Vivimos un momento convulso y de incertidumbre, tenemos demasiadas cosas en las que pensar y formamos parte de una sociedad estresante. Debemos cumplir expectativas en todo momento pero hay situaciones que se nos pueden resistir, somos humanos y todos tenemos momentos de debilidad. Hay muchas cosas de las que preocuparse, pero el dinero no es una de ellas, puesto que el banco es nuestro amigo y nos ayudará. Esto es lo que trata de mostrarnos la nueva campaña publicitaria de Banco Mediolanum.

[https://www.youtube.com/watch?v=1Ln9x_fpeDM]

 

«Llámalos entrenadores, coach, maestros… si quieres. Son los que te enseñan, los que te guían, los que se esfuerzan para que te esfuerces. Para sacar lo mejor de ti, tú solo lo tendrás más difícil, los necesitas para alcanzar lo inalcanzable. Te exigirán, te motivarán y verán en ti lo que nadie más puede ver… ni siquiera tú. Entrenadores, coach, así nos sentimos en el banco con nuestros clientes, por eso llevamos más de 30 años ayudándoles a alcanzar sus metas, porque cuanto más lejos lleguen ellos, más lejos lo haremos nosotros… Mediolanum ¿Cuáles son tus metas?»

El anuncio se inserta dentro de la campaña “¿Cuáles son tus metas?” por parte de la entidad bancaria. Este spot usa las características de las palabras “coach”,  “entrenador” y “maestro”. Son voces parecidas, pero no significan lo mismo; de hecho, se encuentran definidas de diferente manera por la R.A.E. La Academia define al profesor como “persona que ejerce o enseña una ciencia o arte”; entrenador como “persona que entrena” y el coach como “persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal”.

No es fortuita la selección  de estas palabras, ya que consigue una gradación a partir del orden de los términos utilizados. Comienza con la figura del profesor, asociada a la vida educativa del usuario; continúa con la figura del entrenador, que se inserta en un ámbito más ligado al bienestar físico de la persona y acaba con el coach, de la que tomará la idea de superación, de alcanzar los logros. Se servirán de esta última figura «Verán en ti lo que nadie más puede ver», para distanciarse de la competencia; de hecho, su objetivo es ayudar al usuario a cumplir sus objetivos. Pretende presentar la figura del banco como algo más que un banco, una suerte de personificación que consiga atraer al usuario.  

Así pues, se sirven de estos tres términos para conseguir transmitir una imagen positiva del banco: la entidad bancaria como guía busca despertar las relaciones interpersonales entre el usuario y la empresa, posicionándose como un coach, en este sentido, persona que asesora para obtener el máximo beneficio de los propósitos.

La narrativa del anuncio se articula a partir del adverbio “así”. «Entrenadores, coach, así nos sentimos en el banco con nuestros clientes». Se observa que el anuncio se divide en dos partes, una primera en la que se describe la función del coach y una segunda en la que se asignan dichas propiedades a la entidad bancaria a partir del adverbio. Este uso de la comparación consigue una atribución de los rasgos expuestos anteriormente en el spot (todos ellos positivos) «verán en ti lo que nadie más puede ver». Con esto, se pretende transmitir una imagen que lleve al usuario a confiar en la entidad. 

Sirviéndose de la comparación, extienden la imagen de la entidad más allá de su propio rango de acción, «porque cuanto más lejos lleguen ellos, más lo haremos nosotros». El banco se mueve por intereses, por acciones, por una suerte de relación causa-efecto, con lo que se observa una vinculación entre el préstamo (causa) y lo que se consigue con él: las metas (beneficio, felicidad). Pese a que se presenta como una relación directa, sabemos que está mediada, ya que todo préstamo está ligado a unas comisiones, hecho que contrasta con la visión del coach que ayuda a conseguir los objetivos.

A modo de conclusión, por un lado, se debe analizar si la superación personal (objetivo principal de un coach) se consigue, puesto que el banco ayuda a gestionar cuentas, ahorros y se reduce a lo más material, dejando de lado toda la subjetividad y la motivación presentada, ellos buscan la confianza del usuario para continuar con el negocio. Por otro, tratar de comprender el significado de las metas que se propone en el anuncio, ya que se sirve de un concepto ambiguo, pero que se puede entender a partir de la relación causa-efecto, consecuencia-beneficio. En la primera se encuentra la más cercana al usuario: ofrecer un préstamo para conseguir un objetivo/meta (una ayuda para reflotar un negocio), mientras que en la segunda encontramos la consecuencia, como se recibe una ayuda, el banco es beneficiado por el usuario al tener que devolver unos intereses, con lo que se obtiene un interés por la ayuda.

Se puede observar que la narrativa de los anuncios bancarios ha cambiado desde la llegada de la crisis: mientras que anteriormente eran anuncios más directos y con datos (por ejemplo, se anunciaba un 5% de bonificación), ahora se encuentran anuncios más enfocados en llamar la atención del usuario a partir de una narrativa, como se puede ver con los anuncios de Cofidis [REFERENCIA CRUZADA].  

 

Víctor Zalve

 

 

El transcurso del tiempo motiva el surgimiento de nuevas generaciones, caracterizadas, en principio, por ubicarse dentro de un periodo acotado. Con ellas, se dan a conocer insólitas denominaciones que intentan definir, con mayor o menor fortuna, a esos grupos emergentes. Ejemplo de ello es la polémica etiqueta de los millennials, de la que mucho se habla últimamente. Sin embargo, en una época de crisis, también se imponen las diferencias generacionales. Y de esto se ha hecho eco el mundo de la publicidad, en el que el tratamiento del discurso generacional constituye uno de los temas fundamentales en la actualidad.

En la presente entrada analizaremos el caso de Audi, empresa que se sitúa “a la vanguardia de la técnica”. Comprobaremos que en uno de sus anuncios más recientes, que lleva por título “Bienvenido a la generación Q”, ha optado por una apropiación del discurso generacional.

https://www.youtube.com/watch?v=-_GrUxMaVfo

En este anuncio, una voz en off presenta algunas de las generaciones que se incluyen en la sociedad contemporánea: “la generación moderna”, “la de siempre”, “la generación perdida”, “la de los millennials”. Esta narración se sirve de material gráfico para ilustrar cada una de ellas. De este modo, los modernos se atreven con looks de infarto, los de última generación se adentran en el mundo de la realidad virtual o los de la generación perdida sobreviven en lugares olvidados. Además, la música de fondo, a modo de secuencias, introduce una generación después de otra, precipitando la acción hasta el cierre del anuncio: “Hay un nombre para cada generación, y se supone que el año en que naciste marca la tuya… se supone”.

Llegado a este punto, el espectador es bombardeado por una serie de imágenes cuya finalidad es otorgar visibilidad a los diferentes modelos de coche que se integran en esta generación, los cuales se acercan apresuradamente hacia la cámara. En última instancia, aparecen los cuatro modelos (Q2, Q3, Q5, Q7) con sus correspondientes faros encendidos en señal de invitación. En ese momento, el título del anuncio adquiere sentido.

La estrategia empleada por el anunciante consiste en eliminar las fronteras establecidas entre las diferentes generaciones; es decir, todas ellas son colocadas en un mismo nivel, aunque presenten rasgos individuales. En este sentido, la forma “se supone” permite un distanciamiento del criterio cronológico y posibilita el establecimiento de un nuevo criterio que da lugar a la generación Q. El primero se caracteriza por imponer barreras que encasillan al individuo, mientras que el segundo ofrece una alternativa unificadora que sirve como vía de escape: no importa el grupo en el que uno esté inscrito porque Audi dispone de una generación de coches pensada para cada individuo.

Según lo dicho, cada uno de los cuatro modelos de la compañía (Q2, Q3, Q5, Q7) se identifica casualmente con un grupo determinado (“la generación de siempre”, “la generación de última generación”, “la generación perdida”, “la generación de los millennials”). Así, el nuevo criterio se configura como el mejor método para caracterizar a la sociedad, en la que el papel protagonista es ejercido por la generación Q.

Como consecuencia, la designación de generación Q, que representa todo posible comprador, justifica que el producto esté dirigido a diversos segmentos de mercado o generaciones.

En conclusión, el análisis de este anuncio ha permitido observar el funcionamiento de una de las tantas estrategias empleadas por el mundo de la publicidad, esto es, la apropiación del discurso. Concretamente, hemos comprobado que el uso de la forma “se supone” permite un distanciamiento del criterio cronológico al que se ciñen las distintas generaciones; en su lugar, se establece un nuevo criterio unificador, el propio, que otorga una mayor amplitud al concepto.

La descripción del producto brilla por su ausencia. El anuncio no se detiene en dar detalles sobre las características físicas de cada vehículo, sino que opta por dirigir la atención sobre un aspecto que no está basado en criterios objetivos: la identificación entre el espectador y la nueva generación. De esta manera, ahonda en la realidad social más inmediata y abandona falsos estereotipos, pues estos coches no te permiten dominar la carretera, pero sí los estragos del tiempo. La cuestión queda en el aire: ¿eres o no eres de la generación Q?

 

Carlos García Núñez

 

 

La palabra gratis ha aparecido con determinados usos en los anuncios a lo largo de la historia. Con la llegada de la crisis española en el 2008, la televisión muestra constantemente anuncios que ofertan una serie de servicios gratuitos, tales como aseguradoras y compañías telefónicas. El hecho de observar campañas publicitarias que ofrecen productos sin coste alguno capta la atención del receptor. Estas campañas  condicionan al consumidor a cumplir una serie de requisitos y condiciones que son necesarias para el cumplimiento de la oferta. Mediante la información que aparece en una tipografía inferior a lo largo del anuncio, se observa como estas promociones no muestran las condiciones de una manera tan accesible como los productos que ofertan.

 

El significado de esta palabra es “adquirir algo a cambio de nada”. La RAE la define en su segunda acepción como un adverbio “de manera gratuita o sin coste”, por tanto, no debería existir ningún requisito que dificultara el procedimiento mediante el cual el producto o el servicio que se ofrece pueda obtenerse de una manera “gratuita”. Sin embargo, ¿significa actualmente la palabra gratis, “sin coste”?

 

La campaña publicitaria que utiliza Jazztel en enero del 2017, representada por Christian Gálvez, https://www.youtube.com/watch?v=o1MiOOsXsV4, es una ejemplificación de uno de los usos que ha adquirido en los últimos años de crisis. Tras el análisis del anuncio, se observa cómo las letras que están en una tipología de menor tamaño muestran una serie de requisitos y condiciones que la empresa requiere. Esta información es la que determina qué es lo que el cliente puede obtener de una manera “gratuita” y  cuál es la condición que debe cumplir.

 

 

Precios IVA incluidos. Las nuevas altas en zonas de cobertura de fibra en enero de 2017 de Packs sin límite, primer mes gratis, Fibra 50 MB y tarifas móviles de contrato con portabilidad compatibles, tendrán un precio de 45,13€ /mes, compuesto por Fibra 50 Mb, 24,14€/ mes (ahora promo gratis el primer mes y luego 50, es decir, 12,07% hasta el 30/04/2017 siempre que se mantenga el servicio contratado hasta dicha fecha), cuota de línea 20,99€/ mes. Minutos ilimitados 3GB (a un máximo de 150 destinos en territorio nacional) por 12,01€/mes.

 

La empresa oferta mediante el anuncio el primer mes de contrato de la línea y un smartphone y una tablet, de manera gratuita. Sin  embargo, no especifica explícitamente cuál es la condición que debe tener ese mes para que el contrato sea gratuito y el cliente obtenga el smartphone y la tablet. Este tipo de información se puede encontrar en la página oficial de la empresa, es decir, no se muestra en el anuncio. Mediante la información obtenida, la empresa ofrece un mes gratuito sí  y solo sí se contrata una tarifa con un precio igual o mayor de 45, 13€/mes y compuesto por una Fibra de 50 MB. Con el cumplimiento y contrato de esta tarifa, se regalan un móvil y una tablet,  el primero de la marca Huawei y la tablet de la propia empresa, es decir, se ofrece como gratuito un producto que tiene un menor coste para Jazztel.

Por tanto, el cliente tiene que tener en cuenta este requisito. Si lo que se publica en el anuncio es una tarifa de un primer mes gratis y dos productos gratuitos, la tipografía de menor tamaño especificaría que son “totalmente gratuitos”.

Puesto que la condición de la oferta debe cumplirse totalmente, se puede analizar el requisito para calcular cuál sería el precio final de la fibra, que no aparece explícitamente en el anuncio. El requisito es “una tarifa de cobertura fija y gratuita el primer mes con una Fibra de 50M”. Si se cumple la condición que se exige, se obtendrá una tarifa a mitad de precio, a partir de los siguientes meses.  

 

 Por tanto, la palabra gratuito se ha generalizado en su uso, tal y como observamos en este anuncio. Sin embargo, cuando aparece va acompañada de unos ciertos requisitos que el cliente debe cumplir para que se dé. Además, ha experimentado un nuevo uso, ya que no implica que su aparición indique que nos ofrecen algún producto “sin coste”, como se define en RAE, sino que se le imponen una serie de condiciones al receptor, como se muestra en la tabla siguiente:

 

En este sentido, el receptor confía en el sentido primario de la palabra gratuito que aparece en RAE. Sin embargo, tiene que  inferir una serie de condiciones o requisitos que debe cumplir.

 

Mediante esta tabla, se muestra el requisito y lo que ofrecen, además, el cumplimiento de esta condición permite el acceso a la tarifa, mientras que el incumplimiento de esta anula totalmente la oferta. Si se contratan 50 MB, pero la línea es de 24,14€/mes  el primer mes no sería gratuito y no obtendría el móvil y la tablet. También podría contratarse una línea de 45,13€/mes pero con 40 MB, volvería a anularse la tarifa. Por tanto,  si una de las condiciones no son cumplidas, se descartan el resto de condiciones y se anula totalmente la oferta.

 

En la publicidad analizada se ha dicho que es gratuito poder obtener  los dos productos y una tarifa gratuita el primer mes, omitiendo cualquier tipo de información relativa a los requisitos que deben cumplirse: es decir, no aparece la información verdaderamente relevante que, además aparece de una manera diferente con una tipografía de menor tamaño.

Por tanto, lo que ofrecen como gratuito tiene un coste de 45,13€/mes, siendo este el precio mínimo que debe pagar el cliente para disfrutar del primer mes de línea gratis, de un móvil Hawuei y de una tablet de la propia empresa. El coste anual de lo que se considera como gratuito sería de 496,43€. El cumplimiento de este requisito, el precio de la tarifa mensual y los megabytes correspondientes, determinan cuál es el coste de lo gratuito. El receptor debe inferir las condiciones que no se muestran de una manera tan directa como los productos que promocionan como “gratuitos”.

 

Noelia De la Torre

 

 

¿Qué tienen en común una compañía de seguros del hogar, un anuncio de coches y uno de bancos? Las emociones que ellos despiertan. En los anuncios de la actualidad ya no se suele ofrecer un producto que por sus características deba ser comprado, sino que se sugiere y se despierta una sensación. Analizaremos en esta línea dos anuncios de Prosegur, uno del año 2015 y otro del 2017.

En primer lugar, Prosegur lanzó una campaña en el año 2015 (https://www.youtube.com/watch?v=lIIE7yK_5w8) que fue diseñada para difundirse por televisión y, que forma parte de una campaña publicitaria mayor, en la que se incluyen, además, varias cuñas para la radio, noticias pseudo-informativas (https://www.prosegur.es/newsdetails/publicidad-prosegur-2015) para revistas y periódicos de alcance nacional.

En el anuncio se describe el proceso de selección de la casa que va a entrar a robar un ladrón. Ante su mirada desfilan varias imágenes, con un claro parangón con La ventana indiscreta, y, finalmente, elige la vivienda que va a entrar a robar. El método de selección del ladrón es mediante una canción de corro que determina la elección de la casa que se prevé, va a robar. Solamente deja el ladrón momentáneamente de cantar la canción cuando articula dos indicaciones: un suspiro y la palabra “aquí”. El suspiro es pronunciado por el ladrón cuando se sitúa la imagen delante del cartel amarillo de Prosegur y decide buscar otra vivienda. Dicha vivienda será la escogida cuando dice “aquí” delante de una casa “protegida” por un seguro de la competencia.

 

El anuncio genera en nosotros la sensación de peligro (“retórica del miedo”) con el fin de conseguir un beneficio, en este caso, vender un producto. Asimismo, se produce la inquietud de presenciar el riesgo de un atraco inminente que no podemos evitar. Esta emoción se fundamente en el hecho de que hay alguien al que no podemos ver porque no aparece de frente. Nosotros somos meros espectadores, lo único que podemos hacer es contemplar mediante los prismáticos lo mismo que observa el ladrón; sentimos, oímos y percibimos como lo hace él, por tanto, somos parte de ese actante que va a atacar. Por si fuera poco al hecho de despertar la intranquilidad por no tener el control ni de la propia seguridad se añade el azar, porque cualquier casa le sirve para cometer su robo. Por tanto, se podría esquematizar el anuncio del modo siguiente:

Además, el anuncio cuestiona la seguridad que ofrecen otras compañías. ¿Qué es la seguridad? Como la definición que ofrece el DRAE es: «cualidad de seguro» (http://dle.rae.es/?id=XTrIaQd), recogemos la explicación de “seguro”:   

Al mismo tiempo, cuestiona el concepto de “seguridad” que tenemos en nuestra mente (SEGURIDAD*). Para unos, la seguridad puede ser estar encerrado en una casa, usar cerrojos y puertas blindadas. Sin embargo, Prosegur nos ofrece otro concepto, su seguridad, “la verdadera seguridad” (SEGURIDAD**). El primer tipo de “seguridad” sería el que califica a aquellas casas que tienen contratado el seguro con otra compañía y las que ni siquiera tienen un seguro del hogar. En cambio, el anuncio presenta que la seguridad de verdad es la que ofrece Prosegur. A partir del anuncio se dibuja una gradación entre dos tipos de personas: las que tienen y las que no tienen contratado Prosegur.  Dicha escala de la seguridad se puede representar así:

[El código de colores no es arbitrario, además de seguir la gradación de los colores del semáforo, sigue el mismo código de los otros esquemas siendo el rojo la seguridad en negativo, el amarillo el azar y el verde Prosegur]

Por si esto fuera poco, la propia compañía se encarga de publicar noticias acerca del aumento de la delincuencia en los hogares (https://ccooprosegurgranada.blogspot.com.es/2016/08/prosegur-alerta-de-un-aumento-de-los.html).

Habría que formularse si verdaderamente está justificado ese miedo. Los datos del Ministerio del Interior nos indican que en el año 2015 bajó casi un 3% el índice de criminalidad en España, concretamente, respecto a los robos con fuerza en domicilios un 6,1%:          http://www.interior.gob.es/prensa/noticias/-/asset_publisher/GHU8Ap6ztgsg/content/id/5607116. Por tanto, generar miedo en el espectador pasa a ser una estrategia de márquetin más para contratar un seguro del hogar ya que, creando una necesidad, se incentiva el consumo y se genera un nuevo consumidor. Pero, ¿es esta la única estrategia posible para publicitar un seguro del hogar? [Aquí yo remitiría a la otra entrada].

 

 Tranquilidad y seguros: ¿una pareja irreconciliable?, Teresa Cuesta Esteve

¿Qué sugieren estas imágenes: una mujer desperezándose en una hamaca, unas piedras relajantes y un libro y una taza de café? Tranquilidad, relajación, ¿seguridad? A continuación, compararemos la campaña de mayo de este mismo año de Prosegur cuyo eslogan indica: «En Prosegur no metemos miedo, te ofrecemos tranquilidad» https://twitter.com/Prosegur_Es/status/864889614804320257 con una analizada en una entrada anterior.

 

Pese a lo que podría parecer, Prosegur no ha cambiado tanto la orientación argumentativa, puesto que no solo ofrecen el mejor de los seguros, también “tranquilidad”. Lo que se esquematizaría así:

El cambio argumentativo se fundamenta en que ahora solamente se relacionan conceptos positivos al hecho de contratar un seguro del hogar. Mientras que, como veíamos en el anuncio del 2015, es esperable que una compañía de alarmas relacione sus servicios con ladrones y con el miedo. Sin embargo, ahora abogan por la utilización de imágenes que asociamos con la tranquilidad y el disfrute, así como con otras relacionadas con la familia; sin hacer referencia alguna al producto. Además, en ambas campañas publicitarias se mantiene el mismo hilo conductor del miedo como discurso argumental. El miedo que antes se sugería, pasa a indicarse explícitamente.

Además, en el eslogan: «En Prosegur no metemos miedo, te ofrecemos tranquilidad» aparece “ofrecer” que es un verbo transitivo cuyo complemento directo es tranquilidad. El Diccionario Panhispánico lo define como: «Dar [algo] a alguien’ y ‘poner(se) a disposición de otra persona’» http://lema.rae.es/dpd/?key=ofrecer.  En este enunciado hay alguien (que no sabemos quién es, como tampoco sabíamos quién era en el otro anuncio) que realiza dos acciones: no meter miedo y dar un objeto directo abstracto. El actor de los dos anuncios es fácilmente reconocible puesto que en el primer caso es un ladrón y en el segundo, Prosegur. Dicho sujeto sería cercano porque el uso de la primera persona del plural hace que se aproxime más al destinatario de la acción que si usara una tercera persona del singular.

Pero, ¿se puede ofrecer “tranquilidad”? Solo de forma metafórica, es decir, lo que vende Prosegur es su seguro del hogar así que se hace la siguiente equiparación: tranquilidad = plan de protección. Y esto es lo que ofrecen puesto que la tranquilidad no se puede dar, solamente se puede transmitir y sugerir. De este modo, lo que de verdad nos proporcionan es el efecto del producto que venden, no el producto en sí; la consecuencia de tener el seguro contratado con Prosegur es la tranquilidad. Por tanto, hay una transferencia metonímica del significado, porque tranquilidad no es la «cualidad del tranquilo» que dice el DRAE, es decir, del que está «quieto, sosegado, pacífico» http://dle.rae.es/?id=aI6XTlc; tranquilidad es Prosegur. Solamente su plan de protección ofrece una verdadera tranquilidad. Del mismo modo que solamente su seguro es el que verdaderamente nos protege de posibles robos, como veíamos en el anuncio anterior.  El miedo deja de ser algo que es necesario despertar, para partir de él y ofrecer una solución.

Las diferencias entre las dos estrategias publicitarias no acaban ahí. Los colores que predominan en el primer anuncio son azules oscuros, grises, blancos, etc., en cambio, en el segundo impera la luz, mediante grandes focos de luz que iluminan los espacios y el uso de azules claros, blancos, tonos vivos y líneas curvadas amarillas que emulan sonrisas. Además, frente a la tranquilidad del día, la paz y el momento de relajación del segundo anuncio; el primero se sitúa a la caída del día, ante una oscuridad inminente, con todas las connotaciones que tiene la noche y la oscuridad, asociadas comúnmente al miedo y al peligro. También son diferentes las asociaciones que nos despiertan los anuncios, es decir, el primer anuncio nos hace pensar en un ladrón y en todo lo que eso conlleva, la amenaza, la oscuridad, el riesgo inminente; sin embargo, en el segundo aparecen elementos relacionados con la tranquilidad, con el tiempo libre y con el disfrute. Alguien que tiene miedo está atrincherado en su casa no como en este último anuncio en el que el disfrute se genera estando en casa y, quizás, por estar en casa, en una casa -podríamos añadir-, segura y tranquila. Cuya tranquilidad depende de forma directa de Prosegur. Esta compañía de seguros que antes solamente era capaz de ver los peligros que acechaban a nuestra casa – y a nosotros- desde fuera, se convierte ahora en alguien cercano que forma parte de nuestro día a día y que es capaz de generar en nosotros la misma sensación de tranquilidad y bienestar que unas piedras de un jardín zen, un café y un libro. Esto hace que dudemos si seguimos hablando de seguros, del mismo modo que dudábamos cuando veíamos los anuncios de yogures y de automóviles de otras entradas.

 

Teresa Cuesta Esteve

Bankia

11/09/2017

La crisis ha llevado a muchos negocios a tener que tomar decisiones importantes y, a veces, no acertadas, pero para no perder clientes se han tenido que renovar ya sea con nuevas ofertas o dando una nueva imagen de la empresa ante el público.

En esta entrada se va a analizar la retórica del anuncio de Bankia que se emitió en 2015, tras la salida de la crisis. Este comienza con una voz en off que narra:

https://www.youtube.com/watch?v=y4es9cxtRik

Aquello que no cuesta esfuerzo no nos levanta antes de que salga el sol para luchar por ello.

Las cosas fáciles no nos empujan a superarlas para demostrar de lo que somos capaces, no nos enseñan lo que es el orgullo y el amor propio, y no nos hacen arder de ganas por dentro.

Nadie que esté orgulloso realmente de algo dirá que le resultó sencillo.

Y sí, merecer tu confianza no será un reto fácil, pero solo conocemos un camino para conseguirlo [eslogan: sigamos trabajando]

En el anuncio se muestra a un hombre que se levanta y sale a correr a las 5 de la mañana. A medida que avanza ve abrir una pescadería, un bar y a unos barrenderos limpiando las calles.

En primer lugar, estas imágenes tienen una intención apelativa con el propósito de acercarse al público mostrando una situación cotidiana. Son personas con las que cualquiera se puede sentir identificado o reconoce como parte de su vida.

Todas las actividades que se muestran conllevan un esfuerzo, ya no solo representado por el corredor y su constancia, sino también por los trabajadores al levantarse a esas horas intempestivas para tener a primera hora de la mañana sus locales preparados. Este es un trabajo continuo que aporta una gratificación, un orgullo propio que solo se tiene tras haber superado las dificultades.

Surge la idea de que el esfuerzo equivale a orgullo.

Para ello se expone al espectador una serie de conceptos como superación, amor propio, metas y merecer. Esta última es la palabra clave. Veamos qué dice la RAE sobre “merecer”:

“1. tr. Dicho de una persona: Hacerse digna de premio o de castigo. U.t.c. prnl. Te mereces un premio.”

Según esto, “merecer” es un proceso ya terminado cuya consecuencia es un castigo o una recompensa. Aparece al final del anuncio: “merecer tu confianza no será un reto fácil”. En este caso se quiere merecer la confianza de los clientes, sin decir el motivo de la pérdida. Por lo que para Bankia la crisis ha finalizado y ahora busca una recompensa por su trabajo, la confianza de los clientes aun sabiendo que no será fácil.

En segundo lugar, a lo largo del anuncio se hace referencia constantemente a “nos”, “nos levantamos”, “nos empujan”. Este “nos” es un elemento incluyente, es decir, agrupa tanto al receptor como al emisor y los pone a ambos en el mismo nivel jerárquico, quiere mostrar que ellos son uno más. Con esto Bankia se personifica y se identifica con ese corredor y con los trabajadores mediante la aplicación de sus cualidades.

Así que parece que hable de la gente, pero en realidad está hablando de la misma entidad bancaria, como se ve en el eslogan “sigamos trabajando”. Esta referencia se muestra con el uso del plural excluyente “sigamos” frente al plural incluyente de todo el espacio publicitario, ahora son ellos los que tienen que seguir trabajando.

Finalmente, hay un momento de ruptura en la última parte de la narración: “Y sí, merecer tu confianza no será un reto fácil, pero solo conocemos un camino para conseguirlo [eslogan: sigamos trabajando]”. En el anuncio hay un gran número de elementos negativos como “no” o “nadie” pero esta parte comienza con un elemento de antítesis enfática “y sí”, un “sí” rotundo que rompe con la negatividad para introducir el final y el eslogan.

En conclusión, aquí Bankia no está vendiendo ni ofreciendo nada, sino que tiene la intención de mostrarse con los valores propios del trabajador que levanta su negocio con esfuerzo para que haya identificación por parte de los espectadores, como si fuera uno más. Apela a su sensibilidad con unas imágenes que despiertan la empatía de las personas y mediante elementos lingüísticos con los que todos se sientan identificados.

 

Silvia Contelles Vicent

Tomando como cuerpo de estudio las campañas publicitarias de la empresa de seguros Mapfre, haremos una lectura transversal de cómo los mensajes que transmiten se adaptan a cada uno de los momentos de crisis vividos en España y cuál es la lectura que extraen los oyentes en cada caso.

A la hora de contratar una póliza los consumidores tienen una idea clara de lo que desean: reforzar la seguridad, ya sea de sus bienes materiales, como coches o casa, o de su propia integridad, como en el caso de los seguros de vida.

Cada uno de los anuncios seleccionados para este estudio pertenece a un punto concreto de la situación económica española, y servirá para justificar las siguientes conclusiones: el primero aparece en el marco del inicio de la crisis (2009), donde veremos que se potencia el rasgo FAMILIARIDAD para reforzar el mensaje de seguridad; el segundo en plena recesión (2013), en que esa seguridad se asimila a un factor +AUTORIDAD; y el último en la aparente salida de la crisis (2016), donde comienzan a aparecer discursos con un tono más relajado que se adscriben al sema +SEMEJANZA.

 

→ 2009

“El seguro de hogar Mapfre cuida de ti como una madre, porque Mapfre no hay más que una”.

 Anuncio Mapfre «Madres»

 

→ 2013

“Así es Mapfre, personas que cuidan de personas”.

Anuncio Mapfre «Rafa Nadal»

 

→ 2016

“Siempre creí que Mapfre no era para mí; pero ese precio… me he quedado loca”,

Anuncio Mapfre «Me he quedado loca»

 

Si se toma como punto de partida para nuestro análisis el emisor que encarna cada narrador enseguida nos daremos cuenta de que son tres muy diferentes. En el primer caso, Mapfre no hay más que una, se emula la construcción de un refrán popular; en el segundo es Rafa Nadal, como criterio de autoridad por pertenecer a la esfera pública, quien toma la palabra; y en el tercero los emisores son dos personas anónimas de clase media.

¿Qué conclusiones podemos extraer de esto?

 

Según las leyes de la cortesía, dependiendo de la relación entre los interlocutores y lo que estos pretenden conseguir, los hablantes prestan mayor o menor atención a su mensaje. Es decir, en un contexto social de inseguridad económica, recurrir a diferentes emisores tendrá en el receptor un efecto u otro.

 

En el caso del primer anuncio encontramos un uso irónico en la interpretación del refranero español: al escucharlo, entendemos que en realidad el enunciado refleja otro (Madre no hay más que una), y esa construcción cristaliza un saber popular que va ligado no solo al ámbito de lo propio y lo tradicional, sino sobre todo al ámbito de lo familiar, ambas palabras con sema [+ seguridad].

 

Otro recurso pragmáticos que potencian la intención del anuncio es la aparición de la palabra MADRE. No aparece explicitada en la enunciación pero se extrae por inferencia a partir del reconocimiento de la ironía. Este término crea un marco de referencia que genera unas expectativas y presuposiciones que nos permiten asociar unos significados con otros de manera que, en un contexto sociocultural, ligar la palabra madre al rasgo SEGURIDAD cristaliza y potencia esta presuposición.

 

En el segundo caso la aparición de Rafa Nadal como imagen de la compañía en un momento de clara inestabilidad económica se construye como un emisor que es capaz de tener la situación bajo control. En el anuncio se ve al por entonces número uno haciéndose cargo del problema del otro interlocutor, uno de los trabajadores de la compañía. Se establece así una relación entre NADAL-SEGURIDAD-TRABAJADOR DE MAPFRE y, por extensión, entre NADAL-SEGURIDAD-CLIENTE DE MAPFRE. Lo que transmite Rafa Nadal con su eslogan Personas que cuidan de personas es “no os preocupéis, yo estoy aquí para ayudaros”. El rasgo [+ seguridad] viene ligado, en esta situación, a la figura de autoridad.

 

Como otros recursos pragmáticos podemos analizar las siguientes intervenciones:

 

No es fácil [impresionar a niños de siete años] cuando [tu trabajo consiste en escuchar a personas y darles asesoramiento]; vamos, eso que hacemos más de veinte mil agentes de la red comercial de Mapfre. Por eso pedí un poquito de ayuda.

 

Se encuentran varios rasgos interesantes; por una parte la estructura X no es fácil cuando Y, cuya intención es convencer a los oyentes de que, en una situación de crisis, está justificada la necesidad de pedir ayuda. En esta estructura el término Y, que debería ser el causante de la vulnerabilidad de la situación, es algo tan importante y valorado por la empresa como escuchar a las personas y darles asesoramiento.

Por otra parte, continúa con un marcador discursivo que apela directamente al oyente (vamos) y resta importancia a la cifra que lo sigue: algo que hacen más de veinte mil agentes de Mapfre. Para cerrar la idea usa el diminutivo poquito, que resta fuerza a la petición, suavizándola.

 

Por último, la nueva campaña propuesta por Mapfre, y que presenta dos versiones diferentes, da la voz a dos personas jóvenes que emplean un estilo coloquial y que, como haría un cliente potencial de la marca, se asombran ante los bajos precios que ofrece la compañía. El empleo del tono coloquial y cercano, y una apelación final directa al oyente (Si no eres de Mapfre es porque no haces click), guiño a otro eslogan de la compañía emitido por Rafa Nadal y que conecta ambas etapas como un continuum (Si no eres de Mapfre es porque no quieres), sitúan al emisor al mismo nivel que el oyente, que en un contexto de recuperación económica infiere lo siguiente: “eres como yo, por eso confío en ti”. En este caso el sema [+ seguridad] aparece en el contorno creado por el rasgo de semejanza.

 

Este anuncio, siguiendo la ley de las máximas como heurísticas, que dicen que un emisor puede producir un enunciado o una acción sabiendo que sugerirá una idea prominente que el destinatario tratará de buscar, encontramos las siguientes emisiones:

 

Siempre creí que [Mapfre no era para mí], pero ese precio me he quedado loca.

 

En primer lugar aparece una adversativa en la que el primer término está encabezado por siempre y seguido por el verbo creer. El adverbio siempre indica que una creencia ha sido constante en el tiempo, mientras que el uso del verbo creer supone una atenuación de esa idea a través del uso de una estructura de duda. Todo esto acaba reforzado por el nexo adversativo pero, cuya función es suplir la información del primer término, incorrecta, por la afirmación del segundo término, que potencia nuevamente el sema [+ seguridad].

En segundo lugar se encuentra la conclusión a este segundo término, que no aparece explicitada sino que se sugiere a través de la prosodia dada por el uso de los puntos suspensivos. Así, en vez de darnos directamente la conclusión y ofrecernos una cifra concreta, el emisor utiliza este tono y el sintagma me he quedado loca para reforzar la idea de que la respuesta es inesperada: en efecto, el receptor no podía esperarse una oferta tan buena por parte de la compañía teniendo en cuenta el ambiente de crisis anterior.

 

En conclusión, podemos observar cómo la relación entre los interlocutores impone selecciones que determinan la forma del enunciado y matizan su significación. Una perspectiva diacrónica nos permite analizar la manera en que las empresas adaptan sus emisores a las necesidades de los oyentes en cada momento dado y vemos cómo, en cada una de las etapas de crisis, Mapfre decide potenciar la SEGURIDAD a sus clientes a partir de distintas estrategias.

 

Sara Cerón Giménez

¿Puede la crisis cambiar el discurso de venta de una marca reconocida como Audi? Para poder responder, hay que ver sus anuncios desde dos períodos económicos diferentes: 2007, año pre-crisis, y 2015 y 2016, momento actual.

En el año 2007 la situación económica era favorable, aun no había estallado la crisis y la sociedad de consumo funcionaba.

Anuncio Audi 2007: https://www.youtube.com/watch?v=_lIwE_dKiuE

Este anuncio presenta cuatro llaveros, de cuatro marcas, con una cualidad cada uno. Estos cuatro llaveros son colgados en la pared y la unión de las anillas forma el símbolo de Audi. El espectador deriva que las cualidades de Alfa Romeo, Volvo, Mercedes  BMW están en Audi; con un coste mínimo infiere mucha información porque es aplicable a todos los modelos, no importa el coche que quiera. Se trata de un conjunto de rasgos prototípicos (diseño, confort, seguridad y deportividad), características técnicas, deseables en un coche; si eso es todo, Audi muestra un todo. Se entiende todo como un conjunto formado por la no exclusión de elementos. En este caso, ‘todo coche es diseño, confort, seguridad y deportividad’: todo es la conjunción de esas cuatro propiedades, y la unión de esas cuatro propiedades es un coche. Cabe resaltar que no se muestra el producto, el modelo específico de automóvil, de lo que se deriva que ese todo es aplicable a todos los modelos de la marca.

El anuncio termina con el sonido del latido de un corazón y el símbolo de Audi y el eslogan “A la vanguardia de la técnica”; este final se repite en 2015 y 2016. Se trata, pues, de la consigna de la marca, su distintivo, ser los primeros en “la técnica”, pero se hace, en este momento, necesario consultar  el D.R.A.E., que recoge las siguientes acepciones:

 http://dle.rae.es/srv/fetch?id=ZIkyMDs

En las siete recogidas, cuatro están relacionadas directamente con el arte y la ciencia y dos con la habilidad (la restante es un localismo), lo que quiere mostrar es que une belleza y tecnología y los primeros, por delante de los demás. Por tanto, en su eslogan también hablan de características técnicas.

En conclusión, en este anuncio se crea un contexto basado en las características del producto, muestra la competencia y las características de la competencia; transmite que, si se quiere todo (todo: diseño, confort, seguridad y deportividad), se ha de adquirir un Audi. Además, estas características se darán primero en ellos porque están “A la vanguardia de la técnica”, los primeros en arte y tecnología unidos. Han mostrado características que derivan del producto, hay una orientación hacia el objeto.

Este estilo publicitario, enfocar la información hacia el producto, pertenece al 2007, año pre-crisis. Pero, en la actualidad, un período económico complejo, el énfasis hacia el producto ha sido sustituido y se priorizan más otros aspectos:

Audi A1 2015: https://www.youtube.com/watch?v=PRumPGOqBMQ

Ocho años después, se ve el enfoque hacia las características técnicas que mostraban en 2007 desaparece y deja paso a una narrativa diferente.

Se puede dividir este anuncio en dos partes: una está dedicada a la creación de una atmósfera y otra basada en la oposición a esa atmósfera. En la primera parte se apela al espectador mediante el uso de cuatro verbos: ser, hacer, tener, encontrar, que, desde el punto de vista lingüístico, los verbos son diferentes.

El anuncio dice: “quiero ser astronauta, dibujo animado, especialista de cine, pirata, estrella del rock o de jazz, hombre invisible, mago”; con ello se comienza a crear un todo basado en lo fantasioso y contradictorio. El verbo ser se caracteriza lingüísticamente por significar estado.

A continuación, se ve aquello que quiere hacer: “quiero hacer submarinismo y equitación y skate y surf y flyboard y un deporte inventado por mí”, experiencias asociadas a la juventud, a la diversión y a la creatividad; asimismo, se trata de deportes que requieren condiciones físicas diferentes. Respecto al plano lingüístico, estamos frente a una serie de actividades o procesos.

Después, está tener: “un late night, un club de fans, mi videojuego, una mascota (en el plano sale un dinosaurio), un superpoder, un arco láser”. Hay varios aspectos interesantes en esta serie: por un lado, sucede que, entre todo lo que puede tener alguien, se seleccionan elementos no necesarios, accidentales. Por otro lado, aparece un verbo cuya caracterización semántica indica estado; en este caso, al significar también posesión, podría dejar de darse, pero, mientras se tiene esta serie de objetos, no se puede interrumpir, es decir, la posesión es una situación que se mantiene durante un período y durante ese período no se interrumpe.

Y, finalmente, “Encontrar el amor de mi vida, dos, tres veces”, estamos ante un verbo dinámico, puntual, sin duración y delimitado, es decir, es un tipo de acción que tiene un punto final, es un logro. Este logro se quiere repetir en tres ocasiones.

Ya han enseñado todo lo que se puede ser, hacer, tener y encontrar, a un ritmo trepidante. Han creado un todo contradictorio y accidental, y también la necesidad de tener ese todo. Ese todo se crea como un lugar donde la contradicción y la fantasía conviven con la realidad.

En la segunda parte, se encuentra la oposición a esa primera atmósfera. La velocidad del hablante disminuye, comienza la segunda parte con un “pero”, una conjunción adversativa que enlaza dos oraciones o sintagmas cuyos significados se contraponen, se restringen o se limitan. He aquí la contraargumentación: “Pero, en esta vida, no puedes tenerlo todo”, el contexto que habían creado, se desvanece: no se puede acceder a una realidad fantasiosa y contradictoria.

Aparece un coche, el Audi A1, y se oye: “¿o sí?”, y ese todo idealista cierra el anuncio “¡Eh, no! Mejor en blanco”. Y se ve el precio sobreimpresionado, “14.900€”. La negación de la realidad fantasiosa y contradictoria cambia a afirmación. Describe un proceso de transferencia por el que el coche aparece como una pequeña parte concentrada de esa fantasía inicial, tiene algo de todo lo dicho, pero no todo.

En resumen, el coche muestra una serie de sentimientos, ilusiones, lo que se siente al poseerlo, pero estas características no son técnicas, como las que mostraban en 2007, por lo que se percibe un cambio en la forma de publicitar el producto.

En este sentido, procede examinar si es un cambio puntual o si tiene una continuación.

Audi A1 Attraction 2016: https://www.youtube.com/watch?v=C2uxi6Rn6b8

En 2016, la marca alemana mantiene la manera de publicitar de 2015, se muestran los sentimientos de poseer el producto. Pero, se entiende todo de otra manera, muestran a ocho parejas jóvenes, heterosexuales, atractivos/as, besándose con pasión en los espacios propios del automóvil: una autovía urbana, antes de un paso de cebra mientras cruzan los peatones, una gasolinera, una carretera de montaña, en un aparcamiento nevado (en el hueco dejado por un automóvil), en un paso a nivel con barrera, en un túnel de lavado, y, finalmente, en el garaje de una casa de noche y el eslogan “Llamémoslo amor”.

Así pues, representan el amor mediante la atracción (el modelo promocionado se llama “Attraction”), y esa atracción representada por las parejas, sufre, también, un proceso de transferencia: la emoción, el sentimiento de empatía y de deseo que se ha proyectado en las diferentes parejas, va hacia el coche, ese “Llamémoslo amor”. Asimismo, los propios anunciantes se incluyen en ese imperativo, “Llamémoslo”, es decir, ese nosotros presente en el verbo incluye a los compradores potenciales y a la marca anunciante; de manera que se juega con amor y pasión, aunque lo que se ve no es amor, se acepta como tal; entonces, Audi ya puede vender ‘amor’ al identificarlo, aunque sea parcialmente, con su coche: pasión y coche tienen un lugar en común, los espacios físicos en los que muestran a las parejas apasionadas son los lugares del coche.

De nuevo, y en definitiva, se ha creado un contexto para apelar a la emoción del potencial comprador, se ha vuelto a hablar de características alejadas del objeto, de la misma manera que en el anuncio de 2015.  Por tanto, en este sentido, se puede hablar de una continuación en la forma de crear la publicidad: el enfoque se ha desplazado del producto para fijarse en el sentimiento de poseer el producto.

En estos tres anuncios de coches apenas se ven coches, puesto que lo importante no es el coche en sí. En los tres casos, hay un denominador común, un todo, que ha sufrido cambios. En 2007, año pre-crisis, dicho todo es en relación a las características técnicas del producto; sin embargo, en 2015 y 2016, años en los que la situación económica es compleja, el todo se relaciona con características basadas en el sentimiento de posesión del objeto. El cambio en la forma de anunciar indica la manera en la que se ha visto afectada la marca alemana por la crisis.

 

Noelia Caballero Rodríguez

 

 

En los últimos años ha habido una tendencia creciente a la utilización de la  preposición desde junto con cifras asociadas a empresas automovilísticas, aseguradoras y telefónicas, entre otras. A continuación, se muestran algunos ejemplos presentes en la publicidad televisiva:

 

Anuncio Mitsubishi ASX (2017) Con Javier Gómez Noya y Loquillo: 

https://www.youtube.com/watch?v=aI0lFW0M_zw&index=17&list=PLTBiPuE8u YndaJhYVKdpap-UtyYlW_Y9r

 

Línea directa aseguradora. Tu seguro de Hogar, desde 129 euros:

https://www.youtube.com/watch?v=p-

vOkwcEt3s&index=7&list=PL161492695105F288

 

Tomando la definición elaborada por la RAE, desde es definida como una preposición que marca un punto en un  tiempo o un lugar determinado a partir del cual se origina un hecho o una acción. A pesar de que esta definición es compartida y conocida  por la mayoría de la población, en el ámbito comercial, el uso de esta preposición parece estar no muy bien específica.

En el momento en el que una persona lee o escucha desde, inmediatamente piensa en de (el seguro tiene un coste de 129 euros), sin embargo, son dos tipos de preposiciones con un significado distinto. Tanto en el primer anuncio como en el segundo se utiliza el mismo mecanismo lingüístico y, en ese sentido, se entiende el uso del desde como una preposición que introduce el coste final. 

La utilización de esta preposición no es causal ni tampoco arbitraria sino que hay una explicación lingüística para ello. Orange, la empresa francesa de telefonía, también utiliza esta palabra en sus campañas. Si se toma como ejemplo esta compañía, se aprecia que, en sus tarifas, hay precios muy dispares adaptados a los bolsillos de cada unidad familiar. 

Sin embargo, el uso de la preposición siempre va ligado a la tarifa más económica. La tarifa ardilla, la tarifa más reducida de contrato, se presenta con un coste de 8,95€ (desde 8,95€). A pesar de ello, en muchas ocasiones, este precio varía en función de una serie de factores. 

 

 

Originariamente, el sentido que se le otorga a la preposición desde va ligado a  un sentido espacial, marcando un punto de inicio. A su vez, este punto de inicio espacial está delimitado por un punto final que aparece expresado mediante el uso de la preposición hasta

Voló desde Valencia hasta Madrid en tan solo dos horas.

Por tanto, existe una relación muy estrecha entre la preposición desde y hasta que no solo puede ser apreciada desde un punto de vista espacial sino también comercial, tal y como se comprobará en la empresa francesa:

 

 

Al informarse acerca de la tarifa, el precio inicial, 8,95€, tan solo es el precio “base”, es decir, en función del número de llamadas y mensajes que el usuario realiza el precio va incrementándose. La tarifa, aunque se parte desde un precio inicial, está determinada por el hasta, el precio total que debe pagarse a fin de mes. Por tanto, es necesario descubrir cuál va a ser nuestro hasta, en este tipo de tarifa para poder obtener un precio completo.

 Si se sigue investigando sobre  todas las prestaciones que ofrece esta tarifa: 

 

Por una parte, en cuanto a las llamadas telefónicas, el establecimiento de la llamada no aparecía inicialmente en la información general de la tarifa, con lo que se debe sumar al precio estándar de llamada 20 céntimos, por llamada. El coste total por llamada resultaría ser, finalmente, de 1,20 por minuto.

Por otra parte y siguiendo con las llamadas, no todas son facturadas por el mismo precio sino que hay excepciones: 

 

Además el coste de los SMS, que no aparecía tampoco reflejado en la información general de la tarifa, también es un precio adicional:

Por tanto, ¿cuál sería, entonces,  el coste total de la tarifa para un usuario medio? Para obtener una respuesta es conveniente realizar un pequeño cálculo. 

Tomando como punto de referencia un hablante de una edad media, comprendida entre los 30 y los 40, considerando que este utiliza de forma regular su teléfono, a lo largo de un mes podría efectuar un total de 20 llamadas, de 3 minutos aproximadamente. En cuanto a los mensajes, el número sería inferior debido a la mensajería instantánea, así que probablemente solo enviaría unos dos o tres mensajes al mes. 

Por tanto, su consumo total debería responder aproximadamente a esta gráfica:

 

Se observa  que en el precio de las llamadas, finalmente,  hay un incremento del 84,4 %. El análisis realizado demuestra que existe información que altera directamente el precio de la tarifa pero que no está recopilada en las condiciones básicas de la tarifa sino que hay que buscarla en  la información más específica que nos ofrece la tarifa, en los términos y condiciones. 

En conclusión, para determinar el precio de esta tarifa es necesario considerar no solo el precio inicial introducido por la preposición desde sino también analizar el precio fijado mediante una serie de condiciones que no son accesibles de forma directa, introducido por la preposición hasta. Requisitos recogidos en los términos y condiciones de la tarifa y que condicionan el precio inicial de la tarifa.  

 

Mariona Baixauli Fernández

 

 

En este nuevo contexto político, y después de dos elecciones en solo un año de diferencia, el congreso ha experimentado un cambio destacado con el surgimiento de nuevas formaciones. Nuestra labor como lingüistas nos permite analizar el lenguaje en uso de los parlamentarios en un momento donde la crisis económica ha dejado de ser un tema recurrente en las entrevistas o en los parlamentos para dar lugar a otros como la corrupción, tras salir a la luz casos concretos, o las disputas internas en algunos partidos.

A partir, pues, de este nuevo contexto, pretendemos comparar cómo actúan representantes de los partidos tradicionales frente a los representantes de las nuevas formaciones cuando se les pregunta por estos temas de actualidad. Para ver dichos comportamientos, analizaremos dos entrevistas de “El Objetivo”, un programa de la Sexta presentado por la periodista Ana Pastor, a dos de los representantes del que se podría considerar un partido tradicional y de un nuevo partido. En concreto, analizaremos dos entrevistas recientes, ambas del año 2017, hechas a Rafael Hernando, portavoz del Partido Popular, y a Pablo Iglesias, secretario general de Unidos Podemos.

En estas dos entrevistas, donde los temas generales son la corrupción, la situación de Cataluña, las disputas internas de los partidos, las primarias del PSOE todavía por celebrar, entre otros, trataremos, en concreto, la no alternancia de turnos, es decir, cuando tanto la periodista como los invitados interrumpen al interlocutor de tal forma que ambos hablan a la vez. Apreciaremos si entre un invitado y otro hay semejanzas o diferencias en cuanto al tiempo que mantienen en ese habla simultánea y el número determinado de sílabas que son capaces de decir en ese tiempo para darnos cuenta si es una molestia que tanto ellos como la presentadora hablen a la vez o es una recurrencia para desviar la respuesta hacia otro asunto sobre el que no se les ha preguntado.

En primer lugar, analizando la entrevista de Pablo Iglesias en “El Objetivo” se observa lo siguiente:

 

http://www.bing.com/videos/search?q=objetivo+pablo+iglesias+vistalegre&&view=detail&mid=0ED61FE6DA1959CD916C0ED61FE6DA1959CD916C&FORM=VRDGAR

En segundo lugar, analizamos la entrevista en el mismo programa hecha al portavoz del PP Rafael Hernando, también en el mismo año que la de Pablo Iglesias, en consecuencia, en contextos similares.

http://www.atresplayer.com/television/programas/el-objetivo/temporada-5/capitulo-31-rafael-hernando_2017051400812.html

Si en ambas tenemos en cuenta los momentos de habla simultánea, destacamos el iniciado por Ana Pastor en la entrevista con Rafael Hernando que llega casi al medio minuto. Se produce cuando al entrevistado se le pregunta por la corrupción en su partido frente al más largo en la entrevista de Pablo Iglesias, de siete segundos, cuando el tema, en este caso introducido por la entrevistadora, es el del resultado obtenido en Unidos Podemos en las elecciones generales del 2016.

Además, en la entrevista de Rafael Hernando, el número de sílabas en un segundo de un solapamiento frente a uno donde no se produce no varía tanto como en la de Pablo Iglesias, que intenta pronunciar menos palabras que Rafael Hernando cuando habla a la vez con Ana Pastor.

Se observa, pues, que en la entrevista de Rafael Hernando, el entrevistado no procura con tanta frecuencia como Pablo Iglesias no hablar cuando lo hace la entrevistadora y, lingüísticamente, no pretende pronunciar un número menor de sílabas mientras esto sucede. Quizá el hecho de no evitar reducir el número de palabras mientras se producen dos intervenciones a la vez y en las que no se respeta el turno de palabra pueda ser una recurrencia o una técnica para los políticos con el fin de desviar el tema de lo que la periodista pregunta y evitar así tener que dar la respuesta exacta sobre algún tema indefendible o de compleja argumentación. En estos dos ejemplos, vemos que quien más recurre a ello es Rafael Hernando cuando le preguntan por la corrupción en su partido, frente a Pablo Iglesias que procura guardar los turnos cuando le preguntan por los fracasos en su partido. De esta forma, el lenguaje se convierte en una herramienta política y su uso hace una distinción clara entre un partido considerado tradicional frente a una nueva formación.

El lenguaje de la crisis deja paso, así, a otros temas de actualidad, igualmente complejos, que provocan reacciones lingüísticas determinadas y que dependen del partido político al que van referidos.

 

Andreu Albalat Martín

 

 

¿Es el nimileurista el nuevo mileurista? ¿Acaso se ha convertido con la crisis el mileurismo en una aspiración? ¿Podemos hablar de una generación de jóvenes nimileuritas para quienes ganar 1.000€ es un lujo? Lidia Villalba (“¡Tenemos un nuevo ganador!”) se planteó en 2012 todas estas cuestiones, pero cuatro años dan para mucho. En este lapso de tiempo, un país puede tener un nuevo gobierno, unos Juegos Olímpicos, un Campeonato Mundial de Fútbol e incluso un día más en febrero. Por todo ello, parece lógico que en todos estos años el uso de una palabra varíe, sobre todo en un momento tan convulso como el actual. Además, hay que tener en cuenta que el post anterior aparecía cuando prácticamente el gobierno del Partido Popular, presidido por Mariano Rajoy Brey, acababa de constituirse y daba paso a una legislatura que, si por algo se ha caracterizado, es por sus denominados “decretazos” (con un total de 73 decretos-ley desde 2011) y con sus consecuentes reformas.

 

Así pues, los mileuristas eran aquellos jóvenes que, pese a contar con una preparación académica óptima, se encontraban en una situación económica muy por debajo de la que les correspondería por su formación. El significado de mileurista -formado por composición- no es nada opaco, puesto que actúa como una metonimia que hace referencia directa al sueldo percibido por estos trabajadores altamente cualificados. Como se veía en el post del que hablábamos unas líneas más arriba, con el transcurso de la crisis económica se ha venido produciendo un claro cambio en el uso que se hace del término mileurista y, por ello, aparecían dos valores bien diferenciados: el primero aportaba un matiz degradado al concepto, mientras que el segundo lo concebía como algo a lo que se aspiraba. A continuación, se observan dos ejemplos que vendrían a comprobar lo que venimos diciendo (el primero lo asociamos al primer valor y el último, al segundo):

 

[…] Abandono escolar que, en el caso español, crece a pasos agigantados y se aleja del objetivo europeo de un 85 por ciento de población con enseñanza secundaria acabada, circunstancia que obliga a los jóvenes españoles al desempeño de tareas de escasa cualificación con las que ocupar su tiempo. Son los llamados mileuristas, cuya preocupación sólo alcanza al cobro mensual de esta cantidad. (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-11-01-2006/abc/Opinion/la-mala-educacion_1313609674344.html¸ ABC, 11/01/2006)

 

[…] Otro dato, no comparable porque está basado en diferentes premisas, pero muy significativo, es el que aporta la Agencia Tributaria a partir de información proporcionada por los empleadores: más de un tercio de los asalariados (el 34%, 6,7 millones) son seiscientoeuristas. Para ellos, ser mileurista es una utopía. (http://economia.elpais.com/economia/2016/02/07/actualidad/1454872592_809721.html, El País, 07/02/2016)

 

Teniendo esto en cuenta, nos limitaremos a comprobar si es cierto que en estos últimos cuatro años se ha mantenido ese último valor o si, por el contrario, se ha desechado. Con este objetivo, hemos acudido a los buscadores que los principales medios de comunicación escritos de nuestro país proporcionan en sus portales web, para computar el número de veces en que mileurista ha aparecido. A continuación, hemos ido analizando manualmente el matiz que este término adquiría en cada uno de los casos cuando era evidente, distinguiendo así dos grandes bloques. Con todo ello, se han elaborado las siguientes gráfica en la que se observa cómo ha ido cambiando el uso de esta voz desde 2012 hasta 2015 (se han obviado los datos referidos a este año 2016 al considerarlos insuficientes):

 

 

 

 

A partir de estos resultados y tal y como confirman las datos que hemos consultado, podemos afirmar que desde 2012 hasta 2015 se ha cristalizado -en el uso que se hace de la voz mileurista- el primer valor al que aludíamos previamente. De esta manera, resulta lógico deducir que ha desaparecido prácticamente en su totalidad el valor de mileurista, surgido en 2006 cuando Carolina Alguacil acuñaba el término en El País, según el cual se concebía como algo degradado. Por todo ello, el mileurista primigenio pasa a ser considerado como un privilegiado. Las condiciones que servían a Alguacil para elaborar un retrato de este grupo socioeconómico son ahora envidiadas por muchos.

 

 

Con el objetivo de averiguar por qué se ha cristalizado esta modificación del significado de mileurista, resulta imprescindible señalar brevemente los cambios socioeconómicos que, desde 2012, han tenido lugar en España. Así, en primer lugar, no debemos pasar por alto que hace ya cuatro años se aprobaba en un Consejo de Ministros, a través de un Real Decreto-Ley, la nueva Reforma de la legislación laboral. Además, tal y como expone la Agencia Tributaria, en el año 2012 se produce una caída del salario medio bruto anual, que venía manteniéndose estable desde 2008. Así, según estos datos, tiene lugar hace cuatro años un descenso sustancial de los salarios medios, que se deslizan desde los 19.102€ en 2011 hasta los 18.601€ en 2012.

 

Muy ligado a este nuevo valor que se ha ido configurando para mileurista, surgían las voces nimileuristas (o nimis, quizá por analogía con ni-ni) o seiscientoseuristas. Todos ellos se forman siguiendo el mismo mecanismo que se utilizaba en mileurista: así pues, surgen de la suma de un nombre (seiscientos o mil) y un adjetivo (eurista). En este sentido, Villalba se preguntaba en su post si acaso nimileurista podría terminar siendo el “nuevo ganador” y aniquilar así al mileurista original. Analicemos, a partir de la siguiente gráfica, la frecuencia de uso que han tenido estos términos en los últimos años:

 

 

Como puede comprobarse, la voz nimileurista no vino para quedarse, aunque lo pareciera en un primer momento. En el año 2012, el diario El País amanecía con una nueva sección bajo el nombre de “#nimileuristas” y sería en este año cuando el término alcanzaría su mayor esplendor; superando, de hecho, en frecuencia a mileurista. Sin embargo, su utilización ha ido disminuyendo a pasos agigantados en los últimos años, hasta casi desaparecer. De esta manera, hoy por hoy, no sería descabellado afirmar que nimileurista no es ni será el “nuevo ganador”. Se trataría más bien de una palabra que, aunque fue muy recurrente en un momento dado, apenas contó con más de un año de vigencia.

 

En seiscientoseurista nos encontramos ante un caso totalmente opuesto al de nimileurista. Esta voz, que muy probablemente -como demuestra nuestra búsqueda en prensa escrita- surgió al mismo tiempo que mileurista, comenzó a incrementar su uso a partir de 2013. De hecho, aunque al principio pareciese no estar tan consolidada como nimileurista, en los últimos años su utilización no ha hecho más que incrementarse y, por esta razón, es cada vez más frecuente toparnos con ella.

 

Una vez hemos descartado la posible sustitución de mileurista por nimileurista, deberíamos plantearnos otra pregunta: ¿es el seiscientoseurista el nuevo mileurista? Obtener una respuesta clara es imposible, pero la realidad es que no sería difícil que dentro de unos años la respuesta a esta pregunta resultara un rotundo “sí”. Lo cierto es que esta posibilidad es cada vez menos remota, no solo por el aumento en su uso, sino también porque vivimos en un país donde en 2016 el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha fijado el salario mínimo interprofesional (remuneración legal mínima percibida por los trabajadores) en 655,20€. Por ello, solo nos queda esperar unos años para averiguar lo que el futuro deparará a la palabra mileurista y ver si su cénit está cada vez más cerca. Y también, por qué no, para comprobar qué ha sido de los millones de mileuristas y, sobre todo, de seiscientoseuristas que aún hoy y cada vez más sobreviven como pueden en nuestro país.

 

Alicia Salinas

 

 

En la entrada anterior (Hipervínculo) hemos analizado dos publicidades de Banco  Santander y La Caixa. Siguiendo esta línea, proponemos ahora explicar la argumentación que se produce en otros dos eslóganes publicitarios, que al igual que en los casos anteriores, ofrecen préstamos y servicios bancarios en educación. En la siguiente página web de La Caixa, encontramos un apartado dedicado a otro tipo de préstamo con condiciones más ágiles, el Préstamo Exprés Estudio que contiene la siguiente aseveración (https://portal.lacaixa.es/prestamoshipotecas/prestamoexpresestudios_es.html):

 

Préstamo exprés estudios // La forma más cómoda de financiar tus estudios.

 

En esta campaña se produce una relación entre comodidad para financiar tus estudios y préstamo. Tenemos aquí un encadenamiento argumentativo como en el caso de la entrada sobre las buenas noticias (http://ponss.blogs.uv.es/2014/07/06/poder-estudiar-una-buena-noticia/). La argumentación se realiza a partir de un topos, un lugar común desde el que se articula una escala gradual que en este caso correspondería con <+comodidad para financiar tus estudios,-comodidad para financiar tus estudios> y una serie de enunciados que se posicionan en algún punto del eje  (no tener una beca, por ejemplo, implica –comodidad). La publicidad nos propone, de esta manera, que +comodidad para financiar tus estudios indica +préstamo:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero ¿desde cuándo un préstamo es la forma más cómoda de financiar tus estudios? Hemos recurrido a los buscadores de periódicos de gran tirada como La Vangaurdia y El Mundo y no aparecen resultados en ninguna publicación posterior o anterior al estallido de la crisis económica. Tampoco CREA conduce a ningún ejemplo con estas mismas coordenadas. No obstante, si realizamos la búsqueda tan solo con forma más cómoda de encontramos resultados  en los que la fórmula se combina por otros verbos como la forma más cómoda de escribir o la forma más cómoda de impedir, y en especial destaca el caso de una publicidad del año 1998 donde se publicitan unas gafas de sol con el siguiente eslogan: la forma más cómoda de ver el mundo. Tan solo con un ejemplo aislado en CREA, sería un tanto aventurado afirmar que se trata de una fórmula propia del lenguaje publicitario, pero lo cierto es que indagando en un buscador como Google, nos encontramos con 10 primeros resultados en los que 2 de ellos son contenidos web dedicados a la traducción, y los 8 restantes son eslóganes publicitarios: la forma más cómoda de viajar en Semana Santa, la forma más cómoda de decorar tu casa, la forma más cómoda de conocer Málaga, la forma más cómoda de jugar, la forma más cómoda de llevar el material de esquí, la forma más cómoda de recibir paquetes,  la forma más cómoda de pedir comida a domicilio o  la forma más cómoda de trabajar en la nube. Y, finalmente, la forma más cómoda de financiar tus estudios. Como han demostrado nuestras investigaciones en corpus y buscadores web, la fórmula lingüística que se ha usado proviene del discurso publicitario, y el encadenamiento propuesto aquí entre comodidad para financiar tus estudios y préstamo es de nueva creación.

 

En relación a la argumentación del anterior ejemplo, encontramos un caso muy parecido en la siguiente publicidad de Caja Rural donde también préstamo es encadenado a otro enunciado (http://blogcrsur.es/index.php/productos-crsur/156-prestamos-joven-in-estudios-y-master-financiacion-de-caja-rural-del-sur-para-la-universidad-y-formacion-de-postgrado):

 

 

Préstamo estudios / Las mejores condiciones para tu formación

 

En esta ocasión el encadenamiento se produce entre el término mejores condiciones para tu formación y préstamo como ya sucedió en el caso de comodidad para financiar tus estudios y préstamo. En este caso, la argumentación parte de un lugar común al que asociamos enunciados como tener una beca o no pagar tasas universitarias. Se forma una escala gradual en la que estos elementos se adscriben en un eje entre <mejores condiciones para tu formación; peores condiciones para tu formación>.

 

Al igual que en el caso de comodidad para financiar tus estudios, debemos proceder a investigar en la red con el fin de comprobar si existía esta relación con anterioridad de la crisis, si ha sido producto de esta coyuntura económica, o si por el contrario es de creación publicitaria. Los resultados de los buscadores de El Mundo o El País muestran que en artículos anteriores a la crisis, no sé produce este encadenamiento argumentativo. No es hasta el año 2012 donde encontramos un artículo de El País http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/26/actualidad/1332769103_529074.html  donde el elemento peores condiciones está relacionado directamente con préstamos universitarios: unas peores condiciones de las ayudas las hacían poco atractivas para los alumnos. Aparece el elemento negativo de la escala, y de hecho se repite hasta la actualidad como en estos dos ejemplos:   http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/09/actualidad/1349809523_142272.html porque las condiciones que se podían ofrecer eran muy poco ventajosas o http://politica.elpais.com/politica/2014/12/19/actualidad/1419010185_711253.html  endurecerse las condiciones para percibir el subsidio de estudiante. Indudablemente, por oposición, si existe el elemento negativo de la escala, existe también el elemento positivo, aunque no se haga uso de él. La publicidad de Caja Rural se valdrá de este elemento positivo para ofrecer al estudiante su préstamo universitario con, cómo no, las mejores condiciones.

 

Vuelve a aparecer –como en el caso de la entrada anterior- el uso de una oración final, pero en este caso el punto de llegada, la meta  formación, muestra explícitamente qué engloba, esto es en cualquier curso de idiomas, carrera o especialización. Del mismo modo, se muestran las condiciones exactas del préstamo (de los medios para llegar a) es decir, de las mejores condiciones para tu formación, esto es: Plazo máximo de 12 meses, comisión de apertura del 1% mínimo 60€, comisión de cancelación 0€, tipo de interés 4’90% y TAE desde 6’97%. De esta forma, el objetivo formación (cualquier curso de idiomas, carrera o especialización) tiene un camino descrito mediante el cual debe ser conseguido: las mejores condiciones del préstamo estudios y todo lo que ello engloba explícitamente:

 

 

Como podemos ver tras los ejemplos mostrados en ambas entradas, después del surgimiento de la crisis económica aparecen empleos del lenguaje del márkenting y la publicidad en discursos sobre la educación, y esto, particularmente, se usa en algunas entidades financieras para promocionar sus productos. El uso de oraciones finales, de construcciones ya aparecidas en publicidad como más que un banco o la forma más cómoda de,  así como los sucesivos encadenamientos argumentativos lo demuestran. De esta forma, hemos comprobado que el encadenamiento que advirtió nuestra compañera Mar Moreno en la pasada entrada sobre Buenas noticias no es en absoluto un caso aislado y que incluso podemos hablar de una tendencia lingüística provocada por la coyuntura económica y las nuevas condiciones en la educación en España.

 

Muy reseñable es un artículo encontrado del año 2008 – los inicios de la crisis económica- http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/16/espana/1229415209.html  donde se advierte de un endurecimiento de las  opciones de las clases más bajas para estudiar y del miedo generalizado a que el Plan Bolonia sustituya las becas generales por becas préstamo. Indudablemente recordamos la aparición de la palabra Beca en la publicidad del Banco Santander donde aparecía rodeada de los términos Formación y Descuento encabezando un contenido web sobre Préstamos. Ocho años después parece que efectivamente, todas las propiedades que se atribuían al concepto beca –comodidad, por ejemplo- comienzan a transmitirse a préstamo desde los discursos bancarios. Mismo valor, pero ninguna coincidencia en realidad.

 

Juan Martínez Gil