¿Cual es el mejor reclamo para vender alimentos? Probablemente, la palabra «natural». Basta pasear por los pasillos de un supermercado para verlo en etiquetas y carteles promocionales, junto a su habitual compañero «sin aditivos ni conservantes», al cual estamos todos acostumbrados. Sin embargo, precisamente por eso resulta interesante examinar el relato, publicitario o no, que rodea a este argumento, que lo natural es siempre mejor. Después de todo, si no lo creyéramos, las empresas no lo utilizarían para publicitarse.

Este análisis se basa en la teoría de la argumentación de Anscombre y Ducrot y en su concepto de los tópicos, es decir, de ideas aceptadas por la mayoría de la sociedad sin ser necesariamente ciertas. Habitualmente, ligan dos conceptos, ya sea para decir que coinciden o que son contradictorios entre sí según el enunciado que se analiza. No significa que sean ciertos o falsos, ya que esta teoría no se basa en la demostración de la verdad de lo dicho, sino en averiguar cómo el lenguaje se utiliza para proponer una conclusión como válida, lo sea o no.

Para realizar este proyecto se han examinado mensajes de Twitter, tanto de corporaciones como de usuarios anónimos anunciando productos, además de otros tuits en los que se expresan opiniones al respecto de este tema. Inicialmente están centrados en la alimentación, que es donde ese discurso se ve con más claridad, pero en una segunda parte se comparan los tópicos de este campo con los utilizados en el discurso antivacunas, que utiliza muchas veces argumentos similares.

[1]

Este primer anuncio de la cuenta de Twitter de ColaCao nos presenta a nuestro primer tópico:

(+natural, -aditivos) = (-natural, +aditivos)

Este se puede encontrar en más cuentas de empresas, como la de Bimbo España:

[2]

A partir de él, se pueden crear dos escalas de valores opuestos, que se refuerzan mutuamente. Por ejemplo, en varios anuncios se relaciona (+salud, +natural):

[3]
[4]

Mientras que en otros, el mensaje es el inverso: (+aditivos, -nutrición) y (+aditivos, +daño), que se puede traducir a (-natural, -salud)

[5]

A esta oposición (+natural, +salud) (-natural, -salud) se le pueden añadir más. Por ejemplo, se relaciona los aditivos con el engaño en mensajes como estos:

[6]

Estos mensajes podrían resumirse con el tópico (-natural, +engaño), o (+natural, +intereses propios). Su contraparte es más difícil de encontrar, ya que no se trata tanto de negar la existencia de intereses ocultos como de señalar que el objetivo del producto no es enriquecer a la empresa que lo produce, sino cuidar del cliente, de tal modo que se podría decir que (+natural, +interés por el consumidor):

[7]

Todos estos anuncios, ya sea de productos como de publicaciones, son comunes y no despiertan rechazo en la mayoría de la población. Las empresas los utilizan y el público los recibe sin muchas quejas. Sin embargo, los mismos tópicos que hemos visto aparecen también en el discurso de los antivacunas, no tan normalizado.

En su caso, en vez de oponer (+natural, -aditivos), el tópico parece ser (+natural, -vacuna) ya que se opone la vacuna a la inmunidad natural. Resulta divertido que en la mayoría de ejemplos que se encuentran, aparece esa oposición, pero también otras que hemos visto, como (+vacuna, +daño):

[8]
[9]

Aparece también el tema de los intereses ocultos, para señalar que la opción natural carece de ellos, frente a la artificial que sí los tiene (como señalan el segundo y el tercer tuit).

[10]
[11]
[12]

En ambos casos, lo artificial, sea la vacuna o los aditivos, son dañinos. Además, aparecen relacionados con intereses económicos y ocultos de otras personas. Frente a ellas, lo «natural»  parece completamente positivo, saludable y centrado en el beneficio del consumidor. Así no sorprende que sea una palabra tan utilizada por la publicidad, aunque hay que tener cuidado, ya que puede suponer un peligro para la salud pública si se asume inmediatamente que (+natural, +bueno).

María Dolores Galindo


[1]https://twitter.com/colacao/status/1371038396177522690

[2]https://twitter.com/BimboEsp/status/854678561877372930

[3]https://twitter.com/FrutifyS/status/1411736873664454658

[4]https://twitter.com/Maryl_/status/1259319844102692865

[5]https://twitter.com/PocholinBaby/status/90620158825070592

[6]https://twitter.com/ConsumidoresOrg/status/1321587553166790656

[7]https://twitter.com/colfrance/status/1391426979929497608

[8]https://twitter.com/NomNwo/status/1531734722136662018

[9]https://twitter.com/PabloRichly/status/1384984006643621888

[10]https://twitter.com/Soly_1984/status/1423794848251973633

[11]https://twitter.com/fconejerosc/status/1530352128073637888

[12]https://twitter.com/MariolySosaP/status/1510584966886957057

En España se han dado hasta ocho reformas educativas diferentes desde 1980, contando con la ley actual de educación: Loece, Lode, Logse, Lopeg, Loce, Loe, Lomce y Lomloe. Con cada propuesta se ha generado un discurso argumentativo para apoyar la aprobación de cada ley, intentando mejorar la anterior. Por tanto, resulta clave y relevante el uso que hace del lenguaje el gobierno como medio de expresión para abordar las diferentes problemáticas que generan más debate en la sociedad.

En esta entrada vamos a analizar el discurso que ha surgido con la nueva reforma educativa (Lomloe) que propone un nuevo enfoque competencial que deja fuera de la educación el aspecto memorístico, a favor de una enseñanza más competencial.

De manera que el argumento que seguiremos a lo largo del trabajo es el siguiente:

[ – memorístico, + competencial]

«Sin memoria no hay aprendizaje, pero únicamente memorizando no hay competencia»

El enfoque memorístico representa los modelos anteriores, lo “antiguo”, mientras que el enfoque competencial representa el modelo actual de la llamada Ley Celaá, lo “innovador”.

Vamos a analizar voces de diferentes periódicos españoles, blogs de educación y discursos de Pilar Alegría (ministra de Educación), Isabel Celaá (exministra de Educación) y César Coll (catedrático emérito de Psicología Evolutiva y de la Educación, uno de los elegidos para realizar la reforma).

A la hora de comentar los diferentes argumentos, utilizaremos la forma de silogismos (esto es, dos premisas que conducen a una conclusión). Además, hemos ordenado la entrada en tres apartados:

  1. Argumentos que reflejan las cualidades repetitivas y mecánicas de la memoria.
  2. Argumentos que reflejan la imagen práctica y competente de la nueva reforma. 
  3. Argumentos sobre el carácter crítico y de cotidianeidad que aporta el nuevo enfoque educativo. 

REPETICIÓN, ENCICLOPEDIA Y MEMORIA

Uno de los principales motivos de querer que desaparezca este aspecto memorístico en la educación es por su carácter repetitivo a la hora de aprender: «la sustitución del sistema enciclopédico, consistente en largos listados de hechos y conceptos, que los alumnos debían poder repetir, implantado tras la ley Wert, por otro en el que los alumnos aprendan a aplicar los conocimientos…»

[ + competencial, – repetitivo]

[ + memoria, + repetitivo]

[ + competencial, – memoria]

Por tanto, nos encontramos en este discurso con la distinción de dos tipos de memoria: una más mecánica y otra más comprensiva o significativa. La primera se corresponde con el modelo antiguo de educación y la segunda con la preferida por la nueva propuesta: «En lugar de memoria mecánica o repetitiva se insiste en destacar que la memoria ha de ser comprensiva, aunque sigue siendo imprescindible para el aprendizaje».

Igualmente, la nueva reforma educativa pretende ser más entretenida para los estudiantes: eliminando ese carácter enciclopédico y favoreciendo una enseñanza más aplicada problemas actuales, la educación será mucho más entretenida para los jóvenes alumnos: «“Me refiero a algo que se consigue con motivación, con estímulos y apoyos y no con simples exigencias. Se consigue mucho más con el bienestar que con la sanción. La escuela no la debemos diseñar para sufrir. La escuela está diseñada y tiene que estar diseñada para que nuestros niños aprendan y disfruten aprendiendo”»

[+ competencial, + entretenimiento]

[ + memoria, – entretenimiento] [+ competencial, – memoria]

PRÁCTICA, APLICACIÓN Y DESTREZA

Esta nueva ley considera más importante que los alumnos reciban una educación más práctica. De esta manera tendrán que saber usar los conocimientos y aplicarlos en su día a día: «(…) profundizar en un enfoque competencial que afirma que lo importante no es adquirir conocimientos sino saber utilizarlos para hacer frente a las situaciones, problemas, fenómenos a los que nos enfrentamos. (…) un enfoque competencial es incompatible con un currículo sobrecargado.»

[ + competencial, + aplicación]

 [+ memoria, – aplicación]

[ + competencial, – memoria]

De igual manera, este modelo desarrollaría mayores destreza y actitud: «“No son solo contenidos o conocimientos. Cuando estudiamos una materia adquirimos conocimientos, desarrollamos destrezas y estamos desarrollando actitudes”.»

[ + competencial, + destreza]

[ – memoria, + destreza]

[ + competencial, – memoria]

REALIDAD, COTIDIANEIDAD Y CRÍTICA

En este último apartado vemos que la nueva propuesta se vuelve más práctica y menos competencial con la finalidad de acercar al alumno a su realidad cotidiana, proponiendo una serie de contenido menos abstractos para poder desarrollar la capacidad crítica de los estudiantes:

«La fórmula pedagógica consiste en fusionar en una misma clase dos o tres materias que hace que los alumnos relacionen conocimientos de disciplinas distintas y que su aprendizaje sea más aplicado y menos abstracto, lo que en jerga educativa se llama trabajo por competencias»

[+ competencial, – abstracto]

[ + memoria, + abstracto]

[+ competencial, – memoria]

«Las premisas son que los alumnos no aprendan tanto de memoria, apliquen más lo aprendido a su vida cotidiana, tengan ‘espíritu crítico’ (…)»

[ + competencial, + pensamiento crítico]

[+ memoria, – pensamiento crítico]

[ + competencial, – memoria]

Después de analizar los diferentes ejemplos seleccionados, podemos extraer la imagen que ofrece el gobierno del modelo antiguo de educación, y que queda plasmado en el siguiente esquema.

Se le da más importancia a la parte práctica de la educación, pensando que así:

  1. Se acercará más el alumno a su realidad cotidiana y sabrá aplicar lo aprendido a los problemas del día a día.
  2. Tendrá más capacidad crítica y habrá “aprendido a aprender”.
  3. Tendrá la base necesaria para afrontar cualquier situación de la vida.

Pero al dejar de lado la memoria en la educación olvida que:

  1. Sin una base de conocimientos sólidos no se puede hacer frente a la práctica.
  2. Si se hacen más generales los conocimientos y el aprendizaje para que llegue a todos, no se puede tener capacidad crítica.
  3. Los saberes básicos son tan reducidos y centrados en cuestiones actitudinales que supondrá un problema a la hora de estudiar el Bachiller.

Empezamos esta entrada recordando las diferentes leyes que ha tenido España en 40 años de democracia. Se puede observar cierta inestabilidad para conseguir un acuerdo respecto al sistema educativo.  Se ha convertido en una tradición cambiar el sistema educativo cada vez que llega al poder un nuevo partido, con la finalidad de vender a los ciudadanos una imagen diferente e innovadora respecto del anterior gobierno: la educación se ha transformado en un instrumento de lucha política.

En este caso vemos que la nueva propuesta se basa en la eliminación de la memoria y la repetición para apostar por un enfoque práctico. Sin embargo, son solo palabras utilizadas con la finalidad de conseguir un aire innovador, porque como sabemos, sin memoria no hay aprendizaje y es necesaria la repetición a la hora de adquirir nuevos conocimientos.

Laura Ferrer Blé

Mr. Putridful

25/10/2022

Azucarillos en el café; agendas, tazas o pijamas; profesionales que imparten cursos y que publican libros y escritos en blogs: de un tiempo a esta parte, el movimiento del pensamiento positivo ha ido adquiriendo visibilidad en nuestro día a día y, cada vez con mayor frecuencia, se introduce subrepticiamente en nuestras conciencias. Este movimiento, cuyos fines son, aparentemente, beneficiosos para el bienestar de los individuos y que tratan de reaccionar contra la sobrecarga del estrés, los problemas de salud mental y las fatales consecuencias que nuestro modo de vida tiene sobre nosotros, puede volverse en el efecto contrario si no se realiza una reflexión crítica que permita ver en qué yerra y dónde se encuentran sus aciertos.

(1) «Si cambias tu pensamiento, cambian tus emociones. Si cambias tus emociones, cambia tu actitud. Si cambias tu actitud, cambia tu vida. Si cambias tu vida, cambia tu destino (sabervivir.ph, @mpccoaching)

Si algo caracteriza la época contemporánea es la preponderancia que adquieren los valores individuales y aquí es donde podemos observar el punto originario de toda esta filosofía que promueve una experiencia del mundo unipersonal. Una expresión de todo ello es el argumento expresado en ‘Si tú cambias, todo cambia’, el cual predica que los cambios deben empezar por uno mismo para expandirse hasta lo externo, hasta aquello que no pertenece propiamente al individuo. Esta forma de mirar el mundo recuerda a las teorías de Kant:

– Imposibilidad de cambiar la realidad.

– Conocimiento y experiencia del mundo individual y única.

– Percepción subjetiva del mundo: los cambios se producen dentro del individuo porque así cambia el mecanismo con que observamos la realidad y, por ende, cambia la realidad misma.

Ahora bien, no es necesario realizar muchas comprobaciones para advertir que no en todas las ocasiones este principio es aplicable a la realidad: por mucho que pretenda asumir de forma positiva la ruptura de una relación, el conflicto seguirá existiendo, aunque la forma de asumirlo sea menos destructiva. Por tanto, considero que el punto de partida del argumento tiene una base positiva: la reflexión en torno a cómo debemos hacer que los hechos del mundo afecten en un menor grado sobre el individuo, ante la imposibilidad de modificarlos.

Sin embargo, su desarrollo se desvía y se extrema hasta llegar a la idea de que si cambiamos la actitud con que experimentamos la realidad, el estado de cosas en el mundo cambia por completo. El problema sobreviene cuando un grupo considerable de personas acepta estas ideas de forma sistemática y actúa en base a ello, produciendo efectos totalmente indeseados que, paradójicamente, inducen a la inacción: si no me siento bien con un estado de cosas, no cambio esas cosas en sí mismas, sino la forma de mirarlas y, por tanto, realmente no se produce ninguna modificación significativa.

Uno de los principales motores que impulsan al problema de la mala comprensión de estos mensajes es el uso equivocado que se hace del lenguaje. Por ello, aquí tratamos de develar qué elementos lingüísticos conducen a esa reinterpretación de este tipo de argumentos. Para ello, partimos del argumento conceptualizado en la frase: “si tú cambias, todo cambia”. Aquí se encuentran dos ideas que provienen del mismo uso del lenguaje:

1. Problema de gradualidad, de escala cuantitativa.

2. Problema de metonimia (la parte por el todo).

En lo que sigue, trataremos de abordar la explicación de ambos desde una perspectiva, como hemos mencionado, lingüística.

1. Problema de gradualidad.

Dentro de “Si tú cambias, todo cambia” encontramos un elemento escalar, es decir, perteneciente a una escala: (“1. Serie de elementos de la misma especie, ordenados gradualmente en función de alguna de sus características o cualidades”, RAE); este es todo.

(2) todo > bastante > algo > poco > nada

En términos de pragmática neogriceana, se trata de una implicatura (información nueva que extraemos los hablantes a partir de la interpretación del enunciado y del contexto) escalar por lo que pertenece

(3) […] Un conjunto de expresiones contrastivas de la misma categoría gramatical, que pueden ordenarse en un orden lineal por grados de informatividad o fuerza semántica (Levinson, 1983: 123).

Este concepto lleva implícita la idea de entrañamiento (llevar dentro de sí), pues en el momento en que se menciona un punto de la escala -en este caso, todo- se presupone que van implícitos todos los puntos inferiores a este. En nuestro ejemplo, ya que todo es el punto más alto de la escala, se presupone que están incluidos todos los elementos inferiores (bastante, algo, poco, nada). Aquí reside el error del argumento que tratamos de analizar, pues se utiliza la expresión superlativa (todo cambia) -máximo exponente de su paradigma- para designar una realidad que se refiere a puntos inferiores de la escala, por lo que debería utilizarse otro término como algunas : “Si tú cambias, algunas cosas pueden cambiar”.

Sintetizando la explicación, con la idea que subyace a la frase “Si tú cambias, todo cambia”, se quiere hacer referencia realmente a que “[…] cada persona, con sus pensamientos y actos, tiene un notable poder para configurar su realidad” (Miralles, 2015), pero no un poder absoluto como se desprende del pronombre todo.

❌SI TÚ CAMBIAS, TODO CAMBIA❌

✅SI TÚ CAMBIAS, ALGUNAS COSAS CAMBIAN✅

Otro de los factores que actúan en la interpretación negativa de este argumento es la figura retórica de la metonimia, por la cual designamos o comprendemos algo a partir de la mención de otro elemento con el que tiene alguna relación semántica. Entre los distintos tipos que podemos encontrar, el que nos interesa en el presente trabajo es el de la parte por el todo o, dicho de otro modo, la mención de un elemento mediante una de las partes que lo componen en su totalidad. Tal y como puede comprobarse, no supone lo mismo afirmar una idea de forma sistemática y normativa como “Tus creencias acaban co-creando una realidad […]” (Vilaseca, 2016) que afirmar la misma idea relativizada, como:

(4) “[…] aquella persona que está convencida de seducir a alguien o de realizar una venta, por poner dos ejemplos, tiene una probabilidad mucho mayor  que quien tiene la expectativa opuesta” (Miralles, 2015)

Aquí se opera un problema en el que se interpreta metonímicamente el argumento. Los hechos de la realidad no van a modificar su estado únicamente porque un individuo cambie su actitud con el mundo. Transformar la actitud puede ayudar a lograr unos fines determinados, pero no va a ser el único medio por el cual se consiga el objetivo. El problema es que se ha tomado como único y más importante elemento de este proceso, cuando realmente, cambiar la actitud ante los hechos del mundo es un elemento colateral, algo que ayuda, pero que no soluciona por sí mismo. Por ello, podemos hablar de un problema de interpretación metonímica: comprensión de un argumento por una de las partes que lo componen y no, por su conjunto.

❌SI TÚ CAMBIAS, TODO CAMBIA❌

✅SI TÚ CAMBIAS, PUEDES AYUDAR A QUE ALGUNAS COSAS CAMBIEN✅

Tras revisar los dos mecanismos que conducen a una construcción falaz de este argumento tan interiorizado en la sociedad, puede percibirse el trasfondo positivo que esta mentalidad lleva aparejado. En efecto, la idea latente de este argumento es la intención de mejorar la actitud con que se afronta la realidad en un momento en el que el estrés, la angustia y la presión son una constante en nuestras vidas; por lo que se trata de un concepto positivo. Sin embargo, a raíz de un mal uso del lenguaje, esta filosofía se ha extendido como concepto desmotivado (alejado de su verdadero significado), cuyo significado se ha oscurecido, produciendo una interpretación y un uso que conduce a consecuencias contrarias. Para concluir, es interesante dar cuenta de la cantidad de estas frases que se insertan y consolidan en la sociedad, actuando a modo de proverbio, y que pretenden funcionar como consejo, como posible dirección vital. De este modo, se comprende que este argumento (Si tú cambias, todo cambia), tomado en su sentido literal, no refleja la realidad y conduce a equívocos.

Laia Martín Sáez

CORPUS

Levinson, Stephen (1983): Pragmatics, Cambridge University Press. Trad. española: Pragmática, Barcelona, Teide, 1989. Recuperado de: Pons, Salvador (2021): Pragmática aplicada al español. De la proposición al contexto, Universitat de València. Colección: Educació, Laboratori de Materials, 83.

Miralles, F. (2015, septiembre 27). “Si tú cambias, todo cambia”. El país semanal. Recuperado de: https://elpais.com/elpais/2015/09/24/eps/1443089520_324861.html

MPC coaching, @mpccoaching (Instagram), 20-2-2019.

Vilaseca, B. Si tú cambias, todo cambia. Recuperado: https://www.youtube.com/watch?v=Q_qzBtTLc4s.

BIBLIOGRAFÍA

– Pons, Salvador (2021): Pragmática aplicada al español. De la proposición al contexto, Universitat de València. Colección: Educació, Laboratori de Materials, 83.

¿Amor o locura?

25/10/2022

Las relaciones interpersonales actuales están dando un giro. Todos escuchamos hablar del amor o incluso nosotros mismos lo hacemos, pero, hay que pararse a pensar hacia donde está llevando este cambio.

Frases como te quiero más que a mí mismo o querer es hacerlo todo por alguien, están admitidas en nuestra sociedad, son topos, como señalan Ascombre y Ducrot. Por esa razón, mediante el lenguaje analizaremos enunciados de este tipo y veremos si realmente las ideas sobre el amor que todos conocemos y admitimos están cambiando y llegando a lugares distintos.

Para ello, vamos a analizar ejemplos de telerrealidad como La isla de las tentaciones o series juveniles como Élite, además de novelas adolescentes como A través de mi ventana o frases de redes sociales como Twitter. A partir de estos, indagaremos en conversaciones actuales de jóvenes y comprobaremos hacia dónde están fluyendo estos discursos.

El topos principal del que vamos a partir es: el amor lo puede todo →  [+amor, +poder].

Esta idea se puede relacionar con otras, las cuales hemos estructurado en bloques:

Un primer bloque se refiere a la anteposición del amor sobre otros aspectos importantes de la vida de una persona como son los vínculos interpersonales [+amor, -vínculos]. En efecto, por amor podemos dejar: 

  1. La familia: [+amor, – familia]
  • Yo por ella lo he dejado todo, yo hace mucho tiempo que no me hablo con mi padre, para mí mi padre lo era todo y me dijo: tu padre o yo (temporada 4, cap. 8, 56:56)
  1. La juventud: [+amor, -juventud]

3.  Uno mismo: [+ amor, – yo] → [+tú, -yo] → [+amor, -yo]

  • le quiero muchas veces por encima de mí misma (La isla de las tentaciones, temporada 3, cap. 1)

Por tanto, a partir de estos ejemplos se observa la anteposición del “me entregué tanto a él”, sobre el yo: “que me olvidé de mí”.

Así pues, por amor podemos alejarnos de nuestros familiares o amigos. Sin embargo, comienza a problematizarse cuando la idea llevada a un punto extremo puede conducir a olvidarnos de nosotros mismos, y es esta vertiente es la que nos ha parecido llamativa:

El segundo bloque se trata del topos [+amor, +dolor], algunas frases son las siguientes:

Hemos observado unas vertientes un tanto destacables que proceden de esta misma idea y que se han extendido sobre los jóvenes:

  1. Los celos [+amor, celos]

Los celos son también un tipo de dolor, por tanto, [+amor, +celos] conduce a [+celos, +dolor].

Como todos sabemos, el tema de los celos procede de la tradición amorosa desde siempre. Sin embargo, actualmente está emergiendo una variante curiosa. Esta surge cuando un miembro de la pareja le pide al otro que sea celoso como demostración de amor, y es entonces, cuando interviene el interés: [+amor, +celos] → [+amor, +interés]:

Ya está Lara con sus reacciones, pero a mí me gustan, porque los dos somos celosos y eso demuestra que me quiere (La isla de las tentaciones, temporada 3, cap. 1)

Así pues, [+amor, +celos] es una forma de dolor [+amor+dolor], que en su forma extrema puede llegar a conducir al interés: [+amor+interés].

  1. La rabia [+amor, +rabia]

Otro tipo de dolor por amor se observa en la rabia: [+amor + rabia]:

  • Este tío que a mí me da rabia, pero que yo amo con todas mis fuerzas → [AMOR, pero/ por tanto RABIA] (La isla de las tentaciones, temporada 4, capítulo 8, 39:20).

El problema surge cuando esta idea se lleva hasta el extremo y, por tanto, [+amor, +rabia] pueda convertirse en: [+amor, +odio].

El tercer bloque se centra en el amor como anteposición a la razón [+amor, -razón]:

Esta idea a priori no nos sugiere nada, ya que en muchas ocasiones nos podemos guiar por nuestros sentimientos más que por la razón. Sin embargo, hemos observado algunos casos en donde se lleva a un extremo un tanto curioso:

  • Me pasé con el alcohol y perdí el control porque quería coger fuerzas para decirte que me gustas [+amor, -razón]→ [+ amor, – control] → [+amor, + locuras] (Élite, temporada 3)

En este caso, como el amor es contrario a la razón, conduce a la falta de control, y por ello, justifica hacer locuras.

El cuarto bloque se refiere al amor como justificación del perdón [+amor, + perdón].

Este apartado está en gran parte relacionado con el anterior, ya que como el amor no es razón [+amor,-razón], nos conduce en muchas ocasiones a perdonar [+amor, +perdón].

[+AMOR, -RAZÓN]

[+PERDÓN PORQUE +AMOR]

Yo a una persona por amor se lo perdono todo. (Élite, temporada 3, episodio 7)

A partir de esta idea, hemos observado que entre los jóvenes cada vez es más habitual perdonar cualquier infidelidad por amor:

En efecto, por amor no se puede perdonar cualquier cosa.  Un ejemplo es el caso de un juicio por violación a una menor, en donde se absuelve de delito a través de la idea del perdón:

Por tanto, vemos de nuevo que cuando estas ideas son llevadas hasta ciertos extremos, las actitudes son cada vez son más llamativas y cuestionables. Puesto que el amor no lo puede perdonarlo todo.

En el esquema siguiente observamos de forma gráfica toda la encadenación de topos presentados en esta entrada y cómo todos ellos llevan hacia un punto extremo, el cual hemos señalado en color rojo:

A partir de esta entrada hemos analizado diferentes ejemplos de discursos de uso real extraídos de fuentes actuales. Gracias a ellos, hemos realizado dos procedimientos. Por una parte, se han encadenado diferentes argumentos siguiendo un tema similar entre todos ellos. Por otra parte, dentro de cada grupo hemos realizado una gradación de ideas hasta encontrar una que llevada al extremo nos llamaba la atención.

Gracias al análisis hemos podido hacer un recorrido por los topos de temática amorosa más comunes en nuestra sociedad, y a raíz de ellos, hemos comprobado las nuevas vertientes que han surgido de cada uno.

En definitiva, con este análisis queremos aportar una visión actual de los discursos sobre amor entre jóvenes y permitir que el lector extraiga sus conclusiones a partir del análisis lingüístico aquí mostrado.

Alba Chacón Saura

Sin límites (II)

25/10/2022

A raíz de la entrada Sin límites, en la que se exponía un topos y una serie de formas tópicas derivadas que abarcaban el ámbito de lo físico, surge la posibilidad de observar cómo aquél se proyecta en la vida cotidiana a otros ámbitos como es el empresarial o el académico. Todo ello, partiendo una vez más de la teoría de la argumentación y los topoi, de Anscombre y Ducrot.

De nuevo, los anuncios publicitarios han sido claves, pero más aún los videos con mensajes que nos rodean en el día a día. En el plano educativo, obsérvese el siguiente ejemplo: “yo seré lo que quiera, tú serás lo que quieras, él será lo que quiera…”(La Salle).

Como se puede observar, se nos propone un vínculo entre nuestra voluntad y nuestro destino (+querer +poder) y es en centros como este donde impulsan a su alumnado hacia un futuro “perfecto” en el que el esfuerzo se convierte, una vez más, en condición necesaria y suficiente para conseguir sus objetivos (+esfuerzo +mejora), como se proponía en diversas ocasiones en el caso anterior.

Además, de esta idea derivan otras dentro del ámbito académico como “si no eres capaz de trabajar después de trabajar, esto no es para ti”, por lo que se entiende que la voluntad debe ir acompañada del esfuerzo y el sacrificio, aunque mientras que en el plano físico se relaciona con el dolor, en el ámbito empresarial se corresponde en muchas ocasiones con emprender. Para ello, obsérvese el siguiente ejemplo: “tus acciones hoy determinarán cuánto has avanzado al despertar mañana”. “De la misma forma que descansas sábado o domingo, otros están ahí fuera arrojando leña al fuego que les mantiene vivos”. Según estos ejemplos, alguien que no descansa y que da su máximo en el día a día parece ser que alcanza el éxito indudablemente y además, si sufre será que lo está haciendo bien: el dolor, como sinónimo de motivación y persistencia (“Han estado rotos por fracasar infinidad de veces y han sufrido tanto que entre lágrimas se juraron a ellos mismos no parar hasta conseguirlo”). Sin embargo, no hace falta que nos preocupemos si no hemos entendido bien las claves del éxito porque incluso hay pasos que podemos seguir para llegar a ser millonarios: “ten grandes sueños”, “lo importante para el éxito financiero es el tipo de persona que tienes que ser para ganar ese dinero y conservarlo”.

Con todo ello, podemos observar que la argumentación que se propone en términos generales es la de la voluntad ligada a nuestro destino y que de ahí parten otros razonamientos que entienden el deseo en clave de esfuerzo, emprendimiento, sacrificio o dolor como condiciones suficientes y necesarias para alcanzar el éxito (+esfuerzo / emprender +logros / éxito profesional y financiero). ¿Pero, entonces «levantarse antes que el resto de los mortales» te lleva a ser millonario?

El análisis de los ejemplos mencionados, que responden al topos inicial de partida, en el que querer es sinónimo de poder, la voluntad se corresponde con el esfuerzo y este conlleva el dolor casi como prueba de autenticidad, y nos conduce a conseguir los logros que nos propongamos, nos permite mostrar el mecanismo poco racional de estos topoi y nos lleva a plantearnos si realmente es una relación tan lineal y proporcional esa que vincula esfuerzo, dolor y éxito y, por tanto, si encajan o no en la teoría de la argumentación que presenta un enunciado como razón y el otro como conclusión directa, sin plantearse los fundamentos o límites del primero. O dicho de otro modo, si el enunciado posee o no razón suficiente. Hay motivos para pensar que esto no sucede en ninguno de los dos casos y que los ejemplos citados, más allá de sus objetivos propagandísticos o motivacionales, son topoi carentes de fundamento.

Natalia Gomila Chirivella

Sin límites (I)

25/10/2022

“Tú puedes con todo lo que te propongas”, “no hay nada que no puedas hacer”, “sin esfuerzo no hay recompensa” y otros discursos como estos están a nuestro alrededor en el día a día. Sin embargo, ¿realmente el ser humano carece de límites? El esfuerzo lleva a mejorar, pero ¿hasta qué punto?

El objetivo de esta entrada es ver cómo ciertos argumentos con base racional pueden haber derivado en conclusiones poco racionales. Para ello, aplicaremos la teoría de Anscombre y Ducrot en lo que atañe a la argumentación y los topoi, como reglas generales de razonamiento.

En primer lugar, resulta interesante observar cómo subyacen las ideas de las que partimos en la serie de ejemplos que exponemos a continuación: a saber, que cuanto más esfuerzo, más mejora (+esfuerzo +mejora) y que este primero, el esfuerzo, es lo que convertiría lo imposible en posible. Si nos centramos en anuncios publicitarios del mundo del deporte, donde se observa de manera clara lo que intentamos desarrollar, es representativo el ejemplo de marcas de deporte como Adidas con su lema impossible is nothing: “No existe el no puedo, el no me atrevo o el imposible” o videos motivacionales en los que subyace la misma idea: “Puedes escalar las montañas que desees, puedes hacer lo imposible, posible”, “un hombre sin metas es un hombre sin vida”. En Nike también encontramos diversos ejemplos en donde la idea base del esfuerzo, además, empieza a cobrar un matiz de dolor: “Hasta que no lo quieras tanto como respirar, nunca lo lograrás”, “no es cuestión de no caerse, es cuestión de volver a levantarse” o “si puedes correr una cuadra, corre una carrera, un maratón, rebasa a la estrella de la película”, “si puedes jugar a tenis, gánale a Serena”, todo lo cual concluye en última instancia con la frase célebre que en la década de los ochenta, tanto en películas como en música, se extendió entre la sociedad: no pain, no gain (“sin dolor no hay ganancia”).

Como se ha podido observar, en estos ejemplos se vinculan las capacidades físicas con los límites mentales, la voluntad con la capacidad y el resultado con la cantidad de esfuerzo aplicado de modo lineal, siguiendo la idea principal que hemos expuesto al principio. Los esfuerzos conducen a la mejora y si todo lo que nos proponemos lo vamos a lograr, entonces parecería lógico establecer que, a mayores objetivos y mayor esfuerzo, mayores logros (+objetivo/esfuerzo +logro).

No obstante, aunque a simple vista nos pueda parecer obvio el hecho de que el esfuerzo suele tener su merecida recompensa y ser condición de cualquier actividad humana, quizá habría que admitir que no actúa como una condición suficiente, de igual manera que el dolor y la ganancia (+dolor +ganancia) o el deseo y la mejora (+deseo +mejora) tampoco son proporcionales. Tal vez la cuestión radica en el hecho de concebir estos argumentos dentro de una relación lineal. Sabemos que el esfuerzo es necesario para conseguir nuestros objetivos y que conlleva cierto sufrimiento, pero ¿hasta qué punto hemos extendido tanto este hecho como para afirmar que el ser humano no tiene límites y que sufrir es bueno o garantiza logros? El esfuerzo y más, entendido como dolor, puede sobrepasar sus límites y causar daños irreparables.

Resulta interesante echar la mirada atrás y ver cómo ciertas ideas comúnmente admitidas pueden generar otros argumentos que derivan de ellas. En su conjunto forman razonamientos de los que la sociedad saca conclusiones. Sin embargo, y tras el análisis realizado, ¿podríamos considerar que se han generado de manera acrítica?

En conclusión, los argumentos presentados son los que permiten, como señala el marco teórico de Anscombre y Ducrot, que mientras un enunciado funcione como razón, con o sin fundamento por muy admitida que sea, el otro se presente como conclusión. Cosa muy corriente en nuestra sociedad actual, cuando realmente debemos considerar dónde están los límites de su racionalidad y cómo una idea aparentemente razonable puede sobrepasar con suma facilidad estos últimos.

Natalia Gomila Chirivella

   En las circunstancias actuales, es común oír frases que siguen el esquema de no se puede organizar una guerra en Europa en el siglo XXI (20minutos, 12/04/2022), que expresan sorpresa o desacuerdo sobre que siga habiendo conflictos armados en Europa y, además, bien entrado el siglo XXI. Esta argumentación juega con los conceptos de Europa, siglo XXI y guerra. A continuación, intentaré exponer brevemente cómo considero que se utilizan estos tres elementos. Para ello, me basaré en dos conectores (por tanto y pero) y en cómo se relacionan con los elementos conceptos mencionados. Después, trataré de explicar por qué creo que este tipo de argumentación puede ser irracional.

   Como ya se ha apuntado, las relaciones que se establecen en una frase como no se puede organizar una guerra en Europa en el siglo XXI son entre el concepto de [EUROPA] y el de [PROGRESO] y el de [TIEMPO] y [PROGRESO]. Cabe preguntarse ahora cómo funciona esta relación. Para tratar de ilustrarlo utilizaré estos dos pares de frases:

   1a) Soy europeo; por tanto, estoy en contra de la guerra.

   1b) Estamos en el siglo XXI; pero hay guerra.

   2a) Soy europeo, pero estoy en contra de la guerra.

   2b) Estamos en el siglo XXI; por tanto, hay guerra.

   Las dos primeras son frases perfectamente normales, muy similares a cualquiera que podamos leer o escuchar en cualquier medio de comunicación estos días: el mensaje es estoy en contra de la guerra. Además, no plantean problemas como argumentos, son asumidas sin muchas dudas por casi cualquier interlocutor y a primera vista son, además, razonables. Este primer par de frases relaciona los conceptos ya apuntados: [EUROPA] y [GUERRA] y [TIEMPO] Y [GUERRA]. Dejemos estas frases aquí por el momento.

   Respecto al segundo par de frases, sin embargo, sí hay un problema: algo al leerla nos dice rápidamente que no es normal. Estas frases tan extrañas relacionan exactamente los mismos conceptos que el par anterior, tan razonable: [EUROPA] y [TIEMPO] y [PROGRESO].

   Por tanto, ambos pares de frases transmiten exactamente el mismo mensaje (estoy en contra de la guerra) y juegan con los mismos conceptos, con lo que resulta evidente que el problema no está en el contenido, sino en la forma. El lector atento ya se habrá dado cuenta de cuál es el problema: cómo se conectan las nociones de [EUROPA] y [TIEMPO] con la de [GUERRA]. Mientras que en el primer par la conexión que realizan por tanto y pero resulta razonable, en el segundo estos mismos elementos vuelven las frases extrañas.

   La diferencia es que, mientras que unidades como por tanto sirven para enlazar el argumento (soy europeo o estamos en el siglo XXI) con una conclusión esperable (estoy en contra de la guerra), unidades como pero solo sirven para enlazar argumentos con conclusiones no esperables. Es por eso que el segundo par de frases resulta extraño: el 2a), porque se salta las normas del pero y enlaza un argumento con una conclusión sí esperable; el 2b), porque se salta las normas del por tanto y enlaza un argumento con una conclusión no esperable.

   De este largo ejemplo podemos deducir que existe en la sociedad una manera concreta de relacionar estos conceptos que es percibida como razonable. Esta manera concreta de estructurar los conceptos es llamada topos. Este topos puede explicarse con el siguiente esquema:

   Por tanto, cualquier intento de saltarse estos dos topos, esta manera de relacionar conceptos, será percibido como no razonable, igual que seguir los topos será percibido como una argumentación perfectamente razonable.

   Explicada, pues, estas relaciones, toca preguntarse si son o no racionales. Empezaremos por la primera, que enlaza [EUROPA] y [AUSENCIA DE GUERRA]. Este topos establece una relación que se podría parafrasear como a más Europa menos guerra. Es decir, la relación no es estática, como hemos sugerido hasta ahora, sino que se mueve en una escala. En mi opinión, el problema en este caso es que se está estableciendo una vinculación entre un lugar, que es algo físico, y una cualidad, que es algo abstracto. Como resultado de este proceso obtenemos una identificación plena entre un lugar y un rasgo, una metonimia de [EUROPA] por [PROGRESO], por [AUSENCIA DE GUERRA], una relación prácticamente de sinonimia entre dos entidades completamente distintas: una está en el plano de la realidad, otra en el de los conceptos. La identificación plena de un lugar con una cualidad se construye, pues, de esta forma.

   En cuanto a la segunda relación, la que enlaza [TIEMPO] y [AUSENCIA DE GUERRA], la vinculación podría parafrasearse como a más tiempo menos guerra. Por tanto, vemos de nuevo que esta vinculación de la que hemos estado hablando se revela como dinámica, inserta en una escala. A mi juicio, el problema con esta vinculación de a más tiempo menos guerra es que la escala ascendente que representa (cuanto más tiempo pasa más progreso hay, y por tanto menos guerra) ha sido establecida como absoluta y no como relativa. Es, a mi juicio, razonable si se enuncia como una línea solo ascendente, pero no si se convierte, además, en lineal.        

   Sin embargo, lo que ocurre al transformar la escala en lineal, en absoluta, es que no permite una mínima contradicción, como sería introducir el concepto [GUERRA] entre el punto A y el punto B. En mi opinión, el convertir una relación en una progresión que no admite contradicción hace que esta sea irracional.

   En esta breve entrada hemos explicado cómo el concepto de [PROGRESO] se ve alimentado en ciertas argumentaciones por los conceptos de [EUROPA] y por el de [TIEMPO], como elemento superior de la escala [TIEMPO]. He explicado también por qué creo que ambas relaciones, ambos topos, son irracionales: el primero, unir plenamente una realidad física con una noción abstracta y realizar una metonimia de uno por otro; el segundo, por convertir una progresión ascendente en una lineal, por convertir algo relativo en algo absoluto.

   Finalmente, considero que argumentos de este tipo cubren nuestro día a día y en muchas ocasiones pretenden situarse como argumento. El resultado es una estructura realmente difícil de desmontar. Creo que, en favor del espíritu crítico, conviene estar alerta ante estas construcciones.

Lorenzo Daza Prado