Podemitas: un arma de doble filo
12/09/2016
Se preguntaba Álex Grijelmo en un artículo publicado en El País (“Podemitas o podemistas”, El País, 11/10/2015) el porqué del término podemita para referirse a las personas afines a Podemos, en lugar de emplear «podemista”, como cabría haber esperado por analogía con otros partidos, como el socialista (no “socialita”). A este respecto, señalaba el periodista que “el sufijo -ista refleja que alguien está a favor de una idea o una persona, mientras que -ita nos sugiere una relación religiosa”, de modo que con este término se nos estaría presentando a Podemos como “una nueva desviación de la fe verdadera”, en lugar de nombrar a un grupo de personas cuya ideología concuerda con la de un partido. Así pues, nuestro estudio va a intentar ser la crónica de una palabra polémica, tratando de mostrar desde cuándo, cómo y por qué ha entrado en el terreno político este término, casi impredecible lingüísticamente.
El corpus del que disponemos incluye todas las referencias del término podemita desde su aparición en la prensa escrita española más importante (El País, Eldiario.es, Público, El Mundo, La Razón y ABC). La primera vez que en él encontramos la palabra podemita para referirse al partido Podemos es en el diario ABC a finales del mes de enero de 2015, en un artículo escrito por Isabel San Sebastián:
[…] los comicios que dependen de ella y ganarlos antes de que su electorado olvide la propuesta «podemita» de someter a votación la Semana Santa de Sevilla, aprovechando la debilidad de un PP lastrado por un líder local mal escogido […] (“¿Quo vadis, Pedro?”, ABC, 22/01/2015).
Como podemos observar, se utiliza entrecomillado y como una mera alusión al grupo político Podemos, pues habría ocurrido de un modo similar con una propuesta del PSOE (“socialista”).
Del mismo modo, un mes después el periódico La Razón lo incorpora a su léxico:
Por si todo lo anterior fallara, por si ni siquiera las agresivas subidas de impuestos y la abrasiva inflación consiguieran cubrir la totalidad del hipertrofiado gasto público «podemita», el partido de izquierdas liderado por Pablo Iglesias sugiere reestructurar la deuda pública española […] (Juan Ramón Rallo, “Las 10 píldoras envenenadas de Podemos: La ruina de su programa económico”, La Razón, 22/02/2015).
Por su parte, el diario El País no hace uso de podemita hasta bien entrado el mes de junio:
Ya verán cómo a medida que se aproximen las elecciones los sectores laterales irán abandonando sus chalupas para subirse al buque podemita […] (Fernando Vallespín, “El núcleo irradiador”, El País, 25/06/2015).
No obstante, la palabra, que hasta ese momento había sido empleada como un adjetivo calificativo que aludía simplemente a los partidarios de Podemos, sufre una variación de significado, pues aparece por primera vez en un contexto marcadamente despectivo. Es el alcalde del PP de Villares de Saz (Cuenca) José Luis Valladolid Lucas el que, a través de su cuenta de Facebook, genera una polémica que recogen todos los medios de comunicación, pues señala en alusión a Cristina Maestre -portavoz del PSOE en Castilla-La Mancha-:
Qué dice esta puta barata podemita, hipócritas (Facebook).
A partir de este momento la palabra cobrará un impulso mayor, esto es, aumentará cuantitativamente el número de casos del empleo de podemita debido a la citada polémica, pero no en todos los periódicos se empleará del mismo modo. En cualquier caso, asistiremos a la paulatina normalización de su uso como referente del grupo Podemos.
Si bien el diario Público solo recoge la palabra podemita en cuatro ocasiones -todas ellas citas, de las cuales tres son en alusión a la noticia del alcalde de la localidad conquense-, el periódico El Mundo es uno de los casos en los que este término ha ido cobrando fuerza, sobre todo a raíz de la citada polémica. De este modo, observamos numerosos ejemplos donde la palabra parece experimentar lo que diagnosticaba Grijelmo en su artículo; esto es, comienza a definir más a un grupo con unas mismas creencias religiosas que políticas:
Pero si menciono el Senado, es por porque pese a su imagen de mausoleo, está siendo el primer puerto de llegada podemita a la política nacional […] (Gari Durán, “Prometo”, El Mundo, 23/07/2015)
Alberto Jarabo, Laura Camargo y el resto de diputados podemitas tienen en este caso la oportunidad de demostrar si asumen los vicios de la vieja casta o si por al contrario apuestan de verdad por la regeneración política […] (Tomàs Bordoy, “Adalides del enchufismo”, El Mundo, 16/08/2015)
Incluso la presentadora del acto, la periodista Lola Bañón, va de siete en la lista a propuesta podemita […] (El Mundo, 20/11/2015)
[…] a nadie podría molestar si su programación no fuera parte de la gran escenografía municipal perpetrada por el organismo podemita (Emilia Landaluce, “Esa oficina donde trabajo como tonta”, El Mundo, 26/12/2015).
Ahora bien, el diario ABC -el que más usa este término según los datos de nuestro corpus- es el periódico que plasma con mayor claridad este sentido de “relación religiosa” entre los dirigentes y los partidarios de Podemos que otorga el uso del sufijo -ita para referirse a ellos. Lo vemos reflejado en los siguientes casos, donde el término podemita aparece junto con otros que subliminalmente nos conducen a dicho significado de grupo religioso, y no político:
Mientras las facultades de Ciencias Políticas están atiborradas de podemitas seguidores de Iglesias Turrión […] (Ramón Pérez-Maura, “Un poquito de teoría, por favor”, ABC, 28/07/2015)
[…] y es, precisamente eso, esconder, a la voz de su amo podemita, la verdad bajo el barniz de una cierta conveniencia […] (María Luisa Soriano Martín, “La Langue de bois” (La lengua de madera”, ABC, 05/08/2015)
Así pues, en un principio aparecía en contextos donde estaba desprovisto de cualquier significado que no fuese el de “los de Podemos” (“propuesta podemita”, “gasto público podemita”), de forma que era un adjetivo calificativo que iba a unido a conceptos propios del debate político. Pero, paulatinamente, ha ido convirtiéndose en un término marcado connotativamente -ha pasado a ser un adjetivo relacional-.
Para clarificar esta evolución, la siguiente tabla puede servir como muestra, dado que pone de manifiesto dicha variación en los contextos en que ha ido apareciendo la palabra podemita (en el primer bloque figuran los calificativos; en el segundo, los relacionales):
alcaldesa edil objetivo barba izquierda régimen bancada formación oferta caudillo (radical) relaciones buque filas plataforma chiringuitos jerga remedio candidata gobierno política correligionarios leviatán revolución círculo ideología portavoz corte Madrid se despierta confluencia iniciativa propuesta desguace maximalismo seno deriva líder representante empujón muchachada ‘soflamas diputado lista socios hacerse (más) parecer un libertarias’ dirigente marea vértice injuria populismo titiriteros documento marca vicepresidenta inocencia puta barata (polémica) tsunami
podemita
del populismo griego hipócrita
Grijelmo apuntaba en su artículo lo que ocurre “hoy al vincular jesuita con otras derivas igualmente poco gratas para el catolicismo: ismaelita […]”; y esto es lo que también le puede estar ocurriendo al vocablo podemita (“universo podemita”, “se despierta podemita”), que parece hacer referencia a una forma de vida (como la fe) en lugar de una ideología política, como vemos en el proceso que hemos desarrollado. Ahora bien, la pregunta es si este término será sustituido por el lingüísticamente lógico (“podemistas”) y pasará a formar parte de los otros con los que nos referimos al resto de partidos (“sociatas”, “peperos”) o si, por el contrario, quedará fijado como el referente del grupo Podemos. Pero eso solo lo sabremos con la perspectiva que da el tiempo.
Podemos: el auge del contradiscurso
18/11/2014
En un post anterior señalábamos que la presente crisis se podía considerar, desde una estilización retórica, como un problema entre unos proponentes y unos oponentes, e indicábamos que, hasta el momento, solo se habían actualizado dos discursos de las cuatro posibilidades lógicas que se planteaban: el proponente le habla al oponente mediante un discurso de la culpa (Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, las deudas se pagan…) y el proponente se dirige a otro proponente mediante un discurso del optimismo (Las crisis son oportunidades, cuéntame historias de éxito…). En esta tesitura, el oponente no dispone de un discurso alternativo y sus respuestas, casi todas ellas una negación de la fórmula del proponente (¡Sí se puede!, por ejemplo, evoca un No se puede previo), no hacen más que fortalecer el discurso dominante, el del proponente.
Las cosas han cambiado con la irrupción de Podemos en la vida pública española ya que, cuestiones políticas aparte, cuenta como uno de sus méritos el haber articulado un contradiscurso que cubre los dos huecos que hace año y medio estaban ausentes de la vida pública: el discurso del oponente al oponente y el del oponente al proponente.
Vayamos por partes: no es que el oponente no hubiera creado contradiscursos; el 15M se caracterizó precisamente por la eclosión de eslóganes y de discursos, que han sido analizados en repetidas ocasiones (por ejemplo aquí y aquí); el problema consistía en su falta de unidad, frente al discurso monolítico y bien planteado del proponente. Podemos ha sintetizado todas esas contribuciones en un discurso que el oponente puede contarse a sí mismo y a los demás oponentes; comenzando por el propio nombre del partido, que remite tanto al ¡Sí se puede! del 15M como al Yes, we can de Obama y crea un neologismo inesperado (el uso intransitivo del verbo poder, según el DRAE, no se ajusta a este patrón: *yo puedo, *tu puedes, *él puede…). Este es un discurso positivo y voluntarista, una cualidad un escalón por encima de la indignación del 15M. Y es que los antiguos indignados parecen haberse empoderado no sólo de los espacios políticos, sino también del espacio lingüístico con un genérico podemos que puede completarse con cualquier continuación que implique una acción (podemos cambiar las cosas/ hacer otra política/ derrotar el pesimismo…). En esta construcción lingüística, el oponente es el sujeto, no el objeto. Es más, es un sujeto agente prototípico; es decir, que quiere actuar y que posee control sobre la situación (aunque no lo parezca, estas son características lingüísticas).
Y ese sujeto agente, ese oponente que se dice a sí mismo que él es posible, se dirige al proponente y lo denomina casta. Esta palabra tiene la virtud referirse por primera vez al proponente como tal, en conjunto, en bloque. Tal es la función de los sustantivos: seleccionar, de entre los objetos del mundo, aquellos a los que se refiere: casas frente a no-casas, certezas frente a no-certezas; castas frente a no-castas. Esta operación es de una gran importancia, puesto que una vez que el proponente tiene un nombre, se puede operar sobre él: así, se puede hablar de la actual casta frente a las pasadas; de la nuestra frente a la de otros países; de la casta financiera frente a la política, y así sucesivamente. Esos agentes sin rostro de los que se hablaba en uno de nuestros primeros posts, en virtud de la capacidad denotativa del sustantivo, quedan identificados. De este modo, el descontento del oponente, que en el 15M se dispersaba en indignaciones diversas, posee ya un blanco fijo: la casta.
Se completa así el cuadro con las cuatro posibilidades lógicas que nos ofrecía la estilización retórica. En la crisis actual,
–el proponente le dice al oponente habéis vivido por encima de vuestras posibilidades
– el proponente le dice al proponente las crisis son una oportunidad (para ti)
–el oponente le dice al oponente podemos
–el oponente le dice al proponente sois la casta
Esquemáticamente, el resultado es el siguiente:
Proponente | Oponente | |
---|---|---|
Proponente | Oportunidad | Culpa |
Oponente | Casta | Poder |
Cuatro discursos explican la crisis: el discurso de la culpa (P–>O); el de la casta (O–> P); el de la oportunidad (P–>P) y el del empoderamiento (O–>O). Habrá observado el lector que se trata de cuatro elementos prácticamente independientes, sin apenas puntos en común. Tal parece ser la radiografía actual de la crisis desde un abordaje retórico. Resulta preocupante esta fractura en cuatro discursos de la actualidad retórica porque, por muy estilizadas que sean las figuras de proponente y oponente, detrás de ellos hay personas, personas que sufren la crisis, y lo que es peor, habitan nuestro país.
Friki de armas tomar
14/09/2014
De entre las muchas aportaciones a la Lingüística general del filósofo Ludwig Wittgenstein, se encuentra la brillante idea de que el “lenguaje es un juego”, un juego con reglas, donde de su cumplimiento o incorrección depende que nos comuniquemos. Una idea harto interesante, pues queramos o no, a cada instante somos jugadores en este campo lingüístico. A día de hoy, podemos verla reflejada en el desarrollo de algunas palabras como friki, que de mayo a julio –y por el momento- es un término de uso que da mucho juego, en tanto que es “titular” en el marco de la política. Por este motivo, el propósito de nuestro trabajo será analizar el papel que en los meses de mayo y junio ha jugado la palabra. Para ello trataremos de anotar una periodización del uso de “friki” en los medios de comunicación, en tanto en cuanto a su crecimiento significativo por estar en contacto con contextos políticos.
A grandes rasgos, debemos preguntarnos primero sobre la naturaleza de la palabra. Si acudimos al diccionario DRAE comprobaremos que ya incluye en un artículo de su vigésimo tercera edición este lema (que es un préstamo del inglés freaky), distribuyendo sus sentidos en tres acepciones y tratándolo de adjetivo coloquial: ¹“extravagante, raro, excéntrico”, y nombre común que señala a persona ²“pintoresca, extravagante” y ³“que practica desmesurada y obsesivamente una afición”. No podemos ignorar que los últimos años el término ha ido ensanchando cada vez más su cajón de significados (es decir, que paulatinamente ha ido señalando más cosas del mundo). A priori, al decir friki nos puede venir a la mente un joven adulto vestido de superhéroe anime japonés. Sin embargo, hoy se puede decir que uno es friki si ha llevado demasiado equipaje en un viaje de fin de semana. De este modo, si alguien quiere significar simplemente que algo es “extraño” o “impertinente”, en su mente puede albergar la posibilidad de uso de friki, con que puede multiplicarse enormemente en el uso por esta versatilidad. Con este marco general comenzaremos el análisis.
¿Cuándo entra friki en el campo de la política? En mes de mayo de 2014 Podemos –un nuevo partido político de ideas dinámicas e izquierdistas– consiguió un gran número de votos en las elecciones europeas, ante lo cual, partidarios de otros grupos políticos vuelcan una serie de relaciones y calificativos peyorativos sobre Podemos, y en especial sobre su líder: Pablo Iglesias. Un ataque que continúa hoy.
Grosso modo, podemos decir que el primer uso lo realizó el sociólogo del PP, Pedro Arriola, cuando el 27 de mayo declaró públicamente, en referencia al partido político Podemos: «aquí tenemos todos los frikis del mundo», «Todos los frikis acaban planeando sobre Madrid» (Forum Europa con José Juan Toharia y Pedro Arriola, min. 33:00 https://www.youtube.com/watch?v=iBIEaQ_OcPI). Lo que queda grabado en los medios es la asociación de Pablo Iglesias con el calificativo “friki” que Arriola le impone, introduciéndole implícitamente la carga significativa (negativa) que tiene la palabra: persona con vestuario extraño, individuo extravagante, raro, pintoresco, infantil, inconsciente, etc.
Al instante se toma como un insulto hacia Pablo Iglesias. El que oye estas declaraciones activa el entorno cognitivo (como diríamos según la Teoría de la Relevancia, las creencias que tiene un colectivo social) y relaciona el “aspecto extraño” de friki, con el aspecto de Pablo Iglesias, quien viste informalmente y lleva el pelo largo. Como veremos en los ejemplos posteriores, detrás de este mínimo enlace cae toda una significación negativa (rareza, inconsciencia, excentricidad, infantilidad).
Desde el mismo día 27, la palabra friki pasa a formar parte del vocabulario de crítica política y posteriormente contactará con otras apelaciones dirigidas hacia Podemos. Antes de esto sabemos que hubo ya referencias peyorativas hacia el partido; una de ellas se dio el mismo día 27 cuando Rita Barberá –alcaldesa de Valencia- tildó al partido elegido en las elecciones europeas de “grupúsculos”, “radicales”, “antisistema” y advirtió “Yo no quiero para mi país la política de Chávez” («Barberá: “Sabíamos que con la abstención se colarían grupúsculos radicales y antisistema”» http://www.atlas-news.com/agencia-internet/politica/Rita_Barbera-alcaldesa-valencia-podemos-elecciones-pp-25M_3_526177415.html, Atlasagencia, 27/05/2014).
Durante los últimos días de mayo y la primera quincena de junio se ha seguido empleando la palabra “friki” para referirse a la ideología de Podemos, con una serie de nuevos sentidos peyorativos. El 28 de mayo, en todos los medios se dio el debate sobre la figura de Pablo Iglesias y el término “friki” entró en un campo extensísimo de intercambio (redes sociales: Factbook, Twitter; declaraciones de prensa, radio, televisión), con lo que podemos rescatar ejemplos de comentarios como el del siguiente usuario de Facebook, que recopila irónicamente los atributos de Iglesias, entre los cuales tenemos el de sus votantes, que llama “Frikis”:
Podemos es ETA, Podemos quiere convertir España en Venezuela y Cuba, Podemos se financia con dinero del régimen venezolano, Pablo Iglesias es Hitler y Stalin, los votantes de Podemos son Frikis, Podemos quiere llenar España de inmigrantes, Pablo Iglesias es proetarra y apoya el régimen iraní, Pablo Iglesias compra la ropa en Alcampo, Podemos es antisistema, Podemos son radicales, Podemos es extrema izquierda, la coleta de Pablo Iglesias está llena de piojos… (Facebook. “The ObserverULPGC” https://es-es.facebook.com/ObserverULPGC/posts/611082728988508 28/05/21014)
Algunos de estos atributos ya se habían ido asentando anteriormente, como en el día 26 de mayo cuando hubo comentarios tan llamativos sobre Podemos, en este caso de ataque, como el siguiente:
«Mucha bola se le está dando a este rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho. A ver si al final se lo va a creer y dentro de unos añitos, cuando sea mayor y ya no le guste jugar a poli(tico) bueno quiera jugar a ser salvador de la patria (ah no que los rojetes no tienen patria) bueno pues a salvador de la ciudadanía (que es muy progre) y se quieras convertir en un Chavez a Castro por aquí.” (La Gaceta “Pablo Iglesias se compra de Alcampo”, http://www.gaceta.es/josef/pablo-iglesias-compra-ropa-alcampo-26052014-1838 26/05/2014)
La relación con Hitler se explica por los dos “twits” consecutivos de Esperanza Oña, vicepresidenta del parlamento andaluz, quien comparó sus políticas también a día 26 de junio:
“Hitler ganó las elecciones en Alemania aprovechando el descontento general y convirtiéndolo en ilusión a su favor […] Pablo Iglesias, casi sin partido, sin gestión y siendo uno d los asesores del nada democrático Maduro, ha ilusionado a muchos” (Twitter, EsperanzaOña@esperanzaona.es https://twitter.com/esperanzaona )
Consecuentemente en el comentario de Facebook aparece en el mismo contexto que “Hitler”, “bolivarianos”, “extrema izquierda”, “radicales”, etc. porque antes de esto hubo una retahíla de apelativos despectivos, donde pasa a ser parte. Por el momento, la palabra simplemente se ha usado en el campo político, pero este todavía no la ha marcado (no ha cambiado su significado).
El 31 de mayo se repiten los calificativos, aunque esta vez la palabra sí se relaciona con los insultos. El fenómeno siente una evolución, ahora friki se sustantiviza y pasa a señalar directamente a Pablo Iglesias, con lo cual los calificativos delimitan el sentido del término:
friki de la coleta que viste de Alcampo, que quiere expropiar a los bancos, asaltar los pisos vacíos (…) es producto del populismo. Este friki antisistema que pierde el pompis por Chávez y Castro, que se asemeja a Hitler (…)ha centrado todo el escrache verbal de los de la ultradiestra, la diestra y parte de la zurda Por friki, utópico e inconsciente (…) Pero es igual, lo importante es zurrarle al friki ese de la coleta porque lo suyo es intolerable (…) (“El friki de la coleta”. La voz de Galicia, Ernesto Pombo http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/05/31/friki-coleta/0003_201405G31P18995.htm 31/05/2014)
Friki pasa a ser sustantivo acompañado de complementos: 1) friki de la coleta; 2) friki que viste de Alcampo; 3) friki antisistema; 4) friki, utópico e inconsciente
En días posteriores, hubo periodistas que se revolvieron ante estas calificaciones y debatieron sobre si era apropiado o no hablar de Podemos como unos frikis, aunque el debate engarza muchas de sus polémicas con los sentidos de antisistema:
“-¿Es Pablo Iglesias un friki?/ -No, no lo creo. Es una persona que tiene una visión de la sociedad que es muy contraria a lo que quiere y defiende una mayoría muy inmensa.” (“Pablo Iglesias no es un friki”. La voz de Galicia. http://www.lavozdegalicia.es/noticia/politica/2014/06/01/pablo-iglesias-friki/00031401580544088679944.htm 01/06/2014).
En otro artículo del mismo periódico, hay un intento de positivizar la figura del “friki” acudiendo a sus sentidos académicos de extravagante, raro o excéntrico que hemos detallado antes:
”Según la Real Academia Española un friki es una “persona extravagante, rara o excéntrica” condición, no necesariamente negativa” (GUITIÁN, Javier “Yo también soy un friki”. La voz de Galicia, http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/02/friki/0003_201406G2P14993.htm 02/06/2014).
Por otro lado, Guitián recuerda en tono protestante los términos que han rodeado a Pablo Iglesias en los últimos días “rojete trasnochado, bolivariano y populista mamarracho”.
Días después sigue el debate, es sustituido de nuevo “Pablo Iglesias” por “El friki”:
¿cómo es que una cadena de televisión que pertenece a alguien tan afecto al gobierno actual permite la presencia, día sí y día también, a quien con tanto ahínco ese mismo gobierno se afana en llamar «friki»? ¿Y cómo es que “el friki” va a continuar haciéndolo como si nada hubiera pasado si es que realmente algo pasó? ¿Qué otras formaciones neutraliza Podemos? (MONTSERRAT NEBRERA, Vozpopuli http://vozpopuli.com/blogs/4495-montserrat-nebrera-una-lectura-conspiratoria-de-los-sucesos-recientes10-06-2014).
Continúa su evolución por el campo político, asentándose Podemos en el ataque como un fenómeno populista. Se usan expresiones como “populismo friki”: “sistema acechado por el populismo friki que nos asuela” (RUÍZ, Rafael: “El reto de Izquierda Unida”. ABCdesevilla. http://sevilla.abc.es/andalucia/cordoba/20140615/sevp-reto-izquierda-unida-20140615.html. 15/06/2014). Sin embargo también siguen los comentarios positivos, pues este mismo día 15 también se usa la palabra en tono más positivo: “Esto dice algo muy bueno de una sociedad donde los frikis -así les llaman quienes tienen miedo a perder su parte del negocio- protestan de una forma tan ejemplar como democrática: votando.” (LÓPEZ, Laureano“Democracia Friki”. La voz de Galicia http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/06/15/democracia-friki/0003_201406G15P4993.htm 15/06/2014). Como vemos en el último uso, según el periodista en su artículo “Democracia friki”, “friki”queda restringido a un sector político determinado (tal como hemos ido señalando en nuestras observaciones).
Con todo, es lícito reducir que en el marco de la política la palabra sigue, por ahora, en un ámbito de designación despectiva.
Para finalizar el artículo, veremos un ejemplo que resalta a día 16 de junio, y que continúa la tendencia politizadora del término. Se trata del comentario del político Joaquín Leguina, quien afirmó por las redes sociales “El PSOE perdió más votos rumbo al PP en 2011 que los que se le han ido ahora hacia la izquierda friki” (Programa de televisión Las mañanas de Cuatro http://www.teleonlinedirecto.es/video/119977/cuatro/las-mananas-de-cuatro/leguina-califica-como-friki-la-forma-en-que-pablo-iglesias-prometio-acatar-la-constitucion.html ). Más tarde en televisión se debatiría el uso del calificativo. En la siguiente tabla hemos desglosado el uso de friki, junto con el de otros calificativos expedidos hacia Pablo Iglesias y a Podemos:
Mayo |
26 |
27 |
28 |
31 |
Junio |
1 |
2 |
10 |
11 |
15 |
16 |
16 |
suma |
FRIKI |
|
X |
X |
X |
|
X |
X |
X |
X |
X |
X |
X |
10 |
Coleta |
X |
X |
2 |
||||||||||
Alcampo |
(X) |
X |
X |
X |
4 |
||||||||
Antisistema |
X |
X |
(X) |
X |
4 |
||||||||
Chávez (-ista) |
(X) |
X |
X |
X |
4 |
||||||||
Castro (-ista) |
(X) |
X |
2 |
||||||||||
Hitler |
X |
X |
2 |
||||||||||
Utópico |
X |
1 |
|||||||||||
Inconsciente |
X |
1 |
|||||||||||
Rojo |
(X) |
X |
2 |
||||||||||
Bolivariano |
(X) |
X |
2 |
||||||||||
Populista |
(X) |
X |
X |
3 |
|||||||||
Proetarra |
X |
1 |
|||||||||||
Extravagante |
X |
1 |
|||||||||||
Raro |
X |
1 |
|||||||||||
Excéntrico |
X |
1 |
|||||||||||
Izquierdista |
X |
X |
X |
3 |
|||||||||
Radical |
X |
X |
2 |
(Entre paréntesis aquellos casos que no se relacionan directamente con “friki”)
Comprobamos que las palabras más empleadas en relación con “friki” son las de Antisistema, Alcampo, Castro y Chávez; aunque lo más importante es el mismo contexto de uso, el cual ha concedido finalmente a la palabra, mediante todas estas declaraciones, esta amplia significación.
A día de hoy, 30 de junio de 2014, el fenómeno parece no haber evolucionado mucho más. Pero siempre es importante captar estos fotogramas filológicos que demuestran la capacidad de extensión que tienen algunas unidades del habla cotidiana cuando se pone interesante el juego lingüístico.
Joan Deusa Dalmau