Hubo un tiempo no muy lejano en el que las grúas se levantaban por encima de los edificios ofreciendo una estampa al visitante casi tan singular como antiestética, un tiempo en el que camiones cargados de material de construcción se paseaban por las carreteras y se negaba constantemente la existencia de una burbuja inmobiliaria muy peligrosa que suponía más de un 20% de la economía del Estado. En definitiva, hubo un tiempo en el que se hinchó en exceso la burbuja creando el caldo de cultivo idóneo para la gestación de una crisis económica que inevitablemente se presentó ante la sociedad allá por el 2008 como una de las mayores recesiones económicas que se recuerdan desde el final de la Segunda Guerra Mundial, recibiendo en España el nombre de “crisis del ladrillo”.

¿Cómo que la crisis del ladrillo? ¿Qué pasa con los ladrillos? ¿Acaso tienen algún problema esas “Masas de barro, en forma de paralelepípedo rectangular, que, después de cocidas, sirven para construir muros, solar habitaciones, etc.” (DRAE)? No, dudo bastante que los ladrillos hayan caído en cualquier tipo de crisis moral, religiosa, de valores… Entonces, ¿qué es la “crisis del ladrillo”? o, mejor dicho, ¿qué sentido le hemos dado al término ladrillo? La respuesta es sencilla para el hablante, que rápidamente adivina que es una metonimia que hace referencia a las mismas realidades que sector inmobiliario y sector de la construcción y que por asimilación a estos sintagmas ha posibilitado la creación del mismo sentido en la forma sector del ladrillo. Ahora tratemos de explicarlo:

En primer lugar nos acercamos al CREA y realizamos una búsqueda filtrada, centrada en España, en Prensa y en la categoría Política, economía, comercio y finanzas. Entonces comprobamos que los términos sector de la construcción y sector inmobiliario se utilizan desde los años 70 con el mismo sentido que el que le damos actualmente, apareciendo en 81 y 39 casos respectivamente. Sin embargo, no nos encontramos ante ninguna coincidencia si buscamos sector del ladrillo, por lo que en debemos suponer que su uso es más actual, pero para cerciorarnos debemos recurrir a otras fuentes: en el diario El País (24/7/1999) aparece publicado un artículo en el que se dice que “El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha abierto una investigación para determinar la posible existencia de un oligopolio fáctico […], que podría ser el causante del aumento del 100% en el precio de este material”. En este caso no se está haciendo referencia al total del sector de la construcción, sino exclusivamente a aquellas industrias de la  producción de ladrillos, de “Masas de barro…” (DRAE). Si continuamos por esta línea, en El Mundo (31/5/2005) aparece el primer caso que hemos podido registrar de un uso diferente: “Dentro del sector del ladrillo, objeto de persistentes compras en las últimas jornadas, las mayores ganancias del Ibex-35 se las anotaron los títulos de Metrovacesa”. Si se tiene en cuenta que Metrovacesa es una constructora, se puede afirmar que en este caso se está haciendo referencia al sector de la construcción en general. Pero, ¿qué ha pasado durante esos 6 años para que se haya añadido un nuevo sentido? La respuesta nos la da la búsqueda de ladrillo en el CREA. De nuevo filtramos la búsqueda y nos aparecen 23 casos que revisamos uno por uno para poder afirmar que 3 de ellos, de los años 2003 y 2004, tienen el mismo significado que sector inmobiliario: “La otra cara de la moneda de esta intensa actividad del ‘ladrillo’ es que prosigue la subida de los precios del suelo: ‘Los precios de la vivienda continúan aumentando muy rápidamente’” (La Razón 1/12/2004). Además, este caso es especialmente revelador, pues al aparecer entrecomillado nos hace suponer que nos encontramos ante una palabra utilizada con un nuevo sentido. Por lo tanto, las fechas demuestran claramente que ladrillo adquiere un nuevo significado que posibilita que pueda referirse a las mismas realidades que los términos sector de la construcción y sector inmobiliario; a raíz de ello, se crea el sintagma sector del ladrillo, de idénticas características.

Sin embargo, pese a tener los mismos referentes se aprecian algunos matices que diferencian los pares ladrillo-sector del ladrillo y sector de la construcción-sector inmobiliario. Para encontrarlos debemos ver en qué contextos se utiliza cada uno de ellos: ladrillo y sector del ladrillo se utilizan en entornos negativos: en el artículo del ABC (20/3/2012) “El sector del ladrillo, moroso número uno” podemos leer que “Los banqueros del país reconocen que el lastre del ladrillo explica en gran parte el elevado ratio de morosidad”. Sin embargo, en los casos de sector de la construcción y sector inmobiliario vemos que existen tanto usos en contextos positivos (“El indicador de confianza en el sector de la construcción fue el único que resistió la tendencia general a la baja y se mantuvo estable tanto en la eurozona como en la UE” La Razón 1/04/2003) como negativos (“Cuentan los analistas del BBVA lo que ya narró el Banco de España: el sector de la construcción se desacelerará en 2003” El Mundo 17/01/2003). Por consiguiente, los términos sector de la construcción y sector inmobiliario tienen unos mayores ámbitos de uso debido a que pueden utilizarse tanto en entornos lingüísticos positivos como negativos,  mientras que ladrillo o sector del ladrillo aparecen mayoritariamente en los negativos. La proliferación del uso en estos contextos ha provocado que se haya cargado de evocaciones negativas asociadas a la especulación inmobiliaria y edificación excesiva.

En definitiva, para hacer referencia al sector de la construcción y sector inmobiliario se ha añadido al término ladrillo un nuevo sentido cargado de matices negativos, que  ha entrado a formar parte del sintagma SECTOR+CN por similitud con  sector de la construcción y sector inmobiliario, lo que ha provocado que sector del ladrillo adquiera también esas connotaciones.

Contextos positivos Contextos negativos
Antes de    2003 1)Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

1) Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

2003 / 2004 1) Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

1) Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

3) Ladrillo

2005 en adelante 1) Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

1) Sector de la construcción

2) Sector inmobiliario

3) Ladrillo

4) Sector del ladrillo

Fig. 1 Inserción de ladrillo y sector del ladrillo en el conjunto de formas de hacer referencia al sector inmobiliario

Durante los periodos de prosperidad económica que preceden a las grandes depresiones –parece cierto que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra–, las tasas de población ocupada ascienden al mismo ritmo que los edificios; sin embargo, en las posteriores crisis se lanzan al vacío desde las azoteas. Eso sí, hay algunos trabajos que resisten los fuertes golpes que sacuden los cimientos, y no estoy hablando de del cobrador del frac, sino de de los lexicógrafos: durante los períodos de crisis se crean muchos términos o sentidos nuevos relacionados con la economía –la sabiduría popular diría que la necesidad agudiza el ingenio- que ellos deben rastrear y registrar para que posteriormente pasen a formar parte del corpus léxico. Pero no nos dejemos engañar por las apariencias: no es una buena noticia esta carga extra de faena y tampoco lo es esa explosión imaginativa de los hablantes que los lleva a crear metonimias, metáforas… Nos gusta estudiar la lengua, pero no queremos que las circunstancias socio-económicas nos obliguen a hacer lingüística de las malas noticias, aunque nos resignamos, qué remedio. Eso sí, con cautela; no vayamos a caer en el viejo refrán: mal de muchos, consuelo de tontos.

Raúl Molina Gil