Dejar de ser de la familia
15/07/2021
Toda empresa desea tener contentos a sus clientes, eso es indudable. El problema es que a menudo se ve en la obligación de comunicarle algo al cliente que este no quiere oír. En estas circunstancias, no importa tanto qué se dice, sino cómo se dice. Por suerte para estas empresas, el lenguaje es tremendamente versátil.
Amazon, como toda gran empresa, tiene multitud de contratos para regular sus relaciones con los clientes. Además, dentro de “Amazon, Inc.” se incluyen multitud de marcas (Amazon Prime, IMDb, Kindle, Twitch…), con sus propios contratos (llamados “Condiciones de uso”). Amazon, dentro de estos textos, se dirige normalmente al lector en segunda persona (“tú”). Esto sirve como una muestra de cercanía con el lector del contrato, que se siente interpelado de una manera más familiar. Como todo contrato, estas “Condiciones de Uso” deben explicar al cliente a qué tiene derecho, qué tiene permitido y qué tiene prohibido hacer. Detallar esas acciones dentro de los términos del contrato exige, lógicamente, el uso de verbos.
Lo lógico sería que, si el texto se refiere al lector como “tú”, esos verbos aparecieran en segunda persona (“tienes permitido” o “no podrás”). Sin embargo, esto no ocurre así siempre. Se puede observar que existen usos de 3ª persona (“el cliente”) para referirse al lector. Para analizar este fenómeno, tomaremos como referencia las “Condiciones de uso” de Amazon Music, el servicio digital de Amazon con el que busca competir con otros gigantes como Spotify. Analizaremos este texto por ser el que más usos en 3ª persona presenta y buscaremos demostrar que Amazon rompe con esta apariencia de cercanía con los clientes en momentos concretos del contrato.
Para ello introduciremos la primera variable análisis: la alternancia entre 2ª y 3ª persona, tanto en el texto en español como en el original en inglés:
Texto en español | Texto en inglés | |
2ª persona | 64 (tú) | 81 (you) |
3ª persona | 10 (el cliente) | 0 (∅) |
TOTAL | 74 | 81 |
El texto en inglés no presenta ningún verbo en tercera persona; se refiere al lector como “you” (tú). A su vez, el texto 2 en español también se refiere al lector como “tú”. Sin embargo, existen terceras personas (“el cliente”) que no aparecen en el texto en inglés y segundas personas que han desaparecido. Para descubrir a qué se debe esto, introduciremos una segunda variable: el tipo de sujeto. Esto nos permitirá observar qué tipo de sujetos acompañan a estos verbos en 2ª o 3ª persona en el texto en español. Los sujetos que aparecen en el texto son de dos tipos:
- Sujetos pronominales: el sujeto que realiza la acción es un pronombre personal, que puede estar omitido o no: “Tú eres el único responsable del Contenido Musical que importas a los Servicios”.
- Sujetos nominales: el sujeto que realiza la acción es una palabra o grupo de palabras y no se puede omitir: “El cliente dispondrá de un plazo de 3 días para facilitar un nuevo método de pago”.
Si analizamos la relación entre las variables de alternancia sujeto pronominal-sujeto nominal y de alternancia 2ª-3ª persona, observamos los siguientes resultados:
Sujeto pronominal | Sujeto nominal | |
2ª persona | 64 | 0 |
3ª persona | 1 | 9 |
Se concluye del análisis que, cuando el autor utiliza un verbo en 2ª persona, el sujeto es pronominal (“tú” o sujeto omitido), y esto ocurre siempre. Por otro lado, cuando el autor utiliza un verbo en tercera persona, el 90% de las veces el sujeto es nominal (en este texto, “el cliente”). Este es un uso muy marcado del sujeto. Teniendo en cuenta esto, es lógico preguntarse por qué el autor se refiere al lector unas veces como “tú” y otras como “el cliente”. Y, sobre todo, si esta relación entre usar un tipo determinado de sujeto y una persona verbal se debe al azar. Para responder a esto, ahondaremos más en estos usos en tercera persona introduciendo una tercera variable: el tiempo verbal utilizado. Esto significa que analizaremos en qué tiempos verbales aparecen los verbos en el texto, según estos sean en 2ª o 3ª persona:
Presente | Futuro | Pretérito Perfecto Simple | Tiempos de subjuntivo | Imperativo | TOTAL | |
2ª persona | 24 | 13 | 7 | 15 | 5 | 64 |
3ª persona | 0 | 7 | 0 | 3 | 0 | 10 |
De los diez usos en tercera persona del texto, siete son en futuro; por tanto, utilizar un verbo en 3ª persona está ligado a que este sea un tiempo futuro. Hay que tener en cuenta que los tiempos futuros en los contratos no son todos iguales, pues determinan dos tipos distintos de cláusulas. La alternancia entre los dos tipos de cláusulas será nuestra cuarta y última variable. Estos tipos son:
- Cláusulas que se atienen a alguna condición: solo se llevarán a cabo si se cumple una condición concreta, es decir, dependen de alguna circunstancia para cumplirse. En estas cláusulas los tiempos futuros aparecen como la oración principal dentro de una oración subordinada. Hay once de este tipo entre los veinte futuros (diez en segunda persona, uno en tercera persona)
- Cláusulas de obligado cumplimiento: no se atienen a ninguna condición, sucederán sí o sí. Se expresan en tiempos futuros dentro en una oración simple. Hay nueve de este tipo de entre los veinte futuros (tres en segunda persona, seis en tercera persona).
Teniendo en cuenta estos datos, nos plantearemos si es posible decir que es casualidad que las terceras personas aparezcan mayoritariamente en cláusulas de obligado cumplimiento. Para averiguarlo, utilizaremos un estadístico cuyo objetivo es determinar el papel del azar en las relaciones de variables, la prueba chi cuadrado. Nuestras dos variables serán los tipos de cláusulas y la alternancia entre 2ª y 3ª persona. Formularemos dos hipótesis, H0 y H1:
H0: La relación entre la 3ª persona y las cláusulas de obligado cumplimiento se debe al azar.
H1: Existe relación entre la 3ª persona y las cláusulas de obligado cumplimiento no es casual.
Una vez determinadas las hipótesis, se desarrollan los datos en la tabla de la siguiente manera:
Cláusulas obligadas | Cláusulas no obligadas | TOTAL | |
2ª persona | 3 | 10 | 13 |
3ª persona | 6 | 1 | 7 |
TOTAL | 9 | 11 | 20 |
Para el cálculo del chi cuadrado llevaremos a cabo de la corrección de Yates, dado que dos de las cifras de nuestra tabla son inferiores a 5. Esta corrección nos asegura que el resultado sea justo teniendo en cuenta cifras tan bajas. El cálculo final resulta en un valor de p de p<0,01. Esto significa que la probabilidad de que esta relación sea al azar es de menos del 1%. Es un valor significativo que nos permite concluir que la hipótesis nula (H0) es falsa y debemos aceptar nuestra hipótesis alternativa (H1).
Podemos concluir entonces que no es casual que se utilice la tercera persona para explicar cláusulas de obligado cumplimiento dentro del contrato de Amazon Music. Amazon rompe esa familiaridad y cercanía de la segunda persona para introducir una tercera en cláusulas que el cliente debe cumplir sí o sí. Existe por tanto una alternancia no casual entre personas verbales, dependiendo del contenido de las cláusulas y si este es más o menos deseable para el lector. Las cuatro variables que hemos ido introduciendo apuntan claramente a una relación motivada entre estas cláusulas que suponen obligación, la tercera persona verbal (“el cliente”) y los tiempos futuros. Como dijimos al principio, Amazon rompe con esta apariencia de cercanía con los clientes en momentos concretos del contrato y dependiendo del contenido de las cláusulas del mismo.
En definitiva, dejas de ser “tú” y te conviertes en “el cliente” cuando Amazon quiere explicarte términos contractuales que te comprometen para el futuro. Como vemos, este empeño – cada vez más frecuente – de las empresas por acercarse a los clientes y aparentar familiaridad solo existe en la superficie. Lo analizado es uno de tantos ejemplos de que, para las empresas, cuando se trata de tus responsabilidades, no hay familia que valga.
Luis Pérez Mármol
Políticas de (no) privacidad
15/07/2021
Hoy en día casi todas las personas tienen aplicaciones en sus teléfonos, y el hecho de que no supongan un coste económico no significa que la empresa renuncie a beneficios, sino que los obtiene, precisamente, mediante el uso de la información del cliente. No sería raro entonces preguntarse qué tipo de información recogen las aplicaciones o para qué la utilizan, pero en esta entrada no está la respuesta, y en la política de privacidad de Tumblr, tampoco.
El objetivo de toda política de privacidad es el de informar al cliente de todos los datos personales que recopila su empresa. Sin embargo, al analizar la política de privacidad de Tumblr puede observarse que esto no siempre ocurre así: En 22 ocasiones existe ambigüedad a la hora de especificar el tipo de información personal que la empresa recoge y, para demostrarlo, se ha llevado a cabo un análisis de los 22 usos de la construcción ‘por ejemplo’ presentes en el texto, sobre todo, en relación con las 38 menciones que se hacen del uso de la información del usuario, que también se han analizado.
La RAE define ‘por ejemplo’ como una locución adverbial que se utiliza cuando se va a poner un ejemplo para comprobar, ilustrar o autorizar lo que antes se ha dicho. El problema está en que, en este caso, la propia naturaleza de la construcción supone que, de todos los posibles elementos que integran una serie, se ha elegido uno para “ilustrar lo que antes se ha dicho”, pero podría haber aparecido otro en su lugar. Una muestra de lo que estamos diciendo, y que está extraída de la política de privacidad de Tumblr, sería la siguiente:
“Puede ser información, por ejemplo, sobre tu género”.
Si el usuario aceptara estas condiciones, justo por el uso que se hace de ‘por ejemplo’, podría estar aceptando a su vez otras que no aparecen, como podría ser que la plataforma recogiera datos sobre su orientación sexual. Es decir, estaría aceptando condiciones que desconoce. Sin embargo, si en lugar de ‘por ejemplo’ apareciera al final de la oración la palabra ‘etcétera’ o tres puntos suspensivos, la empresa sí estaría indicando de manera explícita que hay más elementos que no se mencionan; por lo tanto, el usuario sería consciente de que hay más condiciones que desconoce pero que están de manera implícita. Este es el motivo por el que consideramos que el uso de ‘por ejemplo’ es un problema, ya que el lector puede deducir o no que hay más ejemplos de los que se muestran, y esto no es algo que se pueda pasar por alto a nivel lingüístico porque, como hemos dicho, esta construcción aparece 22 veces en el documento.
Como se ha mencionado arriba, en la política de privacidad de Tumblr ‘por ejemplo’ introduce un elemento dentro de una serie, una serie que se presenta incompleta. Una prueba de esto es que la ausencia de la construcción provoca, frente a la presencia, una restricción: la presencia indica que los ejemplos propuestos constituyen la elección de una o de algunas de las posibilidades existentes; por el contrario, la ausencia señala que los casos expuestos no son una elección, sino los únicos. Puede comprobarse con los siguientes ejemplos del texto analizado:
Con esta muestra se puede observar que, en la Tabla 1, la presencia de ‘por ejemplo’ ofrece un ejemplar particular para la generalización que se ha hecho anteriormente: existe, entre varias, la posibilidad de que conserven información que necesiten para cumplir con una obligación legal. Sin embargo, en la Tabla 2, la ausencia de ‘por ejemplo’ implica una única posibilidad: que conserven la información con fines legales. La conclusión es que, si se diera toda la información, no se utilizaría la construcción ‘por ejemplo’.
Cuando ‘lo particular’ va precedido de ‘por ejemplo’, está representando elementos que no están en el texto, y este tipo de generalización es importante porque la aparición de estas construcciones está relacionada directamente con la mención del uso que hace Tumblr de la información del usuario, ya que, en las 22 concordancias de uso de ‘por ejemplo’, se encuentran 22 menciones de ‘información’ (que sería ‘lo general’) y 18 explícitas (que sería ‘lo particular’):
Para ilustrarlo mejor, podemos poner el caso de que el usuario acepte que la plataforma recoja sus datos sobre el tipo de cámara que ha empleado. Lo que puede desconocer es que está aceptando a su vez más condiciones que no aparecen en el texto, como podría ser la captación de datos biométricos de reconocimiento facial. Esto significa que el usuario estaría dando permiso a la plataforma para que guarde información personal que el propio usuario desconoce.
El problema reside en que, además de que la palabra ‘información’ es muy general y abarca muchos elementos, los ejemplos particulares que se dan no son los únicos existentes. Las menciones explícitas de información se utilizan para representar de manera general el resto de los ejemplares que no se concretan pero que sí forman parte del contrato que se está firmando y que supuestamente el lector debería deducir.
Por esto consideramos que los ejemplares expuestos en el texto carecen de valor explicativo, ya que los ejemplos tienen más valor de prueba de existencia que de representación. Mediante el uso de la construcción «por ejemplo» y la relación entre menciones generales y explícitas de la información, en la política de privacidad de Tumblr no se concretan todos los usos que hace Tumblr con la información del usuario y todos los tipos de información personal que requiere la plataforma, por lo que se puede afirmar, como ya se ha dicho al principio, que la política de privacidad de Tumblr es en gran medida ambigua.
María Morcillo Aparicio
(Des)protección
15/07/2021
En múltiples ocasiones escuchamos que Internet sabe más de nosotros que nosotros mismos. Frente a esta distópica situación, llegan las políticas de privacidad para tranquilizar al usuario y garantizar su protección. Así lo vemos en los siguientes ejemplos: Tiktok afirma que “usamos su información para (…) impedir las actividades delictivas y garantizar la seguridad del usuario” y Google asegura que “utilizamos la información para ayudar a mejorar la seguridad y fiabilidad de nuestros servicios”. En principio, todo parece apuntar a que nuestra información está protegida. Sin embargo, tal vez lo que las políticas de privacidad entienden por proteger difiere del significado del diccionario. Por ello, vamos a analizar cómo se construye el concepto proteger en ambas políticas de privacidad. Hemos escogido precisamente TikTok y Google porque cada una pertenece a una propiedad y país distinto, por lo que los resultados obtenidos pueden ofrecer una visión más amplia del tema.
El DLE (Diccionario de la lengua española) recoge las siguientes acepciones de proteger:
1. tr. Resguardar a una persona, animal o cosa de un perjuicio o peligro, poniéndole algo encima, rodeándolo, etc. U. t. c. prnl.
2. tr. Amparar, favorecer, defender a alguien o algo.
Observamos una desemejanza entre ambas acepciones: a diferencia de la primera, en la segunda no es necesaria la presencia de un perjuicio o peligro para que la acción de proteger tenga lugar. Ilustrémoslo con un ejemplo:
no es lo mismo que
El primer caso es más específico, pues la presencia del peligro (el coronavirus) restringe el significado de proteger. En el segundo caso el significado de proteger es más general, pues la ausencia de un peligro concreto permite interpretar que la mascarilla protege de uno o varios peligros (el coronavirus, el polen, el polvo, la gripe, gases de laboratorio…). Como vemos, el verbo proteger necesita tres variables para que su significado sea lo más específico posible:
- El sujeto que protege: Tiktok y Google en nuestro caso
- El objeto sobre el que recae la acción de proteger: el CD
- El objeto del que se ha de proteger: el C. Régimen
Visto lo cual, nos disponemos a analizar qué complementos acompañan al verbo proteger en ambas políticas de privacidad. Diez veces aparece este verbo en la política de privacidad de TikTok, en todos los casos acompañado del sujeto u objeto sobre el que recae la protección, es decir, del CD. Sin embargo, en ningún caso se explicita la amenaza. Así lo vemos en el siguiente ejemplo:
“para proteger nuestros derechos, nuestra propiedad o nuestra seguridad o los de nuestros usuarios, los de terceros o los del público en general”.
Vemos aquí que TikTok se protege a sí mismo, a sus usuarios y a terceros. Los casos restantes también reflejan esta triple división de la protección, la cual recae sobre: los datos personales e intereses vitales de los usuarios, la privacidad, la seguridad, los niños y los bienes y derechos de TikTok.
En la política de privacidad de Google los resultados son sensiblemente distintos. Nueve veces aparece el verbo proteger y, a diferencia de lo que ocurría con TikTok, dos de ellas presentan ambos complementos:
“Proteger a Google, a nuestros usuarios y al público en general de daños a sus derechos y bienes o a su seguridad en la medida exigida o permitida por la ley”.
“Proteger a Google y a nuestros usuarios de cualquier alteración, divulgación o destrucción no autorizadas de los datos que conservamos o del acceso no autorizado a esta información”.
Los CD reflejan, como en TikTok, una triple orientación de la protección: hacia Google, hacia sus usuarios y hacia el público en general. Sin embargo, aparecen también dos posibles peligros señalados por el C.Rég: daños y acciones no autorizadas. La coaparición de ambos complementos (CD y C. Rég.) proporciona más información al usuario.
En esta ocasión, por tanto, sí podemos afirmar con certeza qué sujetos serán protegidos y de qué amenazas. Aun así, en los casos restantes el verbo va acompañado únicamente de CD. Es decir, si bien se continúa reflejando sobre quién recae la protección, la amenaza deja de estar especificada debido a la ausencia de C.Rég. Un ejemplo de ello es:
“Nos esforzamos al máximo para proteger tu información”.
Los complementos que acompañan al sustantivo protección reflejan resultados similares a los obtenidos con el verbo: ausencia de complementos que indican la amenaza, excepto en contadas ocasiones. En TikTok, la única amenaza que coaparece con el sustantivo es el fraude: “protección del fraude” y “protección contra fraude”. Además, en ambos casos, no sabemos sobre quién recae esa protección, pues no se explicita; presuponemos, por nuestro bien, que recae sobre el usuario. En los ejemplos restantes la amenaza está ausente. En Google ocurre lo mismo, solo una de las diez veces que aparece el sustantivo protección se explicita la amenaza: “protección frente a abusos”. Además, del mismo modo que ocurre con TikTok, no se especifica el sujeto u objeto sobre el que recae la protección. Por tanto, aunque la amenaza aparece con mayor frecuencia en Google que en TikTok, explicitarla parece ser la excepción y no la regla en ambas políticas de privacidad:
La no especificación de la amenaza, casi de manera sistemática, conlleva la ambigüedad del concepto proteger. Las políticas de privacidad saben cómo jugar sus cartas: han optado por la diligente decisión de emplear proteger con un significado general y nada específico. Saben (o no) cuáles son las amenazas, pero no las explicitan. Quien desde luego no es consciente de ellas es el usuario, que se ha conformar con que, al menos, una de las tres direcciones de la protección apunte hacia él.
Las políticas de privacidad no vienen a ser el centinela que resguarde nuestros datos como si de un tesoro único y preciado se tratase, pues la ausencia de un complemento verbal que indique la amenaza no supone la ausencia de amenaza en el mundo real. Del mismo modo que veíamos con “la mascarilla protege a María”, existen múltiples perjuicios o peligros, aunque no se especifiquen.
Así pues, al otro lado de la pantalla, el individuo moderno, hiperestesiado, con un ritmo frenético de vida y en un mundo tan lleno de potenciales amenazas, solo quiere ser protegido. Y es entonces cuando, casi como un autómata, pulsa: “acepto la política de privacidad”.
Ángela Melania Muñoz Vila
Houseparty y su política de privacidad
15/07/2021
En este mundo de desarrollo tecnológico, abundan aplicaciones de redes sociales gratuitas que ofrecen desde juegos interactivos hasta videoconferencias multitudinarias. Es fácil conseguir estas aplicaciones: hay que descargarlas, registrarse y aceptar la política de privacidad y los términos y condiciones. Pero, al hacer esto, no podemos olvidar que estamos firmando un texto que no es inocente: vehicula un contrato unilateral con implicaciones legales.
Tal es el caso de la aplicación Houseparty, una red social para hacer videollamadas grupales. Tras una lectura de la política de privacidad de la empresa (texto de carácter legal que hay que aceptar para acceder a la aplicación), surge una pregunta: ¿qué imagen de la empresa y del usuario ofrece este texto, y mediante qué mecanismos lo consigue?
Para responder a esta pregunta, nos hemos centrado en las construcciones con para + infinitivo, que tienen, en todos los casos, sentido figurado de finalidad o propósito (función de complemento circunstancial de finalidad). ¿Por qué estudiar la imagen de la empresa y del usuario a través de construcciones que expresan finalidad? En realidad, la imagen y la finalidad son nociones íntimamente ligadas. La finalidad es una justificación del motivo u objetivo por el que alguien hace algo. Así pues, en el texto, la empresa justifica y explica sus acciones y con ello proyecta, como veremos más adelante, una imagen positiva de sí misma. Por tanto, es pertinente un análisis pragmático del texto a través de las oraciones finales introducidas por para.
En el texto contamos 56 construcciones con para + infinitivo. Haremos primero una clasificación de estas construcciones, después un breve análisis cuantitativo y finalmente estudiaremos la variación de significado de algunos verbos, en relación con la imagen que la empresa pretende dar de sí misma y del usuario.
1. Clasificación
Para clasificar estas construcciones, hemos analizado
- quién realiza la acción (sujeto agente), que es la empresa o el usuario; y
- quién la recibe (objeto paciente), que puede ser la empresa, el usuario u otro objeto (por ejemplo, datos o información).
Así, en para (nosotros) informarle (a usted) sobre productos, la empresa (nosotros, sujeto) realiza la acción de informar al usuario (usted, objeto). La direccionalidad es clara: alguien realizala acción verbal sobre alguien o algo.
sujeto agente → (verbo introducido por para) → objeto paciente
Para ilustrar esto, recogemos algunos ejemplos. En ellos, hemos marcado en naranja quién realiza la acción y en verde quién la recibe. Los términos en negro no forman parte de las construcciones analizadas:
Siguiendo esta clasificación, hemos elaborado una tabla en la que recogemos los verbos utilizados en las construcciones con para + infinitivo en cada una de las 6 combinaciones posibles entre quién hace la acción y quién la recibe (2 posibles sujetos * 3 posibles objetos = 6 posibles combinaciones). Así, por ejemplo, la empresa mejora a la empresa, la empresa ayuda al usuario y la empresa comparte otros objetos (datos o información):
2. Análisis cuantitativo
La asimetría entre la parte superior e inferior de la tabla salta a la vista. La empresa realiza una gran variedad de acciones (contamos 27 verbos en total); en cambio, el usuario realiza, según el texto, menos de la mitad de las acciones que la empresa (solo contamos 11 verbos diferentes). La empresa, pues, tiene mucho más campo de acción que el usuario.
3. Variación de significado verbal
Por otra parte, cabe considerar el significado de los verbos (su aspecto léxico). Entre los 35 verbos, hay algunos cuyos significados están muy próximos (cuasisinónimos). Pero la elección de uno u otro verbo tiene que ver con la imagen que la empresa pretende dar de sí misma y del usuario. Veremos dos ejemplos: en el primero, el verbo se ajusta a las características del objeto que recibe la acción; en el segundo, el verbo cambia según quién realiza la acción.
3.1. La empresa ofrece diversión pero proporciona características
En el apartado correspondiente a empresa → otros encontramos el par ofrecer–proporcionar. A continuación demostramos cómo, en este caso, la elección del verbo responde al tipo de objeto que recibe la acción verbal. Los contextos en que aparecen son los siguientes:
Se puede esquematizar de la siguiente manera
(1) empresa → ofrecer → una forma divertida para que las personas interactúen
(2) empresa → proporcionar → características específicas.
Para determinar la diferencia de significado entre estos cuasisinónimos, contamos con el Diccionario de la Lengua Española. Veamos las primeras acepciones de ofrecer y proporcionar:
Sustituyamos el verbo por su definición en cada caso:
(1) Ofrecer: La empresa presenta y da voluntariamente una forma divertida para que las personas interactúen.
(2) Proporcionar: La empresa pone en disposición características específicas a fin de conseguir lo que la empresa desea
En el primer caso, la empresa da voluntariamente una interacción divertida, es decir, se la ofrece al usuario por libre voluntad. La palabra divertida implica que es beneficioso para el usuario (es un adjetivo marcado positivamente). Así, la empresa se presenta como alguien que beneficia voluntariamente al usuario; por ello, la imagen que construye es claramente positiva.
En cambio, en el segundo caso, la empresa ya no ofrece (voluntariamente) las características, sino que las proporciona o pone en disposición. Este verbo es mucho más neutro, no tiene el componente de voluntariedad, lo cual corresponde al objeto sobre el que recae la acción, que es mucho más neutro (características específicas). Así, con la elección de uno u otro verbo según el objeto, la empresa va construyendo su imagen.
3.2. La empresa avisa al usuario; el usuario se comunica con la empresa
Por otra parte, podemos poner en relación dos verbos de la lista que, de nuevo, se refieren a acciones muy parecidas: la empresa avisa al usuario y el usuario se comunica con la empresa. Veamos los contextos:
El esquema resultante es el siguiente:
(3) empresa → avisar → al usuario
(4) usuario → comunicarse → con la empresa
La variación del significado la encontramos, de nuevo, en el DLE:
Avisar tiene un valor positivo intrínseco: cuando se avisa, se aconseja, se advierte o se previene al otro. Así, como sucedía en el ejemplo de ofrecer, en el propio significado de avisar están inscritos los valores de búsqueda voluntaria y libre del beneficio del otro. Aquí también es la empresa quien beneficia al usuario.
Todo esto desaparece cuando la dirección se invierte: el usuario no avisa a la empresa, sino que se comunica con ella. Es un verbo neutro con que se construye una imagen neutra del usuario: el usuario ya no quiere aconsejar o ayudar a la empresa, sino que simplemente trata con ella. Prueba de esto es el contraste entre la construcción Te aviso por tu bien, perfectamente normal, y *Te comunico por tu bien, extraña e inadecuada. Así pues, comunicar, a diferencia de avisar, es un verbo de carácter neutro y propio de textos legales.
Por todo ello, la elección de los verbos (elección léxica) es de naturaleza pragmática y responde a la imagen positiva que la empresa quiere dar de sí misma frente a la imagen neutra que da del usuario.
3.3. Otros verbos
Como se observa en la tabla, muchas de las acciones de la empresa tienen un valor positivo, por el propios significado (configuración léxica) de los verbos:
- la empresa ayuda, mejora, protege al cliente; también
- la empresa se mejora y protege a sí misma.
Esto contrasta con la elección de los verbos menos marcados cuando el sujeto es el usuario (administrar, ejercer, modificar).
4. Conclusión
Con todos estos datos se aprecia la configuración desigual de la empresa (emisor) y del usuario (receptor) en el texto. A través de la elección del verbo en las estructuras con para + infinitivo, Houseparty construye pragmáticamente una imagen positiva de sí misma, así como una imagen neutra del usuario. Además, si consideramos la cantidad de verbos, podemos concluir que el usuario no tiene el mismo margen de acción que la empresa. Es evidente, pues, que la relación entre la empresa y el usuario está muy lejos de ser simétrica.
Como decíamos al inicio, las palabras no son inocentes. Los mecanismos lingüísticos empleados en el texto son sutiles, porque se trata de un texto legal. Pero justamente por eso tenemos que estar atentos a lo que firmamos y ser conscientes de que incluso los textos legales pueden no ofrecer una presentación objetiva sino orientada a ciertos intereses, que raramente coinciden con los del usuario.