Sin límites (II)
25/10/2022
A raíz de la entrada Sin límites, en la que se exponía un topos y una serie de formas tópicas derivadas que abarcaban el ámbito de lo físico, surge la posibilidad de observar cómo aquél se proyecta en la vida cotidiana a otros ámbitos como es el empresarial o el académico. Todo ello, partiendo una vez más de la teoría de la argumentación y los topoi, de Anscombre y Ducrot.
De nuevo, los anuncios publicitarios han sido claves, pero más aún los videos con mensajes que nos rodean en el día a día. En el plano educativo, obsérvese el siguiente ejemplo: “yo seré lo que quiera, tú serás lo que quieras, él será lo que quiera…”(La Salle).
Como se puede observar, se nos propone un vínculo entre nuestra voluntad y nuestro destino (+querer +poder) y es en centros como este donde impulsan a su alumnado hacia un futuro “perfecto” en el que el esfuerzo se convierte, una vez más, en condición necesaria y suficiente para conseguir sus objetivos (+esfuerzo +mejora), como se proponía en diversas ocasiones en el caso anterior.
Además, de esta idea derivan otras dentro del ámbito académico como “si no eres capaz de trabajar después de trabajar, esto no es para ti”, por lo que se entiende que la voluntad debe ir acompañada del esfuerzo y el sacrificio, aunque mientras que en el plano físico se relaciona con el dolor, en el ámbito empresarial se corresponde en muchas ocasiones con emprender. Para ello, obsérvese el siguiente ejemplo: “tus acciones hoy determinarán cuánto has avanzado al despertar mañana”. “De la misma forma que descansas sábado o domingo, otros están ahí fuera arrojando leña al fuego que les mantiene vivos”. Según estos ejemplos, alguien que no descansa y que da su máximo en el día a día parece ser que alcanza el éxito indudablemente y además, si sufre será que lo está haciendo bien: el dolor, como sinónimo de motivación y persistencia (“Han estado rotos por fracasar infinidad de veces y han sufrido tanto que entre lágrimas se juraron a ellos mismos no parar hasta conseguirlo”). Sin embargo, no hace falta que nos preocupemos si no hemos entendido bien las claves del éxito porque incluso hay pasos que podemos seguir para llegar a ser millonarios: “ten grandes sueños”, “lo importante para el éxito financiero es el tipo de persona que tienes que ser para ganar ese dinero y conservarlo”.
Con todo ello, podemos observar que la argumentación que se propone en términos generales es la de la voluntad ligada a nuestro destino y que de ahí parten otros razonamientos que entienden el deseo en clave de esfuerzo, emprendimiento, sacrificio o dolor como condiciones suficientes y necesarias para alcanzar el éxito (+esfuerzo / emprender +logros / éxito profesional y financiero). ¿Pero, entonces «levantarse antes que el resto de los mortales» te lleva a ser millonario?
El análisis de los ejemplos mencionados, que responden al topos inicial de partida, en el que querer es sinónimo de poder, la voluntad se corresponde con el esfuerzo y este conlleva el dolor casi como prueba de autenticidad, y nos conduce a conseguir los logros que nos propongamos, nos permite mostrar el mecanismo poco racional de estos topoi y nos lleva a plantearnos si realmente es una relación tan lineal y proporcional esa que vincula esfuerzo, dolor y éxito y, por tanto, si encajan o no en la teoría de la argumentación que presenta un enunciado como razón y el otro como conclusión directa, sin plantearse los fundamentos o límites del primero. O dicho de otro modo, si el enunciado posee o no razón suficiente. Hay motivos para pensar que esto no sucede en ninguno de los dos casos y que los ejemplos citados, más allá de sus objetivos propagandísticos o motivacionales, son topoi carentes de fundamento.
Natalia Gomila Chirivella
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