la subida es muy ligera, lo que se relaciona con el hecho de que en 2013 la mayoría de refugiados se encontraban en los países del este. En 2014 estos comienzan a presionar las fronteras con Europa ya sea por tierra o por mar, por lo que hallamos un aumento más fuerte en el número de artículos que tratan este tema. Y, por último, en 2015, la presión que ejercen se convierte en un problema para Europa, al que hay que sumar las tragedias como la de Lampedusa. Esto nos indica que, posiblemente, en los últimos tiempos se está dando más importancia al problema que ocasiona la llegada masiva de refugiados, sobre todo desde el punto de vista europeo, que a la situación crítica en la que estos se encuentran.

En conclusión, después de haber realizado esta investigación podemos decir que todo parece apuntar a que hay una nueva connotación para el término refugiados, que está apareciendo en unos entornos en los que antes no se daba. No siempre usamos y entendemos esta palabra tal y como aparece definida en el diccionario, le atribuimos un significado diferente en relación al entorno en el que aparece. Sin embargo, en este trabajo hemos dejado de lado un factor determinante en el uso de esta palabra: el hablante. Esto último es lo que trataremos en otro post, al que podemos llegar pinchando aquí.

 

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Quiteria Martínez Olcina

¿Flexi… qué?

Cada vez es más común unir partes de palabras para formar otras nuevas. La creación léxica es un recurso para denominar nuevas realidades. Este es el caso del término flexiguridad.

«… hay que ir al habla en donde están la vida y el dinamismo que renuevan continuamente la lengua por la creación de nuevos elementos, el abandono de otros y por las nuevas combinaciones de los existentes.»  [J. J. Montés Giraldo, «Sobre los procedimientos de creación léxica y su clasificación», en LEA VI, 1984, pág.41]

La palabra flexiguridad (flexibilidad y seguridad) se refiere al proceso consistente en modernizar el mercado laboral teniendo en cuenta que  los trabajadores podrán cambiar de trabajo cuando quieran o cuando así lo precise la empresa para la que trabajan con la seguridad de una alta protección social para los desempleados, así como una política de formación y reinserción laboral que aseguran la adaptabilidad de los empleados durante su vida laboral:

Las estrategias de flexiguridad tratan de reducir las tasas de desempleo y mejorar la calidad de los puestos de trabajo en la Unión Europea (UE). Estas estrategias se basan en políticas que asocian la flexibilidad y la seguridad en el empleo. La Comisión pretende promover y mejorar la aplicación de estas políticas” [Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de Regiones. “Hacia los principios comunes de la flexiguridad: más y mejores empleos mediante la flexibilidad y la seguridad”. COM (2007) 359 final, de 27.6.2007]

En esta declaración del Parlamento europeo se quiere incluir una concepción nueva del trabajo, es por eso por lo que flexiguridad es un concepto positivo. Sin embargo, hoy por hoy, hay noticias que se hacen eco de que “…las nuevas condiciones del mercado laboral vienen marcadas por la flexibilidad y la inestabilidad, por mucho que la Unión Europea trata ahora de aplicar el concepto híbrido de “flexiguridad” [“El fin del empleo seguro”, J. Luis Barbería, EL PAÍS, 22/06/2008] y se presenta flexiguridad como término negativo.

Ante esta dicotomía que nos ofrecen los ejemplos anteriores surge el interés por saber qué connotaciones tiene la palabra flexiguridad. Teniendo en cuenta su carácter neológico, las connotaciones positivas o negativas que adquiera el nuevo término dependerán de las palabras que lo acompañen. Para definir sus límites se han buscado referencias en artículos periodísticos, económicos, políticos, sindicales y académicos (125 referencias) que permiten analizar dichas combinaciones. Las palabras que acompañan a flexiguridad en las referencias estudiadas quedan recogidas en la siguiente tabla que en la que los conceptos positivos que acompañan al término aparecen separados de los negativos y se agrupan según la categoría gramatical a la que pertenecen:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
Sin embargo, las contribuciones negativas las encontramos en boca de los sindicatos que ven con desconfianza las medidas que conlleva el término a nivel laboral y critican sobre todo las posibles complicaciones o dificultades en la ejecución.El análisis del corpus muestra que el término flexiguridad aparece asociado a más aspectos positivos que negativos, en una proporción de 105 a 20. Estas contribuciones positivas las encontramos en declaraciones, estudios, noticias, libros  o trabajos de políticos, periodistas, analistas, economistas e Informes de la Comisión Europea [COM(2007)359 ] e incluso proyectos  subvencionados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración del Gobierno de España [Proyecto FIPROS 2008/35].

CC.OO. y UGT (…)  han calificado de «grave error» que se impulse la ‘flexiseguridad’ en los mercados”  [http://www.europapress.es/economia/laboral-00346/noticia-economia-laboral-ccoo-ugt-califican-profundamente-decepcionantes-conclusiones-consejo-europeo-20110328140342.html]

Como todo neologismo, la palabra flexiguridad necesita, para asentarse en un idioma, un proceso que puede ir, desde su aparición en el habla de los usuarios hasta ocupar un lugar en un diccionario especializado o ser, por el contrario, un término que se genera en un campo específico y que llega al habla por su uso. ¿En qué momento se encuentra la palabra en su proceso de inserción en la lengua?

Las palabras que destacan en el análisis de la tabla por su índice de frecuencia son incentivar, impulsar, activar, verbos que tienen que ver con el inicio de una acción, lo que se corresponde con el momento de inicio del proceso de asentamiento de la nueva palabra creada al idioma, y es esto mismo lo que provoca discursos a favor de la acción y su consecuente reacción, desde la batalla impuesta: eficaz, funciona, impulsar, mejoras frente a no convence, cuestionamos, rechazar, impracticable.

Dentro del mundo político y del mundo laboral el concepto flexiguridad  intenta ser una solución creíble para la crisis económica actual. Otros verbos con los que se asocia tienen que ver con la defensa del concepto; así, se habla de aboga, insta o recomienda.

 “El presidente del Consejo Europeo insta a aplicar la flexiguridad”  [http://www.flexiseguridad.es/2011/presidente-consejo-europeo-insta-aplicar-flexiseguridad-flexiguridad/]

Debido a su carácter neológico, la palabra flexiguridad está en el momento de encontrar su definición y de justificar su necesidad, por eso aparece bien como sujeto, bien como atributo de oraciones copulativas con el verbo ser y en algún caso en formas de aposición, o de yuxtaposición. Para darle contenido a la palabra, más allá de la unión flexible-seguro, se la asocia de esta manera con sustantivos que hacen referencia a aspectos laborales positivos.

 “[…] posiblemente la flexiseguridad sea una solución por la que vale a la pena apostar […][EL PAÍS, 21/02/2012

‘Flexiguridad’, un modelo no sólo para los daneses[5 DÍAS 12/12/2009]

“La «flexiguridad» es una forma novedosa de concebir el mercado de trabajo” [Diario de Mallorca, 9/02/2009]

Flexiseguridad, el concepto de moda para crear empleo en Europa [Euroxpres, 18/02/2012]

“La flexiseguridad es un modelo laboral que surgió en Dinamarca en los años 80 y busca el punto de equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad, tanto para el trabajador como para la empresa.” [http://trabajotemporal.unique.es/2012/09/20/%C2%BFque-es-la-flexiseguridad-laboral/]

“La flexiseguridad laboral (flexicurity) es una elaborada noción europea que implica un renovado equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad en las relaciones laborales.” [http://www.cincodias.com/articulo/opinion/flexiseguridad-laboral-europea/20110324cdscdiopi_4/]

“El objetivo es la  flexiseguridad. [http://www.elblogsalmon.com/mundo-laboral/flexiseguridad-bonita-palabra-si-no-estuviese-vacia]

Las calificaciones forma novedosa, concepto de moda, nuevo paradigma o tendencia asocian flexiguridad con una noción laboral nueva positiva. Esta idea se acentúa cuando las palabras que acompañan al término son ventaja, sistema, modelo, eficacia, éxito, remedio, o solución. Los adjetivos que la califican: activas, efectivas, estimuladoras, generan expectativas de mejora  y los verbos  que se utilizan, perspectivas de reactivación: impulsar, incentivar, promueve, aboga, aplicar.

“La flexiguridad es una forma novedosa de concebir el mercado de trabajo[Diario de Mallorca, 9/02/2009]

“[…] posiblemente la flexiseguridad sea una solución por la que vale a la pena apostar […]” [EL PAÍS, 21/02/2012]

Por otro lado, flexiguridad asociada a estrategia, reforma o plan  se puede entender como algo positivo si lo valoramos como mecanismo para dar respuesta a la crisis. Aparece como panacea o fórmula mágica que ya funciona en otros países.

El ministro de Empleo danés exhibe la tasa de paro más baja de toda la UE: un 3,7%. Su secreto se llama ‘flexiguridad’, un sistema que combina el despido libre con la máxima protección social. El resultado es que el 75% de los parados vuelve a trabajar en menos de un año. Muchos ven en su caso la panacea contra la deslocalización que trae la globalización.

[http://www.elmundo.es/suplementos/nuevaeconomia/2007/378/1182636009.html]

Para que llegue además a todos los sectores sociales, los discursos incluyen cuestiones sobre el género, culturales o las políticas de inclusión social.

 Flexiseguridad e Igualdad de género” es un estudio realizado por la Fundación Alternativa que pretende adaptar parte del modelo económico y social de Dinamarca para que la mujer española pueda compatibilizar mejor la vida laboral con la familiar.” [http://www.canalsolidario.org/noticia/conoces-la-flexiseguridad-acercate-a-ella-y-concilia/22596]

Así, nace un término que aúna dos conceptos que hasta hace muy poco tiempo eran casi contrarios y se presenta en sociedad rodeado de conceptos, adjetivos y verbos que incitan a apoyar estas medidas, con el objetivo de que crezca, madure y se instale en nuestro vocabulario  con connotaciones positivas.

¿Tiene futuro la palabra flexiguridad en nuestra lengua? ¿Tiene futuro la flexiguridad laboral en nuestra realidad social?

En este análisis encontramos palabras como estrategia, remedio, solución, tendencia, sistema, pero otras como confianza, esperanza, honestidad, humildad, trasparencia, solidaridad no aparecen en estos discursos acompañando al término “flexiguridad”. ¿Serán estos los ingredientes secretos de la poción mágica que funciona en otros países y no en el nuestro?

Laura Pérez Sanchis